Lección de estudio individual supervisado
Alma 17–24 (Unidad 17)
Introducción
Los cuatro hijos de Mosíah escogieron rechazar las oportunidades y lujos que podrían tener en casa para poder predicar el Evangelio entre los lamanitas. Las historias de esos cuatro misioneros ilustran el modo en que los alumnos pueden prepararse para enseñar el evangelio de Jesucristo de forma eficaz.
Sugerencias para la enseñanza
Alma 17–22
Ammón y sus hermanos enseñan a dos reyes lamanitas
Antes de la clase, escriba la siguiente oración incompleta en la pizarra o en una hoja de papel: “Lo más importante que pueden hacer para prepararse para el llamamiento a servir [en una misión] es…”
Invite a algunos alumnos a relatar cómo fue ver regresar a un familiar o amigo tras haber servido fielmente en una misión de tiempo completo. Luego pregunte a la clase: ¿De qué maneras era diferente la persona después de la misión? ¿Qué creen que haya ocasionado el cambio?
Pregunte a los alumnos cómo podrían completar la oración de la pizarra. Después de que contesten, comparta con ellos cómo completó la oración el élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles: “Lo más importante que pueden hacer para prepararse para el llamamiento a servir [en una misión] es llegar a ser misioneros antes de ir a la misión” (“Llegar a ser misioneros”, Liahona, noviembre de 2005, pág. 45).
Pregunte: ¿De qué formas pueden los jóvenes y las jovencitas seguir el consejo del élder Bednar y llegar a ser misioneros antes de salir a una misión de tiempo completo?
Comparta las siguientes palabras del presidente Thomas S. Monson:
“El servicio misional es un deber del sacerdocio, una obligación que el Señor espera de nosotros, a quienes se nos ha dado tanto. Jóvenes, los amonesto a que se preparen para prestar servicio como misioneros. Consérvense limpios y puros, y dignos de representar al Señor. Preserven su salud y fortaleza. Estudien las Escrituras. En donde estén disponibles, participen en seminario e instituto. Familiarícense con el manual misional Predicad Mi Evangelio.
“Un consejo para ustedes jóvenes hermanas: Aunque ustedes no tienen la misma responsabilidad del sacerdocio que la que tienen los hombres jóvenes de servir como misioneros de tiempo completo, ustedes aportan una valiosa contribución como misioneras y les agradecemos su servicio” (“Al encontrarnos reunidos de nuevo” Liahona, noviembre de 2010, págs. 5–6).
Escriba lo siguiente en la pizarra: El Señor nos bendecirá con el Espíritu Santo y el poder para enseñar Su palabra a medida que nosotros…
Divida la clase en cuatro grupos. Asigne a cada grupo uno de los siguientes pasajes de las Escrituras: Alma 17:1–4; Alma 17:9–13; Alma 17:19–25; 18:1–9; Alma 17:26–30. (Adapte la actividad si la clase es pequeña.)
Invite a los alumnos a leer el pasaje asignado en silencio y a determinar lo que hicieron los hijos de Mosíah para que se les bendijera con el Espíritu y con poder al enseñar el Evangelio. Explíqueles que una vez que hayan terminado, les pedirá que indiquen qué han descubierto y cómo podrían completar la oración de la pizarra.
Tras conceder suficiente tiempo, invite a una persona de cada grupo a explicar lo que los hijos de Mosíah hicieron e indicar el modo en que sus compañeros de grupo completarían el principio que está en la pizarra. Las respuestas de los alumnos podrían comprender lo siguiente: escudriñar las Escrituras, ayunar y orar, ser pacientes, dar un buen ejemplo, confiar en el Señor, prestar servicio sinceramente y amar a los demás como hermanos y hermanas. A medida que los alumnos brinden sus respuestas, escríbalas en la pizarra. Pida a los alumnos que expliquen cómo creen que cada una de esas acciones o características podría ayudar a las personas a compartir el Evangelio más eficazmente.
Si algunos de los alumnos se hubiesen convertido al Evangelio tras recibir las lecciones de los misioneros de tiempo completo, quizás desee pedirles que expliquen cómo se sintieron al aprender el Evangelio.
Recuerde a los alumnos que después que Ammón defendió los rebaños del rey Lamoni, éste se sorprendió ante el poder de Ammón, así como por su obediencia y fidelidad en cumplir con las órdenes del rey (véase Alma 18:8–10); Lamoni estaba preparado para escuchar el mensaje que Ammón había venido a compartir con él. Invite a los alumnos a turnarse para leer en voz alta Alma 18:24–29. Pida a la clase que presten atención al modo en que Ammón se basó en las nociones sobre Dios que tenía Lamoni a fin de poder prepararlo para que comprendiera la doctrina verdadera.
Haga las siguientes preguntas a los alumnos:
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Si conversaran sobre Dios con un amigo de otra religión, ¿cómo podrían utilizar las creencias que ambos tienen en común, tal como Ammón lo hizo? ¿Cómo podría eso ayudar a su amigo?
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¿Sobre qué otros temas del Evangelio podrían hablar con sus amigos para crear oportunidades de compartir el Evangelio con ellos?
Recuerde a los alumnos que el rey Lamoni estuvo dispuesto a escuchar sobre el evangelio de Jesucristo, al igual que su padre. Pida a un alumno que lea en voz alta Alma 18:39–41 (la reacción de Lamoni al aprender sobre Jesucristo). Pida a otro alumno que lea Alma 22:14–18 (la reacción del padre de Lamoni). Invite a los demás alumnos a acompañar la lectura en silencio y buscar semejanzas entre las reacciones de ambos hombres.
Pregunte: ¿Qué quisieron hacer ambos hombres al aprender sobre Jesucristo?
Explique que el Espíritu conmovió a Lamoni y a su padre mediante las enseñanzas de los misioneros. Como resultado, quisieron las bendiciones del Evangelio y estuvieron dispuestos a abandonar sus pecados y arrepentirse. Recuerde a los alumnos sobe el principio verdadero que estudiaron esta semana: Debemos estar dispuestos a abandonar todos nuestro pecados a fin de ser cambiados espiritualmente y nacer de Dios.
Invite a un alumno a que lea en voz alta la declaración del élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, que está en sus guías de estudio: “El Evangelio de Jesucristo nos da el desafío de cambiar. ‘Arrepentíos’ es su mensaje más frecuente, y arrepentirse significa abandonar todas nuestras prácticas —sean éstas personales, familiares, étnicas y nacionales— que sean contrarias a los mandamientos de Dios. El propósito del Evangelio es transformar personas comunes en seres celestiales, y eso requiere cambio” (“Arrepentimiento y cambio”, Liahona, noviembre de 2003, pág. 37).
Invite a los alumnos a pensar en cuanto a su vida y considerar si deben abandonar algún pecado a fin de ser cambiados espiritualmente y nacer de Dios, cual lo fueron Lamoni y su padre. Concluya ofreciendo aliento y testificando en cuanto a que, conforme estamos dispuestos a abandonar nuestros pecados, el Señor nos ayuda a cambiar y crecer.
Siguiente unidad (Alma 25–32)
Pida a los alumnos que consideren esta pregunta: ¿Qué le dirían a alguien que es un anticristo? En la siguiente unidad, los alumnos aprenderán sobre el modo en que Alma reaccionó ante las preguntas y las burlas de Korihor, quien era un anticristo. Además, aprenderán más sobre la fe al leer en cuanto al modo en que Alma y otras personas obraron a fin de enseñar a los zoramitas apóstatas, quienes pervertían las vías del Señor.