“La traducción del Libro de Abraham”, Temas de la historia de la Iglesia
“La traducción del Libro de Abraham”
La traducción del Libro de Abraham
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días acepta el libro de Abraham como libro de Escrituras. Este libro, un registro del profeta y patriarca Abraham, sigue mayormente la narración bíblica pero agrega información importante en cuanto a la vida y las enseñanzas de Abraham.
El libro de Abraham surgió a partir de una serie de acontecimientos históricos únicos. En el verano de 1835, un empresario llamado Michael Chandler llegó a la sede de la Iglesia en Kirtland, Ohio, con cuatro momias y varios rollos de papiros egipcios1. Un grupo de Santos de los Últimos Días de Kirtland compró los objetos para la Iglesia. Una vez que José Smith analizó los papiros y comenzó “la traducción de algunos de los caracteres o jeroglíficos —según relata su historia—, con gran alegría vimos que uno de esos rollos contenía los escritos de Abraham”2.
José Smith trabajó en la traducción del libro de Abraham durante el verano y el otoño de 1835, logrando terminar por lo menos el primer capítulo y parte del segundo3. La siguiente anotación en su diario que refiere a la traducción de los papiros es en la primavera de 1842, después de que los santos se habían establecido en Nauvoo, Illinois. Los cinco capítulos del libro de Abraham, junto con las tres ilustraciones (actualmente conocidas como los facsímiles 1, 2 y 3) fueron publicados en Times and Seasons, el periódico de la Iglesia en Nauvoo, entre marzo y mayo de 18424.
Existen algunas evidencias que parecen indicar que José estudió los caracteres de los papiros e intentó aprender el idioma egipcio. En su historia aparece registrado que en julio de 1835, él se encontraba “dedicado continuamente a traducir un alfabeto para el libro de Abraham y preparando una gramática del idioma egipcio según la empleaban los antiguos”5. Esta “gramática”, como era llamada, consistía en columnas de caracteres jeroglíficos seguidos de traducciones al inglés registradas en un gran cuaderno por el escriba de José, William W. Phelps. Hay otro manuscrito, escrito por José Smith y Oliver Cowdery, que contiene caracteres egipcios seguidos de explicaciones6. La relación de estos documentos con el libro de Abraham no se conoce plenamente.
Cuando los Santos de los Últimos Días abandonaron Nauvoo, los objetos egipcios quedaron allí. La familia de José Smith vendió los papiros y las momias en 1856. Los historiadores consideran que la mayoría de los papiros fueron destruidos en el gran incendio de Chicago de 1871. Diez fragmentos de lo que alguna vez estuvo en posesión de José Smith acabaron en el Museo Metropolitano de Arte en la ciudad de Nueva York7. En 1967, el Museo transfirió esos fragmentos a la Iglesia8. Los egiptólogos mormones y no mormones están de acuerdo en que los caracteres de los fragmentos no coinciden con la traducción que se presenta en el libro de Abraham, aunque no existe unanimidad, incluso entre los eruditos no mormones, sobre la interpretación correcta de las viñetas que aparecen en estos fragmentos9.
Ni el Señor ni José Smith explicaron nunca el método empleado para traducir el libro de Abraham. Los registros indican que José y otras personas estudiaron los papiros y que los observadores cercanos creían que la traducción llegó mediante la revelación. Como observó John Whitmer: “José, el vidente, vio estos registro[s] y, mediante la revelación de Jesucristo, pudo traducirlos”10.
Probablemente no tenga sentido evaluar la capacidad de José para traducir papiros, en vista de que ahora solamente tenemos una fracción de los papiros que él tenía en su posesión. Los testigos hablaron de “un rollo largo” o de varios “rollos” de papiro11. Puesto que solo han subsistido fragmentos, es muy probable que gran parte de los papiros a los que José Smith tuvo acceso cuando tradujo el libro de Abraham no se encuentre entre estos fragmentos.
También es posible que el estudio de José de los papiros haya conducido a una revelación acerca de acontecimientos y enseñanzas claves en la vida de Abraham, de manera muy similar al modo en que anteriormente recibió una revelación sobre la vida de Moisés mientras estudiaba la Biblia. Este enfoque implica una definición más amplia de las palabras traductor y traducción12. Desde este punto de vista, la traducción de José no sería una interpretación literal de los papiros, como lo sería una traducción convencional. Más bien, los objetos físicos ofrecieron una ocasión para meditar, reflexionar y recibir revelación; sirvieron para acelerar un proceso mediante el cual, Dios le dio a José Smith una revelación acerca de la vida de Abraham, aun cuando esa revelación no guardara una relación directa con los caracteres de los papiros13.
La veracidad y el valor del libro de Abraham no pueden establecerse mediante un debate académico en cuanto a la traducción del libro. La naturaleza del libro de Abraham, como libro de Escrituras, reside en las verdades eternas que enseña y el poderoso espíritu que transmite. La veracidad del libro de Abraham se conoce, en definitiva, mediante un estudio dedicado de sus enseñanzas, acompañado de la oración sincera y la confirmación del Espíritu.
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