Historia de la Iglesia
Las finanzas de la Iglesia


“Las finanzas de la Iglesia”, Temas de la historia de la Iglesia, 2022

“Las finanzas de la Iglesia”, Temas de la historia de la Iglesia

Las finanzas de la Iglesia

Desde los primeros días de la Restauración, la revelación fue delineando aspectos de la misión de la Iglesia que requerirían medios temporales, entre ellos, el cuidar de los pobres, publicar las Escrituras y otros materiales de la Iglesia, y edificar casas de adoración. José Smith actuó conforme a la revelación y se valió de modelos empresariales vigentes en ese momento para financiar estas importantes labores. Los líderes posteriores de la Iglesia siguieron este mismo modelo, adaptando las finanzas a las necesidades cambiantes de la Iglesia. Con el tiempo, la Iglesia ha experimentado temporadas de dificultades económicas, así como temporadas en las que le ha sido posible acumular reservas1.

Las revelaciones de 1831 establecían “la ley de consagración y mayordomía”, que instruía a los miembros de la Iglesia a consagrar sus propiedades para impulsar la obra del Señor y aliviar la pobreza. Estas revelaciones también establecían el oficio de obispo para recibir y distribuir las propiedades consagradas2. José Smith y otros líderes también siguieron las revelaciones que aconsejaban manejar las actividades editoriales y mercantiles de la Iglesia mediante una entidad llamada La Firma Unida3.

billete de la década de 1830

Un billete del Banco de la Sociedad de Seguridad Financiera de Kirtland, firmado por José Smith y Sidney Rigdon, usado como moneda entre 1836 y 1837.

Al igual que otras iglesias en los primeros tiempos de los Estados Unidos, los líderes Santos de los Últimos Días utilizaban herramientas tales como pagarés, letras de cambio, préstamos, acciones y bonos4. En 1836, en Kirtland, Ohio, los líderes de la Iglesia establecieron la Sociedad de Seguridad Financiera de Kirtland, una institución financiera fundada mediante la compra de acciones. El propósito de esta institución era ampliar el acceso de los Santos de los Últimos Días al capital y financiar los objetivos de la Iglesia. Desafortunadamente, una crisis financiera en los Estados Unidos y Gran Bretaña en 1837 agotó las reservas del banco, interrumpió la venta de tierras y llevó al colapso a numerosos bancos, entre ellos a la Sociedad de Seguridad Financiera de Kirtland5.

Dos revelaciones de 1838 marcaron un cambio en el enfoque de la Iglesia en cuanto a cómo financiar sus operaciones. Ponían énfasis en la importancia de pagar diezmos como un medio de financiar la obra de la Iglesia, e instituían un consejo para supervisar los gastos realizados con los diezmos, que fue conocido como el Consejo Encargado de la Disposición de los Diezmos6.

A comienzos de 1841, José Smith realizaba negocios en nombre de la Iglesia como “fideicomisario”, o la persona legalmente responsable de los bienes de la Iglesia7. Este era un modelo de organización común en muchas iglesias y otras instituciones en ese momento8. Luego de la muerte de José Smith, los miembros de la Iglesia sostuvieron al Cuórum de los Doce Apóstoles “para que dicte sobre las finanzas de la Iglesia” hasta que la Primera Presidencia pudiera ser reorganizada9.

Durante el resto del siglo XIX, el fideicomisario actuó en concordancia con los consejos de la Iglesia para adquirir propiedades y otros negocios en representación de la Iglesia, invertir en construir comunidades Santos de los Últimos Días y financiar el recogimiento de los santos en el oeste de los Estados Unidos10. Por ejemplo, la Iglesia ayudó a facilitar la migración de Santos de los Últimos Días hacia el oeste de los Estados Unidos al conceder préstamos mediante el Fondo Perpetuo para la Emigración11. En 1877, en un esfuerzo por asegurar una contabilidad prudente y constante, el presidente John Taylor organizó un comité de auditoría que revisaría todas las transacciones realizadas bajo el fideicomisario12.

Las leyes antipoligamia, promulgadas por el gobierno de los Estados Unidos en la década de 1880, perseguían socavar las finanzas de la Iglesia, y terminaron privando de derechos a la Iglesia y confiscando sus fondos y propiedades. Las fluctuaciones en los mercados y las inversiones poco acertadas agotaron aún más los recursos restantes de la Iglesia, lo que dejó a los Presidentes de la Iglesia, Wilford Woodruff y Lorenzo Snow, con importantes deudas. Luego del Manifiesto de 1890, el presidente Woodruff trabajó con legisladores y funcionarios judiciales para recuperar las propiedades de la Iglesia y convertir muchas empresas afiliadas a la Iglesia en empresas privadas, un proceso que continuaron sus sucesores. En 1899, el presidente Snow hizo un llamado a los Santos de los Últimos Días de aumentar su compromiso con las contribuciones de diezmos, lo que con el tiempo ayudó a la Iglesia a regresar a la solvencia económica13.

A comienzos del siglo XX, el Presidente de la Iglesia, Heber J. Grant, y el Obispo Presidente, Charles Nibley, quienes anteriormente trabajaron como empresarios, incorporaron bajo tres entidades las operaciones de la Iglesia, que antes eran administradas únicamente por el fideicomisario. En 1916 se creó la Corporación del Obispo Presidente para administrar los donativos y los gastos para “obras de caridad y para la adoración pública”, incluyendo los centros de reuniones locales. En 1923, el presidente Grant estableció la Corporación del Presidente, que supervisó todos los demás bienes de la Iglesia usados para propósitos religiosos. También fundó la Zions Securities Corporation para administrar el resto de las entidades y propiedades sujetas a impuestos y no eclesiásticas. Durante este período, el obispo Nibley trabajó para alinear los registros financieros de la Iglesia con los estándares contables modernos. A medida que la situación financiera de la Iglesia mejoraba, los líderes de la Iglesia empezaron a proporcionar hasta un 50 por ciento de los costos de construcción de los centros de reuniones locales, dejando el resto a los presupuestos locales. Las normas financieras implementadas por el presidente Grant permanecieron intactas en su mayoría hasta la década de 196014.

Entre 1915 y 1959, los informes anuales de los ingresos y los gastos de la Iglesia se anunciaban en la conferencia general. Estos informes mostraban que la mayoría de los fondos estaban destinados a los edificios de los barrios y las estacas, a los edificios de las Oficinas Generales, las escuelas de la Iglesia, las misiones y el programa de bienestar15. Después de 1959, los auditores presentaban en la conferencia general solo los resultados de una auditoría general anual, asegurando al público que los líderes habían seguido procedimientos financieramente responsables y habían actuado con honestidad en su uso de los fondos de la Iglesia.

El gasto deficitario en el ambicioso programa internacional de la Iglesia de construcción de edificios para barrios y estacas durante la década de 1960 agotó las cuentas de la Iglesia. N. Eldon Tanner, anteriormente un empresario profesional, fue llamado a la Primera Presidencia en 1963, e introdujo estrictos controles presupuestarios en las operaciones de la Iglesia. Delineó un plan financiero que alentaba generar un excedente, ceñirse estrictamente a un presupuesto y hacer gastos de la reserva. En un corto período, la Iglesia pudo cumplir con sus presupuestos operativos y pagar sus deudas16.

Esta condición financiera mejorada le permitió a la Iglesia apoyar de forma más efectiva muchos aspectos de su misión. Por ejemplo, desde comienzos de la década de 1900, los barrios y las estacas locales habían operado sus presupuestos a través de una mezcla de donaciones locales y fondos de diezmos. En 1990, el Consejo Encargado de la Disposición de los Diezmos anunció que todos los gastos operativos de las unidades locales se pagarían con los fondos generales de diezmos. El año siguiente, un fondo misional consolidado permitió que los gastos mensuales del servicio misional de tiempo completo se igualaran en todas las misiones17.

Luego de décadas de gastos con superávit y una cuidadosa planificación, las fieles contribuciones de los Santos de los Últimos Días resultaron en la generación de reservas significativas en la Iglesia, muchas de las cuales los líderes de la Iglesia reinvirtieron, ahorraron para necesidades futuras, o usaron para proyectos humanitarios y de renovación urbanística en todo el mundo18. Empezando en 2013, la Iglesia produjo un informe anual detallando sus gastos en labores humanitarias19.

En 2019, el Presidente de la Iglesia, Russell M. Nelson, dirigió la fusión de la Corporación del Obispo Presidente y la Corporación del Presidente, y se cambió el nombre de la corporación resultante a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días20. Ese mismo año, la Primera Presidencia reiteró su compromiso de usar los fondos sagrados de la Iglesia de forma sabia: “Tomamos seriamente la responsabilidad de cuidar de los diezmos y donativos que se reciben de los miembros. La vasta mayoría de estos fondos se usan inmediatamente para atender las necesidades de la Iglesia en crecimiento, entre otras, que haya más centros de reuniones, templos, educación, labor humanitaria y misional en todo el mundo”21.

Temas relacionados: Firma Unida (“Orden Unida”), Sociedad de Seguridad Financiera de Kirtland, Obispo, Consagración y mayordomía, Diezmo, Liquidación de las propiedades de José Smith, Movimiento cooperativo, Órdenes Unidas, Wilford Woodruff, Lorenzo Snow, Heber J. Grant

  1. Véase Matthew C. Godfrey y Michael Hubbard MacKay, editores, Business and Religion: The Intersection of Faith and Finance, Provo, Utah: Religious Studies Center, 2019.

  2. Véase Tema: Consagración y mayordomía.

  3. Doctrina y Convenios 4142; véase Tema: Firma Unida (“Orden Unida”). Véase también Max H Parkin, “Joseph Smith and the United Firm: The Growth and Decline of the Church’s First Master Plan of Business and Finance, Ohio and Missouri, 1832–1834”, BYU Studies, tomo XLVI, nro. 3, 2007, págs. 4–66; Nathan B. Oman, “‘Established Agreeable to the Laws of Our Country’: Mormonism, Church Corporations, and the Long Legacy of America’s First Disestablishment”, Journal of Law and Religion, tomo XXXVI, nro. 2, 2021, págs. 212–213.

  4. Amanda Porterfield, John Corrigan y Darren E. Grem, editores, The Business Turn in American Religious History, New York: Oxford University Press, 2017, págs. 4–8; véase también Robert E. Wright y David J. Cowen, “An Historiographical Overview of Early U.S. Finance (1784–1836): Institutions, Markets, Players, and Politics”, Washington, DC: National Park Service, 1999, págs. 3–15.

  5. Véase Tema: Sociedad de Seguridad Financiera de Kirtland; Oman, “Agreeable to the Laws”, págs. 213–214.

  6. David W. Smith, “The Development of the Council on the Disposition of the Tithes”, BYU Studies Quarterly, tomo. LVII, nro. 2, 2018, págs. 131–155. Véase Tema: Diezmos; véase también Doctrina y Convenios 120.

  7. José Smith, “Appointment as Trustee, Nauvoo, Illinois, 2 February, 1841”, en Record Book of Mortgages, Title Bonds, Leases, Deeds of Trust and Sales of Personal Property, Hancock County, Illinois, tomo I, 1840, pág. 95, https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/appointment-as-trustee-2february-1841/1.

  8. James Hudnut-Beumler, In Pursuit of the Almighty’s Dollar: A History of Money and American Protestantism, Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2007, págs. 10–14; Mark A. Noll, editor, God and Mammon: Protestants, Money, and the Market, 1790–1860, New York: Oxford University Press, 2001, págs. 8–15, 271–282.

  9. Minutes, Nauvoo, Illinois, stand, Aug. 8, 1844, 7–8, Historian’s Office General Church minutes, 1839–1877, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City.

  10. Véase Samuel D. Brunson, “‘To Omit Paying Tithing’: Brigham Young and the First Federal Income Tax”, en Godfrey y MacKay, editores, Business and Religion.

  11. Véase Tema: Emigración.

  12. John Taylor, Remarks, 7 de octubre de 1877, en Journal of Discourses, 26 tomos, London: Latter-day Saints’ Book Depot, 1854–1886, tomo XIX, pág. 122.

  13. Véanse Temas: Legislación antipoligamia, Órdenes Unidas, Wilford Woodruff, Lorenzo Snow. Véase también Thomas G. Alexander, “Church Administrative Change in the Progressive Period, 1898–1930”, capítulo 13 en David J. Whittaker y Arnold K. Garr, editores, A Firm Foundation: Church Organization and Administration, Provo: Religious Studies Center, 2011, págs. 295–298; Leonard J. Arrington, Great Basin Kingdom: An Economic History of the Latter-day Saints, 1830–1900, Lincoln: University of Nebraska Press, 1958, págs. 383–386, 400–409.

  14. Alexander, “Church Administrative Change”, págs. 298–299; véase también Charles W. Nibley, “The ‘Mormon’ Finance System”, The Improvement Era, tomo XVI, nro. 9, julio de 1913, págs. 941–943; Joseph F. Smith, Anthon H. Lund, y Charles W. Penrose, Carta a Reed Smoot, 7 de septiembre de 1916, en James R. Clark, editores, Messages of the First Presidency, 6 tomos, Salt Lake City: Deseret Book, 1965–1975, tomo V., nro. 36; “Amendment to the Articles of Incorporation of the ‘Corporation of the Presiding Bishop of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints’”, 1 de junio de 1917, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City.

  15. Véase Joseph F. Smith, Tithing Report, 4 de abril de 1915, en Conference Report, abril de 1915, págs. 8–9; “Statistical and Financial Report—1958”, en Conference Report, abril de 1959, págs. 91–93.

  16. G. Homer Durham, N. Eldon Tanner: His Life and Service, Salt Lake City: Deseret Book, 1982, págs. 208–209; John P. Livingstone, “N. Eldon Tanner and Church Administration”, capítulo 21 en Whittaker y Garr, editores, A Firm Foundation, págs. 485–501.

  17. James B. Allen y Glen M. Leonard, The Story of the Latter-day Saints, segunda edición, Salt Lake City: Deseret Book, 1992, pág. 657; Samuel D. Brunson, God and the IRS: Accommodating Religious Practice in United States Tax Law, New York: Cambridge University Press, 2018, págs. 147–168.

  18. Tad Walch, “Church Finances: Presiding Bishopric Offers Unique Look Inside Financial Operations of Growing Faith”, Deseret News, 14 de febrero de 2020, https://www.deseret.com/faith/2020/2/14/21133740/mormon-church-finances-billions-presiding-bishopric-ensign-peak-tithing-donations-byu-real-estate.

  19. Latter-day Saint Charities Annual Reports, https://www.latterdaysaintcharities.org/annual-reports/2021.

  20. Oman, “Agreeable to the Laws”, pág. 227, nota 163.

  21. First Presidency, Statement on Church Finances, Dec. 17, 2019, https://newsroom.churchofjesuschrist.org/article/first-presidency-statement-church-finances.