Lección de estudio individual supervisado
3 Nefi 11:18–16:20 (unidad 25)
Introducción
En esta lección los alumnos reflexionarán sobre cómo la contención afecta su capacidad de sentir el Espíritu. También podrán pensar acerca de las personas que han sido ejemplos positivos para ellos y considerarán en qué forma pueden ser mejores ejemplos para los demás.
Sugerencias para la enseñanza
3 Nefi 11:18–41
Jesucristo expone la manera de bautizar, condena la contención y declara Su doctrina
Escriba el sustantivo contención en la pizarra y pídales a los alumnos que den una definición de esta palabra (discusión, conflicto o disputa).
Invite a los alumnos a hacer una lista breve en la pizarra que incluya algunas situaciones o actividades en las que podrían tener la tendencia a experimentar contención. (Podría pedirle a un alumno que sirva de escribiente mientras la clase ofrece respuestas.) Mientras realizan esta actividad, evite lo que el élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, llamó “las técnicas del adversario”, las cuales pueden fomentar “el debate y la controversia” (The Lord’s Way, 1991, pág. 139).
Recuérdeles a los alumnos que en 3 Nefi 11 leyeron que Jesucristo se les apareció a los nefitas que se habían congregado en el templo. Invite a un alumno a leer 3 Nefi 11:28 en voz alta y pida a la clase que determine cuál era el tema por el cual algunos de los nefitas habían contendido. (A fin de ayudar a los alumnos a entender mejor este versículo, quizá sea bueno que explique que el término disputas significa discusiones o desacuerdos.)
Pregunte: ¿Por qué creen que es importante evitar las disputas o la contención al hablar acerca del Evangelio con otras personas?
Escriba esto en la pizarra: El espíritu de contención no es de Dios, sino… Invite a un alumno a leer 3 Nefi 11:29–30 en voz alta y pida a los alumnos que indiquen de dónde viene el espíritu de contención. La verdad que encontrarán podría expresarse de esta manera: El espíritu de contención no es de Dios, sino del diablo. Si lo desea, sugiera que los alumnos marquen esa verdad en sus Escrituras.
Pregunte: Cuando se encuentren en una situación que podría ser de contención, ¿cómo podría ayudarlos el recordar las enseñanzas del Salvador que se hallan en 3 Nefi 11:29–30? (Podría mencionar algunas situaciones específicas que estén anotadas en la pizarra o podría pedir a los alumnos que piensen en una situación en la que alguien desea discutir acerca de puntos del Evangelio.)
A fin de ayudar a los alumnos a comprender una consecuencia importante de la contención, lea o muestra la siguiente afirmación del presidente James E. Faust, de la Primera Presidencia: “Donde existe la contención, sea de quien sea la culpa, el Espíritu del Señor se retira” (“Lo que deseo que mi nieto sepa antes de salir en una misión”, Liahona, julio de 1996, pág. 43).
Si lo desea, podría sugerir a los alumnos que escriban en sus ejemplares de las Escrituras o en su diario de estudio de las Escrituras.
Pregunte: ¿Alguna vez han sentido que el Espíritu del Señor se retira por causa de la contención? ¿Qué sintieron?
Destaque las palabras del Salvador acerca de la contención que se mencionan en 3 Nefi 11:30: “Mi doctrina es ésta, que se acaben tales cosas” Después haga las siguientes preguntas:
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¿Cómo podemos deshacernos de la contención y las disputas?
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¿En qué forma podemos no estar de acuerdo con otras personas y evitar la contención?
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¿En qué modos han sentido que fueron bendecidos al esforzarse por evitar o superar la contención?
Si lo desea, podría compartir una experiencia que haya tenido en la que se haya sentido bendecido al esforzarse por evitar o superar la contención. Invite a los alumnos a observar la lista de la pizarra y elegir una situación en la que por lo general serían propensos a contender. Deles tiempo para que redacten una meta en la que establezcan cómo procurarán evitar o superar la contención en esa situación.
3 Nefi 12–16
Jesucristo enseña principios que ayudan a Sus hijos a ir hacia la perfección
Invite a los alumnos a ponerse de pie y recitar 3 Nefi 12:48. Quizá tenga que dejarlos practicar algunas veces para que puedan recitar este pasaje de dominio de las Escrituras en forma perfecta. Pida a los alumnos que usen sus ejemplares de las Escrituras para señalar algunos atributos de la perfección que se mencionan en 3 Nefi 12:1–12, los cuales esperan desarrollar en mayor medida.
Coloque una pequeña cantidad de sal en una cuchara y pida a los alumnos que adivinen qué sustancia es. Luego invite a un alumno a pasar al frente e indicar qué substancia es después de probarla. Una vez que los alumnos hayan descubierto que la sustancia era sal, pida a la clase que haga una lista de los beneficios de ella. Mientras responden, asegúrese de que quede claro que, además de darles sabor a los alimentos, la sal se usa como conservante para evitar que la carne se eche a perder.
Pida a los alumnos que lean 3 Nefi 12:13 a fin de descubrir a quiénes el Salvador comparó con la sal. A medida que los alumnos vayan respondiendo, explique que Él se estaba refiriendo no sólo a la multitud que se encontraba en el templo aquel día, sino también a todos lo que se bautizan y hacen convenio con Él.
Pregunte: ¿En qué formas nosotros, como seguidores de Jesucristo, somos como la sal? (Tenemos que ayudar a preservar o salvar a las personas y mejorar el mundo siendo una buena influencia para los demás.)
Explique que en 3 Nefi 12:13 la palabra sabor no sólo se refiere al gusto de la sal, sino también a su función como conservante.
Pida a un alumno que lea esta cita del élder Carlos E. Asay, de los Setenta, con respecto a cómo la sal puede perder su sabor:
“La sal no pierde su sabor con el paso del tiempo, sino que lo pierde sólo cuando se mezcla y contamina. Del mismo modo… el sabor y la virtud se apartan del hombre que contamina su mente con pensamientos impuros, que profana sus labios al no ser verídico, que hace mal uso de su fuerza en actos inicuos” (véase “La Sal de la tierra”, Liahona, julio de 1980, pág. 68).
Pregunte: ¿Por qué debemos esforzarnos por ser puros a fin de ser una buena influencia para los demás?
Muestre una linterna a los alumnos. Enciéndala e invite a los alumnos a que lean 3 Nefi 12:14–16 y se fijen en qué forma el Salvador usó la luz para enseñar más acerca de la función de su pueblo del convenio en el mundo. Antes de que lean, podría resultar útil explicar que un almud es un canasto.
Pregunte: ¿En qué forma los miembros que guardan sus convenios podrían ser una luz para otras personas?
Tape la luz con un canasto o una toalla y haga las preguntas que siguen a continuación:
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¿Cuáles son algunas de las formas en que podríamos sentir la tentación de esconder nuestra luz?
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De acuerdo con 3 Nefi 12:16, ¿por qué el Salvador desea que seamos ejemplos de rectitud para otras personas? (Al ser un ejemplo de rectitud, podemos ayudar a otros a glorificar al Padre Celestial. Quizá sea bueno que les sugiera a los alumnos que anoten este principio en el margen de sus ejemplares de las Escrituras.)
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¿Quién ha sido un ejemplo de rectitud para ustedes y los ha ayudado a acercarse al Padre Celestial o ha hecho más fuerte su deseo de vivir el Evangelio más plenamente?
Inste a los alumnos a ser como la sal y como una luz al mundo decidiendo ser ejemplos de rectitud.
Explique que el Salvador continuó enseñándoles a los nefitas que recibirían la verdadera recompensa de la observancia fiel de los mandamientos en la medida en que adoraran sin hipocresía y sin poner su corazón en los tesoros o recompensas terrenales. Anote las siguientes referencias de las Escrituras en la pizarra: 3 Nefi 13:22; 13:31–33; 14:7–8; 15:9; 16:13. Invite a los alumnos a escudriñar esos pasajes y determinar cuáles son algunas de las recompensas que el Padre Celestial nos prometió si enfocamos nuestro corazón en llevar vidas rectas. Después de darles suficiente tiempo, pida que los alumnos den un informe de lo que hayan encontrado.
Comparta su testimonio con los alumnos en cuanto a que el Padre Celestial y Jesucristo los ayudarán y bendecirán si se esfuerzan por dar fin a la contención y por ser un ejemplo de rectitud para el mundo.
Unidad siguiente (3 Nefi 17–22)
Diga a sus alumnos que, cuando estudien 3 Nefi 17–22, leerán que Jesucristo lloró cuando estuvo con los niños nefitas. Ínstelos a buscar respuestas a las siguientes preguntas: ¿Qué hizo Él por ellos? ¿Qué otros milagros hizo Jesús durante Su ministerio a los nefitas?