Historia de la Iglesia
La traducción del Libro de Mormón


“La traducción del Libro de Mormón”, Temas de la historia de la Iglesia

La traducción del Libro de Mormón

La traducción del Libro de Mormón

José Smith tradujo un texto antiguo “por el don y el poder de Dios” para producir el Libro de Mormón. Su anterior trabajo de la traducción, con Emma Smith y Martin Harris sirviendo como los escribientes principales, se perdió en 1828. Casi todo el texto actual del Libro de Mormón se tradujo durante un período de tres meses entre abril y junio de 1829 con Oliver Cowdery como escribiente. Se puede saber mucho de la producción del texto en inglés del Libro de Mormón al estudiar cuidadosamente las declaraciones hechas por José Smith, sus escribientes y otras personas muy cercanas que participaron en la traducción del Libro de Mormón.

fotograma de una película histórica: José y Oliver sentados uno frente al otro en una mesa, Oliver escribiendo

José Smith traduce el Libro de Mormón dictando el texto a su escribiente, Oliver Cowdery.

El manuscrito que José Smith dictó a Oliver Cowdery y a otras personas se conoce actualmente como el manuscrito original, del cual se conserva aproximadamente un 28 por ciento. Dicho manuscrito corrobora las declaraciones de José en cuanto a que dictó el texto de otro idioma en un corto plazo. Por ejemplo, contiene errores que sugieren que el escribiente oyó las palabras erróneamente en lugar de equivocarse al leerlas copiadas de otro manuscrito. Además, en el manuscrito original aparecen algunas construcciones gramaticales más características de las lenguas del Oriente Cercano que del inglés, lo cual sugiere que el inglés no era la lengua base de la traducción1.

Los escribientes de José, y él mismo, escribieron acerca de dos instrumentos que utilizaron en la traducción del Libro de Mormón. Un instrumento, que en el Libro de Mormón se menciona como los “intérpretes”, es más conocido por los Santos de los Últimos Días de la actualidad como el “Urim y Tumim”. José encontró los intérpretes enterrados en el cerro, con las planchas. El otro instrumento que José descubrió en el suelo años antes de recibir las planchas era una pequeña piedra ovalada o “piedra de vidente”. Cuando era joven, durante la década de 1820, José, al igual que muchos otros de su época, utilizó una piedra de vidente para buscar objetos perdidos y tesoros enterrados. Al crecer su entendimiento de su llamamiento profético, supo que podía usar aquella piedra para el propósito más elevado de traducir Escrituras2.

Los escribientes y otras personas que observaron el proceso de la traducción dejaron numerosos testimonios que arrojan algo de luz sobre el proceso. Algunos relatos indican que José Smith estudiaba los caracteres de las planchas. La mayoría de los relatos mencionan el uso que José hacía de los intérpretes o la piedra de vidente. Según estos relatos, José colocaba los intérpretes o la piedra de vidente en un sombrero, apoyaba el rostro en el sombrero para bloquear la luz externa y leía en voz alta las palabras en inglés inspiradas por el instrumento. La descripción de ese proceso trae a la mente un pasaje del Libro de Mormón que habla de que Dios preparó “una piedra que brillará en las tinieblas hasta dar luz”3.

Los escribientes que ayudaron en la traducción creían sin lugar a dudas que José traducía por el poder divino. Emma, la esposa de José, creía que el texto del Libro de Mormón superaba con creces las aptitudes de redacción de su esposo. Oliver Cowdery testificó bajo juramento en 1831 que José Smith “encontró, junto con las planchas de las cuales tradujo su libro, dos piedras transparentes, que parecían de cristal, engastadas en unos aros de plata, [y] que al mirar a través de ellas, era capaz de leer en inglés los caracteres en egipcio reformado que estaban grabados en las planchas”4.

Las preguntas que surgían durante el proceso de la traducción dieron lugar a muchas de las primeras revelaciones que ahora constan en Doctrina y Convenios, así como a eventos significativos como la restauración del sacerdocio. La traducción y publicación del Libro de Mormón fueron inmediatamente anteriores a la organización de la Iglesia en la primavera de 1830.

Temas relacionados: Piedras de vidente, La impresión y publicación del Libro de Mormón, Las consultas de Martin Harris con los eruditos, Joseph Smith Translation of the Bible [La traducción de José Smith de la Biblia], Book of Abraham Translation [La traducción del libro de Abraham], Joseph Smith Jr. [José Smith], Testigos del Libro de Mormón

Notas

  1. Por ejemplo, cuando José tradujo al inglés el texto de 1 Nefi 13:29, el escribiente anotó “&” en un lugar donde debería haber escrito “an”. En 1 Nefi 17:48, el escribiente anotó “weed” donde debería haber escrito “reed” (Royal Skousen, “Translating the Book of Mormon: Evidence from the Original Manuscript”, en Noel B. Reynolds, editor, Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, Provo, Utah: Foundation for Ancient Research and Mormon Studies, 1997, pág. 67; véase también Grant Hardy, “Introduction”, en The Book of Mormon: The Earliest Text, editor Royal Skousen, New Haven, Conn.: Yale University Press, 2009, págs. XV–XIX.

  2. Según Martin Harris, un ángel mandó a José Smith que abandonara esas actividades; José lo hizo por el año 1826. José no ocultó su participación en la búsqueda de tesoros durante esos primeros años, algo que era bien sabido. En 1838 publicó respuestas a preguntas que se le planteaban con frecuencia. Una de las preguntas era: “¿No fue ‘Jo’ Smith un buscador de dinero?”. “Sí”, respondió José, “pero nunca fue un trabajo demasiado provechoso para él, ya que sólo le reportó catorce dólares al mes” (“Elders’ Journal, vol. 1, no. 3, July 1838”, pág. 43, josephsmithpapers.org; véase también Richard L. Bushman, Joseph Smith and the Beginnings of Mormonism, Urbana: University of Illinois Press, 1984, págs. 64–76; Alan Taylor, “The Early Republic’s Supernatural Economy: Treasure Seeking in the American Northeast, 1780–1830”, American Quarterly, tomo XXXVIII, nro. 1. [Primavera de 1986], págs. 6–34; Mark Ashurst-McGee, “A Pathway to Prophethood: Joseph Smith Junior as Rodsman, Village Seer, and Judeo-Christian Prophet” [tesis de máster, Universidad del Estado de Utah, 2000]).

  3. Alma 37:23. Es probable que José Smith tuviera más de una piedra de vidente; parece ser que una de las piedras la encontró mientras cavaba un pozo allá por 1822 (Bushman, Joseph Smith and the Beginnings of Mormonism, pág. 69–70).

  4. A. W. B., “Mormonites,” Evangelical Magazine and Gospel Advocate, tomo II, 19 de abril de 1831, pág. 120; Joseph Smith III, “Last Testimony of Sister Emma”, Saints’ Herald, tomo XXVI, nro. 19, 1 de octubre de 1879, págs. 1–2.