Unidad 11 Día 2
Lucas 13–15
Introducción
Jesús enseñó sobre el arrepentimiento y el reino de Dios, y sanó en el día de reposo. También utilizó parábolas para enseñar acerca de la humildad y del precio del discipulado. Los fariseos y los escribas se quejaron de la asociación del Salvador con los publicanos y pecadores. El Salvador respondió al enseñar las parábolas de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo.
Lucas 13:1–14:14
Jesús sana en el día de reposo y enseña acerca de la humildad y del cuidado a los menos afortunados
Imagina que te sientas a almorzar con algunos amigos y ellos se fijan en un alumno mal vestido que se sienta solo. Una persona de tu grupo hace un comentario grosero sobre la apariencia de ese alumno y muchos de tus amigos se ríen.
¿Cuáles son algunas formas en que podrías reaccionar ante esa situación?
Al estudiar Lucas 13–14, fíjate en lo que el Salvador enseñó en cuanto a la manera de relacionarse con las personas que son menos afortunadas que nosotros.
En Lucas 13 leemos que el Salvador relató una parábola sobre una higuera que sería cortada si no producía fruto. Esa parábola iba dirigida a los judíos, quienes debían haber llevado buen fruto, y nos enseña que, si no nos arrepentimos, pereceremos. Jesús sana a una mujer en el día de reposo. Él comparó el reino de Dios con un grano de mostaza que creció hasta convertirse en un gran árbol, y enseñó sobre los que entrarán en Su reino. También se lamentó por la inminente destrucción de Jerusalén.
En Lucas 14:1–6 leemos que uno de los principales de los fariseos invitó al Salvador a cenar en su casa en el día de reposo. Antes de la comida, el Salvador sanó a un hombre que padecía hidropesía, una enfermedad que hacía que se le hinchara el cuerpo por causa de los líquidos.
Lee Lucas 13:15–16 y Lucas 14:5–6 para conocer la respuesta del Salvador a los fariseos que lo acusaron de quebrantar el día de reposo por sanar a la mujer y al hombre.
¿Qué aprendemos del ejemplo del Salvador en cuanto a honrar el día de reposo y santificarlo? Una lección es que Jesús ejemplificó lo que es una conducta recta en el día de reposo cuando atendió las necesidades de otras personas; eso es lo contrario de algunos de los fariseos que justificaban ayudar a los animales pero no a las personas en ese día. Piensa en las cosas que haces el día de reposo. ¿Qué puedes hacer en ese día para ser más como Jesús?
En Lucas 14:7–10 se halla una parábola que el Salvador utilizó para enseñar una verdad del Evangelio sobre la relación que existe entre la humildad y la exaltación. Los “primeros asientos” (Lucas 14:6) eran lugares de honor. Jesús se dio cuenta de cómo algunos de los invitados al banquete buscaban los lugares de honor para sí mismos, sentándose cerca del anfitrión.
Lee Lucas 14:11 para saber lo que el Salvador enseñó acerca de la humildad. La palabra humillado significa ser llevado a una posición inferior.
Lee Lucas 14:12–14 para saber lo que el Salvador enseñó al fariseo que lo había invitado a cenar. Al igual que ese fariseo, ¿por qué invitaría la gente a cenar a sus amigos y a sus vecinos ricos o importantes?
En los tiempos del Salvador, los mancos (o lisiados), los cojos y los ciegos con frecuencia se afanaban a fin de proveer para sí mismos, y eran pobres por causa de sus discapacidades. Algunos de los fariseos menospreciaban a esas personas. ¿Cuáles son algunas razones por las que las personas hoy en día menosprecian a los demás?
El siguiente es un principio que podemos aprender de esos versículos: El Señor nos recompensará si tratamos de ayudar a las personas que son menos afortunadas que nosotros.
Además de recompensarnos en la Resurrección, el Señor nos bendecirá también en esta vida cuando tratemos de ayudar a las personas que son menos afortunadas que nosotros (véase Mateo 6:4).
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Completa una o ambas de las siguientes actividades en tu diario de estudio de las Escrituras:
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Escribe sobre alguna ocasión en la que tú, o alguien a quien conozcas, fueron bendecidos por tratar de ayudar a una persona menos afortunada. (“Menos afortunada” puede hacer referencia a otras circunstancias que no sean la falta de cosas materiales; por ejemplo, puede referirse a alguien que se siente solo o que no tiene amigos).
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Piensa en maneras en las que podrías ayudar a aquellos que son menos afortunados que tú, y escribe una meta para prestarles servicio.
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Lucas 14:15–35
Jesús narra la parábola del gran banquete, y enseña sobre el precio del discipulado
¿Cuáles son algunas cosas que se nos podría pedir que sacrificáramos o abandonáramos como discípulos de Jesucristo?
¿Qué excusas podría una persona estar tentada a utilizar para evitar hacer esos sacrificios?
Después que Jesús aconsejó al fariseo que invitara a comer a los menos afortunados, alguien en la sala le dijo: “¡Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios!” (Lucas 14:15). En respuesta a esa declaración, el Salvador enseñó la parábola de la gran cena.
Lee Lucas 14:16–24 para descubrir la invitación que recibieron las personas de la parábola, así como la excusa que pusieron aquellos que rechazaron la invitación.
Jesús hablaba a los judíos que se comportaban como esas personas de la parábola que fueron los primeros invitados al banquete. ¿De qué manera el evangelio de Jesucristo es como un gran banquete? ¿Qué excusas pusieron las personas que no aceptaron la invitación a la gran cena? ¿Qué revelan esas excusas en cuanto a las prioridades de esas personas?
Uno de los principios que aprendemos de esa parábola es que, si ponemos otras prioridades por encima del Señor y Su evangelio, perderemos las bendiciones que podríamos haber recibido.
Observa la lista que hiciste de las cosas que se te podría requerir que sacrificaras o abandonaras como discípulo o discípula de Jesucristo. ¿Qué bendiciones podrías perder si no estuvieras dispuesto o dispuesta a hacer esos sacrificios? ¿Has pensado alguna vez que estabas sacrificando algo, pero luego te has dado cuenta de que las bendiciones que recibiste fueron mayores que lo que creías haber sacrificado?
Después de enseñar esa parábola, el Salvador habló a la multitud sobre lo que Él requiere de Sus discípulos. Lee Lucas 14:25–27 para saber lo que dijo el Salvador que Sus discípulos debían estar dispuestos a hacer.
“En el contexto de Lucas 14:26, la palabra griega traducida como ‘aborrece’ significa ‘ama menos’ o ‘aprecia menos’. El Salvador no estaba revocando el mandamiento ‘Honra a tu padre y a tu madre’ (Éxodo 20:12); estaba enseñando en cuanto a prioridades. Para un discípulo, la devoción a la familia debe ir después de la devoción a Jesucristo” (New Testament Student Manual [Sistema Educativo de la Iglesia, 2014], pág. 165; véanse también Mateo 10:37; Lucas 14:26, nota b al pie de página).
La palabra cruz en Lucas 14:27 hace referencia a la Crucifixión, y representa la disposición de la persona a sacrificarse. La Traducción de José Smith nos ayuda a entender que “llevar nuestra cruz” (véase Lucas 14:27) significa “abstenerse [uno mismo] de toda impiedad, y de todo deseo mundano y guardar [los] mandamientos [del Señor]” (Traducción de José Smith, Mateo 16:26 [en la Guía para el Estudio de las Escrituras]).
Esos versículos nos enseñan que los discípulos de Jesucristo deben estar dispuestos a sacrificarlo todo para seguirlo a Él. Si lo deseas, escribe esa verdad en el margen de tu ejemplar de las Escrituras, junto a Lucas 14:25–27.
Después de enseñar en cuanto a lo que Sus discípulos debían estar dispuestos a hacer, Jesús dijo: “Por tanto, proponed esto en vuestros corazones: que haréis lo que yo os enseñaré y os mandaré” (Traducción de José Smith, Lucas 14:28 [en Lucas 14:27, nota b al pie de página]). Aquí, la palabra proponed significa resolver o decidir firmemente. Un principio que podemos aprender de ese versículo es que, cuando proponemos en nuestro corazón hacer lo que Jesús nos enseña y nos manda, nos convertimos en Sus discípulos.
Reflexiona en cómo podemos llegar a un punto en nuestro discipulado en que realmente propongamos en nuestro corazón hacer lo que Jesucristo nos enseña y nos manda hacer.
Después de enseñar esos principios sobre el discipulado, el Salvador hizo dos analogías. Lee Lucas 14:28–30 y Lucas 14:31–33 y fíjate en lo que ilustran esas dos analogías.
El Salvador deseaba que Sus seguidores consideraran detenidamente si estaban dispuestos a sacrificar cualquier cosa que pudiera requerirse de ellos, para que pudieran seguir siendo Sus discípulos hasta el fin (véase también Traducción de José Smith, Lucas 14:31 [en Lucas 14:30, nota a al pie de página]). Si lo deseas, marca Lucas 14:33, que proporciona un sencillo resumen de las enseñanzas del Salvador en este capítulo.
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Piensa en lo que te costará o te requerirá a ti ser un verdadero discípulo del Señor Jesucristo, y considera las bendiciones de vivir el Evangelio y la recompensa de la vida eterna. ¿Qué decisiones podrías tomar ahora que te ayudarían a poner al Señor por delante de todas las demás prioridades en tu vida? Contesta esa pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras e incluye algunas metas que puedan ayudarte a convertirte en un mejor discípulo de Jesucristo.
Lucas 15
Jesús enseña las parábolas de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo.
Piensa en alguna ocasión en la que encontraste algo importante que habías perdido. ¿Cómo te sentiste?
Piensa en una persona que sepas que podría estar “perdida” espiritualmente. Podría ser alguien que aún no ha recibido el evangelio restaurado de Jesucristo, o que actualmente no está viviendo conforme a las enseñanzas del Evangelio.
A medida que estudias Lucas 15, busca verdades sobre cómo se siente el Padre Celestial hacia los que están espiritualmente perdidos, y la responsabilidad que nosotros tenemos hacia ellos.
Lee Lucas 15:1–2 para saber por qué se quejaban los fariseos.
En respuesta a la queja de los fariseos y los escribas, el Salvador narró tres parábolas: una sobre una oveja, otra sobre una moneda y otra sobre un hijo. Esas parábolas pretendían dar esperanza a los pecadores, además de reprender y condenar la hipocresía y la santurronería de los escribas y fariseos. Al estudiar esas parábolas, presta atención a por qué se perdió el sujeto de cada parábola, y cómo se encontró.
Lee cada parábola para encontrar las respuestas a las preguntas de la columna de la izquierda en el siguiente cuadro. Anota tus respuestas en los espacios correspondientes.
Parábolas de la oveja, la moneda y el hijo perdidos | |||
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Preguntas |
Lucas 15:3–7 (véase también Lucas 15:4, nota a al pie de página) |
Lucas 15:11–32 (en el versículo 16, la palabra deseaba implica que “gustosamente” lo haría) | |
¿Qué se perdió? | |||
¿Por qué se perdió? | |||
¿Cómo se encontró? | |||
¿Qué palabras o frases describen la reacción que hubo cuando se encontró? |
Observa que la oveja se perdió como consecuencia del curso natural de la vida; la moneda se perdió por causa de la negligencia o el descuido de su dueña; y el hijo pródigo (derrochador o insensato) se perdió por su propia rebelión.
¿Cuál crees que es nuestra responsabilidad hacia aquellos que están perdidos, sin importar cómo se perdieron?
Fíjate en las frases que describen las reacciones que resultan cuando se encuentran el animal, el objeto y a la persona. Recuerda que un propósito de esas parábolas era reprender por su santurronería a los fariseos y escribas que murmuraban sobre los publicanos y los pecadores con los que Jesús hablaba. Cuando Jesús dijo que habría más gozo en los cielos “por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento” (Lucas 15:7), estaba enseñando que hay más gozo en los cielos por un pecador arrepentido que por noventa y nueve fariseos y escribas santurrones que, en su orgullo, piensan que no necesitan arrepentimiento.
Basándote en las reacciones de los que encontraron lo que se había perdido, ¿cómo completarías la siguiente frase?: Cuando ayudamos a otras personas a sentir el deseo de arrepentirse, sentimos .
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Contesta la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Qué tipo de cosas puedes hacer para ayudar a una persona que está espiritualmente perdida a arrepentirse o acercarse al Padre Celestial?
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Lucas 13–15 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: