Unidad 4: Día 4
Mateo 16–17
Introducción
Jesucristo reprendió a los fariseos y saduceos que le pidieron una señal de Su divinidad. Pedro dio testimonio de que Jesús es el Cristo, y se le prometieron las llaves del reino de los cielos. Jesucristo, Moisés y Elías el Profeta confirieron las llaves del sacerdocio a Pedro, Santiago y Juan en el Monte de la Transfiguración. Tras descender del monte, Jesús expulsó a un demonio de un muchacho. En Capernaúm, Jesús proveyó de manera milagrosa el dinero para pagar tributo.
Mateo 16
El Salvador reprende a los fariseos y saduceos, y le promete a Pedro las llaves del sacerdocio
¿Qué le dirías a alguien para ayudarle a entender por qué crees que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única Iglesia verdadera sobre la tierra?
A medida que estudias Mateo 16, busca verdades que puedan ayudarte a entender y a explicar a otras personas lo que distingue a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como la Iglesia del Señor sobre la tierra (véase D. y C. 1:30).
En Mateo 16:1–12 leemos que el Salvador reprendió a los fariseos y saduceos cuando le pidieron una señal de Su divinidad, y luego advirtió a Sus discípulos que no siguieran a esos hombres inicuos.
Entonces el Salvador fue con Sus discípulos “a la región de Cesarea de Filipo” (Mateo 16:13). En la imagen adjunta de Cesarea de Filipo, ¿qué ves detrás del río y de los árboles?
Lee Mateo 16:13–19 para saber cómo utilizó el Salvador el símbolo de la roca para describir el fundamento de Su Iglesia. (Mateo 16:15–19 es un pasaje de dominio de las Escrituras. Si lo deseas, marca ese pasaje de alguna forma particular para poder localizarlo con facilidad).
Fíjate en los versículos 16–17 que Pedro supo que Jesucristo es el Hijo de Dios mediante la revelación que proviene del Padre Celestial. Luego Jesús hizo referencia a la revelación cuando describió el fundamento de Su Iglesia.
El profeta José Smith explicó: “En Sus enseñanzas Jesús dice: ‘Sobre esta roca edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella’. [Mateo 16:18]. ¿Qué roca? La revelación” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 205).
Él también testificó: “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue fundada sobre la revelación directa, tal como lo ha sido siempre la verdadera Iglesia de Dios, de acuerdo con las Escrituras (Amós 3:7 y Hechos 1:2)” (Enseñanzas: José Smith, pág. 205).
Ten en cuenta la siguiente información: “Cuando el Salvador le enseñó a Pedro acerca de la revelación, utilizó un juego de palabras con el nombre de Pedro, declarándole a Simón: ‘…tú eres Pedro [Petros], y sobre esta roca [petra] edificaré mi iglesia’ (Mateo 16:18). La palabra griega petros significa una pequeña roca o piedra aislada. La palabra griega petra también puede significar ‘una piedra’, pero además puede referirse a un suelo pedregoso, un lecho de roca o una gran masa de roca [véase Mateo 16:18, nota a al pie de página]. De estas palabras aprendemos que no era sobre Pedro, como hombre, que la Iglesia sería edificada, sino sobre el fundamento de la revelación” (Nuevo Testamento, Manual del Alumno [Sistema Educativo de la Iglesia, 2014], pág. 00 [53]).
Si lo deseas, escribe la siguiente verdad en tu ejemplar de las Escrituras, cerca de Mateo 16:18: La Iglesia de Jesucristo está edificada sobre la revelación que proviene de Dios.
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Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Por qué es importante para ti saber que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está edificada, o fundada, sobre la revelación que proviene de Dios?
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¿Cómo influye eso en el modo en que sigues el consejo de los profetas modernos a medida que ellos reciben revelación para nuestros días?
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Repasa Mateo 16:19 para saber lo que el Salvador prometió darle a Pedro.
De las palabras del Salvador “…a ti te daré las llaves del reino de los cielos”, aprendemos que Jesucristo confía las llaves de Su reino a Sus profetas y apóstoles elegidos. Las llaves de Su reino son las llaves del sacerdocio, y el reino al que se refirió el Salvador es la Iglesia de Jesucristo.
El élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó lo que son las llaves del sacerdocio y por qué son importantes: “‘Las llaves del sacerdocio son la autoridad que Dios ha dado a los líderes del sacerdocio para dirigir, controlar y gobernar el uso de Su sacerdocio en la tierra’ [Manual 2: Administración de la Iglesia, 2010, 2.1.1]. Todo acto u ordenanza que se efectúa en la Iglesia se hace bajo la autorización, directa o indirecta, de uno que posea las llaves para dicha función” (“Las llaves y la autoridad del sacerdocio”, Liahona, mayo de 2014, pág. 49).
Las llaves que el Salvador le prometió a Pedro incluían el poder para sellar (el poder para atar o desatar en la tierra y en los cielos). Este poder permite que las ordenanzas que se efectúan en la tierra bajo la autoridad de los líderes de la Iglesia sean válidas en los cielos. También se utiliza para unir a las familias por la eternidad. Mateo 16:19 nos ayuda a entender por qué Jesucristo da las llaves del sacerdocio a Sus profetas y apóstoles: Las llaves del sacerdocio son necesarias para administrar la Iglesia del Señor sobre la tierra. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única Iglesia sobre la tierra que ha recibido, y posee en la actualidad, la autoridad del sacerdocio y las llaves del Señor.
En Mateo 16:21–28 aprendemos que Jesús habló de Su sacrificio expiatorio, y enseñó a Sus discípulos que ellos también deben estar dispuestos a sacrificarse a fin de seguirlo a Él. La Traducción de José Smith nos da un entendimiento más claro de lo que significa tomar nuestra cruz:
“Y ahora, para que el hombre tome su cruz, debe abstenerse de toda impiedad, y de todo deseo mundano y guardar mis mandamientos.
“No quebrantéis mis mandamientos a fin de salvar vuestras vidas; porque todo el que quiera salvar su vida en este mundo, la perderá en el mundo venidero” (Traducción de José Smith, Mateo 16:26–27 [en la Guía para el estudio de las Escrituras]).
Dominio de las Escrituras: Mateo 16:15–19
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Pide a un familiar o a un amigo que te ayude a dramatizar la siguiente situación:
Imagínate que estás hablando con un amigo que no es miembro de la Iglesia y él te hace las siguientes preguntas. Utiliza las verdades que has aprendido en Mateo 16:15–19 para responder las preguntas de tu amigo.
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He oído que tu iglesia dice ser la única iglesia verdadera de Jesucristo; ¿es eso lo que tú crees?
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Mi iglesia también cree en Jesucristo, así que ¿por qué crees que tu iglesia es la única verdadera?
Cuando termines la dramatización, pide a tu familiar o amigo que anote en tu diario de estudio de las Escrituras que has realizado esta asignación. Si no hay ningún familiar o amigo disponible, puedes responder simplemente las preguntas de arriba en tu diario de estudio de las Escrituras.
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Mateo 17
Jesucristo, Moisés y Elías el Profeta confieren las llaves del sacerdocio a Pedro, Santiago y Juan
Piensa en qué forma se podría comparar la autoridad del sacerdocio con una licencia de conducir, y las llaves del sacerdocio con las llaves necesarias para manejar un vehículo.
Medita en las preguntas siguientes: ¿Qué es lo que una licencia de conducir le autoriza hacer a la persona que la posee? ¿Por qué es importante tener las llaves de un auto, además de tener licencia para conducir? El tener licencia para conducir y las llaves de un auto, ¿cómo se podría comparar con la autoridad y las llaves del sacerdocio necesarias para dirigir la obra de Dios?
Cuando el Señor prometió darle a Pedro “las llaves del reino de los cielos” (Mateo 16:19), o la autoridad para dirigir la obra de Dios sobre la tierra, ya se les había dado a Pedro y a los demás apóstoles la autoridad del sacerdocio, pero todavía no se les habían conferido las llaves para dirigir el reino, o sea, la Iglesia de Jesucristo. Al estudiar Mateo 17, averigua cómo recibieron Pedro, Santiago y Juan las llaves del reino.
Lee Mateo 17:1–2 para saber adónde llevó Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan para que recibieran las llaves del sacerdocio.
¿Qué le sucedió al Salvador en el monte?
La transfiguración es “El estado de las personas cuya apariencia y naturaleza cambian temporariamente —o sea, que son elevadas a un nivel espiritual más alto— a fin de que puedan soportar la presencia y la gloria de seres celestiales” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Transfiguración”, scriptures.lds.org; véase también Bible Dictionary [en inglés], “Transfiguration, Mount of”). Pedro, Santiago y Juan también fueron transfigurados en aquella ocasión (véase D. y C. 67:11–12).
A medida que lees Mateo 17:3, añade en el siguiente cuadro los nombres de otras dos personas que estuvieron presentes en el Monte de la Transfiguración. Ten en cuenta que, aquí, Elías se refiere al profeta Elías, del Antiguo Testamento (véase Mateo 17:3, nota b al pie de página). “En las Escrituras, esta palabra [Elías] se emplea de varias maneras. (1) Elias (en griego) es la forma que se utiliza en el Nuevo Testamento para referirse a Elijah (en hebreo), tal y como aparece en Lucas 4:25–26, Santiago 5:17 y Mateo 17:1–4. En estos ejemplos, Elías solo puede ser el antiguo profeta Elías, cuyo ministerio se relata en los libros 1 y 2 de los Reyes” (véanse Guía para el Estudio de las Escrituras, “Elías”; scriptures.lds.org).
Personas que estuvieron presentes en el Monte de la Transfiguración | ||
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Jesucristo |
A. | |
Pedro, Santiago y Juan |
B. | |
Mateo 17:3; Traducción de José Smith, Marcos 9:3 (en Marcos 9:4, nota a al pie de página) |
C. | |
D. |
Lee la siguiente declaración del profeta José Smith y marca la razón por la que Moisés y Elías estuvieron presentes en el monte: “El Salvador, Moisés y Elías [el Profeta] entregaron las llaves [del sacerdocio] a Pedro, Santiago y Juan en el monte, cuando ellos se transfiguraron ante Él” (Enseñanzas: José Smith, 2007, pág. 110).
Moisés poseía las llaves del recogimiento de Israel (véase D. y C. 110:11), y Elías tenía las llaves del poder para sellar (véase D. y C. 110:13–16).
La Traducción de José Smith de la Biblia aclara que Juan el Bautista, a quien Herodes había matado, también se apareció en el monte (véase Traducción de José Smith, Marcos 9:3 [en Marcos 9:4, nota a al pie de página]). Según el Diccionario Bíblico (en inglés) “la redacción en la Traducción de José Smith de Marcos 9:3 no implica que el Elías de la Transfiguración fuera Juan el Bautista sino que, además de Elías el Profeta, Juan el Bautista estuvo presente” (Diccionario Bíblico, en la edición SUD de la Biblia en inglés, “Elias”). Agrega Juan el Bautista al cuadro anterior.
Lee Mateo 17:4–9 para saber quién más estuvo presente en el Monte de la Transfiguración.
Agrega Dios el Padre al cuadro.
La experiencia de Pedro, Santiago y Juan en el Monte de la Transfiguración fue un acontecimiento importante en el establecimiento de la Iglesia de Jesucristo sobre la tierra. El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Hasta que los hombres no alcancen un grado de entendimiento espiritual más alto que el que disfrutan hoy día, solo podrán aprender parcialmente lo que tuvo lugar en el Monte de la Transfiguración”; y que lo que sabemos “proviene de los relatos del Nuevo Testamento y de la luz adicional revelada por conducto de José Smith” (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1965–1973, tomo I, pág. 399).
Tal vez recuerdes que una dispensación del Evangelio es un periodo de tiempo en el que el Padre Celestial dispensa la autoridad del sacerdocio, las ordenanzas y el conocimiento de Su plan de salvación a las personas sobre la tierra por medio de Sus siervos autorizados (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Dispensación”; scriptures.lds.org). Todas las personas del cuadro que estuvieron presentes en el Monte de la Transfiguración se aparecieron también al profeta José Smith en nuestra dispensación.
Traza una línea desde los nombres de las personas que aparecen en el cuadro hasta la imagen correspondiente que describa el momento en que se aparecieron al profeta José Smith. Cuando hayas acabado, verifica tus respuestas utilizando la siguiente información:
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El Padre Celestial y Jesucristo se aparecen a José Smith durante la Primera Visión (véase José Smith—Historia 1:16–17).
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Juan el Bautista confiere las llaves del Sacerdocio Aarónico a José Smith y Oliver Cowdery (véase D. y C. 13).
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Pedro, Santiago y Juan confieren las llaves del Sacerdocio de Melquisedec a José Smith y Oliver Cowdery (véase D. y C. 27:12).
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Elías el Profeta confiere las llaves del poder para sellar a José Smith y Oliver Cowdery en el Templo de Kirtland; el mismo día, Moisés les confiere las llaves del recogimiento de Israel (véase D. y C. 110).
De los acontecimientos que tuvieron lugar en el Monte de la Transfiguración y las experiencias del profeta José Smith en los comienzos de la Restauración, aprendemos que, en cada dispensación, Dios confiere a Sus siervos escogidos las llaves del sacerdocio para que ellos puedan dirigir Su obra sobre la tierra.
Los profetas y apóstoles actuales poseen las mismas llaves del sacerdocio que recibió el profeta José Smith. Esas llaves se han transmitido de José Smith por medio de Brigham Young y los profetas que les sucedieron.
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Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Por qué consideras que es importante saber que el mismo modelo que se dio cuando se confirieron las llaves del sacerdocio en el tiempo de Jesucristo se repitió en nuestros días con el profeta José Smith?
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¿Cómo le explicarías a un amigo o amiga que mensajeros celestiales (ángeles) dieron las llaves del sacerdocio al profeta José Smith siguiendo un modelo establecido por Dios?
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En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe una meta sobre lo que harás para seguir y sostener mejor a aquellos que poseen las llaves del reino de los cielos en nuestros días.
Al final de la sagrada experiencia en el Monte de la Transfiguración, el Salvador les mandó: “No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos” (Mateo 17:9).
Piensa en cómo esa instrucción es similar al siguiente consejo del presidente Boyd K. Packer, del Cuórum de los Doce Apóstoles: “He llegado también a la convicción de que no es prudente hablar continuamente de experiencias espirituales extraordinarias. Estas han de guardarse con la debida reserva, y se han de compartir sólo cuando el Espíritu nos induzca a mencionarlas para el beneficio de otros” (“Lámpara de Jehová”, Liahona, octubre de 1983, pág. 31).
¿Por qué debemos ser cautos con respecto a compartir experiencias sagradas, y hacerlo solo cuando el Espíritu nos induzca a ello?
En Mateo 17:10–27 aprendemos que Jesucristo expulsó un demonio de un muchacho, y que proveyó de manera milagrosa el dinero que Pedro y Él necesitaban para pagar tributo.
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Escribe lo siguiente en el diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Mateo 16–17 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: