Introducción a Efesios
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó que “Efesios es una epístola para todo el mundo, para el judío y el gentil, para el esposo y la esposa, para padre e hijo, para amo y siervo. Era la voluntad y el pensar de Dios en los días de Pablo; es la voz de inspiración en nuestros días; es una epístola de petición y aplicación universal.
“… Contiene algunos de los mejores escritos de Pablo, y es un documento que tiene que ver con principios básicos, con el evangelio de Dios en toda su gloria salvadora” (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1965–1973, tomo II, pág. 489).
Estudiar la Epístola a los Efesios puede inspirarte a hacer a un lado las cosas de este mundo y puede ayudarte a crecer espiritualmente y aprender a participar más plenamente de la unidad y el hermanamiento de la Iglesia.
¿Quién escribió este libro?
El apóstol Pablo escribió la Epístola a los Efesios (véase Efesios 1:1).
¿Cuándo y dónde se escribió?
Pablo declaró que estaba prisionero durante el tiempo en el que escribió la Epístola a los Efesios (véanse Efesios 3:1; 4:1; 6:20). Efesios pudo haberse escrito durante el primer encarcelamiento de Pablo en Roma, cerca de los años 60–62 d. C. (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Epístolas de Pablo”, scriptures.lds.org). Durante ese tiempo, Pablo estuvo bajo arresto domiciliario, pero tenía la libertad de recibir visitas y enseñar el Evangelio (véase Hechos 28:16–31).
¿Para quién se escribió este libro y por qué?
En la versión del Rey Santiago de la Biblia, Efesios 1:1 dice que la Epístola a los Efesios está dirigida a los santos “que están en Éfeso”. Sin embargo, los primeros manuscritos de Efesios no contienen las palabras “que están en Éfeso”. Eso sugiere la posibilidad de que Pablo no hubiese escrito la epístola específicamente a los efesios, sino a muchas congregaciones de santos, incluyendo a aquellos en Éfeso. Éfeso sirvió como lugar central para Pablo durante su tercer viaje misional (véanse Hechos 19:9–10; 20:31), y él tenía un gran afecto por esas personas (véanse Hechos 20:17, 34–38).
En esa carta, Pablo se dirigió a los miembros gentiles de la Iglesia (véase Efesios 2:11) quienes posiblemente eran conversos recientes (véase Efesios 1:15). Escribió para ayudar a cultivar la espiritualidad y el testimonio de aquellos que ya eran miembros. Sus objetivos principales eran ayudar a esos conversos a crecer en su conocimiento espiritual de Dios y de la Iglesia (véanse Efesios 1:15–18; 3:14–19); promover la unidad, particularmente entre los santos gentiles y judíos (véanse Efesios 2:11–22; 4:1–16; 5:19–6:9); y alentar a los santos a resistir los poderes del mal (véanse Efesios 4:17–5:18; 6:10–18). Muchos santos de Éfeso estaban viviendo de manera suficientemente recta para ser sellados para vida eterna (véase Efesios 1:13; Bruce R. McConkie, Doctrinal New Testament Commentary, tomo II, págs. 493–494).
¿Cuáles son algunas de las características distintivas del libro?
En Efesios se hallan muchas enseñanzas e ideas que son familiares para los Santos de los Últimos Días, incluyendo la preordenación, la dispensación del cumplimiento de los tiempos, el Santo Espíritu de la Promesa, la importancia de los profetas y apóstoles, la idea de una Iglesia verdadera y unificada, y los diversos oficios, llamamientos y funciones dentro de la organización de la Iglesia. Esa carta también contiene algunas de las enseñanzas más sublimes acerca de la familia que se encuentran en las Escrituras.
Bosquejo
Efesios 1:1–4:16. Pablo escribe sobre la preordenación de los santos para recibir el Evangelio; la dispensación del cumplimiento de los tiempos; el ser sellado por el Santo Espíritu de la Promesa; la salvación por medio de la gracia; la unificación de santos gentiles y judíos en la Iglesia; un Señor, una fe, un bautismo; el propósito de la Iglesia; y la organización de la Iglesia sobre el fundamento de profetas y apóstoles, con Jesucristo como la principal piedra angular. Pablo enseña que Dios reunirá todas las cosas en Cristo en la dispensación del cumplimiento de los tiempos.
Efesios 4:17–6:24. Pablo alienta a los santos a aplicar la verdadera doctrina en sus vidas diarias. Los alienta a despojarse del viejo hombre (sus pecados anteriores) y vestirse del nuevo hombre que han llegado a ser por medio de Cristo. Imparte consejo a las esposas, los esposos, hijos, padres, siervos, amos y congregaciones. Alienta a los santos a ponerse “toda la armadura de Dios” (Efesios 6:11).