Lección de estudio individual supervisado
Alma 39–44 (Unidad 20)
Introducción
Tal como está registrado en Alma 39–42, Alma ayudó a su hijo Coriantón a entender la gravedad del pecado sexual, las doctrinas relacionadas con la Resurrección y el Juicio Final y las consecuencias eternas de las leyes de la justicia y la misericordia. En esta lección se darán oportunidades a los alumnos de enseñar y explicar estas doctrinas unos a otros.
Sugerencias para la enseñanza
Antes de la clase, prepare volantes con las instrucciones de esta lección. Familiarícese con las instrucciones para que pueda ayudar a los alumnos a tener éxito en su esfuerzo por enseñarse unos a otros.
Alma 39–41
Alma enseña que el arrepentimiento produce felicidad
Comience la clase pidiendo a los alumnos que reciten juntos Alma 39:9, que es el pasaje de dominio de las Escrituras que se les animó a memorizar como parte de su estudio esta semana. Pregunte si alguien puede recordar a la clase por qué en este versículo Alma aconsejó a su hijo Coriantón que se arrepintiera y abandonara sus pecados.
Recuérdeles que en Alma 40–41, Alma también resolvió las dudas que tenía Coriantón acerca de la resurrección de los muertos y el Juicio Final. Para ayudar a los alumnos a explicar lo que aprendieron y a compartir sus sentimientos y testimonio acerca de las verdades de Alma 39–41, escriba en la pizarra las siguientes preguntas y referencias de las Escrituras antes de que empiece la clase:
Pida a los alumnos que se imaginen que son misioneros y que tienen una cita para reunirse con alguien que está buscando la respuesta a esas preguntas. Infórmeles que se les dará tiempo para prepararse, y luego tendrán la oportunidad de contestar algunas de estas preguntas usando lo que aprendieron en Alma 39–41.
Si el tamaño de la clase lo permite, asigne a cada alumno un compañero que represente a su compañero misional. Asigne a cada pareja una de las preguntas que están en la pizarra. (Si tiene una clase pequeña, podría asignar cada pregunta a un alumno.) Dé a cada pareja una copia de las instrucciones que figuran a continuación; pídales que para contestar las preguntas de su investigador usen los versículos mencionados al final de la pregunta que se les asignó. Deles tiempo para repasar los versículos y para preparar una lección corta para su investigador. Inste a las parejas a decidir entre ellos qué porciones de las instrucciones será responsable de enseñar cada uno.
Mientras los alumnos se preparan, usted podría caminar entre ellos para escuchar y dar la ayuda necesaria. Si es necesario, ayúdeles a identificar las doctrinas de Alma 39–41 que ayuden a contestar las preguntas que se les asignaron. Usen las siguientes doctrinas como guía:
El pecado sexual es una abominación a los ojos del Señor (véase Alma 39:1–9).
La resurrección es volver a unir el espíritu y el cuerpo, y todo es restaurado a su propia y perfecta forma (véase Alma 40:21–26).
Seremos restaurados ya sea a la felicidad o a la miseria según nuestras obras y deseos en la vida mortal (véase Alma 41:1–7).
La maldad nunca fue felicidad (véase Alma 41:10–15).
Instrucciones
Prepárense para hacer lo siguiente al enseñar:
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Proporcionen información de contexto acerca de los versículos (por ejemplo, expliquen quién hablaba, a quién se dirigía y por qué).
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Para ayudarles a contestar la pregunta que se les asignó, lean partes del pasaje de las Escrituras que se les dio.
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Escriban una doctrina o un principio que se enseñe en los versículos que estudiaron y que se aplique a la pregunta asignada.
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Expliquen cómo la doctrina o el principio que escribieron ayuda a contestar la pregunta asignada. Si lo desean, pueden sugerir que las personas a las que enseñen escriban esta doctrina o principio en sus Escrituras.
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Compartan por qué esta doctrina o este principio es importante para ustedes, y testifiquen de las verdades que han enseñado.
Después de que los alumnos se hayan preparado para contestar las preguntas asignadas, póngalos en grupos pequeños para que se enseñen unos a otros. (Si la clase es pequeña, pida a cada alumno o a cada pareja que enseñe a toda la clase.) Después de que los alumnos hayan terminado de enseñarse entre sí, haga las siguientes preguntas a la clase:
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Al considerar los pecados de Coriantón, ¿por qué piensan que le sería de beneficio entender esas doctrinas?
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¿Por qué es importante saber explicar esas verdades a las personas con las que ustedes se relacionarán en el transcurso de su vida?
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¿Por qué es importante que entiendan y vivan estas verdades?
Alma 42
Alma enseña a Coriantón acerca de la justicia y la misericordia
Dibuje en la pizarra una balanza o pesa sencilla. Pida a un alumno que enseñe a la clase los conceptos de la justicia y la misericordia usando la ilustración y lo que haya aprendido de las instrucciones de Alma a Coriantón en Alma 42. Diga a los alumnos que abran sus Escrituras en Alma 42 y que busquen frases y declaraciones acerca de la justicia y la misericordia que hayan marcado o subrayado.
Para ayudar a los alumnos a entender las condiciones para acceder a la misericordia, haga las siguientes preguntas:
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¿Qué tuvo que hacer Jesucristo para que pudiéramos tener acceso a la misericordia?
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¿Qué tenemos que hacer para recibir misericordia?
Pida a varios alumnos que expresen por qué están agradecidos por la expiación de Jesucristo.
Alma 43–44
El hacer caso al consejo de los profetas nos protege del adversario
Si queda tiempo, considere pedir a los alumnos que repasen lo que hayan aprendido en Alma 43–44; para ello, dígales que compartan lo que escribieron en su diario de estudio de las Escrituras acerca de pelear sus propias batallas espirituales (día 4, asignaciones 3 y 4). Testifique de Jesucristo y de Su poder para extender misericordia cuando nos arrepentimos y para protegernos cuando venimos a Él.
Siguiente unidad (Alma 45–63)
¿Por qué tuvieron tanto éxito los nefitas contra sus enemigos? ¿Cómo lograron pelear con la fuerza del Señor? Las respuestas se pueden encontrar estudiando los ejemplos del capitán Moroni y de Helamán y sus jóvenes guerreros.