Unidad 2: Día 3

Mateo 4

Introducción

Después de Su bautismo, Jesús pasó cuarenta días ayunando y en comunión con el Padre Celestial en el desierto. Después de ello, el diablo tentó a Jesús. Jesús resistió todas las tentaciones valiéndose de las Escrituras. El Salvador fue a Galilea, donde llamó a Pedro y otras personas a seguirlo, y anduvo enseñando, predicando y sanando.

Mateo 4:1–11

Jesús resiste las tentaciones del diablo

Ve a alguna ventana cercana y concentra tu atención en algún elemento del exterior sin quitarle la mirada durante 30 segundos (si no tienes la posibilidad de mirar por alguna ventana, concéntrate en algún elemento del interior).

¿Hubo algo que te distrajo del elemento en el que te concentraste? ¿En qué pensaste durante los 30 segundos?

Al intentar mantenernos concentrados en obedecer los mandamientos del Padre Celestial, hay distracciones en forma de tentaciones que tratan de desconcentrarnos y conducirnos a pecar. Piensa en las formas en que Satanás te tienta a pecar. Al estudiar Mateo 4, busca algún principio que puedas poner en práctica para resistir más la tentación.

Después de Su bautismo, el Salvador experimento algo que lo ayudó a prepararse para Su ministerio terrenal. Lee Mateo 4:1–2, pero consulta las correcciones de la Traducción de José Smith que aparecen en las notas al pie de página de ambos versículos. Mientras lees, observa lo que Jesús experimentó en el desierto .

¿De qué manera ayunar y hablar con el Padre Celestial habrá ayudado a Jesús a prepararse para Su ministerio terrenal?

Jesús resistió las tentaciones de Satanás.

Las tentaciones de Jesús, por Carl Heinrich Bloch. Cortesía del Museo Histórico Nacional del Castillo de Frederiksborg en Hillerød, Dinamarca. Prohibida su reproducción.

El siguiente cuadro puede ayudarte a aprender acerca de la experiencia de Jesús al ser tentado por el diablo. Lee detenidamente los pasajes de las Escrituras de la columna izquierda del cuadro. Luego escribe lo que Satanás tentó a Jesús a hacer y describe cómo respondió Jesús a la tentación. Al estudiar, ten en cuenta que la Traducción de José Smith corrige las afirmaciones que están en Mateo 4:5, 8 e indica que fue el Espíritu, y no el diablo, quien llevó al Salvador a los diferentes lugares (véanse también Traducción de José Smith, Lucas 4:5 [en Lucas 4:5, nota a al pie de página]; Lucas 4:9 [en Lucas 4:9, nota a al pie de página]).

	Lo que Satanás tentó a Jesús a hacer	Cómo respondió Jesús a la tentación
Mateo 4:3-4
Mateo 4:5-7
Mateo 4:8-11

1. Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Qué ilustra este relato sobre las estrategias del diablo para tentarnos a pecar?

Observa las semejanzas en las respuestas del Salvador a cada tentación. Las Escrituras que el Salvador recordó aclararon el curso correcto de acción ante cada tentación, y Él puso en práctica las verdades que se enseñan en dichos pasajes. Del ejemplo del Salvador podemos aprender el siguiente principio: Al recordar y poner en práctica las verdades que se enseñan en las Escrituras, podemos resistir las tentaciones del diablo. Si lo deseas, escribe ese principio en el margen de tus Escrituras, cerca de Mateo 4:3–11.

Si consideramos dicho principio, ¿por qué es importante estudiar las Escrituras con regularidad?

El élder Richard G. Scott, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dio el siguiente consejo concerniente al estudio y a la memorización de pasajes de las Escrituras: “Sé prudente al usar la tecnología. Marca los pasajes importantes en tu aparato y consúltalos con frecuencia. Si ustedes, jóvenes, repasaran un versículo con tanta frecuencia como algunos mandan mensajes de texto, pronto sabrían de memoria cientos de pasajes de las Escrituras, los que se convertirían en una poderosa fuente de inspiración y de guía del Espíritu Santo en momentos difíciles” (“La paz en el hogar”, Liahona, mayo de 2013, pág. 30).

Las bendiciones que provienen del estudio de las Escrituras

Como alumno de seminario, una de las oportunidades que tienes este año, entre otras, es la de leer todo el Nuevo Testamento. Al leer las Escrituras fortalecerás tu relación con el Señor. El presidente Spencer W. Kimball enseñó: “Me doy cuenta de que cuando tomo a la ligera mi relación con la divinidad y cuando me parece que no hay oído divino que me escuche ni voz divina que me hable, es porque yo estoy lejos, muy lejos. Si me sumerjo en las Escrituras, la distancia se acorta y vuelve la espiritualidad” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Spencer W. Kimball, 2006, pág. 92).

2. Realiza la siguiente actividad en el diario de estudio de las Escrituras:

   1. Traza tres columnas en una página. En la primera columna, escribe tres pecados que los jóvenes de tu edad puedan sentirse tentados a cometer. En la segunda columna, escribe alguna forma en que Satanás trata de tentar a la gente a cometer cada uno de los pecados de la primera columna. Luego busca algún pasaje de las Escrituras específico que enseñe verdades que las personas podrían recordar y poner en práctica al sentirse tentadas a cometer los pecados que has escrito, y anota la referencia del pasaje en la tercera columna (podrías emplear pasajes de dominio de las Escrituras, como, por ejemplo, Génesis 39:9 o Doctrina y Convenios 10:5).

   2. En una página aparte, escribe una Escritura que recuerdes y ponla en práctica la próxima vez que te sientas tentado a pecar. Si lo deseas, memoriza el pasaje que has escogido.

Mateo 4:12-17

Jesús vive en Galilea

Hubo varios acontecimientos que ocurrieron entre el final de los 40 días del Salvador en el desierto (Mateo 4:11) y el encarcelamiento de Juan el Bautista (Mateo 4:12; véase “Concordancia entre los evangelios”).

En Mateo 4:12–15 aprendemos que, tras los acontecimientos del desierto, Jesús fue a Galilea y vivió en la ciudad de Capernaúm. Mateo destacó que el ministerio del Salvador en Galilea cumplió una profecía de Isaías (véase Isaías 9:1–2). Lee Mateo 4:16 y, si lo deseas, marca lo que Isaías profetizó que sucedería.

Gracias a dicha profecía aprendemos que Jesucristo llevó luz a la vida de quienes estaban en tinieblas. Conforme prosigas tu estudio de Mateo y los demás evangelios, procura ver cómo Jesús hizo eso a lo largo de todo Su ministerio.

Como Mateo 4:17 indica, el Salvador empezó a predicar el arrepentimiento en preparación para que se estableciera el reino de los cielos (Su Iglesia) entre el pueblo.

Mateo 4:18–22

Jesús llama a Pedro y otras personas a que lo sigan

Mira la ilustración del Salvador cuando llama a Pedro y a Andrés, y observa lo que estos hacen con las redes de pesca.

Mientras que otras personas en aquel momento veían a Pedro y a Andrés probablemente como pescadores comunes, Jesucristo vio su gran potencial y sabía lo que podían llegar a ser. Considera las formas en somos semejantes a Pedro y a Andrés.

A medida que prosigas tu estudio de Mateo 4, busca aquello que debemos hacer para llegar a ser todo lo que el Señor quiere que lleguemos a ser.

Lee Mateo 4:18–22 en busca de las interacciones entre el Salvador y algunos otros pescadores.

Ponte en el lugar de uno de aquellos hombres. Piensa en lo que tendrías que sacrificar para seguir al Salvador y ayudarlo de tiempo completo en Su obra. ¿Por qué podría resultar difícil?

Observa el modo en que esos pescadores —Pedro, Andrés, Jacobo [Santiago] y Juan— respondieron a la invitación del Salvador. ¿Qué nos indica sobre su forma de ser su inmediata respuesta?

¿Qué son los “pescadores de hombres” (Mateo 4:19)?

Medita en el motivo por el cual aquellos hombres harían más bien en sus vidas como “pescadores de hombres” que como pescadores.

Del ejemplo de aquellos hombres aprendemos el siguiente principio: Si respondemos de inmediato a las invitaciones del Salvador de seguirlo, Él puede hacer más de nuestra vida de lo que nosotros podemos por nuestra propia cuenta.

El élder Joseph B. Wirthlin, del Cuórum de los Doce Apóstoles, planteó una pregunta relacionada con las “redes” de nuestras vidas:

“‘Si el Salvador les llamara hoy, ¿estarían igual de dispuestos a abandonar sus redes e ir en pos de formas…

“Existen redes de todos los tamaños y formas. Aquellas que Pedro, Andrés, Santiago y Juan dejaron eran objetos tangibles, herramientas de trabajo que les permitían ganarse la vida…

“Las redes se definen en general como utensilios diseñados para la captura, pero en un sentido más estricto, aunque más importante, podríamos definirlas como algo que nos tienta o nos impide seguir el llamado de Jesucristo, el Hijo del Dios viviente.

“En ese contexto, algunas de esas redes podrían ser nuestro trabajo, nuestras aficiones, nuestros placeres y, por encima de todo lo demás, nuestras tentaciones y pecados. En resumen, cualquier cosa que nos aleja de nuestra relación con nuestro Padre Celestial o Su Iglesia restaurada es una red” (véase “‘Venid en pos de mí’”, Liahona, julio de 2002, págs. 15–16).

3. De acuerdo con la definición de “redes” del élder Wirthlin, describe en el diario de estudio de las Escrituras 3 o 4 ejemplos de cómo las redes de nuestros días pueden evitar que alguien en la actualidad responda de inmediato a las invitaciones del Salvador de seguirlo.

El presidente Ezra Taft Benson enseñó qué bendiciones recibimos al seguir al Salvador: “Aquellos que le entregan su vida al Señor verán que Él puede hacer con ella algo mucho más productivo que ellos mismos. Él hará que su gozo sea más profundo, su visión más amplia, su mente más alerta, su cuerpo más fuerte; elevará su espíritu, multiplicará sus bendiciones, aumentará sus oportunidades, reconfortará su alma y derramará sobre ellos su paz. Quienquiera que pierda su vida en el servicio al Señor, encontrará vida eterna” (“Los dones del Señor”, Liahona, abril de 1977, pág. 25).

4. Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

   1. ¿En qué oportunidades tú, o alguien que conozcas, han recibido bendiciones semejantes por haber dejado de lado los asuntos del mundo a fin de seguir al Señor?

   2. Al considerar las bendiciones que recibimos al seguir al Salvador, ¿por qué crees que es importante responder de inmediato a Sus invitaciones de seguirlo?

Si lo deseas, establece alguna meta de alguna forma en la que podrías responder mejor a las invitaciones del Salvador de seguirlo.

Mateo 4:23-25

Jesús recorre Galilea enseñando, predicando y sanando

Lee Mateo 4:23–25 y, si lo deseas, marca las acciones del Salvador.

Conforme vayas estudiando los evangelios, aprenderás sobre instancias específicas en las que del Salvador enseñó, predicó y sanó durante Su ministerio terrenal.

5. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

   He estudiado Mateo 4 y he terminado esta lección el (fecha).

   Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: