“Consejo de los Cincuenta”, Temas de la historia de la Iglesia
“Consejo de los Cincuenta”
Consejo de los Cincuenta
Menos de cuatro meses antes de su muerte, en 1844, José Smith convocó un consejo a fin de tratar propuestas para establecer asentamientos de Santos de los Últimos Días en zonas que por entonces se hallaban fuera de los Estados Unidos, como California y Texas. El consejo no solo deliberó en cuanto al modo en que los líderes de la Iglesia gobernarían aquellos poblados, sino también sobre la forma de establecer un reino o gobierno político en preparación para el reinado milenario de Jesucristo. José Smith y sus compañeros consideraron el consejo como el comienzo de tal reino. El consejo estaba compuesto por unos cincuenta miembros, quienes por lo general se referían a este como el “Reino de Dios” o el “Consejo de los Cincuenta”1.
José Smith tenía la intención de que el Consejo funcionara de modo separado de la Iglesia. Mientras que la Iglesia se ocupaba de las cuestiones espirituales y la salvación eterna de los hijos de Dios, el Consejo de los Cincuenta era una organización política o cívica que se había formado a fin de “gobernar a los hombres en los aspectos civiles”. Muchos de los compañeros más cercanos a José fueron parte del Consejo, entre ellos, algunos miembros de la Primera Presidencia, del Cuórum de los Doce Apóstoles y del Sumo Consejo de Nauvoo2. José también permitió que tres personas que no eran mormonas ingresaran al Consejo.
El deseo de los Santos de los Últimos Días de poner los cimientos de un nuevo gobierno cívico se debía, en parte, a la persecución que habían padecido en Misuri. José Smith y otros líderes de la Iglesia estaban convencidos de que los gobiernos locales, los estatales y el nacional o bien no estaban dispuestos a defender los derechos de la Iglesia —en su carácter de minoría religiosa— o bien no podían proteger dichos derechos. Uno de los importantes propósitos del Consejo era adoptar medidas que protegieran los “derechos de libertad de culto y de adoración” de los Santos de los Últimos Días y de los demás3. Las minutas del Consejo contienen elocuentes enseñanzas de José Smith sobre la libertad de culto; este se refirió a “la importancia de despojarnos de toda traza de censura e intolerancia para con el parecer religioso de los hombres”4.
Durante la primavera de 1844, el Consejo se reunió con frecuencia a fin de redactar un estatuto, promover la campaña de 1844 de José Smith a la Presidencia de los Estados Unidos, y determinar potenciales sitios de recogimiento en el oeste de Norteamérica. Tras la muerte de José Smith, se volvió a convocar el Consejo en 1845 y a inicios de 1846 bajo la dirección de Brigham Young a efectos de tomar decisiones tocantes a cómo gobernar de Nauvoo, entablar relaciones diplomáticas con los amerindios, y prepararse para el éxodo de los Santos de los Últimos Días al oeste.
Ya en Utah, el Consejo se reunió de manera esporádica desde fines de la década de 1840 hasta la década de 1860. John Taylor reorganizó el Consejo en 1880, aunque las reuniones dejaron de efectuarse antes del final de la década5.
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