Unidad 26: Día 4
1 Timoteo
Introducción
El apóstol Pablo le escribió a Timoteo, un líder del sacerdocio de Éfeso, y le aconsejó que se asegurara de que se enseñara la sana doctrina. Describió los requisitos que deben reunir los obispos y los diáconos, y le aconsejó a Timoteo que fuera un ejemplo de los creyentes. Pablo exhortó a los santos a cuidar de los pobres y las viudas. Para concluir su epístola, enseñó que “el amor al dinero es la raíz de todos los males” (1 Timoteo 6:10).
1 Timoteo 1–3
Pablo instruye a Timoteo con respecto a sus responsabilidades de velar por la Iglesia
Lee el siguiente relato que pronunció el presidente Thomas S. Monson: “Recuerdo una experiencia que tuve hace muchos años cuando serví como obispo. Un domingo por la mañana, durante la apertura de la reunión del sacerdocio, nos estábamos preparando para ordenar a un joven al oficio de presbítero. Ese día estaba visitando nuestro barrio un miembro del sumo consejo que también era obrero del templo. Cuando iba a hacer que el joven se sentara frente a la congregación para proceder con la ordenación, el miembro del sumo consejo me detuvo y me dijo: ‘Obispo, siempre hago que los que van a ser ordenados se sienten en dirección al templo’, y movió la silla para que el joven mirara hacia el templo. Inmediatamente reconocí una práctica no autorizada” (“Palabras de apertura” [Reunión mundial de capacitación de líderes, noviembre de 2010], lds.org/broadcasts).
En su función de obispo, el presidente Monson, en lugar del miembro del sumo consejo, estaba autorizado para presidir la obra del Señor en su barrio. ¿Qué piensas que debería hacer un obispo en esa situación? (El resto del relato del presidente Monson aparece más adelante en la lección).
El apóstol Pablo le escribió una epístola a Timoteo, un joven líder del sacerdocio de Éfeso. En la rama de la Iglesia que presidía, Timoteo afrontaba desafíos similares a los que el presidente Monson enfrentó en el relato que leíste.
Lee 1 Timoteo 1:3–7 y busca qué responsabilidad le había dado Pablo a Timoteo.
La palabra fábulas (versículo 4) se refiere a las enseñanzas falsas; prestar atención a “genealogías interminables” (versículo 4) hace referencia a la tradición falsa de que la salvación se producía solo para quieres eran de la simiente escogida de Abraham, que a menudo eran conocidos por sus genealogías extensas e interminables; y “vana palabrería” (versículo 6) se refiere a las discusiones sin sentido.
Según 1 Timoteo 1:6–7, ¿por qué era importante que Timoteo cumpliera la responsabilidad que Pablo le había dado?
De las enseñanzas de Pablo aprendemos que los líderes del sacerdocio tienen la responsabilidad de asegurar que se enseñen sana doctrina y prácticas correctas.
Lee el resto del relato del presidente Monson y presta atención a la manera en que respondió a lo que hizo el miembro del sumo consejo: “Pude ver cómo [el hacer que la persona mirara hacia el templo] podría convertirse en una práctica más generalizada y, aunque yo era mucho más joven que el miembro del sumo consejo, sabía lo que tenía que hacer. Giré la silla para que nuevamente estuviera frente a la congregación y le dije: ‘En nuestro barrio lo hacemos de frente a la congregación’” (“Palabras de apertura”, lds.org/broadcasts).
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En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe acerca de la forma en que los miembros de la Iglesia son bendecidos por los líderes del sacerdocio que se esfuerzan por asegurar que en la Iglesia se enseñen doctrina verdadera y prácticas correctas .
En 1 Timoteo 1:8–11 aprendemos que Pablo les advirtió acerca de los que deseaban ser maestros de la ley de Dios pero no tenían un entendimiento correcto de dicha ley. Lee 1 Timoteo 1:12–16 para ver por qué Pablo expresó gratitud hacia Jesucristo.
Según los versículos 15–16, ¿en qué sentido es Pablo un “ejemplo” para todos los que creen en Jesucristo?
En 1 Timoteo 1:17–2:15, Pablo le aconsejó a Timoteo que mantuviera su fe y le enseñó que Jesucristo es nuestro Mediador. Pablo también exhortó a las mujeres a vestirse modestamente. En 1 Timoteo 3 leemos las enseñanzas de Pablo con respecto a los requisitos que deben reunir los obispos y los diáconos. Ten en cuenta que esos diáconos de la Iglesia primitiva no eran jovencitos de 12 o 13 años, como lo son por lo general en la actualidad.
1 Timoteo 4–5
Pablo describe las características de un ministro fiel de Jesucristo.
En 1 Timoteo 4:1–11 leemos la profecía del apóstol Pablo de que “en los últimos tiempos” (versículo 1) algunos miembros de la Iglesia apostatarían de la fe y seguirían enseñanzas y prácticas falsas, como la prohibición de casarse. Pablo exhortó a Timoteo que nutriera a los santos con la doctrina verdadera.
Lee 1 Timoteo 4:12 y presta atención a lo que Pablo aconsejó a Timoteo que fuera. En el versículo 12 se enumeran las cosas en las que Timoteo debía ser ejemplo.
¿Qué crees que significa ser “ejemplo de los creyentes”?
¿En qué cosas le aconsejó Pablo a Timoteo que fuera ejemplo de los creyentes?
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Lee 1 Timoteo 4:13–16 y busca los consejos adicionales que Pablo le dio a Timoteo, que le ayudarían a ser un ejemplo de los creyentes.
Como se encuentra registrado en 1 Timoteo 5, Pablo instruyó a Timoteo acerca de la forma en la que los santos debían cuidar a los necesitados, entre ellos las viudas.
1 Timoteo 6
Pablo exhorta a Timoteo a ayudar a los demás a buscar las riquezas de la eternidad
¿Piensas que tener mucho dinero puede conducir a más maldad o a más bondad? ¿Por qué?
En 1 Timoteo 6 leemos el consejo de Pablo a Timoteo concerniente al dinero. Lee 1 Timoteo 6:6–10 para averiguar lo que Pablo enseñó y advirtió con respecto a la riqueza.
¿Qué piensas que significa la frase: “el amor al dinero es la raíz de todos los males” (1 Timoteo 6:10)?
Una verdad que aprendemos de las enseñanzas de Pablo es que el amor al dinero conduce a la injusticia y a la apostasía.
Es importante comprender que el amor al dinero, no el dinero mismo, es lo que conduce a la injusticia. Considera de qué manera pueden todas las personas dar oído a la advertencia de Pablo, desde los pobres hasta los adinerados.
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Lee las siguientes palabras del élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
“Sin embargo, el dinero no lleva inherente la maldad. El buen samaritano empleó, para servir a su prójimo, la misma clase de monedas que Judas para traicionar al Maestro. Es ‘el amor al dinero’ lo que es ‘raíz de todos los males’ (1 Timoteo 6:10; cursiva agregada). La diferencia fundamental existe en el nivel de espiritualidad con que veamos, evaluemos y utilicemos las cosas de este mundo y nuestras experiencias en él.
“Si permitimos que el dinero se vuelva objeto de adoración o que tenga precedencia a todo lo demás, entonces puede hacernos egoístas y vanos, engreídos ‘con las vanidades del mundo’ (Alma 5:37). Por el contrario, si lo empleamos para cumplir con nuestras obligaciones legales y para pagar el diezmo y las ofrendas, el dinero servirá para demostrar nuestra integridad y desarrollar la generosidad. Cuando la espiritualidad ilumina el uso de los bienes, estos nos ayudan a prepararnos para la ley más alta de una gloria celestial” (véase “La espiritualidad”, Liahona, enero de 1986, pág. 48).
Lee 1 Timoteo 6:11–12, 17–19 y fíjate qué consejo dio Pablo a Timoteo y a los que eran ricos.
Considera de qué manera el consejo de Pablo puede ayudarnos a tener la actitud correcta hacia la búsqueda de riquezas y el uso del dinero y de otras formas de riqueza material.
Según 1 Timoteo 6:19, si los santos confiaban en Dios y eran ricos en buenas obras, ¿a qué dijo Pablo que podrían “echar mano”?
Una verdad que podemos aprender del consejo de Pablo es que si confiamos en el Dios viviente y somos ricos en buenas obras, entonces podemos echar mano de la vida eterna.
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Al confiar en Dios y hacer que nuestra mayor prioridad sea seguir la justicia, podemos obtener las verdaderas riquezas de la vida eterna.
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He estudiado 1 Timoteo y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: