“La guerra entre España y Estados Unidos”, Temas de la historia de la Iglesia
“La guerra entre España y Estados Unidos”
La guerra entre España y Estados Unidos
Los revolucionarios cubanos organizaron una insurgencia contra España en 1895 que provocó un conflicto que, si bien pretendía lograr la independencia nacional, acabó convirtiéndose en una guerra mucho mayor1. Las opiniones en Estados Unidos y Europa estuvieron divididas hasta que, en 1898, el buque estadounidense Maine se hundió repentinamente en el puerto de La Habana2. Luego de varios intentos fallidos de lograr la independencia de Cuba por la vía diplomática, Estados Unidos declaró la guerra a España el 25 de abril. Durante algo más de tres meses, Estados Unidos y España libraron una guerra eminentemente naval en dos hemisferios, en las proximidades de territorios reclamados por España: Cuba y Puerto Rico en el Caribe, y Filipinas y Guam en el Pacífico. En agosto, el Gobierno español aceptó un acuerdo de paz que derivó en el tratado formal que pondría fin a la guerra al año siguiente3.
Inicialmente, Estados Unidos desplegó un ejército profesional de cerca de 28 000 soldados, pero terminó alistando a un número considerable de voluntarios, entre los que se hallaban cientos de militares Santos de los Últimos Días4. El territorio de Utah se había convertido en estado dos años antes y muchos ciudadanos parecían ansiosos por demostrar su patriotismo. De los centenares de personas de Utah que se enrolaron, muy pocos murieron en aquella breve guerra5.
La guerra entre España y Estados Unidos dio lugar a nuevas oportunidades para la Iglesia. La Primera Presidencia invitó a Elias S. Kimball, que se encontraba presidiendo la Misión de los Estados del Sur, a ser comisionado como el primer capellán Santo de los Últimos Días de las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Kimball prestó servicio como capellán en Cuba en 1898, siendo el primero de muchos capellanes Santos de los Últimos Días posteriores6. Después de la guerra, Estados Unidos reclamó Filipinas, Guam y Puerto Rico como territorios, lo cual posibilitó que los Santos de los Últimos Días norteamericanos tuvieran un mayor contacto misional con nuevas regiones7. Sobre todo, el popular debate sobre la intervención estadounidense en Cuba y Filipinas suscitó respuestas de algunos miembros prominentes de la Iglesia, que alabaron el servicio de los militares y celebraron el creciente estatus nacional de los Estados Unidos. Si bien los Santos de los Últimos Días, durante todo el siglo XIX, se habían resistido a cooperar con el ejército de los Estados Unidos, sus descendientes vieron en la guerra contra España una gran oportunidad de demostrar su patriotismo y apoyo al Gobierno nacional8.