Adultos solteros
Durante la era progresista de principios del siglo XX, muchos Santos de los Últimos Días buscaban mejorar la sociedad a través de organizaciones y programas. A fin de hermanar y ayudar a los miembros adultos solteros, los participantes en las distintas organizaciones de la Iglesia desarrollaron programas que, con el tiempo, se convirtieron en barrios y estacas para adultos solteros. En 1913, la Sociedad de Socorro patrocinó una casa para mujeres jóvenes solteras que iban a Salt Lake City en busca de trabajo u hospedaje. La iniciativa para proporcionar refugio a mujeres potencialmente vulnerables se expandió en 1920 con el resurgimiento de la Casa de la Colmena, originalmente la casa de Brigham Young y su numerosa familia, como residencia para mujeres jóvenes solteras. Alrededor de esa época, muchas fraternidades y hermandades de Santos de los Últimos Días organizaron a estudiantes universitarios y exmisioneros en grupos sociales que funcionaban en paralelo a los nuevos “Seminarios universitarios”, que más adelante se convirtieron en los Institutos de Religión que los líderes de la Iglesia establecieron en algunos campus universitarios. Con el creciente número de jóvenes adultos que asistían a la universidad, aumentaron los programas de actividades.
En 1950, los líderes de la Iglesia estudiaron formas de integrar la estructura eclesiástica de los barrios y de las estacas a la vida en el campus. En 1956, se organizó la Estaca BYU principalmente para jóvenes adultos no casados que asistían a la Universidad Brigham Young. Pronto sus doce barrios acogieron a estudiantes con familias jóvenes y mantuvieron la mayoría de las mismas organizaciones que había en los barrios tradicionales, como la Escuela Dominical y la Primaria. Lejos de los campus universitarios, otras estacas incluyeron barrios organizados principalmente para adultos solteros.
En la década de 1970, a medida que florecían las organizaciones de hermanamiento relacionadas con los campus, los líderes de la Iglesia reconocieron formas en que los adultos solteros de todas las edades se podían beneficiar de un ministerio adaptado a sus necesidades, intereses y preocupaciones. Muchos adultos no casados expresaban sentimientos de aislamiento al participar en una comunidad que suele hacer referencias al hecho de estar casado. Una mujer que quedó viuda en aquella época reflexionó más tarde sobre cómo el asistir a la Iglesia “sencillamente no era lo mismo” para los miembros no casados. La Asociación de Mejoramiento Mutuo (AMM) desarrolló los grupos “Hombres M” y “Espigadoras” para hombres y mujeres jóvenes adultos. En 1972, los esfuerzos por correlacionar la AMM con los cuórums del sacerdocio dieron origen a un nuevo programa para adultos solteros. Al presentar este programa, el élder James E. Faust dijo haber escuchado a solteros Santos de los Últimos Días afirmar que se sentían marginados y desalentados. “Debemos comenzar tratando de llegar a cada persona en particular”, declaró él. “Deseamos que todos sientan que pertenecen a la Iglesia”. Los miembros no casados de entre dieciocho y veinticinco años formaron el grupo de “Jóvenes Adultos Solteros” y los de veintiséis años en adelante se agruparon bajo el nombre de “Miras Especiales”. Los obispos locales crearon grupos de noche de hogar para miembros solteros que no vivían con sus familias de origen. En áreas en las que había suficientes jóvenes adultos solteros, a veces los presidentes de estaca y los obispos organizaban grupos de Escuela Dominical y Sociedad de Socorro. Cuando el número de barrios de jóvenes adultos solteros (JAS) superó al de barrios de estudiantes a principios del siglo XXI, estos últimos se retiraron. En 2016, los jóvenes adultos solteros, independientemente de que estuvieran en la universidad o no, asistían a más de 1300 unidades de JAS en todo el mundo.
Para 2021, el panorama demográfico de los miembros adultos de la Iglesia cambió de modo que la mayoría de ellos eran solteros. A principios de la década de 1980, los líderes habían anticipado la expansión de organizaciones de JAS y de Miras Especiales para adaptarse a los cambios. En las décadas que siguieron se realizaron esfuerzos para perfeccionar los programas de hermanamiento y las actividades a fin de incluir y apoyar mejor a los adultos solteros. Durante la transmisión de un evento Cara a Cara en 2021 para miembros solteros mayores de treinta años, líderes del Cuórum de los Doce y de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro hablaron del panorama cambiante de los miembros de la Iglesia en todo el mundo. “Todo miembro, independientemente de sus circunstancias, tiene mucho que contribuir, y esperamos reconocer mejor esto en los miembros de la Iglesia”, dijo Sharon Eubank en esa ocasión.
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