Unidad 4: Día 3
Mateo 15
Introducción
Mientras estuvo en Galilea, Jesús explicó a los escribas y fariseos por qué Sus discípulos no seguían la tradición de purificarse lavándose las manos antes de comer. Luego viajó a la costa mediterránea, donde sanó a la hija de una mujer gentil. Jesús regresó después a Galilea, donde sanó a muchos y alimentó milagrosamente a más de cuatro mil personas.
Mateo 15:1–20
Los fariseos preguntan por qué los discípulos de Jesús no se lavan las manos antes de comer
Lee los siguientes casos y averigua lo que tienen en común.
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A una jovencita sus amigas la animan a llevar un atuendo inapropiado a un baile de la escuela. Ella sabe que esa ropa no se ajusta a las normas de modestia del Señor, aunque en su entorno generalmente es aceptable llevar ropa como esa.
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Un joven pertenece a una familia de Santos de los Últimos Días a la que le encantan los eventos deportivos. Cuando se transmiten por televisión eventos deportivos populares, como rutina, la familia deja a un lado la oración familiar, el estudio de las Escrituras, la Noche de Hogar y las reuniones dominicales de la Iglesia.
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Una joven pareja se está preparando para el matrimonio. Ellos viven en un lugar donde es ampliamente aceptado tener relaciones sexuales prematrimoniales. Algunas personas les han dicho que son anticuados y raros por esperar a casarse para intimar sexualmente.
Te habrás dado cuenta de que cada caso presenta un conflicto entre obedecer los mandamientos de Dios o actuar según las tradiciones o costumbres. Las tradiciones o costumbres incluyen las creencias y las prácticas de una cultura, una comunidad, una familia o un grupo de amigos.
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En tu diario de estudio de las Escrituras, anota una o más tradiciones o costumbres que te podrían impedir cumplir los mandamientos de Dios. A medida que estudias Mateo 15, busca verdades que te puedan ayudar cuando tengas que elegir entre obedecer los mandamientos de Dios o tomar parte en tradiciones o costumbres.
Lee Mateo 15:1–2 para saber sobre qué tradición interrogaron los escribas y fariseos a Jesús. ¿Qué tradición no seguían los discípulos de Jesús?
El lavamiento de manos que mencionaron los fariseos y los escribas se refiere a un lavamiento ceremonial para la pureza ritual, y no al lavamiento por higiene.
Lee Mateo 15:3 para saber cuál fue la respuesta de Jesús a la pregunta de ellos. Si lo deseas, marca en tu ejemplar de las Escrituras lo que dijo el Salvador que los escribas y fariseos hacían al participar de sus tradiciones.
Tal como se registra en Mateo 15:4–6, Jesús dio un ejemplo de cómo los escribas y fariseos transgredían un mandamiento de Dios al participar de sus tradiciones. Ellos evitaban cumplir con su responsabilidad de cuidar a sus padres ancianos declarando que su dinero estaba reservado como ofrenda a Dios, o Corbán (véase Marcos 7:10–12). Al hacerlo, ellos violaban el mandamiento de honrar a su padre y a su madre.
Lee Mateo 15:7–9 para saber lo que los escribas y fariseos habían llevado al pueblo a hacer utilizando sus tradiciones como excusa para no obedecer los mandamientos de Dios.
De esos versículos aprendemos el siguiente principio: Si deseamos acercarnos a Dios, debemos anteponer Sus mandamientos a cualquier tradición o costumbre que podamos tener.
Vuelve a leer los casos que se presentaron al comienzo de la lección y, en cada uno de ellos, medita en las siguientes preguntas:
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¿Qué podrían hacer la persona o personas de este ejemplo para obedecer los mandamientos de Dios?
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El hacer eso, ¿cómo les ayudaría a acercarse más a Dios?
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¿Qué tuviste que hacer para anteponer los mandamientos de Dios a las tradiciones o costumbres a fin de acercarte más a Él?
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¿Cómo te ayudó eso a acercarte más al Padre Celestial?
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Recuerda que los escribas y fariseos creían que comer sin haber efectuado un lavamiento ceremonial de las manos contaminaría a la persona, o la haría espiritualmente impura. Lee Mateo 15:10–11 para saber lo que el Salvador enseñó que nos contamina realmente. Si lo deseas, marca lo que encuentres.
El Salvador dijo: “…lo que sale de la boca… contamina al hombre” (Mateo 15:11). Después de decir a Sus discípulos que no se preocuparan por los fariseos, quienes se habían ofendido por Sus palabras (véase Mateo 15:12–16), Él continuó explicando lo que en realidad nos contamina.
Lee Mateo 15:17–20 para saber lo que el Salvador dijo que nos contamina.
En las Escrituras, el corazón a menudo representa nuestros pensamientos y deseos. ¿Qué dijo el Salvador que nos contamina realmente?
Completa el siguiente principio basándote en las enseñanzas del Salvador que se encuentran en Mateo 15:19–20: Si escogemos albergar malos pensamientos y deseos, entonces .
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Mateo 15:21–28
El Salvador sana a la hija de una mujer gentil
En el siguiente espacio, anota uno o más de tus deseos justos:
Al seguir estudiando Mateo 15, busca principios que te pueden ayudar a entender lo que debes hacer para que tus deseos justos se hagan realidad.
Si está disponible en tu ejemplar de la Biblia, busca el mapa Nº 11, “La Tierra Santa en los tiempos del Nuevo Testamento”, y localiza en él las ciudades de Tiro y Sidón. Al viajar de Galilea a las ciudades costeras de Tiro y Sidón, Jesús se encontró con una mujer cananea. Al igual que muchas otras personas de aquella región, esa mujer era gentil (lo cual significa que no era judía). En aquel momento, la misión del Salvador era proclamar el Evangelio solamente a los judíos, y todavía no a los gentiles (véase Mateo 10:5–6).
Lee Mateo 15:21–27 para encontrar las respuestas a las siguientes preguntas:
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¿Qué deseo justo tenía la mujer cananea?
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¿Qué hizo y dijo la mujer que demostró su fe en Jesucristo?
Observa que la analogía del Salvador al comparar a los gentiles con perrillos puso a prueba la fe de la mujer. Su reacción a esa analogía, ¿cómo confirmó la fe que tenía en Jesucristo?
Lee Mateo 15:28 para saber lo que hizo el Salvador por esa mujer.
¿Por qué lo hizo?
De ese relato aprendemos que cuando ejercemos la fe en Jesucristo, podemos recibir bendiciones conforme a nuestros deseos justos.
Medita sobre la siguiente pregunta: Además de pedir constantemente al Padre Celestial que nos bendiga conforme a nuestros justos deseos, ¿qué más podemos hacer para ejercer la fe en Jesucristo?
Lee las siguientes palabras del élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
“Cuando tenemos fe en el Señor Jesucristo, debemos confiar en Él; debemos confiar lo suficiente en Él para aceptar Su voluntad de buena gana, sabiendo que Él sabe lo que es mejor para nosotros…
“…la fe, no importa cuán fuerte sea, no puede producir un resultado que sea contrario a la voluntad de Aquel que tiene todo poder. El ejercer la fe en el Señor Jesucristo es algo que está siempre sujeto al orden de los cielos, a la bondad, la voluntad, la sabiduría y el tiempo del Señor. Ésa es la razón por la que no podemos tener fe en el Señor si no tenemos también una confianza plena en Su voluntad y en Su tiempo” (“Fe en el Señor Jesucristo”, Liahona, mayo de 1994, págs. 113–114).
¿Cómo puede ayudarnos la explicación del élder Oaks de lo que significa ejercer la fe en Jesucristo cuando el Señor no nos bendice inmediatamente conforme a nuestros justos deseos?
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Mateo 15:29–39
Jesús alimenta a más de cuatro mil seguidores con siete panes y unos pocos peces
Tal como se registra en Mateo 15:29–39, Jesús regresó a Galilea y, estando allí, mucha gente se reunió en torno a Él. Las Escrituras dicen que había “cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños” (Mateo 15:38), incluso personas que sufrían diversas dolencias y discapacidades físicas. El Salvador los sanó y, después que la gente pasó tres días con Él, efectuó otro milagro alimentando a todos ellos con solo siete panes y unos pocos pececillos.
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He estudiado Mateo 15 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: