“Exposición Colombina de 1893”, Temas de la historia de la Iglesia
“Exposición Colombina de 1893”, Temas de la historia de la Iglesia
Exposición Colombina de 1893
La ciudad de Chicago, Illinois, fue sede en 1893 de una celebración cultural que los organizadores y la prensa popular promocionaron como uno de los eventos más cosmopolitas del siglo. Por seis meses, la Exposición Mundial Colombina, que conmemoraba el aniversario número 400 de la llegada de Cristóbal Colón al continente americano, atrajo a millones de visitantes de todo el mundo a sus instalaciones de un kilómetro y medio de extensión, más de 200 edificios, cientos de exposiciones y una serie de conferencias y banquetes.
Más de siete mil Santos de los Últimos Días del territorio de Utah asistieron a la feria, con la expectativa de representar su cultura religiosa y cívica en persona, ayudar a superar los prejuicios y hacer campaña para que recibieran la condición de estado1. Su participación en varios eventos trajo la aclamación de la audiencia, premios en las exhibiciones y prensa favorable durante una época en que había hostilidad hacia los santos, quienes se habían comprometido hacía apenas tres años a dar fin a la práctica del matrimonio plural2. La benevolencia que recibieron persuadió a los líderes de la Iglesia y a los miembros a aumentar sus esfuerzos en las relaciones públicas y a forjar alianzas con la sociedad en general3.
Dos años antes de la feria, la legislatura territorial de Utah había ganado una licitación para que la exhibición erigiera un “edificio de Utah” en el predio de la feria, para organizar su propia exposición. La legislatura designó una comisión para diseñar el edificio y varias exposiciones de agricultura, minería, artesanías, obras de arte, arqueología, educación y otras labores de las mujeres de Utah4.
Además de las exposiciones, los Santos de los Últimos Días participaron en conferencias y concursos. Las líderes de la Sociedad de Socorro, de la Asociación de Mejoramiento Mutuo de las Mujeres Jóvenes y de la Asociación de la Primaria se unieron al Congreso Mundial de Mujeres en Órganos Representativos, donde se reunieron en conferencias con varias organizaciones prominentes de mujeres, entre ellas, el National Council of Women of the United States [Consejo Nacional de Mujeres de Estados Unidos]5. Luego de una sesión, las líderes a favor del sufragio [femenino] dieron discursos espontáneos elogiando el trabajo de las mujeres Santos de los Últimos Días y luego seleccionaron a Emmeline B. Wells, secretaria general de la Sociedad de Socorro y editora de Woman’s Exponent [El adalid de la mujer], como una de las dos presidentas de sesión honorarias6. Wells y otras mujeres Santos de los Últimos Días cultivaron relaciones duraderas con otras mujeres líderes.
Un concurso de coros reconocidos invitó a participar al Coro del Tabernáculo y, aunque al principio fue reticente, el director Evan Stephens seleccionó 250 de los 400 cantantes voluntarios para la presentación en Chicago7. El coro organizó presentaciones a lo largo de la ruta del tren, para recaudar fondos para el viaje y el alojamiento, un modelo que seguirían en giras de conciertos posteriores. Ante un público de 10 000 personas, el coro cantó tres números en el concurso de voces mezcladas, por lo cual obtuvieron la medalla de plata del segundo lugar. Los críticos de los periódicos elogiaron la actuación, particularmente por la dirección de Stephen y por el sonido profesional de todo el grupo de voluntarios. Poco después del concurso, el coro cantó en la ceremonia de dedicación de Liberty Bell [la Campana de la Libertad], de Chicago. La interpretación que hizo el coro de los himnos nacionales cimentó su reputación inicial como un excelente grupo musical patriótico8.
Uno de los más grandes eventos colaterales fue World’s Parliament of Religions [el Parlamento Mundial de Religiones], una conferencia que albergó a representantes de 10 de las principales tradiciones religiosas: el confucianismo, el taoísmo, el sintoísmo, el hinduismo, el budismo, el jainismo, el zoroastrismo, el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Aunque la conferencia se autoproclamó como inclusiva a nivel mundial, muchos grupos, entre ellos el afroamericano, el latinoamericano, el amerindio y los de otras naciones nativas casi no tuvieron representación y se excluyó a los Santos de los Últimos Días. Luego de un esfuerzo conjunto para captar apoyo, B. H. Roberts, un miembro de los Setenta, recibió una invitación para hablar, pero durante la conferencia fue reasignado a un auditorio de menor importancia9. Luego de que los organizadores rechazaran su pedido de hablar en la asamblea principal, Roberts se retiró. Sin embargo, él y miembros de la Primera Presidencia asistieron a las sesiones y escucharon a líderes religiosos de todo el mundo; de algunos de ellos, era la primera vez que oían acerca de sus tradiciones. El presidente de la Iglesia, Wilford Woodruff, su consejero, George Q. Cannon, y otros que asistieron, se retiraron del Parlamento con un respeto más profundo hacia las religiones del mundo y notaron algunos puntos de similitud llamativos con las enseñanzas de Jesucristo10.
Durante toda la exhibición, el edificio de Utah atendió a los visitantes y recibió atención positiva de los comités de premios y de la prensa nacional e internacional. Los éxitos de las exposiciones de Utah, las conferencias y las actuaciones del coro dejaron a la mayoría de los participantes Santos de los Últimos Días animados y ansiosos por ampliar sus actividades de relaciones públicas a su regreso a Salt Lake City. Los líderes y los miembros de la Iglesia empezaron a hablar en términos de mutua admiración por los valores familiares y cívicos de otros grupos religiosos. La Iglesia ha continuado participando en ferias mundiales y en grandes exhibiciones posteriores hasta el siglo XXI11.
Temas relacionados: Utah, Sufragio de mujeres, Coro del Tabernáculo, Emmeline B. Wells, B. H. Roberts