Unidad 13: Día 3
Juan 4
Introducción
Mientras viajaba a Galilea, Jesús pasó por Samaria y enseñó a una mujer en un pozo. La mujer testificó a los demás que Jesús era el Cristo. Más tarde, Jesús sanó al hijo de un noble.
Juan 4:1–42
Jesucristo enseña a una mujer de Samaria
Piensa en la siguiente pregunta: ¿Cuál es el recurso natural más valioso sobre la Tierra? Mientras piensas cuál será tu respuesta, considera recursos naturales tales como la tierra, el hierro, el carbón, el petróleo, el oro y los diamantes.
Lee la siguiente declaración del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
“Inicialmente podríamos pensar que el oro, el petróleo o los diamantes tienen el mayor valor, pero de todos los minerales, metales, joyas y disolventes de la tierra, la sustancia más valiosa es el agua.
“La vida brota del agua y el agua sostiene la vida. El agua es el medio requerido para realizar las diversas funciones relacionadas con todas las formas de vida conocidas. Las dos terceras partes del cuerpo son agua. Una persona puede sobrevivir muchos días, incluso semanas, sin alimento, pero usualmente morirá en solo tres o cuatro días sin agua. La mayor parte de los grandes centros de población están situados cerca de fuentes de agua dulce. En pocas palabras, la vida no podría existir sin el acceso a una cantidad suficiente de agua pura” (véase “Una reserva de agua viva”, [(Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos, 4 de febrero de 2007], pág. 1; lds.org/broadcasts).
A medida que estudies Juan 4 busca qué tipo de agua es esencial para tu espíritu y dónde puedes encontrar ese valioso recurso.
En la Traducción de José Smith, Juan 4:1–4 (en la Guía de Estudio de las Escrituras) aprendemos que tanto Jesús como Sus discípulos bautizaban.
Jesús salió de Judea y viajó a Galilea. Lee Juan 4:4 para averiguar la región por la que Él pasó mientras viajaba a Galilea.
Ve Mapas Bíblicos, núm. 11, “La tierra santa en los tiempos del Nuevo Testamento”, y localiza Judea, Samaria y Galilea.
Los judíos generalmente viajaban alrededor de Samaria en vez de atravesarla a causa de la hostilidad que existía entre los judíos y los samaritanos (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Samaritanos”). Jesús eligió viajar por Samaria en vez de ir alrededor de ella.
Lee Juan 4:5–9 para saber lo que ocurrió cuando Jesús se detuvo en un pozo cerca de la ciudad de Sicar en Samaria. (La frase “como la hora sexta” en el versículo 6 significa que fue cerca del mediodía). Presta atención a la sorpresa de la mujer cuando Jesús le pidió agua para beber.
Lee Juan 4:10–12 para saber lo que Jesús dijo en respuesta a la pregunta de la mujer.
¿Qué le ofreció Él?
Cuando el Salvador usó la frase “don de Dios” en el versículo 10, se refería a Sí mismo como el Salvador del mundo y la fuente de aguas vivas.
Lee Juan 4:13–14 para averiguar lo que Jesús dijo acerca del agua que Él brindaba.
Para comprender mejor lo que representa el agua viva, lee la siguiente declaración del élder Bednar: “El agua viva a la que se refiere este episodio es una representación del Señor Jesucristo y Su evangelio. Y así como el agua es necesaria para sostener la vida física, también el Salvador, Su doctrina, sus principios y ordenanzas son esenciales para la vida eterna. Necesitamos diariamente su agua viva en grandes cantidades para sostener nuestro crecimiento y desarrollo espiritual” (“Una reserva de agua viva”, pág. 1).
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Dibuja en tu diario de estudio de las Escrituras un vaso de agua y rotúlalo: El Salvador y Su evangelio. Después escribe por qué el agua es un símbolo apropiado del Salvador y Su Evangelio.
Con ese simbolismo en mente, lee nuevamente Juan 4:14 y considera qué principio podemos aprender acerca del Salvador y Su evangelio.
Un principio que podemos reconocer de ese versículo es que si venimos a Jesucristo y participamos fervientemente de Su evangelio, entonces recibiremos la vida eterna. Podrías escribir ese principio en el margen de tu ejemplar de las Escrituras.
Lee Juan 4:15–18 para saber lo que la mujer le pidió a Jesús y cómo respondió el Salvador. Piensa cómo esa mujer necesitaba el agua que el Salvador ofrecía.
La respuesta de Jesús indicaba que Él conocía la situación de esa mujer.
¿Qué pensamientos o sentimientos pudo haber tenido esa mujer cuando Jesús reveló detalles acerca de ella que un extraño común y corriente no podría haber sabido?
Una verdad que podemos aprender de esos versículos es que Jesucristo conoce nuestros pecados y nos ofrece Su evangelio para ayudarnos a vencerlos. ¿Por qué es importante saber y comprender esa verdad?
Lee Juan 4:19–20 y fíjate lo que la mujer dijo a Jesús que demostró que su percepción con respecto a Él estaba cambiando.
En Samaria hay un monte llamado monte Gerizim. Siglos antes del ministerio terrenal del Salvador, los samaritanos habían construido un templo ahí, como lugar de adoración. Sin embargo, a diferencia de los judíos, los samaritanos no tenían la autoridad del sacerdocio para llevar a cabo ordenanzas y rechazaban muchas enseñanzas de los profetas de Dios.
Lee Juan 4:21–24 y la Traducción de José Smith, Juan 4:26 (en Juan 4:24, nota a al pie de página), para averiguar lo que Jesús enseñó a la mujer acerca de adorar a Dios.
De acuerdo con la Traducción de José Smith, ¿qué bendiciones se reciben al adorar a Dios en “espíritu y en verdad”?
De esos versículos aprendemos que si adoramos al Padre en espíritu y en verdad, Él nos bendecirá con Su espíritu.
A medida que leas la siguiente declaración del élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, busca y marca lo que significa adorar al Padre en espíritu y en verdad:
“…nuestro propósito es adorar al Dios verdadero y viviente, y hacerlo mediante el poder del Espíritu y de la manera que Él lo ha ordenado. La adoración aprobada por el Dios verdadero lleva a la salvación; la devoción rendida a dioses falsos y que no están fundados en la verdad eterna, no lleva consigo tal seguridad.
“El conocimiento de la verdad es esencial para la verdadera adoración…
“La adoración verdadera y perfecta consiste en seguir los pasos del Hijo de Dios; consiste en guardar los mandamientos y obedecer la voluntad del Padre hasta que avancemos, de gracia en gracia, hasta ser glorificados en Cristo como Él es en su Padre. Es mucho más que la oración, el sermón y el himno; es vivir, hacer y obedecer; es emular la vida del Gran Ejemplo [Jesucristo]” (véase “Cómo adorar”, Liahona, octubre de 1972, págs. 32–33).
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Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿En qué ocasiones tu adoración por el Padre Celestial ha invitado al Espíritu a ayudarte en tu vida?
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De acuerdo con la declaración del élder McConkie, ¿qué puedes hacer para adorar mejor al Padre en espíritu y en verdad? (Escribe una meta de algo específico que puedas hacer mejor).
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Lee Juan 4:25–26 para saber lo que Jesús le reveló de Sí mismo a la mujer.
Lee Juan 4:27–30 para saber lo que hizo la mujer después de hablar con el Salvador.
¿Qué dijo que indicaba que había obtenido un testimonio de Jesucristo?
De ese relato podemos aprender que conforme obtenemos un testimonio de Jesucristo, nos llenamos con un deseo de compartirlo con los demás.
En Juan 4:31–37 leemos que los discípulos de Jesús regresaron con alimentos. Cuando le pidieron a Él que comiera, les enseñó que no se sostenía por comer sino al llevar a cabo la voluntad de Su padre. Después los invitó a ver que las oportunidades para predicar el Evangelio eran abundantes.
Lee Juan 4:39–42 para ver el impacto que tuvo el testimonio de la mujer en la gente de su ciudad.
Según Juan 4:42, ¿qué dijo el pueblo a la mujer?
Juan 4:43–54
Jesús sana al hijo de un noble
Juan 4:43–45 registra que Jesús se fue de Samaria y entró a Galilea. Lee Juan 4:46–54 para saber quién se reunió con Jesús y qué bendición buscaba esa persona de Jesús.
De acuerdo con lo que Jesús dijo en el versículo 48, ¿por qué se demoró en dar las bendiciones que ese hombre buscaba? ¿Cómo demostró ese hombre que no necesitaba una señal para creer?
De ese relato podemos aprender que al creer en Jesucristo sin necesidad de señales, el Señor afirmará nuestra creencia.
El élder Bruce R. McConkie enseñó la importancia de la sanación del hijo del noble: “Ese es el primer milagro de sanación que se describe en detalle en los Evangelios. Aquellos que se efectuaron en la celebración de la Pascua y por toda Judea no se describen ni se explican. Ese milagro —el segundo que tuvo lugar en Caná— añade una nueva dimensión al ministerio sanador de Jesús que hasta este punto no habíamos visto. De hecho, es un milagro dual: uno que sanó el cuerpo de un hijo ausente, y otro que curó la incredulidad y plantó fe en el corazón del padre presente” (The Mortal Messiah: From Bethlehem to Calvary, 4 tomos, 1979–1981, tomo II, pág.12).
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Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Por qué es importante que creamos en Jesucristo sin necesidad de señales?
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¿Cómo afirma el Señor nuestra creencia a medida que creemos fielmente en Él?
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Juan 4 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: