Unidad 13: Día 1
Juan 2
Introducción
En Caná, el Salvador efectuó el primer milagro público de Su ministerio terrenal al convertir el agua en vino. Fue a Jerusalén para la primera Pascua de Su ministerio público, y purificó el templo por primera vez al echar a los cambistas que profanaban la casa de Su Padre.
Juan 2:1–11
Jesús convierte el agua en vino
Piensa en los “primeros” acontecimientos que quizás hayan ocurrido en tu vida: tu primer día de escuela, tu primer empleo, o la primera vez que recuerdas que sentiste el Espíritu Santo. ¿Qué otros primeros acontecimientos has experimentado que han sido significativos para ti?
¿Por qué en ocasiones damos importancia a los “primeros” acontecimientos de nuestra vida?
Poco tiempo después de que Jesús fue bautizado, Él y Sus discípulos asistieron a una celebración de bodas en Caná, un pueblo cercano al lugar en que Jesús creció, Nazaret. Fue en Caná donde Jesús efectuó Su primer milagro del que haya registro.
Lee Juan 2:1–3 para localizar un problema que surgió durante la celebración de la boda.
El vino era una bebida acostumbrada en las celebraciones de boda. A veces la celebración de boda duraba varios días. El que se acabara el vino habría sido vergonzoso para los anfitriones de la celebración. María, la madre de Jesús, acudió a Jesús para que ayudara a reabastecer el vino. No estamos seguros del papel que María tenía en la celebración de boda, pero es obvio que sintió alguna responsabilidad cuando el vino se acabó.
La Traducción de José Smith ayuda a comprender la respuesta de Jesús a Su madre: “… Mujer, ¿qué quieres que yo haga por ti? Yo lo haré; pues aún no ha llegado mi hora” (Traducción de José Smith, Juan 2:4 [en Juan 2:4 nota a al pie de página]). En los días de Jesús, el título “mujer” era una manera amorosa y respetuosa de dirigirse a la madre de uno.
Lee Juan 2:5 y fíjate en lo que María dijo a los sirvientes. Piensa qué nos enseñan las instrucciones de María a los sirvientes acerca de su fe en Jesús.
Lee Juan 2:6–7 para determinar lo que Jesús mandó que hicieran los sirvientes.
La frase “la purificación de los judíos” en el versículo 6 se refiere a la práctica judía de la ceremonia del lavamiento de las manos con agua antes de ingerir alimentos. Se usaban grandes tinajas de piedra que tenían el agua que se usaba en rituales como ese. “Un ‘cántaro’ contenía cerca de treinta y cuatro litros, así que las seis tinajas podían contener entre 380 y 600 litros” (New Testament Student Manual [manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2014], pág. 207). Presta atención en Juan 2:7 a cuán llenas estaban esas tinajas.
Lee Juan 2:8 para determinar lo que Jesús mandó que los sirvientes hicieran después.
Si fueras uno de los sirvientes, ¿qué habrías pensado o sentido al llevar un vaso lleno de ese líquido al maestresala de la celebración?
Lee Juan 2:9–10 y averigua lo que dijo el maestresala después de haber bebido lo que le llevaron.
¿Qué le había ocurrido al agua?
A fin de comprender lo que el maestresala dijo, sería útil saber que con frecuencia se usaba el mejor vino al inicio de la celebración, y el de menor calidad se usaba más adelante.
Jesús no proporcionó una interpretación específica del significado o simbolismo de ese milagro registrado como el primero de Su ministerio terrenal. Sin embargo, hay muchas verdades significativas que podemos aprender de ese relato del primer milagro de Jesús del que se tiene registro.
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Haz una lista en tu diario de estudio de las Escrituras de las verdades que puedes reconocer acerca de Jesucristo en Juan 2:1–10, de Su relación con Su madre y Su poder.
Una de las verdades que encontraste en Juan 2:1–10 puede ser similar a la siguiente: Jesucristo tiene potestad sobre los elementos físicos.
Lee Juan 2:11 para saber qué efecto tuvo ese milagro en los discípulos de Jesús.
La Traducción de José Smith [en inglés] declara que “la fe de los discípulos se fortaleció en Él” (Joseph Smith Translation, Juan 2:11).
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Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Cómo puede fortalecer tu fe en Jesucristo el comprender ese milagro y entender que Jesucristo es el Creador del cielo y de la tierra y tiene poder sobre los elementos físicos?
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¿Qué otros relatos en el Nuevo Testamento ilustran también que Jesucristo tiene poder sobre los elementos físicos?
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Juan 2:12–25
Jesús purifica el templo
Piensa en un juego activo que solías jugar afuera cuando eras niño. Aunque el juego es inocente y divertido, ¿te sentirías cómodo al jugarlo en los sagrados terrenos del templo? ¿Por qué no?
Durante el primer año del ministerio de Jesús, Él viajó a Jerusalén para celebrar la Pascua. Lee Juan 2:12–17 para descubrir qué estaba ocurriendo en el templo cuando Jesús llegó.
¿Por qué crees que Jesús se molestó con lo que estaba ocurriendo en el templo? Presta atención a lo que Jesús hizo para corregir el problema.
Miles de visitantes que iban a Jerusalén para la celebración de la Pascua necesitaban comprar animales para ofrecerlos como sacrificios en el templo como parte de su adoración. Los cambistas intercambiaban dinero romano y de otros lugares por dinero del templo a fin de que los animales que se iban a sacrificar se pudieran comprar y otros comerciantes vendían los animales que se requerían. Aunque ese comercio era necesario, el llevar a cabo tales negocios en los atrios exteriores del templo era irrespetuoso e irreverente. Además, esos cambistas cobraban precios excesivos por los animales y procuraban ganancias injustas.
El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, describió la escena: “Al entrar Jesús a los patios exteriores del templo… se encontraban ante Él pesebres con bueyes, corrales con ovejas, jaulas de palomas, y codiciosos vendedores que los ofrecían a precios exorbitantes a fin de que se usaran para los sacrificios. Por todos lados estaban atestadas las mesas de los cambistas que intercambiaban, para obtener ganancia, el dinero romano u otras monedas por dinero del templo, a fin de que se pudieran comprar los animales para los sacrificios” (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1965–1973, tomo I, págs.137–138).
Por medio de sus acciones y palabras, Jesús enseñó la santidad de la casa de Su Padre.
Presta atención en Juan 2:16 a que Jesús dijo que el templo era la casa de Su Padre. De esto aprendemos la siguiente verdad: El templo es la casa de Dios.
Los templos son casas de Dios ya que son lugares a los que Dios puede venir. Las ordenanzas pertenecientes a la salvación de los hijos de Dios se llevan a cabo en los templos, y aquellos que asisten pueden sentir ahí el Espíritu del Señor. Ya que el templo es “la Casa del Señor”, como está escrito afuera de este, en ocasiones, el Señor mismo puede estar presente en esos lugares. Los templos son los lugares de adoración más santos sobre la Tierra.
Lee la siguiente declaración del presidente Howard W. Hunter, para ver por qué Jesús echó a los cambistas y comerciantes del templo:
“En el proceso de la decadencia moral, la reverencia es una de las primeras virtudes que desaparecen… El amor al dinero había desviado el corazón de muchos de los coterráneos de Jesús; les interesaba más la ganancia que Dios. Si Dios no les importaba, ¿por qué se iban a preocupar por su templo? Convirtieron los atrios del templo en un mercado, y sofocaron las oraciones y salmos de los fieles con sus codiciosas empresas y el balido de las inocentes ovejas. Jesús nunca demostró una tempestad de emociones mayor que en la purificación del templo…
“La razón de su furor se halla en solo estas palabras: ‘La casa de mi Padre’. Esta no era una casa común; era la Casa de Dios y se había erigido para adorar a Dios. Era un hogar para el corazón reverente y debía ser un lugar de solaz para calmar las penas, una puerta a los cielos. Él dijo: ‘No hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado’ (Juan 2:16). Su devoción al Altísimo encendió un fuego en Su alma y dio a Sus palabras una fuerza que penetró en los ofensores como una daga” (véase “Santificado sea tu nombre”, Liahona, febrero de 1978, págs. 72–73).
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Escribe la siguiente declaración en tu diario de estudio de las Escrituras: Puedo mostrar reverencia por el templo al… Después haz una lista de las muchas maneras en las que esa declaración se puede completar en dos minutos. Ten en mente que puedes mostrar reverencia por el templo incluso cuando no te encuentres en el templo.
Elije una de las ideas de tu lista y úsala para ponerte la meta de mostrar reverencia por el templo.
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Juan 2 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: