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Cómo enseñar a personas con discapacidades
El élder Boyd K. Packer compartió la siguiente experiencia que tuvo su primer año como maestro de seminario:
“Cierta jovencita en mi clase me perturbaba sobremanera por su actitud aparentemente insolente. No quería participar en las lecciones y vivía perturbando al resto de la clase. En una ocasión le pedí que de improviso respondiera a una pregunta sencilla pero ella, con insolencia, dijo: ‘No quiero contestar’.
“Yo insistí en que lo hiciera, pero con una insolencia aún mayor se negó a ello. Entonces hice un comentario muy tonto en cuanto a que ‘los alumnos que no estén dispuestos a responder no recibirán buenas calificaciones’. Y en mi interior pensé: ‘Ya veremos. O te ajustas a las normas o te atendrás a las consecuencias’.
“Pocas semanas después, durante una entrevista de padres y maestros, su madre la describió como una jovencita tímida y retraída, vacilante a participar. Su conducta tí-mida y retraída no me habría molestado, pero era su impudencia e insolencia lo que me preocupaba.
“Afortunadamente, antes de que yo pudiera describirle la conducta de la jovencita, su madre comentó: ‘Todo se debe a su impedimento del habla’.
“Sorprendido, le pregunté de qué se trataba y ella dijo: ‘¡Oh!, ¿no lo ha notado usted?’ No. No lo había notado. La madre agregó: ‘Mi hija es capaz de hacer cualquier cosa con tal de no tener que participar en grupos. ‘Su impedimento del habla es muy vergonzoso para ella’.
“Después de esa entrevista con la madre de la jovencita, me sentí del tamaño de una hormiga. Yo debía haber presentido que había alguna razón para que se comportara de tal manera. Dediqué el resto de ese año a hacer mi arrepentimiento completo. Entablé varias conversaciones con la joven y logré que participara más. Le dije: ‘Vamos a trabajar juntos para solucionar este problema’.
“Antes de finalizar el año, ella ya contestaba preguntas en la clase y participaba con frecuencia con la ayuda y cooperación de los otros alumnos” (Teach Ye Diligently, edición revisada, 1991, págs. 92–93).
Durante Su ministerio terrenal, el Salvador demostró gran compasión por la gente con discapacidades físicas y mentales. Les ofreció esperanza, comprensión y amor. Al enseñar a tales personas, usted debe seguir el ejemplo del Señor. Trate de no sentirse incómodo por las discapacidades que tengan. Reconozca que todos somos diferentes en una u otra manera.
Con amor y sensibilidad, usted puede ayudar a los miembros minusválidos de la clase para que participen en las lecciones. Quizás tenga que influir también en los demás miembros a fin de que comprendan y acepten a los que tienen discapacidades.
A continuación se describen distintos tipos de discapacidades y las formas en que usted podría ayudar a los miembros de la clase en tales condiciones.
Privación del sentido del oído
La privación del sentido del oído puede variar entre una pérdida parcial o total.
Algunas personas, con el uso de prótesis auditivas, pueden oír bastante bien de tal manera que entienden las palabras, mientras que otras personas tienen que emplear el lenguaje mímico (dactilología) o leer el movimiento de los labios.
Cuando usted encuentre que un miembro de la clase sufre de privación del sentido del oído, préstele una atención especial y sea muy sensible con esa persona. Según sea necesario, reúnase con ella para determinar cuál habrá de ser el mejor lugar para sentarse a fin de que pueda participar en los análisis y en las actividades. Podría ser muy importante que dicha persona se siente donde pueda verle a usted fácilmente mientras habla. Quizás prefiera sentarse en un lado específico de la sala. Considere estas alternativas con actitud de ayuda y amistad, y de manera que demuestre su interés en que dicha persona participe en la clase.
Discapacidades de lenguaje y de expresión verbal
Hay personas que tienen discapacidad de lenguaje o para expresarse verbalmente, y ello les impide relacionarse o comunicarse con otros. Tales discapacidades podrían ser leves o muy severas y podrían manifestarse a cualquier edad. Las personas con discapacidad de lenguaje podrían no entender bien los sonidos verbales ni la palabra escrita. Quizás tengan dificultad en pronunciar palabras o formar frases para expresar ideas. Algunas personas con tales discapacidades suelen tratar de ocultarlas mientras que otras, principalmente los niños, ni se percatan de ellas.
Si usted cree que uno de los miembros de su clase padece una discapacidad tal, tenga cuidado particular de invitarlo a que participe frente a los demás. Demuéstrele una atención especial y trate de saber algo más acerca de su capacidad para aprender. Podría preparar algunas actividades didácticas que ayuden a dicha persona a participar sin turbación, tal como en análisis en grupo con la cooperación de otros miembros de la clase que sean particularmente bondadosos y pacientes. Al ir familiarizándose con esa persona y a medida que aumente la confianza de ésta, procure ofrecerle otras oportunidades para que contribuya a las lecciones. Ayúdele a dar los pasos que esté dispuesta a dar para sentirse mejor en cuanto a su participación personal.
Discapacidades mentales
Una persona que padezca una discapacidad mental podría desarrollar más lentamente su habilidad para comunicarse, para la interacción, para estudiar, para trabajar o para independizarse. Algunas personas con discapacidad mental requieren ayuda en la mayoría de los aspectos de la vida, mientras que otros sólo necesitan que se les ayude en unas pocas circunstancias específicas.
Sea sensible y amigable con el miembro de la clase que sea mentalmente discapacitado. Háblele normalmente sobre cosas normales. Invítele a participar en la clase de alguna manera que le resulte apropiada. Quizás podría ayudarle a prepararse con antelación. En ocasiones, podría también dividir a la clase en pequeños grupos o en parejas de modo que dicha persona pueda asociarse con miembros de la clase que sean pacientes y serviciales.
Dificultades para leer
Algunas personas tienen dificultad para leer. Quizás padezcan de dislexia o de otra dificultad para la lectura. Probablemente tengan problema para leer en un idioma extranjero. Podrían asimismo tener un mal sentido de la vista o simplemente carecer de experiencia para leer.
Cuando perciba que un miembro de su clase tiene dificultad para leer, tenga especial cuidado al pedirle que participe en una lección. No le abochorne pidiéndole que lea en voz alta si no se ha ofrecido para hacerlo. Procure familiarizarse mejor con dicha persona y saber más en cuanto a su habilidad y voluntad para leer. Si esa persona está dispuesta a leer pero necesita tiempo para prepararse, usted podría ayudarle asignándole determinados pasajes para lecciones futuras. En otros casos, podría encontrar formas de incluirla en la clase sin que tenga la necesidad de leer. Analice con ella tales probabilidades y ayúdela a establecer la mejor forma en que podría participar.
Defectos visuales
Los defectos visuales pueden variar entre la pérdida parcial de la visión y la ceguera total. Algunas personas con defectos visuales pueden ver bastante bien si se sientan al frente de la clase o si usan anteojos. Otros dependen de la audición o de la lectura en sistema Braille (escritura en relieve) para poder aprender. Ayude a los que tengan defectos visuales para que se sienten donde puedan aprender con mayor eficacia y participar en las lecciones. Con espí-ritu de amistad, hábleles en cuanto a sus necesidades y a lo que usted podría hacer para ayudarles.
Información adicional
La información anterior es solamente un breve resumen. Si usted percibe que un miembro de la clase tiene alguna discapacidad, consulte con dicho miembro y con sus familiares y amigos para determinar lo que podría hacer para ayudarle. Establezca una amistad con dicho miembro. También podría consultar con sus líderes. Procure la guía del Espíritu para saber cómo podría ayudar a que esa persona tenga éxito y encuentre gozo en su clase.
Para mayor información acerca de cómo ayudar a los miembros con discapacidades, véanse las páginas 374–379 en la sección “Enseñanza del Evangelio y liderazgo” del Manual de Instrucciones de la Iglesia.
Materiales de consulta para miembros con discapacidades
Los materiales de consulta para miembros con discapacidades se enumeran anualmente en el Catálogo de Materiales de la Iglesia.
Para hacer cualquier consulta en cuanto a materiales para miembros con discapacidades debe dirigirse a:
Members with Disabilities
Floor 24 50 East North Temple Street
Salt Lake City, UT 84150-3200
Teléfono: 1-801-240-2477