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Lección de estudio individual supervisado: Doctrina y Convenios 106–108; 137 (Unidad 23)


Lección de estudio individual supervisado

Doctrina y Convenios 106–108; 137 (Unidad 23)

Material de preparación para el maestro del curso de estudio individual supervisado

Resumen de lecciones diarias de estudio individual supervisado

El siguiente resumen de los acontecimientos, las doctrinas y los principios que los alumnos aprendieron al estudiar Doctrina y Convenios 106–108; 137; (unidad 23) no está concebido para que se enseñe como parte de la lección. La lección que usted va a enseñar se centra en solo algunas de esas doctrinas y principios. Siga las impresiones del Espíritu Santo conforme considera las necesidades de sus alumnos.

Día 1 (Doctrina y Convenios 106; 107:1–20)

Al estudiar el consejo del Señor a Warren Cowdery en Doctrina y Convenios 106, los alumnos aprendieron que si nos humillamos ante el Señor, Él será misericordioso con nosotros, nos enaltecerá y nos dará gracia y confianza. Los alumnos también comenzaron su estudio de Doctrina y Convenios 107, que es una revelación sobre el sacerdocio. En esa sección aprendieron que el Sacerdocio de Melquisedec es según el Orden del Hijo de Dios. También estudiaron los diversos oficios y responsabilidades de los Sacerdocios de Melquisedec y Aarónico.

Día 2 (Doctrina y Convenios 107:21–38)

Al continuar su estudio de Doctrina y Convenios 107, los alumnos aprendieron acerca de las responsabilidades de los cuórums presidentes de la Iglesia: la Primera Presidencia, el Cuórum de los Doce Apóstoles y el Cuórum de los Setenta. Además, aprendieron que las decisiones de esos cuórums presidentes se toman con unidad y rectitud.

Día 3 (Doctrina y Convenios 107:39–100108)

En Doctrina y Convenios 107, los alumnos aprendieron que los patriarcas son llamados por revelación y ordenados bajo la dirección de los Doce Apóstoles, y que los padres que tienen el Sacerdocio de Melquisedec tienen la autoridad para bendecir a sus hijos. Los alumnos estudiaron también las palabras del Señor a Lyman Sherman que están registradas en Doctrina y Convenios 108. Descubrieron que cuando obedecemos la voz del Señor, invitamos Su perdón en nuestra vida, el cual trae reposo a nuestra alma.

Día 4 (Doctrina y Convenios 137)

En esta lección, los alumnos aprendieron acerca de la visión del profeta José Smith del Reino Celestial y las personas que allí vio. La lección hizo hincapié en los siguientes principios: Todas las personas que mueran sin el conocimiento del Evangelio, pero que lo hubieran aceptado de todo corazón, heredarán el Reino Celestial; el Señor nos juzgará según nuestras obras y el deseo de nuestros corazones; y todos los niños que mueran antes de llegar a la edad de responsabilidad se salvan en el Reino Celestial.

Introducción

En las asignaciones de esta semana, no se les pidió a los alumnos que estudiaran en profundidad Doctrina y Convenios 107:60–100, pero en esta lección tendrán la oportunidad de hacerlo. Eso les permitirá familiarizarse con los oficios del sacerdocio y comprender mejor los deberes que tienen como miembros de la Iglesia de Jesucristo. Los alumnos también aprenderán del consejo dado a Lyman Sherman, el cual se halla registrado en Doctrina y Convenios 108.

Al estudiar los oficios del sacerdocio en esta lección, es importante que ayude a los alumnos a recordar que aunque son los hombres los que ocupan estos diversos oficios en calidad de poseedores del sacerdocio, las bendiciones del sacerdocio están al alcance de todos. El élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “El sacerdocio es el poder de Dios que se utiliza para bendecir a todos Sus hijos, tanto hombres como mujeres. Algunas de nuestras expresiones, como ‘las mujeres y el sacerdocio’, transmiten una idea equivocada, pues los hombres no son ‘el sacerdocio’. La reunión del sacerdocio es una reunión para aquellos que poseen el sacerdocio y lo ejercen. Sus bendiciones, como el bautismo, la recepción del Espíritu Santo, la investidura del templo y el matrimonio por la eternidad, están al alcance tanto de los hombres como de las mujeres. La autoridad del sacerdocio se ejerce en la familia y en la Iglesia de acuerdo con los principios que el Señor ha establecido” (“La autoridad del sacerdocio en la familia y en la Iglesia”, Liahona, noviembre de 2005, págs. 25–26). Los hombres y las mujeres tienen funciones de igual importancia en la familia y en la Iglesia (véase “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 129).

Sugerencias para la enseñanza

Doctrina y Convenios 107:60–100

El Señor revela los deberes de los presidentes de los cuórums del sacerdocio

A modo de breve repaso, escriba los encabezamientos Sacerdocio de Melquisedec y Sacerdocio Aarónico en la pizarra. Invite a los alumnos a anotar los oficios del sacerdocio debajo del encabezamiento que corresponda. Pida a un alumno que escriba un oficio del sacerdocio, y pase luego la tiza, o el marcador, a otro alumno, y así sucesivamente hasta que los alumnos hayan anotado todos los oficios del sacerdocio. Aliente a los alumnos a ayudarse unos a otros, según se necesite. (Los oficios del Sacerdocio de Melquisedec son: élder, sumo sacerdote, patriarca, Setenta y Apóstol. Los oficios del Sacerdocio Aarónico son diácono, maestro, presbítero y obispo).

  • ¿Qué es un cuórum del sacerdocio? (Un grupo organizado de hombres que poseen el mismo oficio del sacerdocio).

Invite a un alumno a pasar la pizarra y a encerrar en un círculo los oficios del sacerdocio que están organizados en cuórums. Anime a la clase a ayudarle si hace falta. (Los siguientes oficios tienen cuórums: Apóstol, Setenta, sumo sacerdote, élder, presbítero, maestro y diácono. Quizás deba aclarar que cada estaca tiene un cuórum de sumos sacerdotes, presidido por el presidente de estaca. En cada barrio, los sumos sacerdotes están organizados en un grupo).

Pida a algunos alumnos que se turnen para leer en voz alta Doctrina y Convenios 107:60–63, 85–89, 93–94. Invite a la clase a seguir la lectura en silencio y a identificar lo que tienen en común los cuórums que se mencionan en esos versículos.

  • De acuerdo con estos versículos, ¿qué tienen en común estos cuórums del sacerdocio? (Los alumnos tal vez lo digan con otras palabras, pero asegúrese de que reconozcan la siguiente verdad: Se nombra a un presidente para presidir y dirigir la obra de cada cuórum del sacerdocio).

  • De acuerdo con los versículos 87–88, ¿en qué se diferencia un cuórum de presbíteros de un cuórum de diáconos y de un cuórum de maestros? (El obispo del barrio preside el cuórum de presbíteros. Asimismo, él preside a todos los poseedores del Sacerdocio Aarónico en el barrio. En una rama, el presidente de rama actúa como el presidente del cuórum de presbíteros).

  • ¿Por qué piensan que es importante que cada cuórum del sacerdocio tenga un presidente? ¿Cómo puede el presidente de un cuórum del sacerdocio ayudar a los miembros de su cuórum?

Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 107:65–66 en voz alta. Invite a la clase a seguir la lectura en silencio y a identificar al líder de la Iglesia que preside sobre todos los poseedores del sacerdocio. Invítelos a compartir lo que hayan encontrado. Asegúrese de que los alumnos entiendan que estos versículos se refieren al Presidente de la Iglesia.

Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 107:67, 91–92 en voz alta. Invite a la clase a seguir la lectura en silencio y a buscar palabras y frases que describan la autoridad y las responsabilidades del Presidente de la Iglesia.

  • Basándose en lo que aprendieron en estos versículos, ¿cómo resumirían ustedes la autoridad y las responsabilidades del Presidente de la Iglesia? (Es posible que los alumnos utilicen otras palabras, pero deben establecer la siguiente verdad: El Presidente de la Iglesia posee la autoridad de administrar todas las ordenanzas y bendiciones, y preside sobre toda la Iglesia. Invite a un alumno a escribir este principio en la pizarra).

Usted podría aclarar más algunos de los términos usados en el versículo 92 apoyándose en las siguientes declaraciones del élder John A. Widtsoe, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

Élder John A. Widtsoe

“Un profeta es maestro de la verdad conocida; un vidente es el que percibe la verdad oculta; un revelador es el portador de una verdad que todavía no conocemos. En el más amplio sentido, el título que se emplea comúnmente, el de profeta, incluye también los otros títulos” (Evidences and Reconciliations, editado por G. Homer Durham, 3 tomos en uno, 1960, pág. 258).

Muestre una lámina del actual Presidente de la Iglesia.

  • ¿De qué manera han sido bendecidos ustedes debido a la autoridad del sacerdocio que posee el Presidente de la Iglesia?

Pida a los alumnos que lean en silencio Doctrina y Convenios 107:99–100.

  • Según estos versículos, ¿qué debemos hacer para ser considerados dignos de permanecer ante el Señor? (Los alumnos tal vez lo digan con otras palabras, pero deben reconocer el siguiente principio: Para permanecer dignos ante el Señor, debemos aprender nuestro deber y obrar con toda diligencia para cumplir con él).

Si bien estos versículos fueron dirigidos originalmente a los poseedores del sacerdocio, el principio que enseñan se aplica a todos los miembros de la Iglesia.

Divida la clase en grupos de dos para que analicen las siguientes preguntas. Lea las preguntas una a la vez, o escríbalas en la pizarra.

  • ¿De qué forma han sido bendecidos ustedes por el servicio de un miembro de la Iglesia que ha cumplido diligentemente con su deber?

  • ¿Qué están haciendo para aprender su deber y para obrar con toda diligencia a fin de cumplir con él?

Dé a los alumnos la oportunidad de testificar de la importancia de cumplir con nuestro deber en la Iglesia y en nuestra familia.

Doctrina y Convenios 108:4–8

El Señor da consejos a Lyman Sherman y le extiende promesas

Recuerde a los alumnos que Doctrina y Convenios 108 contiene una revelación de la voluntad del Señor con respecto a Lyman Sherman, quien había acudido al profeta José Smith pidiéndole que le revelara más concerniente a su deber.

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 108:7–8 en voz alta. Invite a la clase a seguir la lectura en silencio y fijarse en las instrucciones que el Señor dio a Lyman. Invite a los alumnos a dar un informe de lo que hayan encontrado. Puede hacerse necesario explicar que exhortaciones son consejos o palabras de aliento.

  • ¿De qué maneras deseaba el Señor que Lyman Sherman fortaleciera a sus hermanos?

Pida a los alumnos que busquen un principio en las instrucciones del Señor a Lyman, en los versículos 7–8. Es posible que encuentren una variedad de principios, entre ellos el siguiente: Debemos fortalecer a los demás en todas nuestras conversaciones y acciones. (Quizá sea bueno que les sugiera a los alumnos que anoten este principio en su ejemplar de las Escrituras).

  • ¿De qué forma pueden fortalecer en sus conversaciones a las personas a su alrededor?

  • ¿De qué forma pueden fortalecerlas en sus acciones?

Pida a los alumnos que relaten alguna experiencia que hayan tenido en la que alguien los fortaleció haciendo una de las cosas mencionadas en Doctrina y Convenios 108. Considere compartir una experiencia personal. Invite a los alumnos a pensar en alguien a quien puedan fortalecer hoy y en la acción concreta que vayan a hacer para lograrlo.

Próxima unidad (Doctrina y Convenios 109–112)

Con el objeto de ayudar a los alumnos en su estudio de Doctrina y Convenios 109–112, invítelos a considerar lo siguiente: ¿Por qué son importantes los templos? ¿Han participado alguna vez en la dedicación de un templo? Explique que en la próxima unidad, aprenderán acerca de la dedicación del Templo de Kirtland. Aprenderán más acerca de lo que allí ocurrió, quiénes se aparecieron y cómo lo que allí se reveló puede bendecirlos a ellos y a su familia para siempre.