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Lección 159: Apocalipsis 20


Lección 159

Apocalipsis 20

Introducción

Juan vio en visión los acontecimientos que ocurrirán inmediatamente antes del reinado milenario de Jesucristo y durante él. También fue testigo de la batalla final entre Satanás y las fuerzas de Dios al final del Milenio, y vio el juicio final, durante el cual Dios juzgará a todas las personas de acuerdo con los libros que se han escrito.

Sugerencias para la enseñanza

Apocalipsis 20:1–6

Juan ve en una visión lo que sucederá inmediatamente antes del reinado milenario de Jesucristo y durante él.

Pida a los alumnos que piensen en un concurso o una competición (como un evento artístico o deportivo) en el que participaron aunque creían que perderían. Luego pídales que piensen en una ocasión en la que participaron en un concurso o una competición que creían que ganarían.

  • Sus expectativas en cuanto al resultado de un concurso o una competición, ¿cómo podrían cambiar el modo en que participan en ellos?

  • Cuando las personas creen que van a perder, ¿por qué podrían darse por vencidas? ¿Cuándo creyeron que iban a perder y, sorprendentemente, ganaron?

A medida que estudian Apocalipsis 20, explique a los alumnos que aprenderán más acerca de la batalla entre el bien y el mal, y el resultado final de la batalla. Al estudiar Apocalipsis 20, invítelos a buscar verdades que pueden motivarlos a permanecer fieles al Salvador durante esa batalla.

Invite a un alumno a leer Apocalipsis 20:1–3 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber qué le sucederá a Satanás durante el Milenio.

  • ¿Qué le sucederá a Satanás durante el Milenio? (Explique que el abismo representa el infierno).

  • Según el versículo 3, ¿qué será lo que Satanás no podrá hacer por estar atado?

Invite a un alumno a leer Apocalipsis 20:4–6 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber a quién vio Juan que se juzgaba.

  • Según el versículo 4, ¿a quién vio Juan que se juzgaba?

  • ¿Qué recompensa recibieron esas personas por causa de su fidelidad?

  • ¿De qué participarán esas personas durante el Milenio? (De la primera resurrección).

  • ¿Qué principio aprendemos en Apocalipsis 20:4–6 sobre las bendiciones que podemos recibir si somos fieles a Jesucristo? (Es posible que los alumnos utilicen otras palabras, pero deben expresar un principio similar al siguiente: Si somos fieles a Jesucristo, tendremos parte en la primera resurrección y reinaremos con Cristo durante el Milenio).

Explique que la primera resurrección comenzó con la resurrección de Jesucristo, e incluyó a los justos que murieron antes de la resurrección de Cristo (véanse Mosíah 15:21–25; Alma 11:16–20). La mayor parte de los justos que murieron después de la resurrección de Cristo resucitará al tiempo de la segunda venida de Jesucristo (véase James E. Talmage, Artículos de Fe, 1968, pág. 423). Los malvados y los que no se arrepientan no resucitarán hasta la segunda resurrección, la cual tendrá lugar al final del Milenio, (véase D. y C. 76:85).

  • El saber que ustedes pueden tener parte en la primera resurrección y reinar con Jesucristo durante el Milenio, ¿cómo les ayuda a ser fieles ahora, en la batalla contra el mal?

Testifique que los que permanezcan fieles tendrán parte en la primera resurrección y reinarán con el Salvador durante el Milenio.

Apocalipsis 20:7–11

Juan ve la batalla final entre Satanás y las fuerzas de Dios al final del Milenio.

Escriba la siguiente frase incompleta en la pizarra: Al final del Milenio…

Invite a un alumno a leer Apocalipsis 20:7–10 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para conocer los acontecimientos que Juan describió que ocurrirán al final del Milenio.

  • ¿Qué acontecimientos describió Juan? (Explique que los nombres Gog y Magog, en el versículo 8 se refieren a las fuerzas que Satanás empleará al final del Milenio para combatir una última vez contra el pueblo del Señor [véase D. y C. 88:110–114]).

  • Después de esa batalla, ¿qué les sucederá al diablo y a sus seguidores? (Después de que los alumnos respondan, complete la frase de la pizarra de modo que diga lo siguiente: Al final del Milenio, las fuerzas de Dios vencerán a Satanás y a sus seguidores).

  • ¿Por qué es importante que entendamos el resultado final de la batalla entre Dios y Satanás?

Apocalipsis 20:12–15

Juan ve el juicio final

Explique que, como parte del plan de salvación del Padre Celestial, todas las personas que han vivido en esta tierra comparecerán ante Dios para ser juzgados. Pida a los alumnos que imaginen cómo creen que será el juicio final.

  • ¿Qué esperan pensar y sentir cuando se encuentren ante Dios para ser juzgados?

Invite a un alumno a leer Apocalipsis 20:12–13 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber cómo nos juzgará Dios.

  • ¿Qué verdad podemos aprender del versículo 12 sobre el modo en que seremos juzgados? (Quizás los alumnos lo expresen con otras palabras, pero deben reconocer la siguiente verdad: Dios nos juzgará de acuerdo con los libros que se han escrito, conforme a nuestras obras).

  • ¿Qué libros vio Juan? (Las Escrituras, los registros de la Iglesia que registran las ordenanzas de salvación y quizás otros hechos, y el libro de la vida [véanse 2 Nefi 29:10–11; D. y C. 128:6–7]).

Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente explicación del libro de la vida:

“En un sentido, el libro de la vida es la suma total de los pensamientos y de los hechos de una persona: la historia de su vida. En otro sentido, las Escrituras también indican que se lleva un registro celestial de los fieles, en el cual se han inscrito sus nombres y un relato de sus obras justas (D. y C. 88:2; 128:7)” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Libro de la vida”).

Señale que el Señor reveló al profeta José Smith que además de nuestras obras, seremos juzgados conforme a los deseos de nuestro corazón (véase D. y C. 137:9; véase también Alma 41:3–5).

  • Según Apocalipsis 20:13, ¿qué sucederá antes de que seamos juzgados? (Si es necesario, explique que “el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el infierno entregaron los muertos que había en ellos” se refiere a la resurrección de todas las personas).

  • ¿Qué puede significar que resucitemos antes de comparecer ante Dios para ser juzgados?

Testifique que cada uno de nosotros comparecerá ante Dios para ser juzgados por nuestros hechos, y que nuestros hechos ahora determinarán cómo será esa experiencia para nosotros. Lea la siguiente pregunta en voz alta e invite a los alumnos a responderla en su cuaderno de apuntes o en su diario de estudio de las Escrituras:

  • ¿Qué cosas pueden mejorar en su vida a fin de prepararse para ser juzgados por el Señor?

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Dominio de las Escrituras—Apocalipsis 20:12

Podría invitar a los alumnos a utilizar las ayudas para el estudio de las Escrituras como las notas al pie de la página, la Guía para el Estudio de las Escrituras o la Guía de Referencias de la Santa Biblia (ambos disponibles en scriptures.lds.org), a fin de encontrar pasajes adicionales de las Escrituras que enseñen sobre el juicio final. Los alumnos podrían escribir esas referencias adicionales de las Escrituras en sus ejemplares de las Escrituras, junto a Apocalipsis 20:12. Invite a los alumnos a dar a los miembros de la clase un informe de las verdades adicionales sobre el juicio final que aprendan por medio de esa actividad.

Comentarios e información de contexto

Apocalipsis 20:2–3. Satanás será atado

En cuanto a la amarradura de Satanás, el presidente Joseph F. Smith declaró:

“[Satanás] será atado tanto por la fe de los justos como por los decretos del Todopoderoso durante el reinado milenario, y será expulsado al infierno” (From Prophet to Son: Advice of Joseph F. Smith to His Missionary Sons, comp. de Hyrum M. Smith III y Scott G. Kenney, 1981, pág. 71).

El profeta Nefi enseñó que, por causa de la rectitud de los santos, Satanás no tendrá poder (véase 1 Nefi 22:26).

El presidente George Q. Cannon, de la Primera Presidencia, explicó:

“Hablamos de que Satanás será atado. Satanás será atado por el poder de Dios; pero será también atado por la determinación que tendrá el pueblo de Dios de no escucharlo ni dejarse gobernar por él” (Gospel Truth: Discourses and Writings of President George Q. Cannon, comp. de Jerreld L. Newquist, 2 tomos, 1957–1974, tomo I, pág. 86).

El presidente Spencer W. Kimball enseñó que no tenemos que esperar hasta el Milenio para que Satanás sea atado:

“Cuando Satanás es atado en una sola casa —cuando Satanás es atado en una sola vida— el Milenio ya ha comenzado en esa casa y en esa vida” (The Teachings of Spencer W. Kimball, ed. Edward L. Kimball, 1982, pág. 172).

Apocalipsis 20:5–6. La primera resurrección

El élder James E. Talmage, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo lo siguiente acerca de la primera resurrección:

“La [primera resurrección] quedó inaugurada con la resurrección de Jesucristo, inmediatamente después de la cual muchos de los santos se levantaron de sus sepulcros. La resurrección de los justos, continuación de la anterior, se ha estado efectuando desde entonces, y aumentará grandemente o se llevará a cabo en una manera general a la venida de Cristo en Su gloria” (Artículos de Fe, 1968, pág. 423).

El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó dos maneras diferentes de entender la expresión primera resurrección:

“Para aquellos que vivieron antes de la resurrección de Cristo, el día en que se levantarían de los muertos se conocía como la primera resurrección. Abinadí y Alma, por ejemplo, la consideraban así. (Mosíah 15:21–25; Alma 40). Para los que han vivido desde aquel día, la primera resurrección todavía pertenece al futuro, y tendrá lugar al tiempo de la Segunda Venida. (D. y C. 88:96–102)”. (Mormon Doctrine, 2ª edición, 1966, pág. 639).

Entre los que saldrán en la primera resurrección están “todos los profetas, y todos aquellos que han creído en sus palabras” (Mosíah 15:22), los que han muerto en ignorancia, sin que se les hubiera “declarado la salvación” (Mosíah 15:24; véase también D. y C. 45:54), y los niños pequeños que han muerto antes de llegar a ser responsables (véanse Mosíah 15:25; Moroni 8:4–24).