Unidad 19: Día 3
Hechos 16–17
Introducción
El Espíritu Santo guió a Pablo y a sus compañeros a predicar el Evangelio en Macedonia (en el norte de Grecia). Después que Pablo expulsó un espíritu malo de una muchacha esclava, él y Silas fueron azotados y encarcelados. Aquella noche, se los liberó milagrosamente de la cárcel, tras lo cual bautizaron al carcelero y a su familia. Pablo y Silas también predicaron el Evangelio en Tesalónica y Berea. La persecución de los incrédulos en esas ciudades obligó a Pablo a huir a Atenas, donde, en el Areópago, enseñó al pueblo sobre la verdadera naturaleza de Dios.
Hechos 16:1–15
Pablo y sus compañeros predican el Evangelio en Macedonia
La palabra susurro hace referencia a los sentimientos o impresiones que recibimos del Espíritu Santo para decir o hacer algo.
El presidente Thomas S. Monson relató una experiencia que tuvo al obedecer un susurro de ir y dar una bendición del sacerdocio a un amigo que estaba en el hospital. Como consecuencia de ello, salvó la vida de su amigo. El presidente Monson dijo que aquel día aprendió la siguiente lección: “Nunca, nunca, nunca dejemos pasar una inspiración” (“El Espíritu vivifica”, Liahona, junio 1997, pág. 6).
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Escribe en el diario de estudio de las Escrituras: Nunca dejes de responder a un sentimiento de inspiración del Señor. Debajo de esas palabras, escribe sobre las posibles consecuencias positivas de escuchar constantemente las impresiones del Espíritu Santo.
Al estudiar Hechos 16, busca algún principio que te ayude a entender mejor la importancia de dar oído a las impresiones del Espíritu Santo.
En Hechos 16:1–5, leemos que Pablo, Silas y Timoteo viajaron a varias ramas de la Iglesia para anunciar las decisiones que los líderes de esta habían tomado en Jerusalén, las cuales tendrían consecuencias en toda la Iglesia y fortalecerían a sus miembros en la fe.
Lee Hechos 16:6–10 para averiguar cómo Pablo y sus compañeros, entre ellos Lucas, sabían adónde dirigirse mientras viajaban. Si quieres, consulta en los Mapas bíblicos el nro. 13, “Los viajes misionales del Apóstol Pablo”, para ver los lugares adonde viajó Pablo.
Observa que, en Hechos 16:10, Pablo y sus compañeros obedecieron al Espíritu y respondieron “en seguida” a la visión que él había tenido.
Leemos en Hechos 16:11–13 que Pablo y Silas viajaron de Troas hasta llegar a Filipos, una ciudad de Macedonia. El día de reposo, dejaron la ciudad para orar junto a un río y comenzaron a hablar con las mujeres que estaban reunidas allí.
“Lidia, que vendía púrpura” (Hechos 16:14)
Lee Hechos 16:14–15 para determinar cómo una mujer que se llamaba Lidia reaccionó a las enseñanzas de Pablo. En el versículo 14, la frase “que vendía púrpura” se refiere al hecho de que Lidia vendía tintura púrpura, que era muy costosa, y que probablemente indicaba que era una mujer de riquezas e influencia. La palabra atenta indica que prestaba atención o daba oído.
¿Qué frases de Hechos 16:14 indican que Lidia estaba preparada para recibir el Evangelio?
De lo que sucedió a Pablo aprendemos que cuando seguimos la revelación que Dios nos da, se nos puede guiar a quienes están dispuestos a recibir el Evangelio.
Lee las siguientes palabras del élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y marca lo que dijo que debemos hacer para que se nos guíe a quienes están preparados para recibir el Evangelio:
“Debemos orar por la ayuda y la guía del Señor para que podamos ser instrumentos en Sus manos y ayudar al que está preparado, a aquel a quien desea que ayudemos hoy. Entonces, debemos estar alerta y dar oído a las impresiones de Su Espíritu para saber cómo proceder.
“Las impresiones vendrán; sabemos gracias a incontables testimonios que en Su debida forma y en Su debido tiempo, el Señor está preparando a personas para que acepten Su Evangelio. Esas personas están investigando, y cuando procuremos identificarlas, el Señor responderá a sus preguntas dando respuesta a las nuestras. Él dará inspiración y guiará a los que tienen el deseo y sinceramente buscan orientación sobre cómo, dónde, cuándo y con quién compartir el Evangelio” (“Compartir el Evangelio”, Liahona, enero de 2002, págs. 8–9).
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Procura seguir el consejo del élder Oaks al pedir la ayuda del Señor en oración y después obedecer las impresiones del Espíritu de compartir el Evangelio con quienes te rodean.
Hechos 16:16–40
Pablo y Silas son encarcelados y luego liberados
Lee Hechos 16:16–18 para saber lo que hizo Pablo al hallar una “muchacha” (Hechos 16:16) que era esclava y que tenía un espíritu malo. La adivinación (Hechos 16:16) es “cualquier método supersticioso de intentar averiguar el curso de futuros acontecimientos. Tales prácticas han existido en todas las naciones y en toda época; y a menudo se las condena en las Escrituras” (Bible Dictionary, “Divination” [en inglés]).
Lee Hechos 16:19–21 para saber cómo reaccionaron los amos de la muchacha ante lo que hizo Pablo.
Según Hechos 16:19, ¿por qué se enojaron?
En Hechos 16:22–24 se nos enseña que la multitud y las autoridades locales mandaron que se golpeara y encarcelara a Pablo y a Silas.
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Observa en Hechos 16:31 cómo Pablo y Silas contestaron la pregunta del guardia de la cárcel: “¿Qué debo hacer para ser salvo?”. (Hechos 16:30). ¿Qué hizo luego el guardia de la cárcel para mostrar su creencia en Jesucristo?
Gracias a las enseñanzas de Pablo al guardia de la cárcel, aprendemos que la salvación requiere creer en Jesucristo, y manifestamos nuestra creencia en Él al bautizarnos.
La salvación significa “ser salvos, tanto de la muerte física como de la muerte espiritual” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Salvación”, scriptures.lds.org). ¿De qué modo demostramos nuestra fe en Jesucristo al bautizarnos?
Además de bautizarnos, ¿de qué otras formas podemos demostrar nuestra creencia en Jesucristo?
En Hechos 16:35–40 se nos dice que los magistrados enviaron a decir al guardia de la cárcel que dejara ir a Pablo y a Silas. Pablo se negó a salir porque conocía sus derechos como ciudadano romano y sabía que lo habían tratado injustamente. Era ilegal golpear a un ciudadano romano sin juicio previo. Cuando los magistrados se enteraron que Pablo y Silas eran romanos, se llenaron de miedo. Los magistrados fueron a la cárcel, liberaron a Pablo y a Silas, y les pidieron que abandonaran la ciudad.
Hechos 17:1–15
Algunos judíos de Tesalónica intentan evitar que Pablo predique el Evangelio
Piensa en qué consejo darías a las personas de los siguientes casos hipotéticos:
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Un joven miembro de la Iglesia escucha a un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles referirse a la importancia del matrimonio y la familia en el plan del Padre Celestial. Algunos de los amigos del joven expresan su desacuerdo con las enseñanzas del apóstol. El joven quiere saber por sí mismo si las enseñanzas del apóstol son verdaderas.
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Una joven cuestiona la importancia de santificar el día de reposo. La mayoría de sus amigas se reúne el domingo para salir de compras, comer en restaurantes o ir al cine. Su madre le explica las bendiciones que se reciben al honrar al Señor el domingo, pero aun así, a la joven le resulta difícil creer que santificar el día de reposo sea importante.
Al estudiar Hechos 17, busca los principios que te ayudarán a saber por ti mismo la veracidad de los mensajes que recibimos de los siervos del Señor.
En Hechos 17:1 se nos dice que Pablo y Silas viajaron a Tesalónica, donde enseñaron en la sinagoga judía.
Lee Hechos 17:2–3 para determinar lo que Pablo empleaba para enseñar a los judíos que Jesús era el Cristo, el Mesías.
El verbo exponer, que está en el versículo 3, significa declarar o enseñar. Pablo usó pasajes de las Escrituras como prueba para respaldar su testimonio de que Jesús es el Cristo.
Lee Hechos 17:4–5 para saber cómo reaccionó el pueblo de Tesalónica a las enseñanzas de Pablo. La expresión se juntaron, en el versículo 4, significa que se congregaron o reunieron.
En Hechos 17:6–9 se explica que un populacho de incrédulos intentó encontrar a Pablo y a Silas pero, al no hallarlos, el populacho llevó a algunos de los creyentes ante los gobernantes de Tesalónica y denunció que las enseñanzas de Pablo amenazaban la autoridad de César.
Lee Hechos 17:10–12 en busca del lugar adonde Pablo y Silas escaparon, y la forma en que los judíos reaccionaron a las enseñanzas de Pablo.
Si lo deseas, marca en Hechos 17:11 lo que hicieron las personas que las llevó a creer en las enseñanzas de Pablo. Luego completa la siguiente fórmula con las acciones que has marcado:
__________________________ + _____________________________ = Creencia
Para entender mejor lo que significa “[recibir] la palabra con toda solicitud” (Hechos 17:11), imagina a alguien que se prepara para atrapar o recibir un balón. Ahora imagina cómo sería si la persona no estuviera lista para atrapar o recibir el balón. ¿Cómo sería cuando alguien está preparado para recibir la palabra de los siervos de Dios? ¿Cómo sería si alguien no está preparado para recibir la palabra de los siervos de Dios?
La persona que recibe la palabra solícitamente es alguien humilde, paciente y dispuesto a obedecer la voluntad del Señor al conocerla (véase Mosíah 3:19).
En Hechos 17:10–12 aprendemos que si recibimos la palabra de los siervos de Dios con toda solicitud y escudriñamos las Escrituras a diario, se fortalecerá nuestra creencia en sus palabras.
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¿Cómo podría ese principio ayudar a las personas de los ejemplos?
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¿De qué formas el ser bien dispuesto a aprender contribuye a nuestra capacidad de creer la verdad?
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¿De qué maneras puede el estudio diario de las Escrituras influir en nuestra capacidad de creer la verdad?
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Piensa en ocasiones en que hayas presenciado la veracidad de ese principio. Considera la posibilidad de comentar esas experiencias con algún amigo o familiar.
Hechos 17:13–15 nos indica que cuando los judíos de Tesalónica supieron que Pablo predicaba en Berea, fueron a alborotar a la gente de allí. Pablo tuvo que huir de nuevo, así que viajó a Atenas.
Hechos 17:16–34
Pablo predica en el Areópago
Pablo enseñó en el Areópago.
En Hechos 17:16–34 aprendemos que Pablo vio en Atenas un altar con la inscripción: “Al Dios no conocido” (Hechos 17:23). Pablo entonces enseñó a los atenienses sobre la naturaleza del Dios verdadero —el Padre Celestial— el Dios que ellos no conocían.
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He estudiado Hechos 16–17 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: