“Violencia en el condado de Jackson”, Temas de historia de la Iglesia
“Violencia en el condado de Jackson”
Violencia en el condado de Jackson
José Smith recibió una revelación en julio de 1831 en la que se declaraba que la zona aledaña a la ciudad de Independence, en el condado de Jackson, Misuri, era la ubicación prometida de la ciudad de Sion y el “lugar central” para el recogimiento de los santos1. Durante los dos años siguientes, los santos emigraran al condado de Jackson para edificar la ciudad de Sion; en el verano de 1833 había cerca de 1 200 santos residiendo en el condado.
Aquellos miembros de la Iglesia interactuaron con colonos que no eran mormones y abundaron las diferencias entre ambos grupos. Los Santos de los Últimos Días llevaron consigo sus peculiares creencias religiosas, como la de la revelación continua, la de los dones espirituales o la idea de que Dios les había prometido la tierra próxima a Independence a modo de herencia. Además, muchos de ellos procedían de los estados del norte, donde la esclavitud era ilegal o había quedado obsoleta, mientras que la mayoría de los que no eran mormones eran sureños. Los habitantes de Misuri temían que el creciente número de santos terminara por controlar la política y la economía del condado. Sus oponentes más enconados eran líderes civiles y religiosos que querían expulsar a los miembros de la Iglesia fuera del condado.
Un artículo de julio en el periódico de la Iglesia The Evening and the Morning Star avivó los temores de los residentes de Misuri en cuanto al abolicionismo. El editorial trataba los obstáculos legales relacionados con la emigración de conversos negros libres a Misuri, un estado esclavista. Muchos residentes consideraron que el editorial —y, por extensión, la Iglesia— tenía la intención de alentar esas migraciones. El 20 de julio, un grupo de atacantes exigió a los santos que abandonaran el condado de Jackson, pero cuando los líderes de la Iglesia se negaron, el grupo atacó la imprenta, arrojó la maquinaria por la ventana, esparció las piezas metálicas (tipos) por la calle y destrozó las paredes del edificio. Entonces, algunos cubrieron de brea y plumas a Edward Partridge, obispo de la Iglesia en Misuri, y a Charles Allen, otro miembro de la Iglesia, en la plaza pública. Los atacantes se dispersaron después de forzar un acuerdo con los líderes de la Iglesia en cuanto a que la mitad de los santos debía abandonar el condado para el 1º de enero de 1834 y el resto el 1º de abril de ese mismo año.
Durante los meses siguientes, los líderes de la Iglesia en Misuri exploraron sus opciones legales frente a la expulsión planificada y recibieron consejo de José Smith en cuanto a que conservaran sus títulos de propiedad y permanecieran en sus tierras. El 20 de octubre de 1833 hicieron público que los santos se quedarían en el condado, lo cual hizo que los atacantes se pusieran en marcha de inmediato y el 31 de octubre de ese mismo año reanudaron la violencia. El populacho atacó asentamientos de la Iglesia en el condado de Jackson durante varios días.
El 4 de noviembre asaltaron los hogares de Santos de los Últimos Días próximos al río Big Blue. En la escaramuza posterior murieron dos personas no mormonas y un miembro de la Iglesia, y resultaron heridas varias personas de ambos grupos. Al día siguiente, el coronel Thomas Pitcher llamó a la milicia local para restablecer el orden pero en vez de ello, la milicia obligó a casi 150 miembros a que entregaran sus armas y encarceló a varios hombres mormones. Los miembros de la Iglesia —hombres, mujeres y niños— empezaron a huir del condado ese mismo día; la mayoría cruzó el río Misuri hacia el condado de Clay. Ese éxodo se prolongó durante varias semanas, con los santos sufriendo muchas penurias. Un grupo de mujeres y niños vagó por la pradera durante varios días para huir de la violencia, dejando tras ellos un rastro de sangre producido por los cortes que la dura hierba infligía en los pies descalzos de los pequeños.
A los santos les costó entender la expulsión del condado de Jackson. José Smith le dijo a Edward Partridge que Dios no le mostró cuál había sido “la gran causa impulsora de esta gran aflicción” ni cómo iban a recuperar sus tierras2. José siguió buscando una explicación para las causas de la expulsión y para saber cuál debía ser la respuesta de los santos. La noche del 16 al 17 de diciembre de 1833 José Smith dictó una revelación en la que se declaraba que el Señor había permitido que los santos fueran expulsados del condado de Jackson por motivo de las “riñas, y contiendas, y envidias, y disputas, y deseos sensuales y codiciosos entre ellos”3. En la revelación también se declaraba que la expulsión era una prueba para los santos similar a cuando Dios le pidió a Abraham que sacrificara a Isaac. A continuación se exponía la parábola de un noble cuya viña había sido invadida por el enemigo y que mandaba a su siervo que llamara a la fuerza de su casa para redimirla. En una revelación de febrero de 1834 se declaraba que José Smith era el siervo del noble y que necesitaba invocar la fuerza de la casa del Señor4. Esas revelaciones se convirtieron en el catalizador de la expedición del campamento de Israel (o Campo de Sion) de mayo a julio de 1834.
Temas relacionados: Justicieros, Guerra mormona de Misuri de 1838, El Campo de Sion (campamento de Israel)