Unidad 24: Día 1
2 Corintios 8–9
Introducción
El apóstol Pablo escribió a los santos en Corinto, explicando que los miembros de la Iglesia en Macedonia habían dado libremente a aquellos que estaban necesitados. Alentó a los santos corintios a seguir también el ejemplo del Salvador al dar a los pobres. Pablo enseñó acerca de las bendiciones que reciben aquellos que dan alegremente a los pobres.
2 Corintios 8
Pablo aconseja a los santos a cuidar de los pobres
Lee la siguiente declaración del élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y considera qué palabra falta que haría de esta una declaración verdadera: “A lo largo de la historia, ____________________ ha sido uno de los mayores y más extendidos problemas de la humanidad. Su costo más evidente suele ser físico, pero el daño espiritual y emocional que genera podría ser aún más debilitador” (“¿No somos todos mendigos?” Liahona, noviembre de 2014, pág. 40).
Escribe la palabra pobreza en la línea, y vuelve a leer la declaración del élder Holland, considerando lo que significa.
La pobreza es la condición de no tener suficientes recursos necesarios, lo que puede incluir dinero, bienes, o medios para sostenerse. ¿Por qué puede ser la pobreza un reto tan difícil?
Piensa en personas que conozcas que puedan necesitar ayuda de cualquier tipo, incluyendo física, emocional, social o espiritual. A medida que estudies 2 Corintios 8–9, busca verdades que puedan ayudarte a comprender y cumplir tu papel al ayudar a otras personas que están necesitadas.
En 2 Corintios 8:1–8 el apóstol Pablo dijo a los santos corintios que los miembros de la Iglesia en Macedonia habían dado generosamente a fin de ayudar a los pobres con sus necesidades temporales (véase Mapas bíblicos, nro. 13, “Los viajes misionales del Apóstol Pablo”). Él explicó que los miembros en Macedonia lo hicieron porque deseaban hacer la voluntad de Dios. Pablo alentó a los santos de Corinto a seguir ese ejemplo de proveer para las necesidades de los demás con amor sincero.
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Dibuja una línea vertical en medio de una página en blanco de tu diario de estudio de las Escrituras para crear dos columnas. Escribe la palabra Rico arriba de una de las columnas, y la palabra Pobre arriba de la segunda columna.
Lee 2 Corintios 8:9 para averiguar lo que Pablo dijo que Jesucristo hizo por los santos. Después contesta las siguientes preguntas y escribe tus respuestas en tu diario de estudio de las Escrituras debajo de las palabras Rico y Pobre.
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¿En qué maneras era rico Jesucristo en la vida premortal?
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¿En qué maneras pudo Él haberse considerado como pobre durante Su vida terrenal?
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¿Qué creen que signifique en el versículo 9 que nosotros “con… [la] pobreza [del Salvador] fuése[mos] enriquecidos”?
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Considera que aun antes de que Jesucristo naciera, Él era miembro de la Trinidad, y Él se encontraba junto al Padre Celestial en autoridad, poder y gloria. A causa de que Jesucristo condescendió, o se humilló y descendió de Su trono premortal y vino a la tierra a ministrar, poner el ejemplo y llevar a cabo la Expiación, nosotros podemos obtener las riquezas de la vida eterna (véase 1 Nefi 11:26–28).
Cerca de un año antes, los santos corintios se habían comprometido a juntar bienes para los santos pobres de Jerusalén. Lee 2 Corintios 8:10–11 para saber lo que Pablo les aconsejó a los santos que hicieran en ese tiempo. Las frases “a hacerlo” y “llevad también a cabo el hacerlo” se refieren a la admonición de Pablo de que los santos dieran seguimiento a su compromiso previo de dar lo que pudieran a los santos pobres, tal y como el Señor les había dado riquezas eternas a ellos.
Un principio que podemos aprender es que al llegar a comprender todo lo que el Salvador nos ha dado, estaremos más dispuestos a dar de nuestro sustento a los demás.
Piensa cómo el reconocer la abundancia de los dones del Salvador hacia nosotros puede motivarnos a dar a aquellos que están necesitados.
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Contesta la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Qué dones específicos te ha dado el Salvador, y en qué forma te inspiran a dar a los demás?
Lee 2 Corintios 8:12–15 para averiguar otra verdad que Pablo enseñó a las personas acerca de la importancia de apoyarse unos a otros de maneras temporales.
Una verdad que podemos aprender de 2 Corintios 8:12–13 es que Dios desea que estemos dispuestos a dar incluso cuando no tengamos nada que dar.
Para comprender mejor lo que significa esa verdad, lee la siguiente declaración del élder Holland, y después considera las siguientes preguntas: “… ricos o pobres, debemos ‘hacer lo que podamos’ cuando los demás tienen necesidad” (“¿No somos todos mendigos?”, pág. 41).
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¿Qué podemos hacer por los demás si no tenemos nada físico que darles?
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¿Por qué debemos hacer todo lo que podamos por los demás?
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Según 2 Corintios 8:14–15, ¿quién se beneficia cuando todos los santos dan consistentemente de su abundancia?
Medita algunas maneras en las que todos se benefician cuando estamos dispuestos a dar.
Lee la siguiente declaración del élder Holland, para ver cómo puede ayudarnos el Señor a tratar con compasión al pobre: “… no sé exactamente cómo cada uno de ustedes deben cumplir con su obligación hacia aquellos que no siempre pueden o no saben cómo ayudarse a sí mismos; pero sí sé que Dios lo sabe y que Él los ayudará y guiará hacia actos caritativos de discipulado si, de manera diligente, desean, oran y buscan la manera de cumplir con un mandamiento que Él nos ha dado una y otra vez” (“¿No somos todos mendigos?”, pág. 41).
Presta atención a que el élder Holland dijo que debemos “de manera diligente, desea[r], ora[r] y busca[r] la manera” de ayudar al pobre y al necesitado. Las ofrendas de ayuno, los proyectos de servicio locales y las oportunidades humanitarias son algunas maneras que la Iglesia ha establecido a fin de que podamos ayudar a satisfacer las necesidades de los pobres. ¿Pueden pensar en otras maneras en las que podamos hacerlo?
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Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras acerca de alguna ocasión en la que ayudaste a alguna persona necesitada y cómo te sentiste como resultado de ello. También puedes escribir una cosa que planeas hacer de acuerdo con lo que Pablo enseñó acerca de dar a los pobres y necesitados.
Como se registra en 2 Corintios 8:16–24, Pablo habló a los santos corintios acerca de Tito y de otros dos hermanos que habían sido enviados para recaudar contribuciones caritativas para los santos en Jerusalén. Pablo habló de la confianza que tenía en los santos corintios y explicó que su generosidad para dar sería evidencia de su amor por los demás.
2 Corintios 9
Pablo enseña acerca de las bendiciones de ser un dador sincero
Pablo siguió elogiando a los santos corintios (véase 2 Corintios 9:1–5). Les dijo que había mandado a Tito y a otros para confirmar su disposición para dar libremente a los pobres.
Piensa si alguna vez has dado algo a alguien o has hecho algo por alguien de mala gana o sin disposición. ¿Por qué en ocasiones es difícil ser alegre al dar tu tiempo, dinero u otros recursos para ayudar a los demás?
Lee 2 Corintios 9:6–7 y busca la comparación que Pablo usó para enseñar a los miembros de la Iglesia en Corinto acerca de dar
libremente. ¿Quiénes son los sembradores en esa comparación?
Reflexiona en cómo dar a los demás es como plantar semillas en un campo. ¿Qué pasa si solamente sembramos escasamente? ¿Qué pasa cuando sembramos abundantemente?
De acuerdo con 2 Corintios 9:7, ¿cómo espera el Señor que sembremos o demos?
De 2 Corintios 9:6–7 aprendemos la siguiente verdad: Si damos a los necesitados con un corazón alegre, Dios nos bendecirá generosamente.
¿Cómo el dar a los demás con una actitud alegre nos lleva a recibir más abundantemente?
Lee 2 Corintios 9:8–10 para encontrar las bendiciones que Pablo dijo que recibirían los santos si daban con un corazón alegre. Marca o resalta en tus Escrituras algunas frases que Pablo usó para describir cómo bendice el Señor a aquellos que dan con un corazón alegre.
Fíjate que las frases que Pablo usó para describir las bendiciones del Señor sugieren que recibiremos la gracia del Señor, que incluye bendiciones temporales que serán suficientes para nuestras necesidades.
Según 2 Corintios 9:10, ¿quién es “el que da semilla al que siembra”? ¿Cómo el recordar de dónde viene la semilla puede ayudarnos para dar alegremente?
Lee 2 Corintios 9:11–15 para saber lo que Pablo enseñó acerca de aquellos santos que dan y reciben alegremente.
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Contesta la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: De acuerdo con 2 Corintios 9:11–15, ¿cómo se sienten con respecto a Dios aquellos que dan libremente de su sustento y aquellos que reciben del sustento de alguien más? (Podrías marcar o resaltar cualquier frase de gratitud que se encuentre en esos versículos).
Si lo deseas, escribe la siguiente verdad en tus Escrituras cerca de 2 Corintios 9:11–15: Reconocer la generosidad de Dios al bendecirnos puede ayudarnos a sentir gratitud hacia Él.
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Contesta la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿En qué ocasiones has sentido gratitud hacia Dios después de reconocer las bendiciones que Él te envió por servir y dar a los demás de una manera alegre? (Podrías agregar tu testimonio de los principios y las verdades que se mencionaron en 2 Corintios 8–9).
A fin de ayudarte a aplicar esta lección, piensa en maneras en las que podrías ayudar esta semana a alguien que lo necesite (tal vez alguien de tu familia). Establece una meta específica para ayudar a esa persona, y escríbela en una hoja de papel.
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado 2 Corintios 8–9 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: