“Las revelaciones de José Smith”, Temas de la historia de la Iglesia
“Las revelaciones de José Smith”
Las revelaciones de José Smith
Durante el ministerio profético de José Smith, él recibió más de 100 revelaciones que fueron registradas y más tarde canonizadas1. La mayoría se dieron en voz de primera persona, la de Jesucristo, y la mayoría de ellas ahora aparecen como las secciones de Doctrina y Convenios. José Smith recibió su primera revelación (que ahora corresponde a Doctrina y Convenios 3) en julio de 1828 y la última revelación se registró unos tres meses antes de su muerte en 18442. En casi todos los casos, esas revelaciones vinieron como respuesta a la oración, a veces, cuando las personas le pedían a José que preguntara al Señor para saber su voluntad concerniente a ellos y a menudo cuando José buscaba respuestas a preguntas doctrinales o guía en cuanto a las normas y la administración de la Iglesia. Los primeros Santos de los Últimos Días a menudo distinguían las revelaciones formales de José de sus otros escritos refiriéndose a ellos como “las revelaciones”, “los mandamientos”, o “los convenios”3. Varias de estas revelaciones no fueron incluidas en las Escrituras de la Iglesia ni se publicaron durante la vida de José Smith. Están disponibles en la actualidad a través de The Joseph Smith Papers4.
Además de esas revelaciones formales, José Smith también dejó relatos de visiones, produjo oraciones y sermones inspirados, tradujo el Libro de Mormón y el libro de Abraham y completó una nueva “traducción” de la Biblia por medio de revelación5.
La mayoría de las revelaciones que forman el canon de José Smith se recibieron entre 1828 y 1835, cuando se estableció la organización de la Iglesia. Esas revelaciones respondían a preguntas apremiantes y establecieron el cimiento para el gobierno de la Iglesia. A partir de entonces, José recibió revelaciones menos formales conforme se esperaba que los oficiales de la Iglesia, los consejos y los cuórums administraran la Iglesia de acuerdo con las revelaciones que ya se habían dado y que buscaran más revelación dentro de su propio ámbito o jurisdicción.
William McLellin, uno de los escribas de José Smith, describió la forma en que se registraban las revelaciones: “El escriba se sienta en un escritorio o mesa con una pluma, papel y tinta. Habiéndose entendido el tema de la indagación, el Profeta y revelador pregunta a Dios. Él ve, oye y siente espiritualmente y luego habla según la inspiración del Espíritu Santo”. José Smith procede a dictar al escriba, esperando a que este “escriba y lea en voz alta cada frase” hasta que José le haya indicado que la revelación ha terminado cuando dice “Amén”6. Parley P. Pratt, que dio testimonio del registro de varias revelaciones, declaró que “nunca hubo ninguna vacilación, revisión ni se volvió a leer a fin de mantener la continuidad del tema”7. De acuerdo con su historia oficial, José usó el Urim y Tumim al recibir varias de sus primeras revelaciones, pero evidentemente recibió revelaciones sin ese tipo de ayuda después de junio de 18298.