Unidad 3: Día 3
Mateo 11–12
Introducción
Jesucristo testificó que Juan el Bautista fue enviado para preparar el camino para Él, y prometió descanso para todos los que vengan a Él. Respondió a las acusaciones de los fariseos de que Su poder provenía del diablo; les advirtió en contra de hacer falsas acusaciones y demandar señales, y enseñó la parábola de la casa desocupada.
Mateo 11
Jesucristo testifica que Juan el Bautista fue enviado para preparar el camino delante de Él
¿Por qué es importante saber que las personas que se presentan como policías o médicos sean en verdad lo que parecen ser? ¿Cómo puedes saber que son lo que parecen ser?
Durante el ministerio terrenal de Jesucristo, cuando hacía milagros y enseñaba a las personas, muchos quisieron saber si Él era quien parecía ser: el Mesías prometido. En ese tiempo, el rey Herodes había arrestado y encarcelado a Juan el Bautista. Lee Mateo 11:2–3 para ver de qué manera ayudó Juan el Bautista a dos de sus discípulos a obtener un testimonio por sí mismos de quién era Jesús.
¿Qué les dijo Juan a sus discípulos que fueran a preguntarle a Jesús?
Con esa pregunta del versículo 3, los discípulos de Juan le estaban preguntando a Jesús si Él era el Mesías. Recuerda que Juan el Bautista ya sabía que Jesús era el Mesías (véase Mateo 3:11, 13–14; Juan 1:29–34).
¿Por qué piensas que Juan envió a sus discípulos a descubrir por sí mismos si Jesús era el Mesías, cuando él ya sabía quién era Jesús?
Lee Mateo 11:4–5 y presta atención a la manera en que Jesús respondió su pregunta.
En lugar de simplemente confirmar que Él era el Mesías, ¿qué invitó Jesús a los discípulos de Juan el Bautista que hicieran?
Jesús fácilmente podría haberles dicho a los discípulos de Juan que Él era el Mesías. En cambio, los invitó a meditar en Sus obras y luego volver a Juan y testificar de las cosas que habían oído y visto a Jesús hacer.
El meditar en las obras de Jesús, ¿de qué manera podría haber ayudado a los discípulos de Juan el Bautista a recibir un testimonio más poderoso del Salvador que si Él solo les hubiera dicho quién era?
De ese relato aprendemos que cuando tratamos de aprender de Jesucristo y al testificar de Él, nuestro propio testimonio de Él puede fortalecerse.
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En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe acerca de cómo has llegado a saber por ti mismo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Mateo 11:7–27 registra que después de que los dos discípulos se fueron, Jesús le dijo a la multitud que Juan el bautista era el profeta escogido para preparar el camino para el Mesías. Jesús condenó a quienes lo rechazaban a Él y a Juan el Bautista a pesar de haber presenciado claras evidencias de la divinidad de Jesús.
Lee Mateo 11:28–30 para ver la invitación y la promesa que Jesús les extendió a todos los que lo aceptan como el Mesías. (Mateo 11:28–30 es un pasaje de dominio de las Escrituras. Si lo deseas, marca el pasaje de alguna forma particular a fin de poder localizarlo fácilmente).
Completa el siguiente principio basado en lo que aprendiste de los versículos 28–30: Si venimos a Jesucristo, Él .
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Anota tu respuesta a la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿En qué ocasión has sentido que el Salvador aliviaba tus cargas cuando acudiste a Él?
Dominio de las Escrituras: Mateo 11:28–30
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Para ayudarte a memorizar Mateo 11:28–30, idea acciones que podrían representar palabras o frases de cada versículo. Enseña esas acciones a alguien más (por ejemplo, a miembros de tu familia durante la noche de hogar o a un amigo). Practica realizar las acciones mientras lees los versículos, hasta que puedas recitar el pasaje de memoria. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras una frase que indique que has completado esa tarea.
Mateo 12:1–42
Jesucristo reprende a los fariseos por sus falsas acusaciones y por demandar señales
En Mateo 12:1–21 aprendemos que después de que Jesús sanó a un hombre en el día de reposo, algunos de los fariseos comenzaron a buscar la forma de destruirlo. Cuando sanó a alguien que estaba poseído por un demonio, intentaron desacreditarlo delante del pueblo acusándolo de llevar a cabo esas obras por el poder del diablo. Jesús conocía sus pensamientos y afirmó que, por el contrario, al echar fuera demonios estaba demostrando que Él era el Mesías y estaba estableciendo el reino de Dios.
Lee Mateo 12:30 y fíjate en lo que Jesús enseñó acerca de los que no se unen a Él.
De acuerdo con el versículo 30, si deseamos ser parte del reino de Dios, debemos estar totalmente comprometidos a seguir a Jesucristo.
Reflexiona sobre algunas maneras en las que puedes demostrar tu compromiso total con Jesucristo.
Mateo 12:31–42 registra que Jesús afirmó nuevamente que Sus buenas obras eran evidencia de que Él era de Dios y no del demonio. También les advirtió a los fariseos que Dios los tendría por responsables de sus palabras acusadoras. Entonces, algunos de los escribas y fariseos pidieron una señal, y Jesús les reprendió por demandar señales y por no ver que Él era mayor que cualquier profeta o rey anterior en Israel. El Señor también condenó el demandar señales en nuestra época y enseñó que la fe no viene después de las señales (véase D. y C. 63:7–11).
¿Qué significa cometer “blasfemia contra el Espíritu Santo” (Mateo 12:31)?
El profeta José Smith explicó cómo alguien comete ese pecado: “Debe haber recibido el Espíritu Santo, deben habérsele manifestado los cielos, y después de haber conocido a Dios, pecar contra Él. Después que un hombre ha pecado contra el Espíritu Santo, no hay arrepentimiento para él. Tiene que decir que el sol no brilla, cuando lo está mirando; negar a Jesucristo, cuando se le han manifestado los cielos, y renegar del plan de salvación mientras sus ojos están viendo su verdad; y desde ese momento empieza a convertirse en enemigo” (en History of the Church, tomo VI, pág. 314).
Algunas veces, los Santos de los Últimos Días están preocupados acerca del pecado de negar al Espíritu Santo o blasfemar contra él. El presidente Spencer W. Kimball enseñó: “El pecado contra el Espíritu Santo requiere tal conocimiento, que es manifiestamente imposible que el miembro común cometa tal pecado” (El Milagro del Perdón, 1977, pág. 121).
En Mateo 12:39–40, el Señor condena la búsqueda de señales. El profeta José Smith habló acerca de esa enseñanza del Salvador: “…el que demanda señal es adúltero; y ese principio es eterno, invariable y firme como los pilares de los cielos; porque cuando vean a un hombre que demanda señal, pueden estar seguros que es adúltero” (en History of the Church, tomo III, pág. 385).
El profeta José Smith contó después: “Cuando predicaba en Filadelfia, un cuáquero me pidió una señal. Le dije que se quedara quieto, y después del sermón me volvió a pedir una señal. Le dije a la congregación que ese hombre era adúltero, que la generación inicua y adultera demanda señal y que el Señor me había dicho en una revelación que cualquier hombre que quisiese una señal era adúltero. ‘Es cierto’, exclamó alguien, ‘pues lo he pillado en el mismísimo acto’, lo cual el hombre después confesó, cuando se bautizó” (en History of the Church, tomo V, pág. 268).
Mateo 12:43–50
Jesús enseña la parábola de la casa desocupada
Imagina que uno de tus amigos te ha pedido consejo sobre cómo evitar repetir un pecado que está tratando de abandonar. ¿Qué consejo darías para ayudarle a tu amigo a resistir la tentación?
Jesucristo dio una parábola acerca de un espíritu inmundo que fue echado fuera de un hombre. Al estudiar esa parábola, busca un principio que podría ayudarle a tu amigo a aprender cómo vencer la tentación.
Lee Mateo 12:43–44 para ver lo que el espíritu inmundo hizo después de ser echado del hombre.
¿Qué hizo el espíritu inmundo después de no encontrar reposo en ninguna parte?
¿Qué palabras describen el estado de la “casa”, o del hombre, cuando el espíritu inmundo vuelve?
Lee Mateo 12:45 para ver lo que el espíritu inmundo hizo después encontrar la “casa”, o el hombre, desocupada.
¿En qué sentido podría la experiencia del hombre de esa parábola representar a alguien que se está arrepintiendo del pecado y tratando de resistir la tentación?
Después de echar al demonio, ¿qué deja de hacer el hombre de la parábola, que permite que el espíritu inmundo vuelva?
Al leer la siguiente declaración del presidente Spencer W. Kimball, reflexiona sobre la forma en la que el hombre de la parábola del Salvador puede ser como alguien que se está esforzando por resistir la tentación:
“…el diablo sabe dónde tentar, dónde asestar sus golpes fatales. Él halla el sitio vulnerable. Donde uno previamente fue débil es donde más fácilmente puede ser tentado la siguiente vez.
“Al abandonar el pecado uno no solamente puede desear condiciones mejores; debe causarlas… No sólo debe estar seguro de que ha abandonado el pecado, sino de que ha alterado las situaciones que rodean el pecado. Debe evitar los lugares, condiciones y circunstancias donde se efectuó el pecado, porque estos podrían incubarlo de nuevo con suma facilidad. Debe abandonar a las personas con quienes se cometió el pecado. Tal vez no llegue a aborrecer a las personas involucradas, pero debe evitarlas junto con todo aquello que se relacione con el pecado. Debe eliminar cualquier cosa que pueda despertar en él recuerdos de lo pasado.
“¿Significa esto que el hombre… encuentra su vida vacía por un tiempo? Las cosas que lo atraían, y que lo intrigaban y ocupaban sus pensamientos han desaparecido, y un reemplazamiento adecuado todavía no ha llenado ese hueco. Esta es la oportunidad de Satanás…
“Muchos de los que han abandonado sus hábitos malos han descubierto que la substitución es parte de la respuesta, y han vencido un hábito malo reemplazándolo con un hábito bueno o inofensivo” (véase El Milagro del Perdón, págs. 170, 172; cursiva añadida).
Un principio que podemos aprender de la parábola del Salvador es que podemos repeler las malas influencias, después de haberlas sacado de nuestra vida, al reemplazarlas por la rectitud. Podrías escribir la siguiente verdad en el margen de tu ejemplar de las Escrituras junto a Mateo 12:43–45.
Estudia la siguiente declaración y marca las maneras en las que podemos resistir las malas influencias al llenar nuestra vida con rectitud.
“No basta con simplemente tratar de resistir el mal o desechar el pecado de tu vida, sino que debes llenarla con rectitud y participar en actividades que te otorguen poder espiritual. Sumérgete en las Escrituras; ora a diario pidiendo al Señor que te dé más fortaleza de la que podrías obtener por ti mismo. En ocasiones, ayuna para pedir bendiciones especiales.
“Una obediencia total te brinda todo el poder del Evangelio en tu vida, incluso mayor fortaleza para superar tus debilidades; dicha obediencia comprende acciones que quizás inicialmente no pensabas que formaban parte del arrepentimiento, como la asistencia a las reuniones, el pago del diezmo, el prestar servicio y el perdonar a los demás” (Leales a la Fe: Una referencia del Evangelio, 2004, págs. 22–23).
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Reflexiona sobre algunas cosas que puedes hacer para llenar tu vida de rectitud. Enuméralas en tu diario de estudio de las Escrituras, y explica de qué manera el hacer esas cosas puede aportar mayor poder espiritual a tu vida y ayudarte a vencer las malas influencias.
El resto de Mateo 12 registra que mientra Jesús estaba enseñando, alguien le dijo que algunos miembros de Su familia querían hablar con Él. Entonces, el Señor enseñó que todo aquel que hace la voluntad del Padre forma parte de Su familia.
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras, al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Mateo 11-12 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: