Lección de estudio individual supervisado
La Iglesia se desplaza al norte de Misuri; Doctrina y Convenios 113–120 (Unidad 25)
Introducción
En esta lección los alumnos llegarán a entender la ley del diezmo y las bendiciones que provienen del cumplimiento de esa ley.
Sugerencias para la enseñanza
Doctrina y Convenios 119:1–4
El Señor revela la ley del diezmo
Escriba la siguiente pregunta en la pizarra: ¿De qué modo somos bendecidos cuando guardamos la ley del diezmo?
Explique que a comienzos de 1837, la Iglesia y muchos de sus miembros individualmente se hallaban en una situación financiera muy comprometida. Invite a un alumno a leer en voz alta la introducción de Doctrina y Convenios 119. Pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque la pregunta que hizo el profeta José Smith que dio pie a esta revelación.
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¿Qué preguntó José Smith al Señor?
Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 119:1–4 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque la respuesta del Señor a la pregunta de José.
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De acuerdo con el versículo 4, ¿qué es el diezmo? (Los alumnos deben reconocer el siguiente mandamiento: El Señor nos manda que le paguemos una décima parte de nuestro ingreso como diezmo. Tal vez desee anotar este mandamiento en la pizarra).
Para facilitar la comprensión de la palabra interés en el versículo 4, invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del presidente Howard W. Hunter:
“La ley dice claramente ‘la décima parte de todo su interés’. El interés significa ganancia, remuneración, utilidades. Es el sueldo de un empleado, la ganancia de la operación de un negocio, la utilidad que se reciben de lo que uno siembra o produce o la remuneración que recibe una persona de cualquier otra fuente de ingreso. El Señor dijo que será por ley fija ‘perpetuamente’ como lo fue en el pasado” (en Conference Report, abril de 1964, pág. 35; véase también, Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia: Manual de consulta del maestro, 2000, pág. 215).
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¿Qué enseñanza extraen del hecho que el Señor mandó a los santos pagar diezmos en una época en que les era difícil hacerlo?
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¿De qué modo es el pago del diezmo un acto de fe?
Pida a un alumno que lea las siguientes palabras del presidente James E. Faust, de la Primera Presidencia:
“¿Por qué se debe alentar a los miembros en todo el mundo, muchos de los cuales quizás no tengan suficiente para sus necesidades diarias, a guardar la ley del diezmo del Señor? Tal como lo dijo el presidente Hinckley en Cebú, Filipinas, si los miembros, ‘aunque vivan en pobreza y miseria… aceptan el Evangelio y lo viven, pagan sus diezmos y ofrendas, aunque estos sean mínimos… tendrán arroz en sus platos, ropa con qué abrigarse y techo donde cobijarse. No veo ninguna otra solución’ [véase “Abrir las ventanas de los cielos”, Liahona, enero de 1999, pág. 67].
“Algunos tal vez piensen que no pueden pagar el diezmo, pero el Señor prometió que preparará un camino para que guardemos todos Sus mandamientos [véase 1 Nefi 3:7]. Al principio, el pagar el diezmo requiere un esfuerzo extra de fe… Creo que es posible salir de la pobreza si uno tiene la fe para devolverle al Señor parte de lo poco que tenemos” (“Abrir las ventanas de los cielos”, Liahona, enero de 1999, págs. 67–68).
Para ayudar a los alumnos a comprender cómo se paga el diezmo, muéstreles una papeleta de Diezmos y otras ofrendas. Invíteles a imaginarse que acaban de ganar algo de dinero. Pida a un alumno que sugiera alguna cantidad.
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¿Cuánto sería el diezmo de esa cantidad de dinero?
Anote el importe de diezmos en la casilla correcta en la papeleta y haga la siguiente pregunta:
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Si repartimos el 10 por ciento de nuestros ingresos entre las diversas categorías de la papeleta, ¿estaremos pagando un diezmo íntegro? (Asegúrese de que los alumnos entienden que el diez por ciento de sus ingresos debe anotarse como diezmos. Los donativos que realicen a otros fondos deben ser adicionales a ese diez por ciento).
Agrupe a los alumnos de dos en dos. Pídales que se expliquen el uno al otro lo que entienden sobre cómo se utilizan los fondos de diezmos. A continuación, invítelos a leer la explicación del Señor en Doctrina y Convenios 119:2.
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De acuerdo con el versículo 2, ¿para qué se usan los fondos de diezmos? (Los diezmos se usan “para la construcción de [Su] casa” [edificar templos] y “para poner el fundamento de Sion, para el sacerdocio” [financiar otros aspectos de la obra del Señor, tales como la edificación y el mantenimiento de los centros de reuniones, traducir y publicar las Escrituras y sostener la obra misional y la obra de historia familiar en todo el mundo]. Usted puede aclarar que la Iglesia no tiene deudas en la actualidad. Escriba la siguiente verdad en la pizarra: Los fondos de diezmos se utilizan para edificar templos y para realizar la obra del Señor).
Doctrina y Convenios 119:5–7
El Señor explica la ley del diezmo
Pida a dos alumnos que participen en una dramatización. Asigne a un alumno el papel de un miembro fiel de la Iglesia, mientras que el otro asumirá el rol de una persona que no es miembro de la Iglesia. Dé al segundo alumno una hoja de papel con esta pregunta escrita en ella: Me enteré que das el diez por ciento de tus ingresos a tu iglesia. ¿Por qué lo haces?
Dígale al segundo alumno que lea su pregunta en voz alta, e invite luego al primer alumno a responderla. Después de la representación, pregunte a los de la clase cómo habrían respondido ellos. Indique que existen muchas respuestas buenas a esa pregunta.
Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 119:6–7 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio y que determine lo que se obtiene por obedecer la ley del diezmo.
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Según se expresa en el versículo 6, ¿qué se logra por obedecer la ley del diezmo? (Santificar la tierra de Sion al Señor).
Para ayudar a los alumnos a entender este versículo, explique que ser santificado se refiere a llegar a estar libre del pecado: puro, limpio y santo mediante la expiación de Jesucristo. Además recuerde a los alumnos que Sion es más que una ubicación física, es un pueblo integrado por “los puros de corazón” (D. y C. 97:21).
Invite a los alumnos a hacer un resumen con sus propias palabras de las consecuencias de obedecer la ley del diezmo. Aunque quizás lo digan con otras palabras, ellos deben reconocer este principio: Pagar los diezmos nos santifica como personas y como Iglesia.
A fin de ayudar a los alumnos a comprender y sentir la importancia de este principio, haga las siguiente pregunta:
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¿De qué maneras piensan que pagar el diezmo contribuye a que alguien se santifique?
Haga referencia a la pregunta en la pizarra: ¿Cómo somos bendecidos cuando guardamos la ley del diezmo? Quizás quiera invitar a algunos alumnos a compartir una experiencia y a expresar su testimonio sobre la ley del diezmo. Usted también podría hacerlo. Aliente a los alumnos a ejercer la fe ofrendando el diez por ciento de sus ingresos como diezmos al Señor.
Próxima unidad (Doctrina y Convenios 121–123; el establecimiento en Nauvoo)
Invite a los alumnos a pensar en las adversidades que han afrontado y en lo que han aprendido de esas experiencias. ¿Cómo se sentirían si fueren acusados falsamente y enviados a prisión? Explique que la próxima semana estudiarán algunos principios que el profeta José Smith aprendió durante su injusto encarcelamiento en la cárcel de Liberty, junto con los propósitos del Señor cuando nos permite pasar por adversidades.