Lección 90
Doctrina y Convenios 87
Introducción
En el transcurso de 1832, el profeta José Smith y otros miembros de la Iglesia probablemente se enteraron por los reportes de prensa acerca de las calamidades que asolaban la tierra. Por ejemplo, estaban al tanto de las discusiones en cuanto a la esclavitud en Estados Unidos, y también sabían en cuanto a la anulación de los aranceles federales en el estado de Carolina del Sur. El Profeta dijo: “Las evidencias de conflictos entre las naciones se habían hecho más visibles que anteriormente en este tiempo, desde que la Iglesia comenzó su jornada para salir del desierto” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 261). El 25 de diciembre de 1832, José Smith recibió la revelación que ahora se encuentra en Doctrina y Convenios 87, que contiene profecías en cuanto a guerras y juicios que caerían sobre todas las naciones en los últimos días.
Sugerencias para la enseñanza
Doctrina y Convenios 87:1–8
Por medio de José Smith, el Señor profetiza que la guerra se derramará sobre todas las naciones
Empiece la clase haciendo la siguiente pregunta:
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¿Cuál es la diferencia entre una predicción y una profecía? (Una predicción es una opinión en cuanto a lo que podría pasar en el futuro; por otro lado, una profecía es una declaración de una señal o acontecimiento futuro, tal como lo revela el Espíritu Santo).
Escriba los siguientes nombres en la pizarra: Noé, José de Egipto, Lehi, Samuel el lamanita. (También podría mostrar láminas de estos profetas). Invite a los alumnos a decir una profecía que expresó cada uno de estos profetas de la antigüedad. (Entre las respuestas se podría mencionar: Noé profetizó del diluvio; José de Egipto profetizó que habría siete años de abundancia seguidos de siete años de hambruna; Lehi profetizó que Jerusalén sería destruida; Samuel el lamanita profetizó de las señales y los eventos que acompañarían el nacimiento y la muerte de Jesucristo).
Después de que los alumnos hayan respondido, escriba José Smith en la pizarra. Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 87:1–4 en silencio, buscando una profecía revelada a José Smith.
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¿Qué dijo el Señor “que pronto acaecer[ía]”? (Las guerras pronto acaecerían, comenzando con la rebelión de Carolina del Sur, que traería la muerte y la miseria a muchas almas).
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¿Qué aprendemos en cuanto al Señor en los versículos 1–4? (Después de que los alumnos respondan, escriba la siguiente doctrina en la pizarra: El Señor nos puede revelar el futuro mediante Sus profetas).
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¿Cómo puede ser una bendición para la Iglesia saber que el Señor revela el futuro mediante sus profetas? ¿Cómo puede ser esto una bendición para ustedes y su familia?
Pida a los alumnos que pasen la vista rápidamente por la introducción de Doctrina y Convenios 87 buscando las fechas en que se dio esa revelación. Después resuma el siguiente párrafo, o invite a un alumno a leerlo en voz alta:
José Smith había escuchado en cuanto a un conflicto político entre el estado de Carolina del Sur y el gobierno federal de los Estados Unidos que tenía que ver con los aranceles. (Un arancel es un impuesto a las importaciones). Debido a que los residentes de Carolina del Sur dependían más de los productos manufacturados importados que las personas de los estados del Norte, ellos pensaron que los aranceles federales eran injustos y que se habían aplicado deliberadamente a expensas del Sur. Los líderes gubernamentales de Carolina del Sur promulgaron un decreto para invalidar o revocar las leyes federales; y muchos ciudadanos de Carolina del Sur comenzaron a prepararse para emprender acciones militares en contra del gobierno federal. El presidente de los Estados Unidos afirmó que impondría las leyes de los Estados Unidos por la fuerza. En diciembre de 1832, los periódicos de todo el país informaban sobre este conflicto. Fue en esa época que José Smith recibió la revelación que está en Doctrina y Convenios 87, en la que profetiza que “las guerras … pronto acaecerán, comenzando por la rebelión de Carolina del Sur” (D. y C. 87:1). A principios de 1833, no mucho después de que se diera esa profecía, el gobierno de los Estados Unidos llegó a un acuerdo pacífico con el estado de Carolina del Sur. Algunos quizás hayan pensado que la crisis había pasado, pero solo había parado de forma temporaria, y después Carolina del Sur se rebeló.
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¿Cómo se sentirían si las palabras de un profeta no se cumplieran de la manera en que esperaban?
Señale las referencia correlacionada de Doctrina y Convenios 87:1, nota a al pie de página. Tal vez quiera sugerir a los alumnos que la marquen. Invite a los alumnos a consultar Doctrina y Convenios 130:12–13, y pida a un alumno que lea esos versículos en voz alta.
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¿Qué reafirmó José Smith en esa profecía? (Las guerras comenzarían en Carolina del Sur).
Invite a los alumnos a ver la introducción de Doctrina y Convenios 130 y a encontrar el año en que José Smith dio la reafirmación de la profecía de la sección 87.
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¿En qué año reafirmó José Smith la profecía que se encuentran en la sección 87? (1843).
Recuerde a los alumnos que la crisis entre el gobierno de Estados Unidos y Carolina del Sur se había resuelto hacía 10 años, en 1833.
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¿Qué les puede enseñar acerca de la fe de José Smith su reafirmación de la profecía que había recibido hacía 10 años? (Aunque algunas personas afirmaban que José Smith era un profeta falso, él continuó manteniendo la fe en la profecía que el Señor había revelado por medio de él).
Lea el siguiente párrafo o pida a un alumno que lo lea en voz alta. (Tal vez quiera hacer copias para que los alumnos lo pongan en su ejemplar de las Escrituras).
En 1861, los barcos de guerra del Sur comenzaron a disparar a soldados federales de los Estados Unidos que estaban estacionados en Fort Sumter, en el puerto de Charleston Harbor, en Carolina del Sur. Otros estados del Sur se unieron a Carolina del Sur en una guerra civil contra los estados del Norte. Posteriormente, los estados del Sur pidieron apoyo a Gran Bretaña. Además, muchas personas que habían sido esclavos en el Sur se unieron al ejército del Norte y lucharon contra sus antiguos amos. La Guerra Civil duró hasta 1865, y resultó en la muerte de alrededor de 620 000 soldados (algunos historiadores estiman tantos como 750 000).
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¿Qué nos puede enseñar el cumplimiento de las profecías de Doctrina y Convenios 87 en cuanto al profeta José Smith? (Entre las respuestas se podría mencionar que las profecías de José Smith son verdaderas y que él es un profeta de Dios. Después de que los alumnos respondan, escriba la siguiente doctrina en la pizarra: José Smith es un profeta verdadero del Señor).
Tal vez quiera usted testificar que José Smith es un profeta verdadero. Después explique que además de los acontecimientos que se revelaron en Doctrina y Convenios 87:1–4, el Señor, por medio de José Smith, profetizó de otras cosas que acontecerían.
Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 87:6–7 por sí mismos y a reconocer otros acontecimientos que el Señor dijo que ocurrirían en los últimos días.
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¿Qué acontecimientos dijo el Señor que ocurrirían en los últimos días?
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De acuerdo con los versículos 6 y 7, ¿cuáles son algunas razones por las que acontecerán esas cosas?
Ayude a los alumnos a entender que la “mano castigadora” de Dios se refiere a que el Señor usa sus juicios para motivar a Sus hijos a arrepentirse de sus pecados (véase Helamán 12:3). Más aún, algunos de los juicios que se describen en estos versículos ocurrirán cuando el Señor castigue a los inicuos por su trato injusto hacia los justos.
Afirme que cada profecía en Doctrina y Convenios 87 se ha cumplido o se cumplirá. Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 87:8 para aprender lo que el Señor nos dice que hagamos para estar preparados para las guerras y los desastres que caerán sobre la tierra en los últimos días.
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¿Qué nos manda hacer el Señor? (Los alumnos deben reconocer el siguiente principio: Debemos permanecer en lugares santos y no ser movidos hasta que venga el Señor. Escriba ese principio en la pizarra).
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¿Qué lugares santos nos pueden brindar paz y seguridad? (Tal vez quiera pedir a los alumnos que apunten sus respuestas en la pizarra. Las respuestas podrían incluir hogares, centros de reuniones, templos y clases de Seminario).
Señale que los lugares santos son sitios donde podemos sentir la presencia del Espíritu Santo, lo que nos ayuda a acercarnos al Padre Celestial y a Jesucristo y a aprender de Ellos.
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¿Qué piensan que significa permanecer en lugares santos y no “[ser] movidos” (D. y C. 87:8)?
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¿Cómo podría ser movida una persona de esos lugares santos?
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¿De qué forma se han sentido bendecidos con paz y seguridad al permanecer en uno de esos lugares santos?
Explique que además de los lugares físicos que son santos, “lugares santos” puede tener más que ver con cómo vivimos que con dónde vivimos. Si vivimos dignos de la compañía constante del Espíritu Santo, entonces estamos en lugares santos. Aliente a los alumnos a hacer de su corazón un lugar santo lleno del Espíritu del Señor. A medida que invitan al Espíritu en su vida, pueden permitirle que influya en sus hogares y los haga lugares santos.
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¿Cómo pueden procurar hacer de su corazón un lugar santo?
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¿Cuáles son algunas maneras en que pueden ayudar a hacer de su hogar un lugar santo? (Entre las respuestas se podría mencionar apoyar las prácticas de la oración familiar, el estudio de las Escrituras y ser bondadosos con los miembros de su familia).
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Si el profeta viera su habitación, ¿la consideraría como un lugar santo? ¿Ustedes la consideran un lugar santo?
Invite a los alumnos a escribir en su cuaderno de apuntes o en su diario de estudio de las Escrituras algo que harán para permanecer en lugares santos más fielmente y no ser movidos de ellos. Después de que los alumnos hayan terminado de escribir, tal vez quiera invitar a algunos de ellos a compartir sus metas con la clase. Ínsteles a cumplir con las metas que hayan escrito. Usted podría terminar testificando de las verdades que se analizaron en esta lección.
Comentarios e información de contexto
Doctrina y Convenios 87:3. Los estados del Sur pedirán ayuda a Gran Bretaña
El élder James E. Talmage, del Cuórum de los Doce Apóstoles, escribió:
“Aun cuando no se efectuó ninguna alianza manifiesta entre los estados del Sur y el gobierno inglés, la influencia británica dio ayuda indirecta al Sur y le infundió importante estímulo, y a tal grado que dio lugar a serias complicaciones internacionales. Para ayudar a los estados del Sur, se construían y se equipaban buques en los puertos británicos; y como resultado de esta violación de las leyes de neutralidad, la Gran Bretaña tuvo que pagar quince millones y medio de dólares, suma que fue cedida a los Estados Unidos en el arbitraje de Ginebra. La Confederación de los Estados del Sur nombró ministros para la Gran Bretaña y Francia, a quienes los oficiales de los Estados Unidos tomaron por la fuerza de un buque inglés en el cual habían embarcado. Este acto, que el gobierno de los Estados Unidos tuvo que reconocer como hostil, amenazó por un tiempo precipitar la guerra entre esta nación y la Gran Bretaña” (“Artículos de Fe”, 1980, págs. 28–29; véase también Doctrina y Convenios, Manual para el alumno, pág. 181).
Doctrina y Convenios 87:3–4. El cumplimiento adicional de la profecía
La siguiente gráfica resalta detalles adicionales de la profecía en Doctrina y Convenios 87 y algunas formas en que se han cumplido:
Profecía |
Algunas maneras en que se ha cumplido ela profecía | |
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“… otras naciones, aun el país de la Gran Bretaña… llamarán a otras para defenderse de otras naciones; y entonces se derramará la guerra sobre todas las naciones” |
La Primera y la Segunda Guerra Mundial ocurrieron cuando naciones llamaron a otras naciones para ayudarlas a defenderse. En ambas guerras, Gran Bretaña llamó a otras naciones para recibir ayuda. | |
“Y acontecerá, después de muchos días, que los esclavos se sublevarán contra sus amos” |
Cuando se dio esta revelación, la esclavitud no solo existía en Estados Unidos, sino también en otras partes del mundo. Los esclavos, o las personas en esclavitud, se rebelaron en los siglos XIX y XX contra sus amos, y lucharon por su libertad. |
Doctrina y Convenios 87:8. “Permaneced en lugares santos y no seáis movidos”
El élder Dallin H. Oaks enseñó en cuanto a algunas maneras en las que podemos permanecer en lugares santos:
“¿Seguimos el mandamiento del Señor de ‘permanec[er] en lugares santos y no [ser] movidos, hasta que venga el día del Señor; porque he aquí, viene pronto’ (D. y C. 87:8). ¿Cuáles son esos ‘lugares santos’? Por cierto incluyen el templo y sus convenios fielmente guardados; ciertamente incluyen el hogar donde se atesora a los hijos y se respeta a los padres. Por seguro los lugares santos incluyen los puestos de deberes asignados por la autoridad del sacerdocio, incluso las misiones y los llamamientos que se cumplen fielmente en las ramas, los barrios y las estacas” (véase “La preparación para la Segunda Venida”, Liahona, mayo de 2004, pág. 10).
La hermana Sharon G. Larsen, de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes, comentó lo que significa permanecer en lugares santos:
“El permanecer en lugares santos significa estar en buena compañía, ya sea que estemos solas o acompañadas; significa estar donde el Espíritu Santo sea nuestro compañero, ya sea que estemos solas o en una multitud. Cuando tomemos la determinación de que controlaremos nuestros pensamientos y nuestras acciones, y que seremos lo mejor que sea posible, podremos recibir lo mejor de la vida…
“A pesar de lo que esté sucediendo a su alrededor, ustedes pueden poner en práctica la costumbre de crear un ambiente propio, lleno del Espíritu del Señor…
“Los lugares santos pueden ser aquellos dondequiera que se encuentren ustedes: solas, en una multitud, con extraños, con amigas… Hay cosas que ustedes pueden hacer para llevar santidad a lugares comunes y corrientes” (“Permanecer en lugares santos”, Liahona, julio de 2002, págs. 91, 92).