Manuales y llamamientos
Prepare todo lo necesario


Lección 10

Prepare todo lo necesario

Objetivo

Ayudar a los miembros de la clase a preparar lecciones eficaces.

Nota para el maestro

Los maestros del Evangelio deben hacerse tres preguntas a sí mismos al preparar sus lecciones:

  1. ¿Qué debería pasar en la vida de aquellos a quienes enseño como resultado de esta lección?

  2. ¿Qué principios específicos deben enseñárseles?

  3. ¿Cómo deben enseñarse estos principios?

La primera de estas preguntas ayuda a que los maestros concentren sus lecciones en las necesidades de los alumnos. Teniendo esto en cuenta, pueden entonces decidir lo que habrán de enseñar. Ésta es una decisión muy importante, especialmente porque con frecuencia las lecciones contienen más material de lo que los maestros pueden cubrir en un período de clase. Al decidir cómo habrán de enseñar, los maestros deben escoger métodos que complementen el material, que estén en armonía con el Espíritu y que fomenten un aprendizaje diligente.

Al enseñar esta lección, ayude a los miembros de la clase a entender cómo deben preparar lecciones con eficacia y bajo la dirección del Espíritu. Recuerde que su propia preparación de esta lección puede servirles de ejemplo para cuando ellos deban hacer lo mismo.

Preparación

  1. Estudie la sección de este libro titulada “Prepare todo lo necesario” (págs. 108–118).

  2. Recuerde a los miembros de la clase que deben ir preparados para desarrollar un plan para una lección que tengan que enseñar próximamente. Aliénteles a llevar los materiales de la lección, tales como sus libros canónicos y su manual de lecciones. (Esta asignación les fue dada al final de la lección 9.)

  3. Lleve a la clase un ejemplar de algún manual de lecciones en vigencia producido por la Iglesia, tales como uno de la Primaria o de Doctrina del Evangelio, en el que las lecciones contengan declaraciones sobre sus objetivos y los métodos sugeridos de enseñanza.

  4. Antes de comenzar la clase, prepare la siguiente gráfica en la pizarra:

Sugerencias para el desarrollo de la lección

La preparación personal es esencial para que podamos enseñar el Evangelio.

Cita

Pida a un miembro de la clase que lea en voz alta la declaración del élder Dallin H. Oaks que se encuentra en la página 108.

Presentación por el maestro con la pizarra

Dirija la atención de los miembros de la clase a la gráfica en la pizarra y pídales que la copien en sus respectivos cuadernos.

Explíqueles que éstas son tres preguntas importantes que debemos hacernos a nosotros mismos al preparar una lección.

Explíqueles asimismo que durante esta lección deberán contestar estas preguntas en relación con los materiales de la lección que hayan llevado a la clase.

1. Decidir lo que debería pasar en la vida de quienes enseñemos como resultado de la lección.

Actividad con el cuaderno y presentación por el maestro

Pida a los miembros de la clase que consulten los materiales de la lección que han llevado a la clase. Pídales que escriban, cada uno, el tema de su lección arriba de la gráfica que copiaron en sus cuadernos. Si enseñarán en base a un conjunto de pasajes de Escrituras, dígales que escriban el capítulo y los versículos correspondientes.

Explíqueles que habiendo escogido ya un tema, podemos decidir cómo la lección debería influir en aquellos a quienes enseñamos. Por ejemplo, en una lección acerca de los diezmos, una maestra de la Primaria podría decidir que los niños deben aprender lo que es el diezmo y por qué lo pagamos. Al enseñar una lección acerca del templo, los padres podrían decidir que sus niños deben sentir el deseo de vivir dignamente para poder casarse en el templo. Al enseñar una lección sobre la noche de hogar, el presidente de un quórum de élderes podría decidir que la lección debe inspirar a los miembros de su quórum a llevar a cabo noches de hogar significativas cada semana.

Indíqueles que muchos manuales de lecciones producidos por la Iglesia incluyen declaraciones de los objetivos de las lecciones. Muéstreles el manual que ha traído a la clase y señale la declaración del objetivo de una de sus lecciones, explicándoles que tenemos que emplear tales declaraciones como guías al preparar cada lección.

Sugiérales que consideren siempre las necesidades de aquellos a quienes enseñen y há-gales entonces la siguiente pregunta:

• ¿Qué piensan que debería suceder en la vida de sus alumnos como resultado de la lección?

Explíqueles que la respuesta de un maestro a esta pregunta podría incluir lo que dichas personas deberían entender, sentir, desear o hacer como resultado de una lección. Concédales tiempo suficiente para que mediten en cuanto a la pregunta ypídales entonces que escriban sus respuestas en sus respectivos cuadernos.

Análisis

Después de que los miembros de la clase hayan tenido tiempo suficiente para escribir sus respuestas, invite a algunos de ellos a que las compartan con los demás y que expliquen la razón de las mismas.

Destáqueles que, a medida que preparamos una lección, debemos considerar cuáles son las necesidades de quienes enseñamos. Guiados por el Espíritu, podemos saber cómo debería la lección influir en nuestros alumnos y ello nos ayudará a decidir qué habremos de enseñarles y cómo debemos hacerlo.

2. Decidir qué enseñaremos en la lección.

Presentación por el maestro

Indíqueles que con frecuencia contamos con mucho más material del que podremos enseñar en un período de clase. Esto es así, ya sea que enseñemos utilizando manuales con lecciones preparadas o en base a otras fuentes de información, tales como los artículos de la revista Liahona o los discursos de conferencias generales. En tales casos, debemos seleccionar con espíritu de oración el material que sea más provechoso para aquellos a quienes enseñamos.

Destáqueles que cuando enseñamos el Evangelio, debemos hacer más que simplemente presentar información. Lo que tiene mayor importancia no es la cantidad de material que abarquemos sino la influencia que la lección habrá de tener en nuestros alumnos.

Análisis con la pizarra

• ¿Qué podemos hacer que nos ayude a decidir cuáles son los puntos específicos que enseñaremos? (Sin borrar la gráfica, escriba en la pizarra las respuestas de los miembros de la clase. Note que a continuación se enumeran algunos puntos importantes. Si los alumnos no mencionan estas ideas, mencióneselas usted.)

  1. Estudiar con espíritu de oración el contenido de la lección.

  2. Hacer una lista de los principios claves que la lección enseña.

  3. Tener siempre en cuenta las necesidades y los antecedentes de las personas a quienes enseña.

  4. Seguir la guía del Espíritu.

Exhorte a los miembros de la clase a que comiencen a prepararse para cada lección por lo menos una semana antes de tener que enseñarla. Esto les dará tiempo para meditar y orar en cuanto al material, entenderlo y desarrollar maneras interesantes de presentarlo.

Actividad con los cuadernos

Pida a los miembros de la clase que consulten otra vez los materiales de la lección que trajeron a la clase. Aliénteles a que continúen considerando las necesidades de aquellos a quienes enseñan al contestar la siguiente pregunta. Sugiérales también que consideren lo que sus alumnos están preparados para recibir.

• En esta lección, ¿cuáles son las ideas más importantes para las personas a quienes enseñan?

Concédales tiempo suficiente para que mediten en cuanto a esta pregunta. Pídales entonces que escriban sus respuestas debajo de “¿Qué principios específicos deben enseñárseles?”, en la gráfica que copiaron en sus cuadernos.

Análisis

Después de que los miembros de la clase hayan tenido tiempo suficiente para escribir sus respuestas, invite a algunos de ellos a que las compartan con los demás y que expliquen las razones de las mismas.

3. Decidir cómo hemos de enseñar la lección.

Análisis

Explíqueles que una vez que hayamos decidido lo que habremos de enseñar, debemos decidir entonces cómo habremos de hacerlo. Esto incluye el escoger métodos que ayuden a que las personas entiendan los principios que enseñamos.

• ¿Cuáles son algunos de los métodos que podemos emplear para enseñar el Evangelio? (Ayude a los miembros de la clase a recordar los métodos demostrados en las lecciones 8 y 9. También recuérdeles la lista de métodos que se encuentra en la página 180 de este libro.)

Recuérdeles a los miembros de la clase que los métodos de enseñanza deben edificar a quienes enseñamos, fomentar en ellos un aprendizaje diligente y ayudarles a entender y poner en práctica los principios del Evangelio.

Actividad con los cuadernos

Sugiera a los miembros de la clase que vean de nuevo la gráfica que copiaron en sus cuadernos. Pídales que consideren uno de los principios que hayan escrito bajo la pregunta “¿Qué principios específicos deben enseñárseles?”. Concédales unos pocos minutos para que piensen acerca de un método que podrían emplear para enseñar ese principio y que entonces describan ese método en la gráfica de sus cuadernos.

Muéstreles el manual de lecciones que llevó a la clase. Indíqueles que algunos manuales contienen sugerencias sobre cómo enseñar determinados principios. Los maestros podrían aprovechar tales sugerencias o emplear sus propias ideas basadas en las necesidades particulares de sus alumnos.

Después de que los miembros de la clase hayan tenido tiempo suficiente para escribir en sus cuadernos, invite a algunos de ellos a que compartan sus ideas.

Conclusión

Cita

Léales la siguiente declaración del presidente David O. McKay:

“Hay tres cosas que deben guiar a todos [ustedes] los maestros: Primero, aprender el tema [de la lección]…; segundo, aplicar el tema a ustedes mismos; tercero, procurar dirigir [a quienes enseñan] para que apliquen el tema a su propia vida, sin forzarles, sino dirigiéndoles para que vean lo que ustedes ven, sepan lo que ustedes saben y sientan lo que ustedes sienten” (Gospel Ideals [1953], pág. 424).

Exhorte a los miembros de la clase a que apliquen los principios tratados en esta lección. Asegúreles que si lo hacen con espíritu de oración, podrán planear lecciones que ayuden a que otras personas aprendan los principios del Evangelio y los pongan enpráctica en su vida.

Testimonio

Exprese su testimonio según lo inspire el Espíritu.

Asignaciones

Aliente a los miembros de la clase para que hagan lo siguiente:

  1. Que completen la preparación de la lección que han comenzado en esta clase. Que escriban en sus cuadernos acerca de la experiencia que han tenido al preparar y enseñar la lección.

  2. Que repasen los principios enseñados en esta lección estudiando la sección de este libro titulada “Prepare todo lo necesario” (págs. 108–118).

  3. Que se preparen para la lección de la semana próxima estudiando Mateo 7:1–5. Que consideren si hay algo que ya están haciendo para superar los problemas que enfrentan como maestros. Que piensen acerca de los cambios que podrían efectuar. Al hacerlo, deben meditar en cuanto al consejo del Señor que se encuentra en Éter 12:27, 37 acerca de las bendiciones que recibimos cuando reconocemos nuestras propias debilidades.