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Lección 4: Doctrina y Convenios 1


Lección 4

Doctrina y Convenios 1

Introducción

Para noviembre de 1831, José Smith había recibido más de 60 revelaciones; sin embargo, la mayoría de los miembros de la Iglesia no tenían acceso a copias de ellas. El Profeta convocó una conferencia en Hiram, Ohio, para hablar acerca de publicarlas como un libro al que se le llamaría el Libro de Mandamientos. Un comité de élderes hizo un borrador del prefacio del libro. Descontentos con el borrador, aquellos que asistieron a la conferencia solicitaron a José Smith que pidiera un prefacio al Señor. Después de pedir en oración al Señor, mediante una revelación, José recibió un prefacio. El prefacio del Señor para el Libro de Mandamientos llegó a ser la sección 1 de Doctrina y Convenios.

Sugerencias para la enseñanza

Doctrina y Convenios 1:1–16

El Señor advierte de los juicios que sobrevendrán a los rebeldes en la Segunda Venida

Para comenzar la lección podría leer las siguientes preguntas en voz alta y pedirles que mediten sobre ellas. Después de un tiempo prudencial, invite a uno o dos alumnos a responderlas.

  • ¿Cuándo ha tratado alguien de conseguir su atención y advertirles acerca de algo? ¿Cómo reaccionaron?

  • ¿Qué piensan acerca de lo que esa persona hizo para advertirlos? ¿Por qué piensan de ese modo?

Muestre su ejemplar de Doctrina y Convenios y explique que en ese libro el Señor proporciona amonestaciones, mandamientos e instrucciones que son cruciales para nuestra felicidad y salvación. Explique a los alumnos que el Señor dio la revelación de la sección 1 como prefacio de las demás revelaciones registradas en Doctrina y Convenios. Un prefacio prepara al lector para el contenido del libro resumiendo el mensaje y el propósito del autor. Si lo desea, para que los alumnos comprendan el contexto histórico de Doctrina y Convenios 1, comparta parte de la información que se encuentra en la introducción a esta lección.

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 1:1–3 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio y que determine las palabras o frases que el Señor utiliza para obtener la atención de quienes leerían Sus palabras. Pida a algunos alumnos que compartan lo que hayan encontrado. (A medida que los alumnos respondan, quizás desee explicar que escuchar significa oír con atención. Cuando realmente escuchamos al Señor, seguiremos Su consejo y obedeceremos Sus mandamientos).

  • ¿A quiénes hablaba el Señor en esos versículos? (El Señor les hablaba a todos los habitantes de la tierra, no solamente a los miembros de la Iglesia).

  • ¿Qué piensan que significa la frase “se pregonarán sus iniquidades desde los techos de las casas, y sus hechos secretos serán revelados”? (D. y C. 1:3).

Invite a un alumno a leer en voz alta Doctrina y Convenios 1:4–7 y pida a la clase que preste atención a lo que el Señor dijo que haría para dar a conocer Sus advertencias a todo pueblo.

  • ¿De qué modo dijo el Señor que enviaría Sus advertencias a todo pueblo? Es posible que los alumnos utilicen palabras diferentes, pero deben mencionar la siguiente doctrina: El Señor comunica Sus amonestaciones a todo pueblo mediante Sus discípulos escogidos. Quizás desee sugerir que los alumnos marquen esa doctrina en Doctrina y Convenios 1:4 o la escriban en el margen de sus ejemplares de las Escrituras).

  • ¿Quiénes son aquellos discípulos mediante los cuales el Señor habla y publica Sus advertencias?

Resuma Doctrina y Convenios 1:8–10 explicando que el Señor dijo que Él juzgará a toda persona según sus hechos y por la forma en que trate a los demás. Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 1:11–14 en voz alta e invite a la clase a seguir la lectura en silencio y a reconocer otras amonestaciones.

  • De acuerdo con el versículo 12, ¿a qué acontecimiento se refiere el Señor en Doctrina y Convenios 1:12? (La Segunda Venida).

  • En Doctrina y Convenios 1:14, ¿qué creen que quiso decir el Señor cuando amonestó que quienes no oigan a Sus profetas y apóstoles serán desarraigados? (Serán separados de los justos y perderán las bendiciones que se reciben mediante las ordenanzas y los convenios del Evangelio).

Explique que esas amonestaciones son necesarias debido a la iniquidad y la apostasía que hay por todo el mundo. Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 1:15–16 en voz alta mientras la clase sigue la lectura en silencio y busca las palabras o frases que ilustran tanto la iniquidad como la apostasía. Invite a algunos alumnos a explicar lo que hayan encontrado

  • ¿De qué formas las personas de nuestra época “anda por su propio camino y en pos de la imagen de su propio dios”? (D. y C. 1:16).

Doctrina y Convenios 1:17–33

El Evangelio se restauró por medio de José Smith a fin de preparar al mundo para las calamidades de los postreros días

Pida a la clase que repase brevemente Doctrina y Convenios 1:17 y que busque la palabra que el Señor utiliza para referirse a la iniquidad, a la apostasía y a la destrucción que tendrían lugar en los últimos días. Cuando los alumnos encuentren la palabra calamidades, explique que en Doctrina y Convenios 1:17–33 el Señor, con el fin de ayudarnos, da soluciones para ayudarnos a afrontar las calamidades de los últimos días. (Quizás desee explicar que la palabra calamidad se refiere a acontecimientos desastrosos que producen grandes pérdidas, angustias y sufrimientos).

Copie el siguiente cuadro en la pizarra o entréguelo a los alumnos en forma de volante.

¿Qué solución dio el Señor para las calamidades que ocurrirían en la tierra?

¿De qué modo esa solución nos ayuda a afrontar las calamidades de los últimos días?

D. y C. 1:17

D. y C. 1:18–23

D. y C. 1:29

D. y C. 1:30

Si lo desea, pida a los alumnos que completen la tabla en forma individual o con un compañero. Dígales que lean los pasajes de las Escrituras que se encuentran del lado izquierdo de la tabla y que busquen las soluciones que el Señor ha dado para ayudarnos a superar las calamidades de los últimos días. Pídales que escriban descripciones o dibujen lo que hayan encontrado en la columna del centro de la tabla. Dígales que en los recuadros de la derecha anoten explicaciones breves de cómo cada una de las soluciones que da el Señor puede ayudarnos a superar las calamidades de los últimos días.

Después de concederles tiempo suficiente, invítelos a mencionar lo que hayan escrito en la tabla. Las respuestas del centro de la columna deben incluir lo siguiente: El Señor llamó a José Smith y le dio revelaciones y mandamientos (véase D. y C. 1:17); el Señor ha mandado a Sus siervos a ir por toda la tierra para proclamar Su evangelio y establecer Su convenio (véase D. y C. 1:18–23); el Señor reveló el Libro de Mormón (véase D. y C. 1:29) y el Señor restauró Su Iglesia sobre la tierra (véase D. y C. 1:30). Las respuestas de la columna de la derecha pueden variar. Invite a algunos alumnos a compartir lo que hayan escrito.

Para ayudar a los alumnos a pensar un poco más acerca de la declaración que se encuentra en Doctrina y Convenios 1:30, puede sugerirles que marquen palabras en ese versículo que expresen la siguiente verdad: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de la tierra.

  • Basándose en lo que aprendieron en la lección anterior acerca de la Gran Apostasía, ¿cómo explicarían a otra persona por qué La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de la tierra?

  • ¿Qué hace que esta Iglesia sea “viviente”?

Explique que, mediante el don del Espíritu Santo, el Señor dirige Su Iglesia por medio de la revelación continua, la cual es un ejemplo de cómo la Iglesia es viviente.

  • ¿Por qué es importante para ustedes saber que pertenecen a la única iglesia verdadera y viviente sobre la tierra?

  • ¿Qué piensan que quiso decir el Señor cuando declaró que Él estaba complacido con Su Iglesia “colectiva y no individualmente”? (D. y C. 1:30). (Aun cuando es verdad que la Iglesia es verdadera y que como unidad complace al Señor, algunos miembros de la Iglesia, en forma individual, quizás no vivan de la forma que lo complace a Él).

Pida a los alumnos que estudien Doctrina y Convenios 1:31–33 y determinen lo que el Señor dijo acerca del pecado y del arrepentimiento.

  • ¿Cómo considera el pecado el Señor? ¿Cómo podemos lograr el perdón?

  • De acuerdo con Doctrina y Convenios 1:33, ¿qué sucede con quienes no se arrepientan?

  • ¿Qué significa que la “luz” le será quitada?

Doctrina y Convenios 1:34–39

El Señor nos manda escudriñar las revelaciones y los mandamientos que se encuentran en Doctrina y Convenios

Para resumir Doctrina y Convenios 1:34–36, explique que el Señor expresó nuevamente Su deseo de amonestar a todo pueblo a prepararse para Su segunda venida. Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 1:37–39 en voz alta. Diga a la clase que siga la lectura en silencio y que busque las verdades en las que el Señor hizo hincapié al final de Su prefacio de Doctrina y Convenios.

  • ¿Qué verdades recalcó el Señor en Doctrina y Convenios 1:37–39? (A medida que los alumnos compartan las verdades que hayan encontrado, asegúrese de que quede claro lo siguiente: Debemos escudriñar los mandamientos que el Señor ha dado. Todas las palabras del Señor se cumplirán, y son verdaderas, ya sea que las pronuncien Sus siervos o Él mismo).

  • Basándose en lo que han aprendido hoy, ¿de qué modo serán bendecidos si escudriñan los mandamientos y las revelaciones que el Señor ha dado y que se encuentran en Doctrina y Convenios?

Invite a unos pocos alumnos a compartir de qué modo han sido bendecidos al escudriñar las Escrituras. Quizás desee también pedir a los alumnos que anoten en su cuaderno de apuntes o en su diario de estudio de las Escrituras la meta de estudiar Doctrina y Convenios a diario durante el año escolar. Pídales que piensen cuándo, dónde y por cuánto tiempo estudiarán cada día, y hágales saber que en forma periódica usted hará un seguimiento con el fin de ayudarlos a tener éxito en su estudio diario.

Comentarios e información de contexto

Doctrina y Convenios 1:14. Prestemos atención “ a las palabras de los profetas y apóstoles”

El élder M. Russell Ballard enseñó:

Élder M. Russell Ballard

“No es cosa insignificante, mis hermanos y hermanas, el tener un profeta de Dios entre nosotros. Grandes y maravillosas son las bendiciones que recibimos en nuestra vida cuando damos oído a la palabra del Señor dada a nosotros por intermedio de él… Al mismo tiempo, el saber que [el Presidente de la Iglesia] es el profeta de Dios nos da también una responsabilidad. Cuando escuchamos el consejo del Señor expresado por medio de las palabras del Presidente de la Iglesia, nuestra respuesta debe ser positiva y pronta. La historia ha demostrado que hay seguridad, paz, prosperidad y felicidad cuando respondemos al consejo profético tal como lo hizo Nefi de la antigüedad: ‘Iré y haré lo que el Señor ha mandado’ (1 Ne. 3:7)” (“Recibiréis su palabra”, Liahona, julio de 2001, pág. 80).