Unidad 4: Día 1
Doctrina y Convenios 8–9
Introducción
En abril de 1829, Oliver Cowdery comenzó a ayudar al profeta José Smith en la traducción de las planchas de oro como escribiente. Debido a que el Señor había ofrecido a Oliver el don para traducir si él lo deseaba (véase D. y C. 6:25), Oliver “estaba ansioso en extremo de que se le confiriera el poder para traducir” (José Smith, en History of the Church, tomo I, pág. 36). Como respuesta, el Señor dijo que Él le daría a Oliver la capacidad de traducir de acuerdo con la fe de este.
Oliver hizo el intento de traducir y al parecer empezó bien pero “no [continuó] como al comienzo” (véase D. y C. 9:5). El profeta recibió la revelación que se halla en Doctrina y Convenios 9, la cual explica por qué los intentos de Oliver por traducir no tuvieron éxito. El Señor indicó a Oliver que ya no era oportuno que él tradujera; en vez de ello, Oliver debía concentrarse en su función de escribiente de José. Las secciones 8 y 9 de Doctrina y Convenios, junto con la sección 6, son revelaciones fundamentales en cuanto al Espíritu Santo y las maneras en que podemos procurar recibir y reconocer las revelaciones del Señor.
Doctrina y Convenios 8
El Señor enseña a Oliver Cowdery sobre el don de la revelación
¿Te has preguntado alguna vez cómo reconocer cuando Dios te habla o responde a tus oraciones?
Lee Doctrina y Convenios 8:1 para ver cómo indicó el Señor a Oliver que orara. Luego lee Doctrina y Convenios 8:2–3 y marca las frases que describan cómo dijo el Señor que respondería las oraciones de Oliver. Doctrina y Convenios 8:2–3 es un pasaje del Dominio de las Escrituras. Si lo deseas, márcalo de una manera que lo distinga para que puedas localizarlo en el futuro.
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En una página de tu diario de estudio de las Escrituras haz dos columnas. A la primera columna titúlala Cómo procurar revelación de Dios; a la segunda, colócale el título Cómo se recibe revelación de Dios. En la primera columna escribe al menos un principio que hayas aprendido de Doctrina y Convenios 8:1 sobre las formas de procurar recibir revelación de Dios. En la segunda columna, escribe alguna verdad que el Señor haya enseñado en los versículos 2–3 sobre cómo Él nos habla.
¿Recuerdas el relato de cuando Moisés dividió el Mar Rojo? El Señor había mandado a Moisés que liberara a los hijos de Israel, que eran esclavos. Más adelante, mientras los perseguían los ejércitos egipcios, Moisés y su pueblo quedaron atrapados a orillas del Mar Rojo. Según Doctrina y Convenios 8:2–3, ¿cómo inspiró el Señor a Moisés para que dividiera el Mar Rojo?
Una verdad que aprendemos en esos versículos es que el Señor nos habla a la mente y al corazón mediante el poder del Espíritu Santo. Piensa en ocasiones en que el Señor te haya hablado de esa manera.
En las siguientes afirmaciones, el presidente Boyd K. Packer, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles; y el élder Richard G. Scott, del Cuórum de los Doce Apóstoles, describen cómo Dios les habla a ellos.
El presidente Packer dijo:
“Es ahora, en su juventud, que pueden aprender a ser guiados por el Espíritu Santo.
“En mi carácter de Apóstol escucho ahora la misma inspiración, proveniente de la misma fuente, y de la misma manera en que escuchaba de muchacho; la señal es mucho más clara ahora (véase “El don de saber escuchar”, Liahona, enero de 1980, pág. 32).
El élder Scott enseñó:
“Una impresión a la mente es muy específica.
“Las palabras detalladas se pueden escuchar o sentir y escribirse como si las instrucciones se estuvieran dictando.
“Una comunicación al corazón es una impresión más general. El Señor con frecuencia empieza dando impresiones. Cuando se reconoce su importancia y se obedecen, uno adquiere mayor capacidad para recibir instrucciones más detalladas en la mente. Una impresión al corazón, si se sigue, es reforzada por una instrucción más específica a la mente” (“Helping Others to Be Spiritually Led”, de un discurso ofrecido en un simposio del Sistema Educativo de la Iglesia, 11 de agosto de 1998, págs. 3–4, si.lds.org).
Dominio de las Escrituras: Doctrina y Convenios 8:2–3
Para ayudarte a recordar el modo en que el Señor te hablará a la mente y al corazón, escribe el pasaje de Doctrina y Convenios 8:2–3 en una tarjeta o papel. Memoriza los versículos recitando el pasaje todas las mañanas y noches antes de ofrecer tus oraciones personales. Después de haberlo memorizado, quizás desees compartirlo con un amigo o integrante de la familia y explicarle lo que significa para ti.
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Escribe en el diario de estudio de las Escrituras en cuanto a alguna ocasión en que el Padre Celestial te haya hablado a la mente y al corazón por medio del Espíritu Santo.
Doctrina y Convenios 9
El Señor explica por qué Oliver Cowdery tuvo dificultades para traducir
¿Qué decisiones significativas tomarás el próximo año? ¿Y durante los próximos 5 o 10 años? Medita sobre las razones por las que podrías necesitar la guía del Señor al tomar esas decisiones significativas.
En Doctrina y Convenios 9 el Señor explicó por qué Oliver Cowdery había tenido dificultades para traducir las planchas. La explicación del Señor puede ayudarte a comprender cómo procurar y recibir guía para tomar decisiones en la vida.
Lee Doctrina y Convenios 9:1–4 y determina qué le pidió el Señor a Oliver que hiciera en lugar de traducir. Después, lee Doctrina y Convenios 9:5–6, 11 y marca las razones por las cuales Oliver no tuvo éxito al intentar traducir.
El presidente Joseph Fielding Smith dijo: “El fracaso de Oliver sobrevino porque no continuó como comenzó y, al ser una tarea difícil, su fe lo abandonó” (Church History and Modern Revelation, 2 tomos, 1953, tomo I, pág. 51).
¿Qué podemos aprender de la experiencia de Oliver en cuanto a lo que debemos hacer para recibir revelación del Señor? ¿Cuáles son algunas de las formas en que el temor o la falta de fe podrían impedir que recibamos revelaciones del Señor o que actuemos de conformidad con ellas?
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:
“Durante el proceso de la revelación y al tomar decisiones importantes, el temor juega un papel destructivo y, a veces, paralizador. El Señor dijo a Oliver Cowdery, quien perdió una oportunidad única en la vida por no haber actuado como debiera haberlo hecho cuando era el momento: ‘No continuaste como al comienzo’. ¿Les resulta familiar esto a aquellos que han sido iluminados y que luego cedieron ante la incertidumbre y las antiguas dudas?…
“Después de haber recibido el mensaje, después de haber pagado el precio para sentir Su amor y oír la palabra del Señor, marchen adelante, no teman, no vacilen, no sean sofistas, no se quejen… Alejen sus temores con la ayuda del espíritu de revelación y caminen sobre las aguas con ambos pies” (“No perdáis, pues, vuestra esperanza”, Liahona, junio de 2000, pág. 40).
Piensa en alguna oportunidad en que hayas necesitado ejercer la fe a fin de recibir una respuesta del Señor o actuar de conformidad con ella. ¿Qué puedes hacer al procurar recibir una respuesta?
Lee Doctrina y Convenios 9:7–8 y busca otra razón por la que Oliver tenía dificultad para recibir ayuda del Señor al tratar de traducir. ¿Qué creen que signifique “estudiarlo en tu mente”?
Algo que podemos aprender de esos versículos es que recibir y reconocer la revelación requiere esfuerzo de nuestra parte. Quizás desees agregar ese principio de verdad a la lista de formas de procurar recibir revelación del Señor que has hecho en tu diario de estudio de las Escrituras en la asignación 1. Recuerda que, después del proceso de estudiar en la mente nuestras decisiones, debemos preguntar al Señor si nuestras conclusiones son correctas.
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Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Por qué el Señor nos pide que cada uno medite y estudie el asunto en cuestión y luego presente a Él la decisión propia para confirmarla en vez de directamente pedirle a Él que decida por nosotros?
Medita en la forma en que las personas que se describen a continuación podrían valerse de las verdades que están en Doctrina y Convenios 9:7–8 para recibir revelación concerniente a sus situaciones.
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Un joven no está seguro si debe asistir a la universidad o buscar un empleo y hacer un curso vocacional.
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Una joven está tratando de decidir cómo alejarse de unos amigos que son una mala influencia para ella.
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Un exmisionero considera casarse y se pregunta si una persona determinada es la compañera adecuada.
Lee Doctrina y Convenios 9:8–9 para determinar cómo Oliver Cowdery podía saber si su decisión era correcta o no. ¿Qué podemos aprender del versículo 8 sobre el modo en que el Señor nos responderá al preguntarle si la decisión que tomaremos es la correcta?
El ardor en el pecho que se prometió a Oliver Cowdery es solo una de las formas en las que el Espíritu Santo puede confirmar una decisión correcta. Las confirmaciones del Espíritu pueden recibirse de maneras diversas que son individuales y profundas.
El élder Richard G. Scott habló sobre una forma en la que el Señor puede hacernos “[sentir] que está bien” (D. y C. 9:8): “El sentimiento de paz es el modo de ratificación más común que yo he experimentado. Cuando he estado preocupado acerca de algo muy importante, luchando sin éxito por resolverlo, he seguido esforzándome con fe; y entonces una gran paz me ha invadido, disipando mi preocupación, tal como Él lo ha prometido” (“Utilizar el don supremo de la oración”, Liahona, mayo de 2007, pág. 10).
El élder Scott también explicó la forma en que él se siente cuando una decisión no es la correcta: “Para mí, eso [el estupor de pensamiento] es un sentimiento inquietante y de desasosiego” (“Utilizar el don supremo de la oración”, pág. 10).
Tal vez desees escribir la segunda explicación del élder Scott en el margen de tus Escrituras, junto a Doctrina y Convenios 9:9, o en tu diario de estudio de las Escrituras.
En Doctrina y Convenios 9:10–14, el Señor aseguró a Oliver que no lo había condenado por no poder traducir. Además, el Señor indicó a Oliver que continuara escribiendo para el Profeta y que se “[conservara] firme en la obra” que Él le había llamado a efectuar (D. y C. 9:14). El Señor prometió a Oliver que la diligencia y la obediencia constantes conducen a la vida eterna.
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Valiéndote de lo que has aprendido en Doctrina y Convenios 8–9, redacta en tu diario de estudio de las Escrituras un discurso de 2 o 3 minutos sobre cómo recibir revelación del Señor. Incluye en él consejos sobre lo que debemos hacer para procurar recibir revelación del Señor e indicaciones acerca de cómo Él se comunica con nosotros.
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Doctrina y Convenios 8–9 y completado la lección el (fecha).
Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: