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Lección 1: Introducción al Nuevo Testamento


Lección 1

Introducción al Nuevo Testamento

Introducción

El Nuevo Testamento es, principalmente, un registro de la vida terrenal, las enseñanzas y la expiación de Jesucristo, del establecimiento de Su Iglesia, y del ministerio de Sus primeros discípulos, a quienes Él siguió guiando después de Su ascensión a los cielos. Esta lección tiene por objeto preparar y motivar a los alumnos a estudiar el Nuevo Testamento al presentarles dos temas principales que se hallan en las enseñanzas de Jesucristo y Sus antiguos apóstoles: la constante invitación del Salvador de venir a Él y la responsabilidad de Sus discípulos de ayudar a los demás a hacerlo.

Sugerencias para la enseñanza

El Nuevo Testamento nos ayuda a venir a Cristo

Antes de la clase, escriba en la pizarra la siguiente pregunta: ¿Cuáles son algunas de las difíciles cargas que los jóvenes afrontan hoy en día?

Lleve a la clase una caja o mochila vacías y objetos pesados para poner en ella, por ejemplo, piedras o libros grandes. Invite a un alumno a pasar al frente del salón y pídale que sostenga la caja vacía o que se ponga la mochila vacía. Pida a la clase que conteste la pregunta que está en la pizarra y solicite a otro alumno que escriba las respuestas en la pizarra. Después de cada respuesta, coloque un objeto pesado en la caja o mochila, hasta que se llene.

  • ¿Cómo se sentirían si tuvieran que llevar esa carga todo el día?

Pida a los alumnos que expliquen algunos problemas o dificultades que pudiesen causarle a alguien las cargas que figuran en la pizarra.

Explique que el Nuevo Testamento enseña sobre el ministerio terrenal y el posterior a la resurrección de Jesucristo, inclusive Sus enseñanzas, Sus milagros, Su sacrificio expiatorio y Sus visitas a los primeros discípulos de la Iglesia. En todas Sus enseñanzas y en Su trato con los demás hay una verdad presente que se repite y que puede ayudarnos con las cargas que llevamos.

Explique que Mateo 11 contiene un ejemplo de ese importante tema que los alumnos verán a menudo durante su estudio del Nuevo Testamento este año. Invite a un alumno a leer Mateo 11:28 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio en busca de la invitación que el Salvador extiende a quienes llevan cargas pesadas.

  • ¿Qué creen que signifique estar trabajados y cargados?

  • ¿Qué dijo el Salvador que debemos hacer a fin de recibir Su descanso? (Valiéndose de las palabras de los alumnos, escriba el siguiente principio en la pizarra: Conforme acudamos a Jesucristo con nuestras cargas, Él nos dará descanso).

  • ¿Qué piensan que signifique venir a Jesucristo?

Para ayudar a los alumnos a comprender lo que significa venir a Cristo, invite a uno de ellos a leer Mateo 11:29–30 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio en busca de las indicaciones del Salvador a quienes desean venir a Él.

  • Según esos versículos, ¿qué debemos hacer para venir a Cristo?

Dibuje un yugo para bueyes en la pizarra o muestre una lámina de uno.

wooden yoke

Explique que un yugo es una viga de madera que une o junta un par de bueyes o de otros animales, y que les permite tirar la carga juntos.

  • ¿Cuál es el propósito y la utilidad de los yugos? (Aunque el yugo es un peso o una carga, permite que ambos animales combinen sus fuerzas y energías para aumentar su productividad).

  • ¿Qué creen que signifique tomar el yugo del Salvador sobre nosotros?

Invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Pida a la clase que preste atención a la forma en que podemos tomar sobre nosotros el yugo del Salvador y a las bendiciones que recibimos al hacerlo.

Elder David A. Bednar

“El yugo coloca a los animales lado a lado, a fin de que puedan moverse juntos para lograr una tarea.

“Consideren la invitación particular e individual que hace el Señor de ‘llevad mi yugo sobre vosotros’. El hacer y guardar convenios sagrados nos ata al Señor Jesucristo y al yugo junto con Él. En esencia, el Salvador nos está invitando a depender de Él y a tirar de la carga junto con Él, aunque nuestros mejores esfuerzos no sean iguales ni se puedan comparar a los de Él. Cuando confiamos en Él y tiramos de la carga junto con Él durante la jornada de la vida terrenal, realmente Su yugo es fácil y ligera Su carga.

“No estamos solos ni es necesario que lo estemos nunca. Podemos seguir adelante en nuestra vida diaria con la ayuda del cielo. Mediante la expiación del Salvador podemos ‘recibir de [Él] la fuerza’ (‘Señor, yo te seguiré’, Himnos, Nº 138)” (Véase “Soportar sus cargas con facilidad”, Liahona, mayo de 2014, pág. 88).

  • ¿Qué cosas nos “atan” como con un yugo al Salvador Jesucristo?

  • De acuerdo con el élder Bednar, ¿cuáles son las bendiciones de estar “atados” con un yugo al Salvador?

Indique que la promesa del Salvador de hallar “descanso”, que está en Mateo 11:28–29, no significa necesariamente que Él siempre eliminará nuestros problemas o dificultades. A menudo, el Salvador nos dará la paz y la fortaleza que necesitemos para vencer o sobrellevar las pruebas, haciendo así que nuestras cargas sean más ligeras. Si somos fieles al afrontar los problemas de la vida terrenal, el descanso supremo que recibiremos es la exaltación con Dios (véase D. y C. 84:23–24).

Pida a los alumnos que mediten en el modo en que el Salvador les ha dado descanso cuando han venido a Él. Invite a algunos alumnos a compartir sus experiencias con la clase. Si lo desea, comparta alguna de sus propias experiencias.

Invite a los alumnos a fijar metas específicas tocante a las formas en que pueden venir a Jesucristo a lo largo de este año de estudio del Nuevo Testamento. Ínstelos a incluir en las metas el estudio diario de las Escrituras y la lectura de todo el Nuevo Testamento este año.

Los discípulos de Jesucristo tienen la responsabilidad de ayudar a los demás a venir a Él

Pida a los alumnos que piensen en alguna ocasión en que hayan estado ansiosos y entusiasmados por contar a alguien alguna experiencia que hayan tenido o algo que vieron, leyeron u oyeron. Invite a varios de ellos a mencionar aquello que habían estado ansiosos y entusiasmados por contar a alguien.

Explique que el Nuevo Testamento contiene numerosos ejemplos de personas a quienes el Señor fortaleció, enseñó o bendijo, y que luego sintieron el deseo de hablar a los demás sobre Él. Invite a varios alumnos a que se turnen para leer en voz alta Juan 1:37–42. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para conocer lo que dos de los discípulos de Juan el Bautista hicieron tras escuchar el testimonio de este sobre Jesús.

  • ¿Qué supo Andrés sobre Jesús al hablar con Él?

  • ¿Qué hizo Andrés después que supo que Jesús era el Mesías?

  • ¿Por qué creen que estaba tan deseoso de compartir esas noticias con su hermano, Simón Pedro?

Para resumir Juan 1:43–44, indique a los alumnos que el Salvador invitó a un hombre llamado Felipe a ser Su discípulo. Invite a un alumno a leer Juan 1:45–46 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que hizo Felipe después que supo que Jesús era el Mesías.

  • ¿Qué le dijo Felipe a Natanael sobre Jesús de Nazaret?

  • ¿Cómo reaccionó Natanael al testimonio de Felipe de que Jesús era el Mesías?

  • ¿Cuál fue la invitación que hizo Felipe a Natanael?

Escriba el siguiente enunciado incompleto en la pizarra: Al venir nosotros a Jesucristo, …

  • De acuerdo con esos ejemplos del Nuevo Testamento, ¿qué deseo tendremos al venir a Jesucristo? (A medida que los alumnos respondan, complete el enunciado de la pizarra de modo que refleje el siguiente principio: Al venir nosotros a Jesucristo, tendremos un mayor deseo de invitar a los demás a venir a Él).

Para ayudar a los alumnos a comprender mejor ese principio, copie el siguiente diagrama en la pizarra:

arrow diagram
  • ¿Por qué creen que tendremos un mayor deseo de invitar a los demás a venir a Cristo conforme nosotros vengamos a Él?

Explique que el presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, enseñó sobre una gran bendición que recibimos al invitar a los demás a venir a Jesucristo. Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración:

President Henry B. Eyring

“Cuando se esfuerzan de todo corazón por invitar a la gente a venir a Cristo, el corazón de ustedes cambiará… Habiendo ayudado a otras personas a venir a Él, se encontrarán con que ustedes mismos han venido a Cristo” (“Venir a Cristo”, Liahona, marzo de 2008, pág. 52).

  • ¿Qué puede suceder en nuestra vida al invitar a los demás a venir a Jesucristo?

Trace una flecha en la pizarra de manera que la ilustración se parezca al siguiente diagrama:

two arrows diagram
  • ¿Por qué creen que invitar a los demás a venir a Cristo también nos ayuda a acercarnos más a Él?

  • ¿Quién los ha invitado a venir al Salvador y Su Evangelio? ¿Qué bendiciones han recibido en su vida gracias a ello?

Inste a los alumnos a considerar, con espíritu de oración, a quién podrían invitar a venir a Jesucristo.

  • ¿Qué podemos hacer para invitar a otras personas a venir a Él?

Explique que invitar a amigos y compañeros de la escuela a asistir a seminario es una manera en que los alumnos pueden invitar a los demás a “venir y ver” quién es Jesucristo y cómo Su evangelio bendice sus vidas.

Invite a un alumno a leer Juan 1:47–50 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que le sucedió a Natanael cuando conoció al Salvador.

  • ¿Qué dijo el Salvador que hizo que Natanael declarara que Jesús era el Hijo de Dios?

  • Según el versículo 50, ¿qué prometió el Salvador a Natanael debido a que este creyó?

Explique que junto con Andrés, Pedro, Felipe y otros hombres, Natanael llegó a ser uno de los apóstoles de Jesús. Puesto que los apóstoles hicieron caso a la invitación de venir a Jesucristo, fueron testigos de muchas “cosas mayores” (versículo 50), entre ellas, los milagros y las enseñanzas de Jesucristo, así como Su resurrección y ascensión al cielo.

Para concluir, testifique que conforme los alumnos estudien el Nuevo Testamento este año, sentirán la invitación constante del Salvador de venir a Él. A medida que pongan en práctica las doctrinas y los principios que aprendan a lo largo del año, recibirán Su ayuda con las cargas de ellos y, al igual que los apóstoles de antaño, serán llenos del deseo de ayudar a los demás a venir a Él también.

Comentarios e información de contexto

Mateo 11:29–30. “Llevad mi yugo sobre vosotros”

El presidente Howard W. Hunter enseñó sobre las bendiciones que recibimos al tomar el yugo de Cristo sobre nosotros:

“En los tiempos bíblicos, el yugo era un implemento de gran utilidad para los que labraban la tierra: Permitía que la fuerza de un segundo animal se uniera y sumara al esfuerzo del primero para compartir y reducir el pesado esfuerzo que exigía el arado o carromato. La carga que resultaba abrumadora o tal vez imposible de llevar para un solo animal podían acarrearla dos de ellos equitativa y cómodamente si estaban ligados a un mismo yugo. Su yugo requiere que hagamos un esfuerzo grande y sincero, pero para quienes están realmente convertidos, el yugo es fácil y la carga resulta ligera.

“¿Por qué afrontar las cargas de la vida solos?, nos pregunta Cristo, ¿o por qué afrontarlas con un apoyo temporal que pronto flaqueará? Para aquellos que están cargados, es el yugo de Cristo, la fortaleza y la paz de mantenerse codo a codo con Dios lo que nos dará el apoyo, el equilibrio y la fuerza para vencer las dificultades y soportar nuestras labores aquí, en… la vida mortal” (véase “Venid a mí”, Liahona, enero de 1991, pág. 20; véase también “Take My Yoke upon You”, Ensign, septiembre de 2013, págs. 22–23 [en inglés] para ver la ilustración de un yugo y mayores explicaciones sobre su uso y función).

Juan 1:39, 46. “Venid y ved”

El élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó cómo podemos seguir el ejemplo del Salvador de compartir el Evangelio con los demás:

“El Salvador nos enseñó la forma de compartir el Evangelio. Me gusta el relato de Andrés, quien preguntó: ‘Rabí… ¿dónde moras?’ [Juan 1:38]. Jesús podría haber contestado indicando el lugar donde vivía, pero en vez de ello le dijo a Andrés… ‘Venid y ved’ [Juan 1:39]. Me gusta pensar que el Salvador estaba diciendo: ‘Venid y ved no sólo dónde vivo sino cómo vivo. Venid y ved quién soy. Venid y sentid el Espíritu’…

“Con aquellos que muestran interés en nuestras conversaciones, podemos seguir el ejemplo del Salvador y extenderles la invitación ‘venid y ved’. Algunos aceptarán nuestra invitación y otros no. Todos conocemos a alguien a quien se le ha invitado varias veces antes de que aceptara la invitación de ‘venir y ver’. Pensemos también en aquellos que una vez estuvieron con nosotros pero que ahora vemos raras veces; invitémoslos a volver y ver una vez más” (“Es un milagro”, Liahona, mayo de 2013, pág. 79).