Unidad 16: Día 1
Juan 16
Introducción
Después de la cena de Pascua, Jesucristo continuó enseñando a Sus discípulos. Les dijo que pronto iría a Su Padre, y que el Espíritu Santo, o Consolador, vendría y los guiaría a la verdad. Jesús profetizó Su propia muerte y resurrección, y proclamó que Él había vencido al mundo.
Juan 16:1–15
Jesús explica la función del Espíritu Santo
Imagina que viajas por primera vez por un terreno muy bonito pero peligroso, y que un buen amigo experimentado es tu guía. Cuando llegas a un punto del viaje particularmente difícil, te das vuelta y descubres que tu amigo ha desaparecido, y tú estás solo y perdido. ¿Qué preocupaciones y sentimientos tendrías en una situación así?
¿Has tenido preocupaciones o sentimientos similares en tu vida durante momentos difíciles o de soledad? A medida que estudias Juan 16, busca principios que puedan ayudarte a saber cómo hallar guía y paz cuando lo necesites.
Después de pasar cerca de tres años con Sus discípulos, Jesucristo les dijo que debía partir (véase Juan 14:28). En Juan 16:1–4 aprendemos que, después que Jesús hubo comido la cena de Pascua con Sus discípulos, les dijo que llegaría el tiempo en que las personas los aborrecerían y que, al matarlos, esas personas creerían estar rindiendo servicio a Dios.
Lee Juan 16:5–6 para averiguar lo que Jesús les dijo a Sus discípulos, y cómo se sintieron ellos al respecto.
Lee Juan 16:7 para saber a quién prometió Jesús que enviaría cuando Él partiera.
El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “Mientras Jesús se hallaba con los discípulos en persona, no era del todo necesario que ellos tuviesen la compañía constante del Espíritu, la cual sí necesitarían después que Jesús partiera” (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1965–1973, tomo I, pág. 753).
En Juan 16:8–12, Jesús explicó que una de las funciones del Espíritu Santo es “[reprender] al mundo acerca del pecado” (Juan 16:8). Lee Juan 16:13 y busca otras funciones que desempeñaría el Consolador en la vida de los discípulos cuando Jesús los dejara.
Al referirse a Juan 16:9–11, el élder McConkie explicó: “Estos son versículos complicados que han llegado hasta nosotros de manera tan condensada y abreviada que su interpretación resulta difícil. Su significado parece ser: ‘Cuando recibáis la compañía del Espíritu, de modo que podáis declarar lo que Él os revele, vuestras enseñanzas condenarán al mundo acerca del pecado y de la justicia, y acerca del juicio. El mundo será condenado de pecado por rechazarme a mí, por no creer en vuestro testimonio inspirado por el Espíritu de que yo soy el Hijo de Dios, por medio del cual viene la salvación. Serán condenados por rechazar vuestro testimonio acerca de mi rectitud —por suponer que soy un blasfemo, un embustero y un impostor— cuando de hecho he ido a mi Padre, algo que no podría hacer a menos que todas mis obras fuesen verdaderas y justas. Serán condenados acerca del falso juicio, por rechazar vuestro testimonio contra las religiones de la época, y en vez de ello elegir seguir a Satanás, el príncipe de este mundo, que con todas sus filosofías religiosas será juzgado y hallado falto’”. (Doctrinal New Testament Commentary, tomo I, pág. 754).
¿Cómo se beneficiarían los discípulos de la guía y del conocimiento que les proporcionaría el Espíritu Santo?
¿Qué verdad acerca del Espíritu Santo aprendemos en Juan 16:13?
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Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Cuáles son algunas maneras en que el Espíritu Santo nos guía a la verdad?
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¿De qué maneras podría el Espíritu Santo mostrarnos las cosas que están por venir?
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Por medio del Espíritu Santo, Dios puede darnos seguridad, esperanza, visión, advertencia y guía para nuestro futuro.
Lee la siguiente declaración del élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles, para saber cómo puedes invitar al Espíritu Santo para que te guíe a lo largo de la vida: “¿Cómo tomamos al Santo Espíritu por guía? Debemos arrepentirnos de nuestros pecados todas las semanas y renovar nuestros convenios tomando la Santa Cena con manos limpias y corazón puro, como se nos manda (véase D. y C. 59:8–9, 12). Sólo de esa manera se cumplirá la divina promesa de que siempre podamos ‘tener su Espíritu’ con nosotros (véase D. y C. 20:77). Ese Espíritu es el Espíritu Santo, cuya misión es enseñarnos, guiarnos a la verdad y testificarnos del Padre y del Hijo (véanse Juan 14:26; Juan 15:26; Juan 16:13; 3 Nefi 11:32, 36)” (véase “No se dejen engañar”, Liahona, noviembre de 2004, pág. 46).
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Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Cuándo has sentido que el Espíritu Santo te guía a la verdad o te muestra cosas que están por venir?
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¿Cómo reconociste que era el Espíritu Santo el que te guiaba?
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Piensa en decisiones que podrías tomar para invitar al Espíritu Santo a ser tu guía. Trata de vivir de un modo que invite Su influencia guiadora en tu vida.
En Juan 16:13 Jesús enseñó que el Espíritu Santo “no hablará por sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga”. Lee Juan 16:14–15 para saber de quién son los mensajes que nos transmitirá el Espíritu Santo.
De lo que aprendiste en esos versículos, completa la siguiente doctrina: El Espíritu Santo revela verdades e instrucción que provienen de .
¿Por qué es útil saber que, cuando el Espíritu Santo nos habla, lo hace en el nombre del Padre Celestial y de Jesucristo?
“Lo que [el Espíritu Santo] le comunique a tu espíritu te dará mucha más certeza que cualquier otra comunicación que recibas por medio de los sentidos naturales” (Leales a la fe, 2004, pág. 72). Esto significa que el Espíritu Santo es tu guía más valiosa para aprender la verdad. Su influencia es más valiosa que la prueba física, las opiniones de otras personas o el razonamiento del mundo. Los discípulos del Salvador tendrían que aprender a confiar en el Espíritu Santo como guía en la ausencia física del Señor, al igual que nosotros debemos confiar en el Espíritu Santo hoy en día.
Juan 16:16–33
El Salvador habla de Su muerte y de Su resurrección, y dice que Él ha vencido al mundo
Piensa en alguna ocasión en la que tuviste que despedirte de un amigo o familiar por un periodo de tiempo largo o indefinido. ¿Qué se dijeron para consolarse mutuamente mientras se despedían?
Lee Juan 16:16 para saber qué les dijo Jesús a los discípulos que pudo reconfortarlos al pensar en Su partida.
En Juan 16:17–19 leemos que los discípulos no entendieron lo que Jesús quiso decir cuando dijo que Él se iría, pero que lo verían de nuevo.
Lee Juan 16:20–22 para saber lo que el Señor dijo que Sus discípulos sentirían cuando Él se fuera, y lo que sentirían cuando lo volvieran a ver. Tal vez te ayude saber que la expresión “la mujer, cuando da a luz”, en el versículo 21, se refiere a la mujer que está de parto antes de que nazca su bebé.
Según ese versículo, ¿cómo se sentirían los discípulos cuando Jesús se fuera? ¿Qué prometió Él que sentirían cuando lo vieran de nuevo?
Jesús sabía que Sus discípulos volverían a verlo después que Él resucitara. Aunque el pesar por Su muerte sería grande, el gozo que sentirían después de Su resurrección perduraría.
En Juan 16:23–32 leemos que Jesús enseñó a Sus discípulos a orar directamente al Padre Celestial en Su nombre (el nombre de Jesucristo, véase Juan 16:23), y les aseguró el amor que el Padre sentía por ellos y por Él. Les confirmó que sus oraciones dirigidas al Padre Celestial serían contestadas.
Lee Juan 16:33 en busca de palabras y expresiones que el Salvador utilizó para consolar a Sus discípulos. Si lo deseas, marca lo que encuentres.
¿Por qué podemos tener felicidad y paz aun en un mundo lleno de tribulación, pecado y muerte?
En Juan 16:33 aprendemos que, gracias a que Jesucristo ha vencido al mundo, podemos ser de buen ánimo y tener paz. ¿Qué crees que significa que Jesucristo ha vencido al mundo?
Como el Unigénito del Padre, Jesucristo vivió una vida sin pecado, venciendo todas las tentaciones del mundo; también sufrió todo tipo de dolor y aflicción, y expió los pecados de todos los hijos del Padre Celestial. Mediante Su vida, Su sufrimiento, Su muerte y Su resurrección, Él superó todos los obstáculos que nos impedirían llegar a ser limpios, hallar paz y volver a vivir con nuestro Padre Celestial y con aquellos a quienes amamos.
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Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras: El saber que Jesucristo venció al mundo, ¿de qué maneras te ayuda a ser de buen ánimo y tener paz?
Lee la siguiente declaración del presidente Thomas S. Monson para saber por qué podemos ser de buen ánimo a pesar de las pruebas y las dificultades de este mundo:
“Seamos de buen ánimo al vivir nuestra vida. Aunque vivimos en tiempos cada vez más peligrosos, el Señor nos ama y nos tiene presentes. Está siempre de nuestro lado cuando hacemos lo correcto. Nos ayudará en época de necesidad… Nuestra vida también puede estar llena de gozo al seguir las enseñanzas del evangelio de Jesucristo.
“El Señor nos exhortó: “Confiad; yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Cuánta felicidad debería darnos este conocimiento. Él vivió por nosotros y murió por nosotros. Pagó el precio de nuestros pecados. Emulemos Su ejemplo. Mostremos nuestra gratitud a Él al aceptar Su sacrificio y vivir de tal modo que seamos dignos de un día regresar a vivir con Él” (“Para siempre Dios esté con vos”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 111).
Reflexiona en la siguiente pregunta: El saber que Jesucristo venció al mundo, ¿cuándo te ha ayudado a ser de buen ánimo y tener paz?
Procura ser de buen ánimo y vivir el evangelio de Jesucristo; al hacerlo, sentirás la paz y la esperanza que son posibles por medio del sacrificio expiatorio y la resurrección del Señor.
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Juan 16 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: