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Amo este Evangelio
Me siento bendecida por el amor, el poder y la gracia de nuestro Padre Celestial, porque todos podemos ser perdonados y recibir el poder para cambiar.
Quiero darles las gracias a todos los hermanos de la rama y en especial a mis padres, maestros y misioneros por siempre acompañarme y apoyarme.
Viene a mi mente el recuerdo de mi bautizo. Mientras mis padres decidían sobre darme el permiso para bautizarme, yo estudiaba el Libro de Mormón, en donde encontré una Escritura muy especial que tocó profundamente mi corazón:
“Y ahora quisiera exhortaros a buscar a este Jesús de quien han escrito los profetas y apóstoles, a fin de que la gracia de Dios el Padre, y también del Señor Jesucristo, y del Espíritu Santo, que da testimonio de ellos, esté y permanezca en vosotros para siempre jamás” (Éter 12:41).
Con este versículo, sentí en mi corazón que el Espíritu Santo me confirmaba que nuestro Padre Celestial quiere que lo conozcamos, para así poder ser personas llenas de amor puro.
No importaba que llevara más de un año de ser investigadora; pensé en que Dios sabe cuál es el tiempo indicado para nosotros.