Lección de estudio individual supervisado
Alma 33–38 (Unidad 19)
Introducción
Amulek enseñó a los zoramitas que la Expiación es “infinit[a] y etern[a]” (Alma 34:10). Los alumnos aprendieron esa verdad en su estudio semanal, y esta lección les brindará otra oportunidad de entender y valorar la expiación de Jesucristo.
Sugerencias para la enseñanza
Alma 33–35
Alma y Amulek enseñan a los zoramitas en cuanto a la expiación de Jesucristo
Pregunte: ¿Por qué Jesucristo fue el único que podía expiar los pecados del mundo?
Recuerde a los alumnos que, como parte de sus asignaciones semanales, leyeron Alma 34:10–14 y marcaron frases entre las que se encontraban las palabras infinito(a) y eterno. Pida a un alumno que lea los versículos en voz alta y luego pida a los alumnos que compartan las frases que detectaron.
Pida a un alumno que lea las siguientes palabras del élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles, a fin de ayudarles a entender la forma en que la expiación de Jesucristo es infinita y eterna:
“Su expiación es infinita: no tiene fin. También es infinita en el sentido de que todo el género humano se salvará de la muerte sin fin, y es infinita en el sentido del intenso sufrimiento del Salvador… Es infinita en lo que abarca, porque se hizo una sola vez por todos. Y la misericordia de la Expiación se extiende no sólo a una cantidad infinita de personas, sino también a un número infinito de mundos creados por Él. Es infinita más allá de cualquier escala de dimensión humana y de comprensión mortal.
“Jesús fue el único que pudo haber ofrecido esa Expiación infinita, dado que había nacido de madre mortal y de Padre inmortal. Debido a ese nacimiento singular, Jesús era un Ser infinito” (véase “La Expiación”, Liahona, enero de 1997, págs. 38–39).
Pregunte: ¿Cómo nos ayudan las enseñanzas de Amulek y esta explicación del élder Nelson a entender por qué Jesucristo fue el único que podía expiar los pecados del mundo?
Pida a los alumnos que resuman lo que hayan aprendido hasta ahora de Alma 34 en cuanto a la expiación de Jesucristo. Explique que un principio importante que podemos aprender en esta sección es que la expiación infinita y eterna de Jesucristo hace posible la salvación para toda la humanidad.
Escriba la siguiente frase en la pizarra o en una hoja de papel: Imaginen la vida sin…
Sostenga en alto un artículo que muchos jóvenes valoren (tal como un teléfono celular). Pregunte: ¿Cómo sería la vida sin ese artículo?
En seguida, sostenga en alto una botella o vaso de agua (o algo más que sea esencial para subsistir). Pregunte: ¿Cómo sería la vida sin agua?
Una vez que los alumnos hayan respondido esas preguntas, complete la frase en la pizarra: Imaginen la vida sin la expiación de Jesucristo.
Haga las siguientes preguntas:
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¿Cómo se imaginan que las personas ven la vida si no saben de Jesucristo o si no creen que hay un Dios?
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¿Cómo se imaginan que sería diferente la vida para ustedes sin la expiación de Jesucristo? (Conceda a los alumnos un momento para meditar la pregunta antes de pedirles que respondan.)
Explique que Alma enseñó a los zoramitas que era necesario que se arrepintieran a fin de llevar las bendiciones de la Expiación a su vida (véase Alma 34:15–17). Pregunte a los alumnos si alguna vez han demorado el arrepentimiento porque temían confesar sus pecados o temían no ser lo suficientemente fuertes para cambiar. Luego pregunte: ¿Por qué es peligroso demorar el arrepentimiento?
Pida a los alumnos que se turnen para leer Alma 34:30–35 en voz alta y que busquen lo que Amulek enseñó en cuanto a la razón por la que no debemos demorar el arrepentimiento. Analicen esos versículos por medio de las siguientes preguntas:
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Vean Alma 34:32. ¿Por qué debemos arrepentirnos el día de hoy? (Conforme los alumnos respondan, ayúdeles a entender este principio: Esta vida es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios.)
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Vean Alma 34:33. ¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Qué les sucederá a los que demoren el arrepentimiento?
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Vean Alma 34:31. ¿Qué promesa se da a los que se arrepientan ahora?
Lea las siguientes palabras del presidente Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles:
“No es necesario que sepan todo para que el poder de la Expiación surta efecto en ustedes. Tengan fe en Cristo, ¡y empezará a surtir efecto el mismo día que lo pidan!” (véase “Lavados y purificados”, Liahona, julio de 1997, pág. 10).
Pregunte: ¿Qué les enseñan estas palabras del presidente Packer? ¿Por qué son valiosas para ustedes?
Alma 36
Alma aconseja a su hijo Helamán
Los alumnos estudiaron el consejo de Alma a su hijo Helamán, registrado en Alma 36, y aprendieron sobre el gozo que Alma sintió al arrepentirse sinceramente de sus pecados. Se pidió a los alumnos que leyeran Alma 36:19–22 y que luego escribieran en su diario de estudio de las Escrituras lo que esos versículos les enseñan en cuanto al poder de la Expiación (día 2, asignación 3). Invite a algunos alumnos a compartir lo que escribieron. Concluya con su propio testimonio de la expiación de Jesucristo y del gozo que procede del arrepentimiento.
Siguiente unidad (Alma 39–44)
Pida a los alumnos que piensen en cuanto a la forma en que un amoroso padre preocupado corregiría a su hijo o hija que haya cometido transgresiones sexuales graves. Alma afrontó esa situación y enseñó importantes verdades a su hijo Coriantón, quien había pecado mientras prestaba servicio en una misión.