Historia de la Iglesia
Capítulo 32: Nuestra fortaleza yace en nuestra fe


Capítulo 32

Nuestra fortaleza yace en nuestra fe

Imagen
exterior del Centro de Conferencias en la Manzana del Templo

El 1 de octubre de 2000, el presidente Hinckley, que ya tenía noventa años, dedicó el Templo de Massachusetts, en Boston, en el este de Estados Unidos, y alcanzó el objetivo de tener cien templos en funcionamiento al finalizar el año. Dos meses más tarde, cuando los cristianos en todo el mundo se preparaban para celebrar el nacimiento del Salvador y el comienzo de un nuevo milenio, dedicó dos templos más, en Recife y Porto Alegre; ambos en Brasil. Otros diecinueve templos estaban en construcción o en etapas de planificación. Fue una conclusión apropiada para un año en el que se dedicaron más templos que nunca en la historia de la Iglesia.

Durante su vida, el presidente Hinckley había visto crecer la Iglesia de una institución con 400 000 miembros, la mayoría de los cuales vivían en Utah, a una con más de 11 millones de miembros en 148 países. En 1910, el año en que nació el profeta, la Iglesia tenía solo cuatro templos y la investidura estaba disponible solo en inglés. Ahora había templos de la Iglesia por todo el mundo y la investidura estaba disponible en decenas de idiomas. El cambio inspirado en el diseño de los templos había ayudado a que esto fuera posible.

Sin embargo, los templos no eran los únicos edificios que el presidente Hinckley tenía en mente. Durante algún tiempo, había expresado su preocupación de que el Tabernáculo de Salt Lake no era lo suficientemente grande como para alojar a todos los que querían asistir a una conferencia general en persona. Por lo tanto, encargó la construcción de un nuevo salón de asambleas que tuviera tres veces la capacidad del Tabernáculo. El Centro de Conferencias, construido en la cuadra o manzana norte de la Manzana del Templo, y dedicado en octubre de 2000, era una maravilla de la ingeniería y deleitó al profeta.

Bajo el liderazgo del presidente Hinckley, la Iglesia también había seguido adoptando nuevas tecnologías. Poco después de convertirse en Presidente de la Iglesia, él había aprobado la creación de un sitio web, en el que los usuarios de internet podían encontrar las Escrituras, el testimonio de José Smith y los discursos de las conferencias generales. Para finales de 2000, www.lds.org incluía copias digitales de las Escrituras, treinta años de revistas de la Iglesia, “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” y “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles”.

Así como el presidente Hinckley veía un gran potencial en internet como una fuerza para el bien, también notaba la maldad que contenía. La pornografía era una gran preocupación. “¡No se acerquen a ella!”, imploró. “Evítenla como a una plaga porque es igual de mortal”. También condenó el abuso físico y sexual, e instó a los líderes de la Iglesia a llevar a los perpetradores ante la justicia.

El profeta aún estaba preocupado por la cantidad de santos que se habían alejado de la Iglesia. Con su orientación, los misioneros hicieron mayor énfasis en la conversión antes del bautismo, y los líderes de misión y estaca se reunían en nuevos consejos de coordinación para analizar cómo ministrar mejor a los nuevos miembros. Si bien el presidente Hinckley se preocupaba porque la asistencia a las reuniones sacramentales no mejoraba, los esfuerzos de retención de los santos en todo el mundo le daban ánimo.

Al comienzo del nuevo milenio, puso su esperanza en la nueva generación. Cada vez más jóvenes salían a la misión y se casaban en la Casa del Señor. También notó que tenían un mejor nivel de educación que las generaciones anteriores.

Como Presidente de la Iglesia, deseaba tener maneras de ayudar a los jóvenes santos a obtener la educación y la capacitación profesional que necesitaban. A principios de ese año, durante una reunión de la Mesa Directiva de Educación, había sentido que el Espíritu le decía que el Colegio Universitario Ricks, una institución que ofrecía carreras de dos años, debía convertirse en una universidad con carreras de cuatro años, llamada BYU-Idaho. Ese cambio brindaría a muchos más jóvenes Santos de los Últimos Días una oportunidad de asistir a una universidad de la Iglesia.

Al día siguiente, el presidente Hinckley presentó la idea a los apóstoles, quienes la aprobaron de forma unánime. Luego deliberó en consejo con David A. Bednar, rector del Colegio Universitario Ricks, y decidieron que la nueva universidad debería centrarse en la enseñanza y que debían utilizarse las clases en línea para ampliar la cantidad de alumnos inscritos en la universidad.

El profeta no tardó en anunciar el cambio. “Una escuela que ha sido excelente pasará a ser extraordinaria”, declaró.

Hacía poco tiempo, él también había pensado mucho en las jóvenes y los jóvenes en países en vías de desarrollo, en especial los exmisioneros. Al enfrentarse a la pobreza y a la falta de educación y oportunidades de trabajo, a veces se desanimaban y se alejaban de la Iglesia. Animados por el profeta, el Obispado Presidente había comenzado a elaborar un nuevo programa a fin de proveer pequeños préstamos a los santos en todo el mundo para ayudarlos a pagar una escuela de oficios o la universidad. Comparándolo con el Fondo Perpetuo de Emigración, el programa de la Iglesia para ayudar a miles de santos europeos a trasladarse a Utah en el siglo XIX, el presidente Hinckley planeó llamarlo el Fondo Perpetuo para la Educación.

“Siento que este programa es inspirado y puede bendecir la vida de muchos jóvenes, hombres y mujeres”, escribió él. “Su visión puede elevarse y sus aspiraciones pueden avivarse”.

En noviembre, el presidente Hinckley realizó la transmisión de un devocional especial para los jóvenes de la Iglesia. Para ayudarlos a convertirse en mejores discípulos de Jesucristo, los invitó a aprender y practicar las seis S:

  1. Sean agradecidos.

  2. Sean inteligentes.

  3. Sean limpios.

  4. Sean verídicos.

  5. Sean humildes.

  6. Sean dedicados a la oración.

Después de poco más de un mes, cuando el año llegaba a su fin, él reflexionó sobre su vida y la bondad de Dios. Aunque el cuerpo del profeta estaba agotado, su espíritu estaba radiante de paz y satisfacción. “Mis sentimientos son de una profunda gratitud hacia mi Padre Celestial y Su Hijo Amado”, registró en su diario el 31 de diciembre de 2000. “Ahora, esperamos con anhelo un nuevo año”.


Dos meses después, el 26 de febrero de 2001, Darius Gray y Marie Taylor estaban sentados en un auditorio lleno de gente en la Biblioteca de Historia Familiar en Salt Lake City. Al frente del salón, el apóstol Henry B. Eyring hablaba ante más de 100 periodistas e invitados especiales sobre el proyecto Freedman’s Bank.

Después de once años de trabajo, Darius, Marie y más de 550 voluntarios en la prisión estatal de Utah habían terminado de extraer la información de los 484 083 afroamericanos mencionados en los registros. Recientemente, la Iglesia había empezado a dar apoyo técnico y financiero al proyecto y, ahora, la información se podía buscar y poner a disposición de los investigadores en CD-ROM y en cualquiera de los centros de historia familiar de la Iglesia.

“Para los afroamericanos, los registros de Freedman’s Bank representan el repositorio más grande conocido de documentos vinculados al linaje”, anunció el élder Eyring. “En un futuro cercano, también esperamos proporcionar la base de datos sin cargo en el sitio web genealógico de la Iglesia, FamilySearch.org”.

En los días previos a este anuncio, Darius se había reunido con líderes del Departamento de Historia Familiar con el fin de planificar la publicación de la base de datos. “Realmente vamos a hacerlo”, pensó. “Va a hacerse realidad”.

El futuro del proyecto no siempre había sido seguro. Al principio, extraer los nombres para la obra del templo se había convertido en un aspecto motivador del proyecto. Sin embargo, a mediados de la década de los noventa, la Iglesia comenzó a desalentar activamente a las personas de enviar al templo nombres de personas con quienes no tenían parentesco. El cambio fue una medida importante y necesaria para respetar a las familias de los fallecidos, sin embargo, causó el estancamiento del proyecto. Como resultado de ello, Darius y Marie cambiaron su enfoque hacia la creación de una herramienta de investigación que ayudara a los afroamericanos a encontrar a sus antepasados.

Los reclusos terminaron la extracción de nombres en octubre de 1999. Después de eso, verificaron cuidadosamente sus transcripciones y, a pesar de un confinamiento en prisión de tres semanas, completaron el trabajo a mediados de julio de 2000.

Un recluso que ayudó a coordinar el proyecto se emocionó cuando terminaron. Nunca se había esperado que la obra lo impactara tanto como lo hizo. Había leído registros desgarradores de padres y madres esclavizados que fueron alejados de sus familias. Otros registros mencionaban a personas muertas a tiros. Un registro que extrajo trataba de un bebé sin nombre y esclavizado, que habían cambiado por equipo agrícola.

Muchos de los reclusos habían tenido experiencias similares que les cambiaron la vida. Una vez, el coordinador se acercó a un voluntario que estaba llorando. “No puedo creer la forma en que trataban a estas personas”, dijo el recluso. Al colocar una mano sobre el hombro del voluntario, el coordinador notó que el hombre tenía tatuadas las iniciales de un grupo supremacista blanco.

Ahora que se habían extraído los datos, Darius y Marie tenían que encontrar una manera de que estuvieran a completa disposición para los investigadores, algo para lo cual no tenían los recursos necesarios. Un sitio web popular de genealogía se ofreció a comprar los datos por decenas de miles de dólares, pero Darius y Marie lo rechazaron, ya que sintieron que sería incorrecto obtener ganancias del trabajo de los reclusos. En cambio, lo donaron a la Iglesia a cambio de ponerlos a disposición de todos los que quisieran usarlos.

En el evento del lanzamiento del CD-ROM, que se transmitió a Washington D. C. y a otras once ciudades de los Estados Unidos, tanto Darius como Marie hablaron sobre el proyecto. Darius reconoció que en los registros se contaban muchas historias dolorosas e incómodas. “Creo que muchas veces hemos tenido miedo de hablar sobre la raza”, dijo a los periodistas, “pero la raza es una realidad. Debemos compartir la historia juntos”.

Él creía que el centro del proyecto era la familia. “Les permite saber lo importante que era la familia”, dijo él. “Incluso en el ambiente hostil de la esclavitud, las personas luchaban por mantener un registro de los demás. Trabajaron en él, mantuvieron registros los unos de los otros”.

Marie estuvo de acuerdo. “Cuando descubrí los registros de Freedman’s Bank”, dijo ella, “imaginé a los afroamericanos rompiendo las cadenas de la esclavitud y forjando los lazos familiares”. Ahora esperaba que los registros continuaran reuniendo a las familias.

“De eso se trata todo esto”, dijo ella.


Cuando Felicindo Contreras recibió el llamamiento para ser obispo en Santiago, Chile, su esposa, Verónica, dejó de ser la presidenta de la Sociedad de Socorro del barrio. Sin embargo, pronto recibió un nuevo llamamiento: maestra de Seminario e Instituto de estaca.

Durante muchos años, los Institutos de Religión de la Iglesia habían funcionado generalmente cerca de campus universitarios en los Estados Unidos. No obstante, a principios de la década de los setenta, los líderes del Sistema Educativo de la Iglesia (SEI) comenzaron a adaptar Instituto para que funcionase en estacas por todo el mundo. El cambio permitió que todos los adultos jóvenes de la Iglesia, no solo los alumnos universitarios, se beneficiaran del programa. Los administradores regionales del SEI supervisaban las clases, y las estacas aportaban los maestros.

En Chile, las clases de religión en días de semana se realizaron, por un tiempo, en más de una docena de escuelas primarias y secundarias administradas por la Iglesia. Sin embargo, era costoso para la Iglesia administrar escuelas en cada país donde había miembros, y en las normas de la Iglesia se señalaba que, apenas los santos tuvieran acceso a escuelas seculares adecuadas, las escuelas de la Iglesia cerrarían. En 1981, la Iglesia cerró su última escuela en Chile y comenzó a depender únicamente de Seminario e Instituto para proporcionar educación religiosa a los santos.

Los estudios habían demostrado que los alumnos de Instituto tenían muchas más probabilidades de mantenerse activos en la Iglesia que aquellos que no asistían. Sin embargo, en Chile, solo uno de cada cinco jóvenes adultos activos estaba inscrito. Para el momento del llamamiento de Verónica, solo tres o cuatro alumnos en la estaca asistían a Instituto con regularidad.

Verónica creía que las clases de Instituto desempeñaban un papel fundamental para ayudar a los jóvenes a acercarse más a Dios. Ella comenzó a hablar de Instituto con todos los jóvenes adultos y sus padres, que iba conociendo en la Iglesia. También visitó a los obispos de cada barrio y los instó a invitar a los jóvenes para que asistieran a las clases. Muchos de los obispos la apoyaron, en especial, cuando compartió sus convicciones sobre la importancia de Instituto. Pronto, más de cincuenta alumnos formaban parte de Instituto.

Debido a que muchos de sus alumnos llegaban directamente del trabajo o de la universidad, a menudo no tenían tiempo para comer antes de que comenzara la clase. A Verónica le preocupaba que no pudieran concentrarse en las lecciones si tenían hambre, así que se aseguró de que tuvieran algo que comer cuando llegaran. Por lo general, les daba un pastel o un pequeño refrigerio. Otras veces preparaba algo más grande, como una barbacoa u otra comida. Sin embargo, nunca les decía a los alumnos qué alimento tendrían, ya que esperaba que el misterio de no saberlo los animara a ir a clases.

Al comienzo del año, les preguntaba a sus alumnos lo que querían aprender. Basándose en sus comentarios y sugerencias, ella enseñaba las clases centradas en los libros canónicos, la preparación para templo y para la misión, y el matrimonio eterno.

Verónica utilizó los manuales de Instituto como referencia y preparó las lecciones con espíritu de oración, buscando formas de abordar las dificultades diarias de sus alumnos. Le gustaba desglosar las Escrituras versículo por versículo para animar a sus alumnos a reflexionar profundamente sobre la vida y las enseñanzas de las personas y los profetas que estudiaban. También animaba a los jóvenes a hacer preguntas.

—Si no sé la respuesta a una pregunta o inquietud que tengan —les decía ella—, voy a buscarla y les voy a dar la respuesta, o vamos a buscarla juntos.

A medida que la clase de Instituto crecía, los alumnos se convirtieron en un grupo muy unido. Disfrutaban de pasar tiempo con ella y entre ellos. A veces, cuando los alumnos enfrentaban problemas personales, recurrían a ella en busca de consejo. Ella siempre los instaba a resolver sus dudas con las personas adecuadas.

—Miren —les decía—, hablen con su obispo o con su padre o madre, porque si hay un problema en casa, deben resolverlo en casa. Y si no encuentran la solución, vayan y hablen con su obispo. Es lo mejor que pueden hacer.

Verónica entendía que sus alumnos afrontaban desafíos. En ese momento, la economía de Chile experimentaba dificultades y muchos jóvenes se preguntaban cómo podrían costearse el asistir a la universidad, casarse y criar a una familia. Verónica colgó un cartel en la pared que decía “Fe en cada paso”. Ella creía que actuar con fe y poner en práctica las enseñanzas de Jesucristo a la vida diaria produciría buenos resultados.

—Siempre vamos a tropezar —decía a sus alumnos—. Pero siempre vamos a tener la mano del Señor para ayudarnos.


En mayo de 2001, Seb Sollesta dejó su casa en la ciudad de Iloílo, Filipinas, para ir a vivir y trabajar en Estados Unidos, un sueño que había tenido desde la universidad. Tenía amigos y familiares de Filipinas que ya se habían mudado a EE. UU. y tenían vidas felices y exitosas. “Tal vez yo también pueda tener ese sueño”, pensó él.

A su esposa, Maridan, no le había gustado la idea de que se fuera de casa para mudarse al otro lado del mundo. “Tu sueño es solo tu sueño”, le había dicho ella. “Ese no es mi sueño”. Tenían tres hijos adolescentes que criar, un negocio farmacéutico que administrar y llamamientos de la Iglesia que cumplir. Ella no entendía por qué él quería irse.

—Tienes que pensarlo muy sabiamente —le había aconsejado ella—. Como esposo y esposa, tenemos que vivir bajo un mismo techo, en una casa.

Sin embargo, Maridan no quería interponerse en el sueño de Seb, así que finalmente aceptó la mudanza. Ambos sabían que muchas parejas filipinas vivían separadas, con una parte que se quedaba en Filipinas, mientras la otra trabajaba en el extranjero. ¿Por qué ellos no podían hacer lo mismo?

En Estados Unidos, Seb se mudó con su tío en Long Beach, California, una ciudad en la costa oeste del país. Encontró un trabajo en el turno nocturno, en un hospital cercano. El turno nocturno era difícil y el trabajo era desafiante, pero se pagaba bien y Seb disfrutaba del trabajo.

Los fines de semana, asistía a su barrio local y, luego, visitaba a sus parientes con su tío. Le gustaba hacer nuevos amigos y conocer mejor a sus familiares. Sin embargo, también se sentía solo y extrañaba a su esposa e hijos. Él y Maridan intentaban hablar por teléfono todos los días, pero era costoso. Para realizar una llamada de larga distancia a Filipinas, tenía que usar tarjetas telefónicas con un costo de diez dólares por hora.

Después de trabajar cinco meses en California, Seb comenzó a pensar seriamente en regresar a Filipinas. Su visa vencería pronto y, si quería seguir trabajando en Estados Unidos, tenía que extenderla. Durante un tiempo, había pensado en que Maridan y sus hijos vinieran a estar con él, quizás de forma permanente, una vez que él tuviera suficiente dinero. No obstante, Maridan no estaba interesada en vivir en Estados Unidos y él no quería quedarse allí sin su familia.

En la mañana del 11 de septiembre de 2001, unos extremistas violentos secuestraron tres aviones comerciales en el este de Estados Unidos y los estrellaron contra edificios de la ciudad de Nueva York y el área de Washington D. C. Un cuarto avión se estrelló en un campo, después de que los pasajeros se enfrentaran a los secuestradores. Los ataques produjeron la muerte de casi 3000 personas y despertaron la indignación y el miedo generalizados. Mientras las personas de todo el mundo lamentaban lo ocurrido, Estados Unidos y sus aliados prometieron desatar una “guerra contra el terror” en contra el grupo militante responsable de los ataques.

Cuando Seb vio las noticias sobre la tragedia en televisión, ya no se sintió seguro donde estaba. Él quería estar con su esposa e hijos. Sus hijos estaban en una edad vulnerable. Necesitaban a alguien que los guiara y los fortaleciera a medida que crecían. Él debía estar en casa con ellos y con su madre.

Unos días después de los ataques, Seb tomó un vuelo hacia Filipinas. Regresaba antes de lo previsto, pero no se lamentaba. Ahora se daba cuenta de que la verdadera felicidad no provenía del éxito terrenal; provenía de la familia.


Menos de un mes después de los ataques del 11 septiembre, el presidente Hinckley habló ante los santos en la conferencia general respecto al creciente conflicto: “Vivimos en una época en la que hombres violentos hacen cosas terribles e infames”, declaró él. “Nuestra fortaleza yace en nuestra fe en el Todopoderoso. Ninguna causa bajo los cielos puede detener la obra de Dios. La adversidad podrá asomar su infame rostro; el mundo podrá ser afligido con guerras y rumores de guerra, pero esta causa seguirá adelante”.

“Que al avanzar”, continuó él, “bendigamos a la humanidad influyendo en todos, elevando a los perseguidos y oprimidos, alimentando y vistiendo al hambriento y al necesitado, extendiendo amor y hermandad hacia aquellos que nos rodean que quizás no sean parte de esta Iglesia”.

Unos meses después, Salt Lake City organizó los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002, un evento que el presidente Hinckley había estado esperando por varios años. A pesar de los recientes ataques terroristas, los juegos trajeron a Utah una cantidad sin precedentes de visitantes internacionales, entre ellos miles de periodistas ansiosos por formular preguntas sobre el legado religioso y la cultura de la ciudad. El presidente Hinckley estableció un precedente en cuanto al apoyo comunitario de la Iglesia al anunciar de forma pública que los misioneros no predicarían a los turistas de los Juegos Olímpicos. Aun así, la Iglesia adoptó medidas que ayudaran a los periodistas y a otros visitantes a aprender sobre los santos.

En octubre de 2001, los líderes de la Iglesia lanzaron un nuevo sitio web diseñado para responder las preguntas básicas sobre las creencias y las prácticas de la Iglesia. Durante los juegos, la Iglesia también estableció un centro de medios de comunicación para los periodistas en el Edificio Conmemorativo José Smith. Cualquier persona que tuviera curiosidad sobre la Iglesia y sus enseñanzas podía asistir a La Luz del Mundo, un espectáculo centrado en Cristo, sobre la historia de la Iglesia y el mensaje del Evangelio restaurado, que se escenificaba cuatro días a la semana en el Centro de Conferencias.

Después de los acontecimientos del 11 de septiembre, la seguridad era una preocupación importante en los juegos. Las extensas medidas de seguridad protegieron cada lugar del evento, sin embargo, los organizadores trabajaron arduamente para preservar el espíritu comunitario de una ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos. Para que los juegos se llevaran a cabo sin problemas, la Iglesia proporcionó recursos al Comité Olímpico de Salt Lake, estacionamientos para el público y una variedad de servicios. El Coro del Tabernáculo actuó frente a un público internacional de 3000 millones de personas durante las ceremonias de apertura. Y muchos santos, entre ellos exmisioneros que prestaron servicio como traductores, ofrecieron su tiempo como voluntarios.

Al concluir los juegos, el profeta reflexionó sobre la experiencia en su diario. “La Iglesia ha sido bendecida grandemente por estas Olimpiadas”, escribió. “No hemos hecho ningún tipo de proselitismo directo, pero hemos hecho amigos y ganado admiradores en todo el mundo. Las personas que alguna vez habían escuchado hablar de nosotros ahora nos conocen un poco más”.

Pensó en todos los dignatarios, los jefes de estado y los líderes del sector que habían ido a la ciudad para disfrutar de los juegos. Recordó una profecía de Brigham Young de que Salt Lake City se convertiría en una “gran vía para las naciones”, un lugar que los reyes y los emperadores visitarían.

“La profecía se ha cumplido en lo que hemos observado durante las últimas dos semanas”, escribió el presidente Hinckley. “Ahora volvemos a la normalidad y al trabajo”.

  1. Romney and Cowan, Colonia Juárez Temple, págs. 158–160, 173; Departamento de Templos, informes anuales, 2000, págs. 1, 10; David E. Sorensen to First Presidency, 25 de abril de 2001, Temple Department, Annual Reports, 2000; Gordon B. Hinckley, “Nuevos templos para proporcionar “las bendiciones supremas” del Evangelio”, Liahona, julio de 1998, pág. 95; Temple Department, Temple Sites Minutes, 9 de diciembre de 1999. Tema: Construcción de templos

  2. Deseret News 1991–1992 Church Almanac, pág. 243; Deseret News 1997–98 Church Almanac, pág. 530; Plewe, Mapping Mormonism, págs. 132–133; Cowan, Church in the Twentieth Century, pág. 223; Proclaiming the Gospel: 2000 Annual Report, pág. 27; Gordon B. Hinckley, “Este grandioso año milenario”, Liahona, enero de 2001, págs. 80–84; Temple Department, Annual Reports, 2000, pág. 4. Tema: Investidura del templo

  3. Hinckley, diario, 6 de febrero de 1995; 6 de abril de 1996; 16 de abril de 1997; 24 de julio de 1997; 17 de septiembre de 1999; Gordon B. Hinckley, “Este grandioso año milenario”, Liahona, enero de 2001, págs. 80–84. Tema: Conferencia general

  4. F. Michael Watson to Jeffrey R. Holland, 7 de noviembre de 1996; F. Michael Watson to M. Russell Ballard, 10 de agosto de 2000; F. Michael Watson to Dallin H. Oaks, 2 de noviembre de 2000, First Presidency, Committees, Departments, and Organizations Correspondence, BHI; Sheila Sánchez, “LDS Church’s Official Web Site Up and Running”, Daily Herald (Provo, Utah), 15 de febrero de 1997, pág. A4; Sarah Jane Weaver, “Church Enters World Wide Web ‘Carefully and Methodically’”, Church News, 1 de marzo de 1997, pág. 6; La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (sitio web), www.lds.org, captura [11:40:23], 12 de abril de 1997, archivado en Wayback Machine, web.archive.org. Tema: Era informática

  5. Gordon B. Hinckley, discurso, conferencia regional de South Jordan, Utah, reunión para líderes del sacerdocio, 1 de marzo de 1997, Gordon B. Hinckley Addresses, BHI; Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 1, 1998, págs. 95–96, 157–158; Boyd K. Packer to General Authorities and others, 1 de diciembre de 1997, Priesthood Executive Council, Minutes, BHI; Preventing and Responding to Spouse Abuse; Responding to Abuse.

  6. Boyd K. Packer to General Authorities and others, 13 de enero de 1998; 15 de abril de 1998, Quorum of the Twelve Apostles, Circular Letters, BHI; First Presidency to General Authorities and others, 19 de junio de 1998, First Presidency, Circular Letters, BHI; “Members: Key to Missionary Success”, Church News, 27 de febrero de 1999, págs. 3, 12.

  7. Aggregated Area Report, 16 de octubre de 2000, pág. 1, Missionary Executive Council, Meeting Materials, BHI; Gordon B. Hinckley, discurso, capacitación de Autoridades Generales, 30 de marzo de 2000; Gordon B. Hinckley, discurso, capacitación de Autoridades de Área/Generales, 3 de octubre de 2000, Gordon B. Hinckley Addresses, BHI; Missionary Department, Missionary Report, 2000, págs. 1, 19, Missionary Executive Council, Meeting Materials, BHI.

  8. Gordon B. Hinckley, “Madre, tu más grande desafío”, 23 de septiembre de 2000; Gordon B. Hinckley, conferencia de prensa, 21 de junio de 2000, Gordon B. Hinckley discurso, BHI; Hinckley, diario, del 10 al 11 de mayo de 2000 y 7 de agosto de 2001; Rachel Sterzer Gibson, “An Approach to Educating Disciples”, Church News, 21 de agosto de 2021, págs. 13–14. Tema: Universidades de la Iglesia

  9. Hinckley, diario, 2 de junio de 1999; 26 de noviembre de 2000; 6 de diciembre de 2000; Monson, diario, 11 de febrero de 1999; 1 de septiembre de 1999; 25 de febrero de 2000; 28 de junio de 2000; 12 y 27 de octubre de 2000; 6 de diciembre de 2000; Gordon B. Hinckley, entrevista por Paul Cobb, 28 de noviembre de 2000, Gordon B. Hinckley Addresses, BHI; Gordon B. Hinckley, “El Fondo Perpetuo para la Educación”, Liahona, julio de 2001, págs. 60–67.

  10. Gordon B. Hinckley, “El consejo y la oración de un profeta en beneficio de la juventud”, 12 de noviembre de 2000, Gordon B. Hinckley Addresses, BHI.

  11. Hinckley, diario, 31 de diciembre de 2000. Tema: Gordon B. Hinckley

  12. Jason Swensen, “Freedman’s Bank”, Church News, 3 de marzo de 2001, pág. 3; Bob Mims, “Rich Lode of Black History Opens”, Salt Lake Tribune, 27 de febrero de 2001, págs. B1, B3; “Introductory Remarks for Elder Christofferson: Freedman’s Bank Announcement”, alrededor del 26 de febrero de 2001, págs. [1]–[2], Church History Department Reports, BHI; Gray, entrevista de historia oral, págs. 228, 238–240, 299; Henry B. Eyring, “Freedman’s Bank Records Announcement”, alrededor del 26 de febrero de 2001, págs. 1–2, Church History Department Reports, BHI; Gray, entrevista [octubre de 2022], pág. [13]; Mae Gentry, “Blacks Gain Cyberlink to Ancestry”, Atlanta Constitution, 27 de febrero de 2001, págs. A1, A15.

  13. Gray, entrevista de historia oral, pág. 239; Temple and Family History Executive Council, Minutes, 30 de agosto de 2000; Henry B. Eyring, “Freedman’s Bank Records Announcement”, alrededor del 26 de febrero de 2001, pág. 2, Church History Department Reports, BHI.

  14. Gray, entrevista de historia oral, págs. 237, 239.

  15. Nelson, Elijah Abel Freedman’s Bank Project, págs. [6], [8]–[9]; Monte Brough to Ernest Michel and Herbert Kronish, 11 de abril de 1995, en Monte Brough to Wilford Kirton Jr., 19 de abril de 1995; F. Michael Watson to Temple and Family History Executive Council, 27 de abril de 1995; Monte Brough to Russell M. Nelson, Memorandum, 5 de mayo de 1995, Temple and Family History Executive Council, Meeting Materials, BHI; “Names Submitted for Temple Ordinances”, pág. 1; First Presidency to All Members of the Church, 16 de junio de 1995, First Presidency, Circular Letters, BHI. Tema: Bautismo por los muertos

  16. Nelson, Elijah Abel Freedman’s Bank Project, pág. [13]; John L. Hart, “Freedman’s Bank Project Left an Impact on Inmates”, Church News, 24 de marzo de 2001, pág. 5.

  17. Gray, entrevista de historia oral, págs. 238–239, 300.

  18. Jason Swensen, “Freedman’s Bank” and “Bank Records Open Picture to the Past, Re-connect Families”, Church News, 3 de marzo de 2001, págs. 3–4; “Freedman’s Bank Records Release: Summary of Report”, 5 de mayo de 2001, pág. [1], en “Freedman’s Bank Records”; resúmenes de Área, en “Freedman’s Bank Records”.

  19. Gray, entrevista de historia oral, págs. 240–241; “Bank Records Open Picture to the Past, Re-connect Families”, Church News, 3 de marzo de 2001, pág. 4.

  20. Jason Swensen, “Freedman’s Bank”, Church News, 3 de marzo de 2001, pág. 3 Tema Historia Familiar y Genealogía

  21. Contreras and Contreras, entrevista de historia oral [16 de octubre de 2020], págs. 9–10; Contreras and Contreras, entrevista de historia oral [abril de 2023], págs. 3–5.

  22. Griffiths, “Globalization of Latter-day Saint Education”, págs. 13, 116–125, 237–248; By Study and Also by Faith, págs. 228–229, 234, 236–237, 255–256, 270, 285–287. Temas: Academias de la Iglesia; Seminarios e Institutos

  23. Board of Education, Church Board of Education Meeting Minutes, 28 de mayo de 1997; “Pilot Report and Recommendations”; Contreras and Contreras, entrevista de historia oral [16 de octubre de 2020], págs. 9–10; Contreras and Contreras, entrevista de historia oral [enero de 2023], pág. 8; Contreras and Contreras, entrevista de historia oral [abril de 2023], págs. 5–8.

  24. Cancino, entrevista de historia oral, págs. 5–7, Contreras and Contreras, entrevista de historia oral [abril de 2023], págs. 5–8; Contreras and Contreras, entrevista de historia oral [diciembre de 2023], págs. 10–11.

  25. Contreras and Contreras, entrevista de historia oral [abril de 2023], págs. 8–11; Cancino, Entrevista de historia oral, pág. 6.

  26. Sollesta and Sollesta, entrevista de historia oral [abril de 2023], págs. 2–7; Sollesta, entrevista de historia oral [2 de marzo de 2022], págs. 21–22; Sollesta and Sollesta, entrevista de historia oral [marzo de 2023], págs. 1–2; “New Stake Presidencies”, Church News, 19 de abril de 1997, pág. 13; Sollesta and Sollesta, entrevista por correo electrónico. Se editó la cita por motivos de legibilidad; “tienes que pensarlo sabiamente” en original cambió por “tienes que pensarlo muy sabiamente” y “vivir en un techo” cambió por “vivir bajo un mismo techo”.

  27. Sollesta and Sollesta, entrevista de historia oral [abril de 2023], págs. 2–7; Boyle, “War on Terror”, págs. 191–209.

  28. Gordon B. Hinckley, “El vivir durante el cumplimiento de los tiempos”, Liahona, enero de 2002, pág. 6.

  29. Hinckley, diario, 16 de junio de 1995; 13 de enero de 1998; 29 de mayo del 2001; Haws, “Why the ‘Mormon Olympics’ Didn’t Happen”, págs. 365–387; Shipps, “Mormonism and the Olympic Games”, págs. 134–139. Tema: Relaciones públicas

  30. Dallin H. Oaks, “Compartir el Evangelio”, Liahona, enero de 2002, pág. 7; Charles Didier al Consejo Ejecutivo Misional, 3 de enero de 2002, en Missionary Executive Council, Minutes, 9 de enero de 2002; Shipps, “Mormonism and the Olympic Games”, pág. 136; Hinckley, diario, 2 de febrero de 2001; R. Scott Lloyd, “A Musical Celebration of Light, Life”, Church News, 26 de enero de 2002, pág. 6; Celia R. Baker, “‘Light of the World’ a Bit Confusing but Splashy”, Salt Lake Tribune, 7 de febrero de 2002, pág. B3. Tema: Oficinas Generales de la Iglesia

  31. Hinckley, diario, 29 de junio de 1999; 29 de mayo de 2001; 7 y 11 de febrero de 2002; Haws, “Why the ‘Mormon Olympics’ Didn’t Happen”, págs. 365–387; Shaun D. Stahle, “Thousands Enlist as Volunteers”, Church News, 2 de febrero de 2002, pág. 5; Barbara Jean Jones, “Church Joins Salt Lake City in Welcoming the World”, Ensign, abril de 2002, págs. 75–76; Peggy Fletcher Stack, “News Media Put LDS at Center Stage”, Salt Lake Tribune, 28 de febrero de 2002, pág. A6; Sarah Jane Weaver, “Olympics Earn Friends and Respect for Church”, Church News, 2 de marzo de 2002, pág. 3. Tema: Coro del Tabernáculo

  32. Hinckley, diario, 24 de febrero de 2002; Brown, Life of a Pioneer, pág. 122.