“Profecías de José Smith”, Temas de la historia de la Iglesia
“Profecías de José Smith”
Profecías de José Smith
Si bien la mayoría de las revelaciones que recibió José Smith brindaban instrucciones, consejos y enseñanzas doctrinales, o recuperaban relatos sagrados de la antigüedad, unas pocas contenían profecías históricas específicas acerca de eventos inminentes1. Por lo general, estas se centraban en los eventos globales que precederían a la segunda venida de Jesucristo o en tareas específicas en las que debían participar los Santos.
Una de las profecías milenarias más conocidas de José Smith guardaba relación con la guerra civil estadounidense. José Smith recibió una revelación el 25 de diciembre de 1832 en la que se profetizaba el estallido de una guerra en Carolina del Sur entre los estados del norte y del sur de Estados Unidos, y que las guerras y los alzamientos armados que asolarían la tierra resultarían finalmente en el “final de todas las naciones” en el momento de la segunda venida de Jesucristo. Cuando se recibió dicha revelación, Carolina del Sur y el gobierno federal del país estaban inmersos en una disputa que se resolvió de manera pacífica en el mes de marzo. Años más tarde, José reiteró su profecía de que estallaría una guerra en Carolina del Sur en cuanto a los debates sobre la esclavitud, y así sucedió 20 años después de su muerte2.
José Smith también profetizó con frecuencia en cuanto al destino futuro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y su labor en los últimos días. Tal vez la más preciada de esas profecías estaba en una carta de 1842 dirigida a John Wentworth, editor de un periódico de Chicago. “Ninguna mano impía puede detener el progreso de la obra”, afirmó José a pesar de la adversidad que ya enfrentaba la joven Iglesia. “Las persecuciones se encarnizarán, el populacho podrá conspirar, los ejércitos podrán juntarse y la calumnia podrá difamar; mas la verdad de Dios seguirá adelante valerosa, noble e independientemente, hasta que haya penetrado todo continente, visitado toda región, abarcado todo país y resonado en todo oído, hasta que se cumplan los propósitos de Dios y el gran Jehová diga que la obra está concluida”3.
Muchas de las profecías de José Smith eran afirmaciones visionarias acerca de la voluntad del Señor en cuanto a la Iglesia que los Santos entendían que descansaban sobre su fe y albedrío humano4. Muchas de esas profecías se cumplieron cuando los Santos avanzaron con fe para realizarlas. En otros casos los Santos tuvieron dificultades para entender los aprietos que enfrentaron mientras perseguían los objetivos inspirados.
Por ejemplo, el entendimiento inicial de los Santos respecto a las profecías sobre una Sion futura se centraba en la edificación de una ciudad en el condado de Jackson, Misuri. Después de haber sido expulsados del lugar, una revelación adicional les ayudó a entender la experiencia y a encontrar nuevas formas de canalizar su energía para concluir la obra del Señor. También se les aseguró que cuando “sus enemigos vinieran sobre ellos y les impidieran llevar a cabo esa obra”, el Señor “ya no requeriría más esa obra” y “aceptaría su ofrenda”5. Si bien la pérdida de la tierra de Sion fue una prueba para su fe, los miembros de la Iglesia siguieron trabajando para edificar Sion en otros lugares y de otras maneras6.
Los Santos de Kirtland vivieron una prueba de fe relacionada con otra de las declaraciones proféticas de José Smith. Desde finales de 1836 hasta la primavera de 1837, José Smith dijo a los Santos que prosperarían económicamente si guardaban los mandamientos y daban su respaldo económico a una nueva institución financiera llamada Kirtland Safety Society [Sociedad de Ahorros de Kirtland]7. Cuando el banco quebró, algunos Santos trataron las palabras de José Smith como una profecía fallida, mientras que otros procuraron las bendiciones de Dios aun en medio de las pruebas económicas8. Oliver Granger, que aceptó la asignación de encargarse de las deudas de la Iglesia ante la posibilidad de un colapso económico mayor, recibió con posterioridad la certeza del Señor de que “su sacrificio será más sagrado para mí que su aumento”9.
Algunos de los relatos más sobrecogedores de la historia de la Iglesia hablan de los esfuerzos de los Santos que ejercieron fe en las revelaciones de José Smith y trabajaron para hacerlas realidad. El 26 de abril de 1838 José Smith recibió una revelación en la que se mandaba a los Doce Apóstoles partir de Far West en una misión a Inglaterra en el plazo de un año. Cuando los Santos fueron expulsados de Misuri ese otoño, algunos dijeron que aquella era una profecía falsa, pero a pesar de enfrentarse a la posibilidad de padecer actos violentos o a un posible encarcelamiento al regresar a Misuri, Brigham Young estaba decidido a actuar de acuerdo con la profecía y guio a los Doce en un viaje clandestino de regreso a Far West y, protegidos por la noche, el 26 de abril de 1839 partieron simbólicamente hacia la misión en cumplimiento del mandamiento10.
José Smith insistió en la libertad para expresar sus opiniones. Cuando alguien le dijo que creía que un profeta siempre habla como profeta, José rebatió esas palabras diciendo que “un profeta solo era un profeta cuando actuaba como tal”11. Al mismo tiempo no le intimidaba hablar con audacia cuando el Señor le revelaba instrucciones y se reafirmó en sus declaraciones proféticas. El don de profecía fue un aspecto importante de su llamamiento y legado.
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