“Construcción de templos”, Temas de la historia de la Iglesia
“Construcción de templos”
Construcción de templos
Los templos han formado parte de la experiencia de los Santos de los Últimos Días casi desde la fundación de la Iglesia1. Varias revelaciones que recibió José Smith antes de 1833 daban detalles específicos de dónde comprar tierras y cómo edificar una “Casa del Señor”, en la que la gloria de Dios había de morar2. Haciendo referencia a las revelaciones y al menos a una visión, José y sus consejeros de la Primera Presidencia dirigieron la construcción de la primera Casa del Señor en Kirtland, Ohio3. Este y otros templos que se planificaron para Independence, Far West y Adán-ondi-Ahmán estaban destinados a la adoración por parte de la congregación y a otras funciones que abarcaban todos los aspectos de la práctica religiosa y de la comunidad pertinentes a los Santos de los Últimos Días. A medida que se construyeron más templos, primero en Nauvoo y luego en Utah, estos se centraron cada vez más en las funciones sagradas relativas a las ordenanzas por las que son conocidos hoy.
Los planos de los templos cambiaron con cada generación, a medida que los líderes y los miembros de la Iglesia vieron oportunidades para efectuar ajustes. John Taylor, Presidente de la Iglesia, aprobó un nuevo diseño del plano del Templo de Salt Lake en la década de 1880. Joseph F. Smith quitó los grandes salones de reuniones de los templos que se construyeron en la década de 1910. En 1953, David O. McKay introdujo el uso de películas para hacer que la obra del templo fuera más accesible para quienes no hablaran inglés. Spencer W. Kimball aumentó la eficiencia y redujo los costos de construcción y mantenimiento de los templos. Los estilos arquitectónicos de los templos reflejan en gran medida las tendencias de la época en la que fueron construidos.
Los presidentes de la Iglesia han supervisado todos los aspectos del diseño, la construcción y el uso de los templos. Diferentes presidentes han participado en los detalles de la construcción de templos, por lo general basados en su propia capacitación e interés y la cantidad de templos en construcción. José Smith trabajó en estrecha colaboración con el arquitecto William Weeks en muchos detalles de la construcción del Templo de Nauvoo4. Brigham Young siguió el modelo de José al trabajar junto con los arquitectos en los templos que se edificaron en Utah, que seguían los diseños y planos del Templo de Nauvoo5. Joseph F. Smith y Heber J. Grant establecieron los presupuestos de los templos construidos bajo su dirección y dieron su aprobación general de los planos y diseños. A finales del siglo XX, Gordon B. Hinckley requirió la construcción de muchos templos más pequeños en regiones cada vez más remotas del mundo. Por inspiración, también proporcionó la idea inicial del plano que los arquitectos implementarían para esos nuevos templos6.
El diseño de los templos ha sido dirigido en general por miembros de la Iglesia con experiencia y capacitación en arquitectura y construcción. Algunos arquitectos de los templos del siglo XIX como Truman O. Angell y William H. Folsom se basaron en su experiencia como carpinteros. A principios del siglo XX, la Iglesia patrocinaba concursos de diseño para templos como los de Cardston, Laie, Mesa y Idaho Falls. Los arquitectos que ganaban esos concursos habían recibido formación en facultades de arquitectura. En la segunda mitad del siglo XX, un empleado de tiempo completo de la Iglesia supervisaba el diseño de los templos y un equipo de empleados preparaba los documentos para la construcción. Más recientemente, la preparación de los documentos para la construcción se ha llevado a cabo por medio de empresas de arquitectura contratadas, bajo la dirección de arquitectos de la Iglesia.
Desde la década de 1830, los diezmos y otras donaciones de los miembros de la Iglesia han financiado la edificación de templos. En el siglo XIX, los miembros donaban tiempo y materiales para construir los templos, lo que representaba su total sacrificio y consagración. El concepto de utilizar mano de obra donada para construir templos se utilizó nuevamente en la década de 1950 con un programa de misioneros de mano de obra, que empleaba a muchos miembros locales como misioneros en la construcción de centros de reuniones, escuelas y templos en todo el mundo. A finales del siglo XX y principios del XXI, la construcción la han llevado a cabo generalmente empresas constructoras que trabajan contratadas por la Iglesia y bajo la dirección del Obispado Presidente y empleados de la Iglesia.
Muchos cambios en el estilo, el diseño y la construcción de los templos se efectuaron a medida que aumentaba el número de templos. En 1980, había 17 templos en funcionamiento; un rápido crecimiento en la construcción de templos en la década de 1980, y luego nuevamente entre 1998 y 2001, llevó esa cantidad a superar el centenar, lo que hizo posible que la mayoría de los santos vivieran a menos de 320 kilómetros de distancia de un templo. Para abril de 2019, la Iglesia tenía 162 templos en funcionamiento, con otros 47 anunciados o en construcción.
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