“Barrios y estacas”, Temas de la historia de la Iglesia
“Barrios y estacas”
Barrios y estacas
Cuando se organizó la Iglesia, en abril de 1830, no se necesitaba una gran estructura organizacional, ya que la mayoría de los santos podían reunirse en el mismo lugar. A medida que otras personas y familias se unían a la Iglesia en lugares remotos, se les organizó como congregaciones separadas, o “ramas”. No había transcurrido aún un año desde la fundación de la Iglesia, cuando se recibió una revelación en la que se mandaba a que todos los grupos de creyentes se congregasen en un solo lugar1. Pronto se establecieron Kirtland, Ohio, y el condado de Jackson, Misuri, como centros de recogimiento. Los santos en Misuri esperaban edificar la ciudad de Sion en preparación para la Segunda venida. Se designó a Kirtland como una “estaca de Sion”, haciendo referencia de la metáfora de Isaías de una tienda gigante que serviría de morada del pueblo del convenio de Dios2. Una presidencia, un obispo y un sumo consejo dirigían a los miembros de la Iglesia en ambos lugares de recogimiento3.
Se enviaron misioneros desde estos lugares de recogimiento para predicar el Evangelio por todos los Estados Unidos, Canadá y, para 1837, Gran Bretaña. Se esperaba que los conversos se unieran a otros Santos de los Últimos Días en Misuri u Ohio cuando les fuera posible. No obstante, se formaron muchas pequeñas ramas en zonas donde los misioneros tenían éxito. Estas ramas eran administradas por el Cuórum de los Doce Apóstoles, al que se le había dado la responsabilidad de actuar como “sumo consejo viajante” para las ramas distantes de los centros de recogimiento4.
Se crearon más estacas, aparte de la de Kirtland, luego de que los santos fueron expulsados del condado de Jackson y, posteriormente, de todo el estado de Misuri. La estaca de Nauvoo, Illinois, era particularmente grande y servía de centro principal de recogimiento a principios de la década de 1840. La ciudad creció a tal grado, que fue dividida en barrios municipales, que era una forma usual de administrar las grandes ciudades en esa época. Estos barrios se convirtieron en importantes medios para administrar los asuntos de la Iglesia, así como los asuntos cívicos, los cuales se entremezclaban en esa ciudad que era predominantemente Santo de los Últimos Días5. En 1842, el sumo consejo de Nauvoo estableció 10 barrios y llamó a obispos para cada barrio. Los obispos eran responsables principalmente del cuidado de los pobres en sus respectivos barrios, y se usaban los barrios como una manera de organizar la recolección y distribución de los diezmos y el trabajo del templo. Los cuórums del sacerdocio continuaron organizados a nivel de estaca, y los santos de Nauvoo mayormente se reunían juntos como estaca para los servicios de adoración6.
Cuando el cuerpo principal de la Iglesia se trasladó a otro centro de recogimiento en Utah, a finales de la década de 1840, se conservaron estas mismas estructuras organizacionales. Se estableció inmediatamente una estaca en Salt Lake City, que se dividió en 19 barrios. Entre 1847 y su muerte en 1877, Brigham Young organizó 20 estacas en Utah e Idaho, cada una de las cuales cubría una extensa región geográfica que abarcaba muchas poblaciones. Los poblados y asentamientos más pequeños solían tener sus propios obispos, y a medida que crecían, se los dividía en barrios, cada uno con su propio obispo. Gradualmente, la mayoría de los miembros comenzó a reunirse para adorar en barrios, en lugar de hacerlo como poblados o estacas7.
En 1877, Brigham Young dirigió una extensa simplificación de las organizaciones de la Iglesia, estableciendo o reforzando muchas de las mismas estructuras básicas que existen en la Iglesia en la actualidad: los grupos más pequeños como ramas, con presidentes de rama; los grupos más grandes como barrios con obispos; todos administrados por estacas, que eran presididas por presidentes de estaca8.
Fuera de estas estacas, principalmente en las misiones de la Iglesia, las ramas pequeñas continuaron nutriendo a los nuevos conversos y a los que no estaban en capacidad de ir a los centros de recogimiento. Se convocaba regularmente a los grupos de ramas a reunirse en conferencias, y los líderes y los miembros de la Iglesia comenzaron a utilizar el nombre de conferencia para designar a estos grupos de ramas. Las conferencias eras dirigidas por un presidente de conferencia, generalmente un misionero.
A principios del siglo XX, los Presidentes de la Iglesia, Lorenzo Snow y Joseph F. Smith realizaron cambios en las estacas de Utah, dividiendo a las estacas grandes de acuerdo con la cantidad de miembros en lugar de por la distancia entre unos y otros. Por ejemplo, la estaca de Salt Lake City, con 40.000 miembros, fue dividida en seis estacas más pequeñas. Estos ajustes permitieron tener barrios de un tamaño más manejable y fomentaron una mayor participación entre los miembros locales. Los barrios y las estacas participaban en programas de construcción que llevaron a la construcción de miles de centros de reuniones. Los barrios proporcionaban acceso a los canales de la autoridad del sacerdocio a fin de poder administrar las ordenanzas del Evangelio, desarrollar plenamente los programas auxiliares de la Iglesia y atender las necesidades temporales de los santos9.
Fuera del área de Utah, las misiones, que eran presididas por presidentes de misión, supervisaban las operaciones de la Iglesia. Centenares de ramas en las misiones, que ahora se esparcían por casi todo continente, continuaron creciendo a medida que se alentaba más y más a los conversos a permanecer en sus tierras natales, en lugar de congregarse en Utah. Se dejó de llamar conferencias a los grupos de ramas en las misiones, y se les llamó distritos. A inicios de la década de 1920, los líderes de la Iglesia establecieron estacas fuera del oeste de los Estados Unidos. Las primeras fueron organizadas en California, el norte de México y el este de los Estados Unidos, así como unas pocas en el Pacífico y en Europa. En la década de 1970, los líderes de la Iglesia comenzaron a establecer estacas por todo el mundo, teniendo cada estaca varios barrios y ramas para supervisar10.
Las estacas y los barrios ofrecen un fuerte sentido de comunidad y pertenencia a los miembros, muchos de los cuales actualmente viven en zonas urbanas congestionadas o en regiones donde los Santos de los Últimos Días son una pequeña minoría. A nivel local, los obispos y los miembros del barrio se cuidan y ministran unos a otros al esforzarse por vivir conforme a los principios del Evangelio. La mayoría de los cuórums del sacerdocio y las organizaciones auxiliares de la Iglesia están organizadas a nivel de barrio. Las líneas de autoridad eclesiástica conectan a los barrios, a través de las presidencias de estaca, con las Autoridades y los Oficiales Generales de la Iglesia.