Lección 8
Emplee métodos eficaces
Primera parte
Objetivo
Ayudar a los miembros de la clase a escoger métodos de enseñanza y a emplearlos con eficacia.
Nota para el maestro
La calidad de la enseñanza y el aprendizaje del Evangelio se mejora cuando escogemos métodos esmeradamente y los utilizamos con eficacia. Los maestros deben seleccionar métodos que (1) ayuden al alumno a obtener un entendimiento claro y memorable de la doctrina y los principios del Evangelio, y (2) sean adecuados para el contenido de la lección y para la edad de sus alumnos.
En esta lección y en la lección 9, los miembros de la clase aprenderán acerca de los siguientes métodos fundamentales para la enseñanza: el empleo de lecciones prácticas, el uso de comparaciones, el empleo de la pizarra, el compartir historias, el formular preguntas y el realizar análisis.
Preparación
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Repase la sección de este libro titulada “Emplee métodos eficaces” (págs. 98–107). Repase también la Parte F, titulada “Métodos de enseñanza” (págs. 179–209).
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Lleve a la clase una taza limpia por fuera y por dentro y otra taza semejante que esté limpia por fuera pero sucia por dentro.
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Prepare una demostración en la que utilice la pizarra para enseñar un principio del Evangelio. Quizás desee utilizar uno de los ejemplos que se encuentran en la pá-gina 203 o usar uno diseñado por usted mismo.
Sugerencias para el desarrollo de la lección
Debemos emplear métodos de enseñanza que ayuden a las personas a entender, recordar y aplicar los principios del Evangelio.
Relato
Comparta el siguiente relato. Explique a la clase que ésta fue una experiencia que el presidente Boyd K. Packer y su esposa tuvieron cuando él servía como presidente de una misión.
“Programábamos conferencias de zona y para cada una de ellas la hermana Packer solía preparar una torta de tres capas… hermosamente decorada y cubierta con cremas coloridas y con la palabra Evangelio arriba. Cuando los misioneros se congregaban, llevábamos ceremoniosamente la torta a la sala. ¡Aquello era algo digno de presenciar!
“Al indicarles que la torta representaba el Evangelio, les preguntábamos: ¿Quién desea tener algo de esto? Siempre había un élder con apetito que levantaba ansiosamente la mano. Lo llamábamos a que pasara adelante y le decíamos: Le serviremos primero a usted. Entonces yo metía mis dedos por encima de la torta y le sacaba un pedazo grande. Tenía cuidado de apretar bien la mano a fin de que la crema se escurriera por mis dedos y, en tanto que los misioneros contemplaban todo con asombro, yo le arrojaba el pedazo de torta al élder salpicándole el traje. ¿Alguien más quiere un poco de torta?, les preguntaba. Por alguna razón, nadie respondía afirmativamente.
“Luego sacábamos un plato de cristal, un tenedor de plata, una servilleta de tela y una cuchara de plata para servir. Con gran dignidad, cortaba entonces una tajada del otro lado de la torta, la ponía con mucho cuidado en el plato de cristal y preguntaba:¿Alguien desea comer un poco de esto?
“La lección era obvia. En ambos casos, la torta era la misma, con el mismo sabor y el mismo nutrimiento. La manera de servirla era tentadora e incitante o desagradable y aun repugnante. La torta, les recordábamos a los misioneros, representaba el Evangelio. ¿Cómo la estaban sirviendo ellos?
“Después de esa demostración, no tuvimos dificultad —sino por el contrario, un considerable entusiasmo— en el esfuerzo por mejorar las charlas misionales. Pocos meses más tarde, pensé que les vendría bien a los misioneros recordar esa lección y entonces les envié un boletín con un dibujo de la torta.
“Cuando volví a reunirme con ellos, les dije: Ustedes recibieron el boletín, ¿no es así?
“¡Claro que sí!
“¿Y qué les decía?
“Invariablemente, los misioneros respondían: Nos hizo recordar que tenemos que mejorar nuestra presentación de las lecciones y estudiar más, aprender con más cuidado las lecciones y ayudarnos los unos a los otros en nuestra manera de enseñarlas.
“¿Y aprendieron todo eso de un simple dibujo?
“¡Sí, ésa fue una lección que nunca olvidaremos!
“¡Debo agregar, por supuesto, que siempre me resultaba muy agradable, cada vez que era necesario, pagar por la limpieza de la ropa de los élderes!” (Teach Ye Diligently, edición revisada [1991], págs. 270–271).
Nota: Si desea presentar la lección práctica del presidente Packer, podría quizás tomar un pedazo de la torta y apretarlo sobre un plato en vez de arrojárselo a un miembro de la clase.
Análisis
• ¿Qué podemos aprender de esta historia acerca de cómo debemos presentar el Evangelio?
• ¿Qué evidencia contiene el relato de que la lección del presidente Packer fue efectiva?
Destáqueles que los misioneros de la misión del presidente Packer entendieron la lección, la recordaron y la aplicaron a su vida. No basta con ayudar a que nuestros alumnos simplemente entiendan los principios del Evangelio. También es necesario ayudarles a que los recuerden y los pongan en práctica.
Pida a los miembros de la clase que abran su libro en la página 180. Explíqueles que esa página contiene una lista de métodos que pueden emplearse para enseñar el Evangelio. La lección de hoy y la de la semana próxima incluyen demostraciones de algunos métodos descritos en esa lista. Indíqueles que debemos escoger métodos que edifiquen a los alumnos y que no se aparten de los principios que enseñamos.
Cómo emplear lecciones prácticas
Demostración y análisis
Recálqueles que en la historia que les ha relatado, el presidente Packer utilizó una lección práctica para recordar a los misioneros que debían enseñar con eficacia. Nosotros podemos emplear lecciones prácticas para enseñar toda una variedad de principios del Evangelio.
Muéstreles las dos tazas, una limpia por fuera y por dentro, y la otra limpia por fuera pero sucia por dentro. Hágales entonces las siguientes preguntas:
• ¿Cuál de estas dos tazas emplearían para beber algo?
Explíqueles que Jesús comparó cierta vez a un grupo de personas a un vaso limpio por fuera y sucio por dentro. Invite a que un miembro de la clase lea en voz alta Mateo 23:25–26.
• ¿Qué principio del Evangelio nos enseña esta lección práctica? (Que no basta con simplemente parecer ser recto; debemos ser justos y puros de corazón.) ¿Qué consideran ser particularmente eficaz en esta lección práctica?
Presentación por el maestro
Indíqueles que las páginas 184–186 de este libro ofrecen material que podría ayudar a los maestros a desarrollar lecciones prácticas eficaces. Pídales que busquen las páginas 185–186 y repase con ellos las sugerencias para desarrollar y emplear lecciones prácticas. Ofrézcales luego algunas sugerencias adicionales que usted haya preparado en cuanto a lecciones prácticas.
Cómo emplear comparaciones
Citas
Indíqueles que las lecciones prácticas son muy eficaces porque relacionan principios espirituales a objetos comunes y materiales. Esto también se puede lograr al emplear comparaciones simples.
Pida a diferentes miembros de la clase que lean las siguientes comparaciones (otras más se encuentran en las páginas 184–185 de este libro):
El presidente Gordon B. Hinckley enseñó:
“La fe es como el músculo de mi brazo: si lo utilizo y lo cuido como es debido, se fortalece y hace muchas cosas. Pero si pongo el brazo en cabestrillo y no hago nada con él, se volverá débil e inútil” (“Las palabras del profeta viviente”, Liahona, abril de 1999, pág. 18).
El élder Russell M. Nelson dijo:
“El vocablo inocular es fascinante… significa literalmente poner un ojo dentro, advertir del mal.
“Un mal como la poliomielitis puede lisiar o destruir el cuerpo. Un mal como el pecado puede lisiar o destruir el espíritu. Los estragos de la poliomielitis pueden ahora prevenirse con la inmunización, pero los estragos del pecado exigen otros medios de prevención. El médico no puede inmunizar en contra de la iniquidad. La protección espiritual proviene sólo del Señor… y según Su propia manera… La opción que Jesús ha tomado, no es la de inocular, sino la de adoctrinar” (“Los hijos del convenio”, Liahona, julio de 1995, págs. 36–37).
El élder Joseph B. Wirthlin dijo:
“Los gigantescos robles tienen raíces profundas, que se extienden hasta alcanzar una medida que puede llegar a ser dos veces y media la altura del árbol. Es muy raro que las tormentas, por fuertes que sean, los derriben.
“Los miembros fieles de la Iglesia deben ser como los robles y extender sus raíces en la tierra fértil de los principios fundamentales del Evangelio” (“Raíces profundas”, Liahona, enero de 1995, pág. 85).
Análisis de pasaje de las Escrituras
Invite a un miembro de la clase a que lea en voz alta Mateo 13:44.
• ¿Qué podemos aprender de esta comparación?
Presentación por el maestro
Señale que las comparaciones son eficaces sólo cuando las relacionamos con cosas que sean familiares a quienes enseñamos. Indique que en las páginas 184–185 se ofrecen ciertos materiales que pueden ayudar a los maestros a desarrollar comparaciones eficaces.
Cómo utilizar la pizarra
Demostración
Explique a los miembros de la clase que la pizarra puede utilizarse eficazmente para recalcar ideas claves, captar la atención de los alumnos y simplificar conceptos de naturaleza complicada. Dígales que va a demostrar cómo utilizar la pizarra y entonces presénteles lo que ha preparado para ello (véase “Preparación”, punto 3).
Análisis
Hágales las siguientes preguntas a los miembros de la clase:
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¿Qué aprendieron de esta demostración? ¿En qué manera el uso de la pizarra les ayudó a aprender estas cosas?
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Mediante esta demostración, ¿qué han aprendido en cuanto a cómo utilizar la pizarra como un instrumento para la enseñanza?
Si los miembros de la clase no mencionan las siguientes sugerencias, mencióneselas entonces usted mismo:
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Escribir con suficiente claridad y tamaño para que todos puedan leerlo bien. Generalmente es más eficaz escribir una pocas palabras claves en lugar de oraciones completas.
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Hable mientras escribe. Esto ayudará a mantener la atención de los miembros de la clase.
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Evite emplear largos períodos de tiempo escribiendo en la pizarra.
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Planee las cosas con tiempo. Practique dibujando las figuras, los mapas o los diagramas que piensa utilizar.
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No se disculpe por su manera de escribir o su falta de talento artístico.
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Emplee simples figuras y siluetas hechas con trazos rectos para ilustrar historias o conceptos.
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En ocasiones, permita que los miembros de la clase escriban en la pizarra. Esto puede ayudarles a incrementar su participación.
Indíqueles que pueden encontrar sugerencias adicionales en la página 203 de este libro.
Al prepararnos para enseñar podemos escoger entre una variedad de métodos didácticos.
Presentación por el maestro
Indique a los miembros de la clase que una gran variedad de métodos pueden realzar y vivificar la enseñanza y el aprendizaje del Evangelio. No obstante, no debemos emplear diferentes métodos con el solo propósito de diversificar. Debemos seleccionar métodos (1) que ayuden al alumno a obtener un claro y memorable entendimiento de la doctrina y los principios del Evangelio, y (2) que sean apropiados para el contenido de la lección y la edad de quienes enseñamos.
Aplicación
Pida a un miembro de la clase que comparta una doctrina o principio específico de una lección que esté preparando para enseñar. Pídales entonces a todos que abran sus libros en la página 180 y que repasen la lista de métodos. Invíteles a que sugieran cuá-les son los que podrían emplearse con eficacia para enseñar esa doctrina o ese principio. A medida que vayan sugiriendo algunos métodos particulares, pídales que expliquen por qué han escogido esos métodos.
Conclusión
Cita
Pida a un miembro de la clase que lea en voz alta la siguiente declaración del élder Boyd K. Packer:
“Cuando enseñamos valores morales y espirituales, estamos enseñando cosas intangibles. Quizás no haya una enseñanza que sea más difícil de realizar ni tampoco tan gratificadora cuando se logra hacerlo con éxito. Hay varios métodos para emplear e instrumentos para utilizar. Hay cosas que los maestros pueden hacer para prepararse y preparar sus lecciones de modo que a sus alumnos… se les pueda enseñar y puedan transmitir sus testimonios de uno al otro” (Teach Ye Diligently, pág. 62).
Recálqueles que los métodos son muy importantes pero que no deben constituir el enfoque mismo de las lecciones que enseñamos. Son en realidad instrumentos para ayudar a que nuestros alumnos se concentren en las doctrinas salvadoras del Evangelio y las apliquen a su propia vida.
Testimonio
Exprese su testimonio según lo inspire el Espíritu.
Asignaciones
Aliente a los miembros de la clase para que hagan lo siguiente:
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Que consideren métodos que podrían utilizar para enseñar con mayor eficacia los principios del Evangelio.
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Que escriban en sus cuadernos en cuanto a las experiencias que tengan en seleccionar y utilizar diferentes métodos de enseñanza.
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Que repasen la sección de este libro titulada “Emplee métodos eficaces” (págs. 98–107). Repasar también la Parte F, titulada “Métodos de enseñanza”(págs. 179–209).