“David O. McKay”, Temas de la historia de la Iglesia
“David O. McKay”
David O. McKay
David O. McKay sirvió como noveno presidente de la Iglesia entre 1951 y 1970. McKay nació en Huntsville, Utah, en 1873 y creció siendo activo en la Iglesia. Después de la escuela secundaria, asistió a la Universidad de Utah, donde conoció a su futura esposa, Emma Ray Riggs, y cultivó su amor por la educación. A pesar de algunas reticencias iniciales respecto a recibir un llamamiento misional, en 1897 partió hacia las Islas Británicas y pronto fue asignado a Escocia. Al regresar de su misión, en 1899, aceptó un trabajo como maestro en la Academia Weber Stake, donde trabajó hasta 1906. En enero de 1901, David y Emma Ray se casaron en el Templo de Salt Lake.
En abril de 1906, McKay fue llamado como Apóstol. Durante su servicio, ayudó a simplificar y optimizar la Escuela Dominical al servir en la Superintendencia General de la Escuela Dominical entre 1909 y 1934. En 1920, se embarcó en una gira mundial que duró algo más de un año, en la que visitó las misiones de la Iglesia en todo el mundo, recorriendo más de 99 000 kilómetros (casi 62 000 millas) y llegando a Japón, China, el sudeste asiático, las islas del Pacífico, India, Egipto y Europa. Poco después de su regreso a Utah, fue llamado como presidente de la Misión Europea. En su misión, ayudó a mitigar la prensa negativa y a mejorar la imagen pública de la Iglesia en Gran Bretaña y Europa occidental. En el otoño de 1934, fue llamado y sostenido como Segundo Consejero de la Primera Presidencia. Durante ese tiempo, supervisó el desarrollo del Programa de Bienestar de la Iglesia
A la muerte del presidente George Albert Smith en abril de 1951, el presidente McKay fue sostenido como Presidente de la Iglesia. Inmediatamente abordó el acelerado crecimiento internacional de la Iglesia ampliando y modernizando el programa misional. Como primer Presidente de la Iglesia que viajó en avión, reconoció la capacidad de la aviación para transportar rápidamente a los misioneros a todas las partes del mundo. También dirigió los esfuerzos de integración entre los departamentos de la Iglesia y los centros de capacitación misional, consolidando los programas de estudio y los modelos de organización durante un período de importante crecimiento institucional.
El presidente McKay viajó mucho para visitar a los Santos de los Últimos Días en todo el mundo y para dedicar nuevos templos en Berna, Suiza; Londres, Inglaterra; y Hamilton, Nueva Zelanda. Promovió los esfuerzos para coordinar las organizaciones, los departamentos y las publicaciones de la Iglesia, ayudando así a reducir la repetición y aumentar la eficiencia. Sus enseñanzas resonaron ampliamente, algunas plasmadas en lemas famosos como “Cada miembro un misionero” y “Ningún éxito puede compensar el fracaso en el hogar”. Muchos lo recordarían por su personalidad cálida y su comportamiento generoso. Una enfermedad lo mantuvo alejado de la escena pública en los últimos meses de su vida, y el 18 de enero de 1970 falleció en su casa.
Para consultar más información acerca de la vida de David O. McKay, véanse los videos Profetas de la Restauración en history.ChurchofJesusChrist.org y en la aplicación Biblioteca del Evangelio.
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