Historia de la Iglesia
Dedicaciones de templo y oraciones dedicatorias


“Dedicaciones de templo y oraciones dedicatorias”, Temas de la historia de la Iglesia

“Dedicaciones de templo y oraciones dedicatorias”

Dedicaciones de templo y oraciones dedicatorias

La Biblia contiene descripciones detalladas de cómo los antiguos israelitas dedicaron sus tabernáculos y templos para apartarlos como lugares sagrados1. Los Santos de los Últimos Días dedicaron templos y otros espacios sagrados para su uso en la obra del Señor, comenzando por el Templo de Kirtland.

Además de los servicios formales de dedicación efectuados en los templos edificados, los primeros Santos de los Últimos Días establecieron un modelo ceremonial para consagrar los terrenos de templos. De un modo notable, los primeros santos celebraron ceremonias especiales de colocación de las piedras angulares de los templos en Independence, Misuri, en 1831; Kirtland, Ohio, en 1833; Far West, Misuri, en 1838; Nauvoo, Illinois, en 1841 y Salt Lake City, Utah, en 18532. Las ceremonias constaban de cánticos, sermones, procesiones y oraciones, y en Nauvoo, una guardia de honor militar y una banda de instrumentos de viento. A partir de Nauvoo, en una de las piedras angulares fue excavada una cavidad para poder depositar en su interior documentos y otros artefactos relacionados con el templo. Esta práctica se sigue haciendo hoy en día, aunque no se celebran ceremonias extensas para las piedras angulares. En algunos templos, incluyendo el Templo de Nauvoo y el de Salt Lake City, la colocación de la piedra de coronación del templo también fue conmemorada con una ceremonia que constaba de música, oraciones y las Exclamaciones de “Hosanna”.

Una vez concluida la construcción, la dedicación del templo lo prepara para sus propósitos sagrados. La dedicación de la Casa del Señor en Kirtland, el 27 de marzo de 1836 sentó el precedente para todas las futuras dedicaciones de templos. La ceremonia duró todo el día, en la que hubo discursos, música, administración de la Santa Cena, una oración dedicatoria y la Exclamación de Hosanna. Muchos de los Santos de los Últimos Días que asistieron a la primera dedicación del templo relataron en sus registros que hubo grandes manifestaciones espirituales, entre ellas, el sonido de un viento fuerte e impetuoso, se habló en lenguas, hubo visiones y la visitación de ángeles. Cuatro días después se celebró otro servicio dedicatorio para aquellos que no habían podido entrar en la abarrotada dedicación inicial. En Kirtland, se permitió a todo público el acceso a las sesiones. En Nauvoo, se efectuaron servicios dedicatorios públicos y privados. En los templos posteriores, solamente los miembros de la Iglesia, a quienes se entregó entradas o recomendaciones, fueron admitidos en las sesiones de dedicación. Se ha continuado con la práctica de efectuar varias sesiones de dedicación para permitir la participación de un mayor número de miembros.

José Smith ofreció la oración dedicatoria del Templo de Kirtland, leyéndola de un texto que había preparado. La inspirada oración fue registrada por José Smith, Oliver Cowdery y otros el día antes de la dedicación3. En los templos subsiguientes, un líder presidente de la Iglesia ha escrito las inspiradas oraciones de dedicación, una para cada templo en particular. En las oraciones se pide al Señor que acepte la ofrenda del templo y se le suplica que lo santifique y proteja. Con frecuencia, en especial en los primeros templos, las oraciones bendecían los elementos utilizados en la construcción: piedras, cemento, arena, yeso y las ventanas. La mayoría de las oraciones dedicatorias han incluido la designación de salas específicas del templo, resaltando sus funciones particulares. Estas oraciones invocan la presencia del Señor y designan al templo como Su casa, señalándola como un lugar de conexión con lo divino.

Quienes asisten a la dedicación del templo participan en la Exclamación de Hosanna. Esta Exclamación evoca las alabanzas que pronunciaron los seguidores de Jesucristo durante Su entrada triunfal en Jerusalén4. La congregación se pone de pie, agita pañuelos blancos y se une para exclamar tres veces las palabras: “Hosanna, Hosanna, Hosanna a Dios y al Cordero”5. La Exclamación finaliza con: “Amén, Amén y Amén”6. En el Templo de Kirtland, después de la oración se cantó el himno “Hosanna a Dios y al Cordero”, el cual se conoce hoy en día como “El Espíritu de Dios”. Desde entonces, se ha cantado este himno en todas las dedicaciones de templos.

Entre 1999 y 2002 se transmitieron a través de un sistema satelital seguro los servicios dedicatorios de unos pocos templos edificados en sitios históricos importantes, como Palmyra, Nueva York; Winter Quarters, Nebraska y Nauvoo, Illinois. Esto permitió la participación de los miembros de la Iglesia que vivían en lugares remotos. Esto estableció un patrón de transmisión de dedicaciones de templos hacia los centros de estaca locales, de modo que puedan participar todos los miembros dignos del distrito del templo, y a veces, de una región más extensa.

De forma análoga, los Santos de los Últimos Días han dedicado muchos otros sitios para la obra de Dios. Esto engloba tabernáculos, centros de reuniones, salones de la Sociedad de Socorro y las casas de los miembros. También se dedican países y regiones del mundo para la predicación del Evangelio.

Temas relacionados: Kirtland Temple [Templo de Kirtland], Solemn Assemblies [Asambleas solemnes], Temple Endowment [Investidura del templo], Dedication of the Holy Land [Dedicación de la Tierra Santa]

Notas

  1. Véanse Números 7; 1 Reyes 8.

  2. Aun cuando no se construyeron los primeros templos en Misuri, las piedras angulares permanecen en su sitio como monumentos.

  3. Véase la Introducción histórica a “Minutes and Prayer of Dedication, 27 March 1836 [DC 109]”, en Brent M. Rogers, Elizabeth A. Kuehn, Christian K. Heimburger, Max H Parkin, Alexander L. Baugh y Steven C. Harper, editores, Documents, tomo V: Octubre 1835–Enero 1838. Tomo V de la serie Documents de The Joseph Smith Papers, editado por Ronald K. Esplin, Matthew J. Grow, y Matthew C. Godfrey, Salt Lake City: Church Historian’s Press, 2017, págs.188–191.

  4. Véanse Mateo 21:1, 8–9; Marcos 11:8–10; Juan 12:12–13.

  5. Véanse 2 Crónicas 5:11–14; Job 38:7; Mateo 21:1–11; 3 Nefi 11:17; Doctrina y Convenios 19:37; 36:3; 39:19; 124:101.

  6. Gordon B. Hinckley, “Este grandioso año milenario”, Liahona, enero de 2001, págs. 80–84. Para saber más acerca del desarrollo histórico de la exclamación, consulte Jacob W. Olmstead, “From Pentecost to Administration: A Reappraisal of the History of the Hosanna Shout”, Mormon Historical Studies, tomo II, nro. 2, otoño de 2001, págs. 7–37.