“La escuela de los profetas”, Temas de historia de la Iglesia
“La escuela de los profetas”
La escuela de los profetas
José Smith recibió una revelación en diciembre de 1832 en la que se le mandaba que estableciera una escuela para los élderes de la Iglesia en Kirtland1. Él y sus contemporáneos emplearon el término “escuela de los profetas” para referirse a esa nueva escuela. Dicho término se utilizaba de manera habitual para describir los seminarios de las universidades de Harvard, Yale y de otros centros educativos en los que el clero recibía capacitación para su ministerio2. A algunos el nombre les recordaba al “grupo de profetas” del Antiguo Testamento que se congregaba en torno a figuras como las de Samuel, Elías el Profeta y Eliseo3.
La escuela de los profetas de Kirtland
Con reuniones que tuvieron lugar cada invierno entre 1833 y 1836, la escuela de los profetas de Kirtland brindó formación espiritual y secular a sus integrantes. Sirvió para prepararlos para el servicio misional y la “investidura de poder” que se les había prometido para cuando estuviera terminado el Templo de Kirtland4. La primera sesión de la escuela tuvo lugar el 22 de enero de 1833 en el cuarto superior de la tienda de Newel K. Whitney. Si bien la intención principal de la escuela era preparar a los hombres para servir en misiones, también hubo mujeres que asistieron a la primera de aquellas reuniones y participaron en la efusión espiritual que incluyó manifestaciones poderosas del Espíritu Santo y hablar en lenguas5. Indicado por revelación, los participantes daban comienzo a las reuniones con un saludo formal y los miembros nuevos eran recibidos en la escuela con la ordenanza del lavamiento de los pies6.
La escuela brindaba instrucción tanto espiritual como secular, abarcando temas tales como historia, eventos actuales, lectura y redacción, matemáticas, estudio de idiomas y enseñanza de la doctrina. El 27 de febrero de 1833, José Smith recibió la revelación conocida como la Palabra de Sabiduría durante una reunión de la escuela de los profetas, inducida, en parte, por preguntas que había planteado Emma Smith7. La escuela reanudó sus actividades en el invierno de 1834 bajo el nombre de “escuela para los élderes”8. Durante la etapa de 1835, José Smith y Sidney Rigdon impartieron clases basadas en disertaciones teológicas que llegaron a conocerse como Disertaciones sobre la fe. En la etapa de 1836, los Santos contrataron a Joshua Seixas, que había sido maestro de Lorenzo Snow en el Colegio Universitario Oberlin, para impartir un curso de hebreo9.
Otras escuelas de los profetas
La Iglesia utilizó el modelo básico de la escuela de los profetas de Kirtland en otros momentos y lugares. A la conclusión de la primera etapa de la escuela de los profetas de Kirtland en abril de 1833, Parley P. Pratt convocó una sesión en Misuri durante el verano. En Utah, Brigham Young organizó una escuela de los profetas en 1867 en colaboración con la Universidad de Deseret, y en breve se organizaron otras escuelas de los profetas a lo largo y ancho de todo el territorio. Además de la instrucción espiritual y secular, los miembros participaban en actividades de planeamiento económico y civil según los asentamientos de los pioneros procuraban implementar los principios de la ley de consagración. John Taylor, sucesor de Brigham Young, también convocó una escuela de los profetas en Salt Lake City y en St. George desde 1883 hasta 188410.
Pasado el siglo XIX, la Iglesia dejó de utilizar el nombre “escuela de los profetas” para describir sus actividades educacionales, pero mantuvo su compromiso con los objetivos revelados de la escuela y procuró alcanzarlos de diversas maneras. La Iglesia fue decisiva en el establecimiento de escuelas y academias de aprendizaje superior en todo el oeste de los Estados Unidos y en muchos otros sitios. A medida que los programas de capacitación y formación académica secular estaban cada vez más disponibles, los líderes de la Iglesia alentaron a los Santos a inscribirse en ellos y a establecer programas que respaldaran a los miembros de la Iglesia en sus objetivos por obtener una educación11. A fin de brindar aprendizaje y capacitación espirituales para el ministerio local y el servicio misional, la Iglesia estableció Seminarios, Institutos de religión, centros de capacitación misional y otras reuniones y transmisiones de capacitación de líderes. Cada uno de estos programas preserva, a su manera, el legado de la escuela de los profetas de Kirtland.
Temas relacionados: El lavamiento de los pies, La Palabra de Sabiduría (D. y C. 89), Una investidura de poder