Lección 3
La Gran Apostasía
Introducción
Jesucristo estableció Su Iglesia durante Su ministerio sobre la tierra. “Tras la ascensión de Cristo, los Apóstoles continuaron ejerciendo las llaves que Él les dejó; no obstante, debido a la desobediencia y la pérdida de fe de los miembros, los Apóstoles murieron sin transferir las llaves a ningún sucesor. A ese trágico episodio lo llamamos ‘la Apostasía’” (véase Henry B. Eyring, “La Iglesia verdadera y viviente”, Liahona, mayo de 2008, pág. 21). Debido a esa apostasía generalizada, el Señor retiró del hombre la autoridad del sacerdocio. Comprender la Gran Apostasía nos ayuda a entender mejor la necesidad de la restauración del evangelio de Jesucristo en los últimos días.
Sugerencias para la enseñanza
Nota: Debido a que en esta lección se sugiere el uso de un objeto y de varias láminas como ayudas didácticas, quizás desee juntar algunas cosas con anticipación. Entre ellos necesitará: una pieza mecánica de cualquier clase y las láminas siguientes: Cristo ordena a los Apóstoles (Libro de obras de arte del Evangelio, 2009, nro. 38; véase también LDS.org), El bautismo de un jovencito (nro. 103), El don del Espíritu Santo (nro. 105), La bendición de la Santa Cena (nro. 107) y Una joven pareja va al templo (nro. 120).
Jesucristo estableció Su Iglesia cuando estuvo sobre la tierra
Lleve a clase una pieza mecánica o cualquier otra cosa que sea necesaria para que una máquina o un equipo pueda funcionar (tal como el cable de electricidad de un electrodoméstico o de una computadora, una cadena o rueda de bicicleta o la bujía de un automóvil). Muestre la pieza a los alumnos y pregúnteles a qué pertenece y qué función tiene. (Si no puede conseguir nada así, dibuje una en la pizarra).
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¿Qué sucede cuando falta esa pieza del equipo al que pertenece?
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¿De qué manera ese ejemplo se compara con la Iglesia de Jesucristo? (La Iglesia de Jesucristo tiene componentes esenciales, sin ellos no puede funcionar ni existir siquiera).
Pida a los alumnos que comiencen a pensar acerca de las partes de la Iglesia que son esenciales para su función de ofrecer la salvación al mundo. Escriba en la pizarra el encabezamiento: Elementos esenciales de la Iglesia de Jesucristo.
Pida a un alumno que lea en voz alta Efesios 2:19–22. Diga a la clase que siga la lectura en silencio y que busque el fundamento sobre el cual Jesucristo edificó Su Iglesia durante Su ministerio terrenal. (Si lo desea, dé a los alumnos los números de página para ayudarlos a encontrar los pasajes del Nuevo Testamento que leerán durante esta lección). Mientras ellos dan el informe de lo que encontraron, escriba en la pizarra las verdades siguientes: Los apóstoles y los profetas constituyen el fundamento de la Iglesia de Jesucristo. Si lo desea, puede sugerirles que marquen la frase en Efesios 2:20 donde se enseña esa verdad.
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¿Por qué creen que a los apóstoles y a los profetas se les considera “el fundamento” de la Iglesia?
A fin de ayudar a los alumnos a reconocer otro elemento esencial de la Iglesia de Jesucristo, muestre la lámina Cristo ordena a los Apóstoles (Libro de obras de arte del Evangelio, nro. 38). Pregunte a un alumno qué está pasando en la lámina. Después pida a un alumno que lea en voz alta Marcos 3:13–14 mientras el resto de la clase sigue la lectura en silencio y busca algún otro elemento de la Iglesia que sea esencial para la salvación de los hijos de Dios. Una vez que los alumnos hayan informado sobre lo que encontraron, escriba la siguiente verdad en la pizarra: La autoridad del sacerdocio es necesaria para recibir las ordenanzas y los convenios de salvación.
Explique que antes de que el Salvador dejara la tierra, Él dio a Sus apóstoles la autoridad para dirigir la Iglesia y actuar en nombre de Dios para la salvación de Sus hijos.
Invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras del élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Pida a la clase que busque otro elemento esencial de la Iglesia verdadera:
“Las verdades y la doctrina que hemos recibido han venido y seguirán viniendo por medio de la revelación divina. En las tradiciones de ciertas religiones… los asuntos de doctrina pueden llegar a convertirse en una competencia de opiniones… pero en la Iglesia hoy día, tal como en la antigüedad, el establecer la doctrina de Cristo o el corregir las desviaciones en cuanto a la doctrina es un asunto de revelación divina a aquellos que el Señor inviste con autoridad apostólica” (“La doctrina de Cristo”, Liahona, mayo de 2012, pág. 86).
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De acuerdo con el élder Christofferson, ¿cuál es una de las funciones primordiales de los profetas y de los apóstoles? (Los alumnos pueden responder con palabras diferentes, pero asegúrese de que indiquen la siguiente verdad: Los apóstoles y los profetas establecen la doctrina correcta por medio de la revelación divina. Debe recordar a los alumnos que la palabra doctrina se refiere a las verdades fundamentales y eternas del evangelio de Jesucristo. Agregue esta verdad a la lista de la pizarra).
Muestre a los alumnos la lista de Doctrinas básicas que se encuentran en el apéndice de este manual o en los diarios de estudio de las Escrituras de los alumnos. Explique que a los alumnos de Seminario se les alienta a obtener una comprensión más profunda de las doctrinas básicas a lo largo de sus estudios en Seminario. El hacerlo les permitirá fortalecer su testimonio y preparase para enseñar el Evangelio a otras personas. Dígales que estén atentos a esas doctrinas durante su estudio este año de Doctrina y Convenios.
Pida a los alumnos que escojan una de las Doctrinas básicas que sea significativa para ellos, luego pida a algunos que expliquen brevemente por qué la eligieron.
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¿Por qué es importante que la verdadera doctrina se enseñe y se comprenda correctamente en la Iglesia del Señor? (Una vez que los alumnos hayan respondido, quizás desee usted compartir la siguiente cita del presidente Boyd K. Packer, del Cuórum de los Doce Apóstoles: “Si la verdadera doctrina se entiende, ello cambia la actitud y el comportamiento” [“Los niños pequeños”, Liahona, enero de 1987, pág. 17]).
A fin de ayudar a los alumnos a pensar en otro elemento esencial de la Iglesia del Señor, muestre las láminas El bautismo de un jovencito (Libro de obras de arte del Evangelio, nro. 103), El don del Espíritu Santo (nro. 105), La bendición de la Santa Cena (nro. 107) y Una joven pareja va al templo (nro. 120). Pregunte a los alumnos qué tienen en común el bautismo, la confirmación, la Santa Cena y un sellamiento. (Todas ellas son ordenanzas).
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¿Qué es una ordenanza? (Es un acto sagrado y solemne efectuado por la autoridad del sacerdocio).
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¿Por qué creen que las ordenanzas son una parte esencial de la Iglesia de Jesucristo? (Para que los alumnos comprendan esa pregunta, podría invitarlos a leer Juan 3:5 y después preguntarles qué pasaría si no existiera la posibilidad de que se bautizaran. Haga hincapié en que todas las ordenanzas de salvación del sacerdocio van acompañadas de convenios, los cuales son acuerdos sagrados con Dios).
Testifique que en la Iglesia de Jesucristo podemos recibir las ordenanzas necesarias para nuestra salvación. Agregue esta verdad a la lista de la pizarra.
Explique que después de que Jesucristo murió, Él resucitó y ascendió al cielo, por lo cual, ya no estaba físicamente presente para dirigir la Iglesia sobre la tierra. Sin embargo, aun cuando no se encuentre físicamente sobre la tierra, Jesucristo dirige y guía a Sus apóstoles mediante la revelación. Bajo la dirección de Sus apóstoles, la Iglesia de la antigüedad se extendió rápidamente y se bautizaron miles de personas; se formaron congregaciones de santos por gran parte del Imperio Romano; los Apóstoles llamaron a élderes, obispos, diáconos, presbíteros, maestros y evangelistas (patriarcas) y les otorgaron la autoridad del sacerdocio.
La Gran Apostasía ocurrió durante los siglos posteriores al ministerio terrenal del Señor
Escriba en la pizarra la siguiente verdad: La apostasía ocurre cuando la gente se aleja de la doctrina verdadera del Evangelio y rechaza a los siervos autorizados del Señor.
Explique que ha habido períodos de apostasía general a lo largo de la historia del mundo. Un ejemplo es la Gran Apostasía que tuvo lugar después de que el Salvador estableció Su Iglesia (véase 2 Tesalonicenses 2:1–3). Tras la muerte de los Apóstoles del Salvador, los principios del Evangelio se corrompieron y hubo cambios no autorizados en la organización de la Iglesia y en las ordenanzas del sacerdocio (véase Leales a la Fe: Una referencia del Evangelio, 2004, págs. 17–18).
Escriba en la pizarra las siguientes referencias de las Escrituras: Hechos 12:1–3; 2 Timoteo 4:3–4; 2 Pedro 2:1–2.
Explique que a pesar de la labor de los Apóstoles, la Iglesia de la antigüedad se vio amenazada. Organice la clase en tres grupos. Pida a cada grupo que estudie uno de los pasajes de las Escrituras que se encuentran en la pizarra y que busque algo que amenazaba a la Iglesia. (A quienes estén leyendo Hechos 12:1–3, debe aclararles que Jacobo [Santiago] y Pedro eran Apóstoles). Concédales suficiente tiempo y después invite a un alumno de cada grupo a informar lo que su grupo haya encontrado.
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¿Por qué creen que esas amenazas eran de tanto peligro para la Iglesia?
Invite a un alumno a leer la siguiente cita del presidente Boyd K. Packer, del Cuórum de los Doce Apóstoles, quien habló sobre las grandes pérdidas que sufrió la Iglesia del Nuevo Testamento durante esa época:
“Santiago fue muerto en Jerusalén por Herodes. Pedro y Pablo murieron en Roma. La tradición mantiene que Felipe fue a oriente. Al margen de esto, nada más sabemos.
“Se dispersaron; enseñaron y testificaron; establecieron la Iglesia. Murieron por sus creencias y con su muerte llegaron los oscuros siglos de la apostasía” (“Los Doce”, Liahona, mayo de 2008, pág. 84).
Invite a otro alumno a seguir leyendo la explicación del presidente Packer de la pérdida más significativa que tuvo lugar con la Gran Apostasía:
“Lo más valioso que se perdió durante la Apostasía fue la autoridad de los Doce (las llaves del sacerdocio). Para que la Iglesia sea Su Iglesia, debe haber un Cuórum de los Doce que posea las llaves y pueda conferirlas a otras personas” (“Los Doce”, pág. 84).
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¿De qué modo la pérdida de la autoridad del sacerdocio afectaría a otros elementos esenciales de la Iglesia?
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¿Había alguna forma en que las personas hubieran podido reparar la Iglesia sin apóstoles y profetas, sin la autoridad del sacerdocio ni el conocimiento correcto de la doctrina de Jesucristo? ¿Sí o no, y por qué?
Pida a un alumno que lea el siguiente resumen histórico que dio el presidente Packer:
“Con el pasar de los siglos, la llama parpadeó y se atenuó; las ordenanzas se cambiaron o se abandonaron; la línea se quebrantó, y la autoridad para conferir el Espíritu Santo como un don dejó de existir. La época de oscuridad de la apostasía se asentó sobre el mundo” (véase “Lenguas de fuego”, Liahona, julio de 2000, pág. 8).
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¿Por qué creen que es importante comprender la Gran Apostasía y sus consecuencias? (Aun cuando los alumnos puedan determinar diferentes razones, haga hincapié en que la comprensión de esta gran caída nos permite darnos cuenta de que era necesaria una restauración de las doctrinas y de la autoridad de Jesucristo para superar los efectos de la Gran Apostasía).
Explique que aun cuando no habrá otra apostasía general de la verdad, cada uno de nosotros debe guardar los convenios, obedecer los mandamientos, seguir a los líderes de la Iglesia, participar de la Santa Cena y fortalecer constantemente nuestro testimonio por medio del estudio de las Escrituras, la oración y servicio diarios para evitar caer en una apostasía personal (véase Leales a la Fe, págs. 17–18). Termine testificando del amor que el Padre Celestial tiene por Sus hijos, de la realidad de la Gran Apostasía y del gran don de la restauración del Evangelio.