Unidad 22: Día 4
Doctrina y Convenios 105
Introducción
En obediencia a las indicaciones del Señor, el profeta José Smith y unos 200 voluntarios y reclutas formaron lo que llegó a conocerse como el Campo de Sion para acudir en ayuda de los santos que habían sido expulsados del condado de Jackson, Misuri. El 22 de junio de 1834, mientras acampaban cerca del río Fishing, en Misuri, José Smith recibió la revelación contenida en Doctrina y Convenios 105. En esa revelación, el Señor impartió instrucciones con respecto a la redención de Sion.
Doctrina y Convenios 105:1–19
El Señor manda a los santos que esperen para la redención de Sion
Imagínate que formas parte de una orquesta. En medio de una presentación, unos pocos violinistas deciden tocar una partitura diferente al resto de la orquesta. Justo antes que comiencen a hacerlo, algunos flautistas deciden tocar más rápido. En ese momento, todos los músicos de la sección de vientos (trompetas, trompa, trombones, etc.) deciden dejar de tocar.
Como miembro de esa orquesta, ¿cómo te verás afectado por esas decisiones? ¿Cómo quedará la presentación? Para que una orquesta produzca música hermosa, ¿por qué es esencial que los integrantes estén unidos en propósito y trabajen juntos?
Recuerda que en febrero de 1834, el Señor mandó al profeta José Smith y a otros que juntaran recursos económicos y reclutaran voluntarios para ayudar a los santos que habían sido expulsados del condado de Jackson, Misuri, con el reclamo de sus tierras. Conforme estudies Doctrina y Convenios 105, busca la función que desempeñó la unidad en los intentos de los santos por reclamar la tierra de Sion.
En una revelación anterior (véase D. y C. 103:30–34), el Señor declaró Su deseo de que 500 voluntarios tomaran parte en el Campo de Sion. Si no se lograba juntar a 500 voluntarios, 100 era el mínimo de voluntarios que Él requería. La respuesta a los esfuerzos del profeta José Smith y de otras personas para reclutar voluntarios y juntar recursos para el Campo de Sion no fue tan fructífera como se esperaba. Para el momento en que el campo o ejército emprendió la marcha a comienzos de mayo de 1834, solo 122 personas se habían ofrecido a ir. El Campo de Sion reclutó más voluntarios de camino a Misuri. Cuando el grupo que Hyrum Smith y Lyman Wight habían reclutado del Territorio de Michigan se reunió con la compañía de José Smith a principios de junio de 1834, el Campo de Sion tenía apenas poco más de 200 hombres, 12 mujeres y 9 niños (véase Alexander L. Baugh, “Joseph Smith and Zion’s Camp”, Ensign, junio de 2005, pág. 45).
La edad promedio de los hombres en el Campo de Sion era 29 años. El integrante más joven del Campo tenía 14, y el mayor tenía 79. José Smith, quien había sido seleccionado para ser “el comandante en jefe de los ejércitos de Israel” (en History of the Church, tomo II, pág. 39), apenas tenía 28 años.
Lee Doctrina y Convenios 105:7–8 y descubre una de las razones por la que algunos miembros de la Iglesia decidieron no ayudar a sus hermanos, los santos de Misuri.
Algunos miembros de la Iglesia esperaban para ver si Dios intervendría y ayudaría a los santos de Misuri antes de brindar ayuda o apoyo económico a esos hermanos miembros de la Iglesia. ¿Qué crees que hay de malo en esa actitud?
Lee Doctrina y Convenios 105:1–6 y observa cómo la desobediencia y la falta de unidad habían perjudicado a los miembros de la Iglesia. Te podría resultar útil entender que “la ley del reino celestial” que se menciona en los versículos 4–5 abarca todas las leyes y los principios que debemos obedecer, las ordenanzas que hemos de recibir y los convenios que debemos guardar para heredar el Reino Celestial.
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Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Qué principio aprendemos en esos versículos sobre lo que debemos hacer para poder edificar Sion?
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¿Por qué piensas que la unidad y la obediencia son necesarias para edificar Sion?
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¿Qué experiencias te han permitido entender la importancia de que los miembros de la Iglesia estemos unidos?
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Los que fueron de voluntarios en el Campo de Sion enfrentaron muchos desafíos y vivieron muchos milagros en el transcurso de su expedición. Medita en cómo hubieras podido responder a algunos de los siguientes desafíos:
El campo de Sion marchó unos 1450 km (900 millas) a través de cuatro estados o provincias, viajando entre 32 y 64 km (20 y 40 millas) diariamente, durante 45 días. A los miembros del Campo se les ampollaron los pies y sufrieron por el calor, la humedad y la escasa e insalubre alimentación (véase Alexander L. Baugh, “Joseph Smith and Zion’s Camp”, pág. 44; La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos: Manual del alumno, segunda edición, manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2003, págs. 155–156). En ocasiones, impulsados por una terrible sed, algunos miembros del Campo bebieron agua de pantanos, tras colarle las larvas de mosquito (a veces, usando los dientes) o bebieron del agua que quedaba después de una tormenta en el rastro de los caballos. A lo largo de la expedición, con frecuencia el Campo de Sion también se veía amenazado por la violencia de otras personas (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, págs. 156–157).
No obstante los desafíos, el Campo de Sion fue bendecido con numerosos milagros durante todo el trayecto. Por ejemplo, en un caluroso día de junio de 1834, el Campo había marchado todo el día sin haber probado agua desde la mañana. Luego de observar el sufrimiento de los hombres y animales, el Profeta pidió una pala, escogió un lugar y excavó un pozo de poca profundidad. De inmediato, el agua llenó el pozo, y este permaneció lleno aun después que todos los hombres del Campo y los animales se habían refrescado.
A mediados de junio de 1834, el Campo de Sion se hallaba acampado en una bifurcación del río Fishing, en Misuri. Cinco hombres armados, de Misuri, cabalgaron hasta el campamento y juraron que los miembros del Campo de Sion “verían el infierno antes de que llegara la mañana” (en La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, págs. 160–161). Ellos dijeron que se había juntado una turba de más de 300 hombres de diversos condados, y que estaban por cruzar el río Misuri para aniquilarlos. Algunos de los hombres del Campo de Sion querían combatir, pero el Profeta les prometió que el Señor los protegería. El Profeta declaró: “Si se quedan quietos, verán la salvación de Dios” (citado de Joseph Holbrook, “History of Joseph Holbrook, 1806–1885”, pág. 15; en La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, pág. 161).
Pocos minutos después de partir los de Misuri, apareció en el cielo del oeste una pequeña nube negra que fue moviéndose hacia el este y extendiéndose como si se estuviera desenrollando, cubriendo el cielo de obscuridad. Se desató una intensa tormenta con lluvia, granizo, viento, truenos y relámpagos. Los del Campo de Sion tuvieron que abandonar sus tiendas y buscar refugio en un viejo edificio de la Iglesia Bautista que había cerca de allí. Al entrar José Smith, exclamó: “Muchachos, todo esto tiene un propósito. ¡Dios está en esta tormenta!”. Los de la turba que intentaron cruzar el río Misuri fueron detenidos por la tormenta. La furiosa tempestad… hizo que las municiones de la banda quedaran empapadas e inútiles, que los caballos se asustaran y se dispersaran, y que el nivel del río Fishing subiera impidiéndoles atacar el Campo de Sion (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, pág. 161; véase también History of the Church, tomo II, págs. 104–105).
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Esas experiencias ilustran algunas formas milagrosas y significativas en que el Señor ayudó al Campo de Sion. También les ayudó de maneras sencillas. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras acerca de alguna ocasión en la que el Señor te haya ayudado, o haya ayudado a alguien que conozcas, a cumplir con Sus propósitos.
Antes de que el Campo de Sion partiera de Kirtland, Ohio, los líderes de la Iglesia habían recibido una promesa del gobernador del estado de Misuri, Daniel Dunklin, que si los jueces de paz del condado de Jackson no garantizaban la seguridad de los santos, él emplearía otros medios para imponer la ley. Asimismo, dijo que haría falta una milicia del estado para ayudar a los santos a regresar a sus hogares. Al llegar los miembros del Campo de Sion a Misuri, se enteraron de que el gobernador Dunklin no guardaría su promesa de ayudar a los santos (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, pág. 159). A pesar de las noticias desalentadoras, el Campo de Sion prosiguió la marcha hacia el condado del Jackson, al tiempo que aguardaban instrucciones adicionales del Señor.
Esa guía necesaria vino en una revelación del Señor el 22 de junio de 1834, luego que el Campo de Sion había estado viajando casi siete semanas y estaba apenas a unos 20 o 30 km del condado de Jackson. Esa revelación está registrada en Doctrina y Convenios 105. Lee Doctrina y Convenios 105:9–14 y busca lo que el Señor dijo que debían hacer tocante a la redención de Sion.
Imagínate que eres miembro del Campo de Sion. Luego de haber andado tanto, te enteras que tendrás que esperar “un corto tiempo” antes que Sion sea redimida. ¿Cómo te sentirías?
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En tu diario de estudio de las Escrituras, anota dos de las razones que el Señor indicó en Doctrina y Convenios 105:9–14 por las que Sion no sería redimida en ese tiempo. Para cada una de esas razones, explica lo que habría que corregir o lo que debería ocurrir antes que Sion pudiera ser redimida, y por qué.
Recuerda que la redención de Sion no solo tiene que ver con recuperar la posesión de la tierra de Sion. Aun cuando Sion tiene una ubicación física, es también una sociedad compuesta de un cierto tipo de personas. El pueblo del Señor debe santificarse y hacerse digno para poder reclamar y edificar la ciudad de Sion.
La mayoría de los miembros del Campo de Sion aceptaron las instrucciones del Señor en esa revelación, pero algunos murmuraron y no continuaron fieles cuando se enteraron de que no combatirían en Misuri. No pudieron entender que el objeto primordial del Campo de Sion no era entablar una batalla o recuperar la posesión de las tierras de los santos en el condado de Jackson mediante el uso de la fuerza militar. Los hombres del Campo estaban preparados para combatir en caso de que peligrara su vida, pero el Señor no pretende redimir a Sion por la fuerza del hombre (véanse D. y C. 103:15–18; 105:14). Como resultado de esa revelación en la que se les manda esperar y no combatir, algunos hombres se rebelaron abiertamente y, con el tiempo, apostataron.
Lee Doctrina y Convenios 105:18–19 y busca la razón por la que el Señor trajo al Campo de Sion desde lejos hasta Misuri y luego, una vez que habían llegado, les reveló que no debían actuar en ese momento para restaurar a los santos a sus tierras en Sion. (Podría resultar útil entender que una prueba de fe puede referirse a una prueba para ver si escogeremos o no confiar en el Señor y obedecerle sin importar cuáles sean las circunstancias).
Podrías marcar las frases en los versículos 18–19 que enseñen la verdad siguiente: Dios ha preparado bendiciones para quienes sean fieles durante sus pruebas.
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Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Cuándo has pasado una prueba de fe o la ha pasado alguien que conozcas?
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¿Cómo fue esa prueba de fe una preparación para bendiciones futuras?
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Una de las bendiciones que muchos miembros del Campo de Sion recibieron fue la oportunidad de servir en el Reino del Señor. En febrero de 1835, se organizaron el Cuórum de los Doce Apóstoles y el Primer Cuórum de los Setenta. Nueve de esos primeros Apóstoles y todos los integrantes del Cuórum de los Setenta prestaron servicio en el Campo de Sion (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, pág. 164).
El profeta José Smith enseñó acerca de la función que tuvo el Campo de Sion en la preparación de esos hombres para sus puestos de servicio: “Dios no quería que pelearan. Él no podía organizar Su Reino con doce hombres que abrieran las puertas del Evangelio a las naciones de la tierra, y con otros setenta que estuvieran bajo la dirección de estos y siguieran sus huellas, a menos que los eligiera de un grupo de hombres que hubieran ofrecido su propia vida y hubieran hecho un sacrificio tan grande como el de Abraham” (en La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, págs. 163–164).
Más adelante, los líderes de la Iglesia expresaron gratitud por las experiencias que habían tenido como miembros del Campo de Sion. Por ejemplo, cuando Brigham Young regresó a Kirtland, Ohio, un hombre le preguntó: “Y bien, ¿qué sacó usted de este viaje inútil a Misuri con José Smith?”. Brigham Young respondió: “Todo lo que buscamos”. Y agregó: “No cambiaría el conocimiento que recibí en esa experiencia por toda la riqueza del condado de Geauga” (en La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, pág. 164). En ese entonces, Kirtland formaba parte del condado de Geauga.
Doctrina y Convenios 105:20–41
El Señor enseña a los santos lo que deben hacer antes de que se redima a Sion
En Doctrina y Convenios 105:20–37, leemos que el Señor les dijo a los santos de Misuri cómo debían responder ante la persecución que estaban sufriendo mientras esperaban la futura redención de Sion. Les aconsejó ser humildes y no incitar a la contención. Les explicó que necesitaban ser santificados en preparación para la redención final de Sion. Como Él ya les había dicho antes en la misma revelación, el pueblo tenía que ser “instruido con mayor perfección, y [adquirir] experiencia, y [saber] más cabalmente lo concerniente a su deber y a las cosas que de sus manos [Él requería]” (D. y C. 105:10).
El Señor concluyó esta revelación mandando a los santos a hacer algo no solo por aquellos que los habían perseguido sino por el mundo entero. Lee Doctrina y Convenios 105:38–41 y busca lo que Él les mandó hacer. (En tu lectura, es conveniente que sepas que pendón es un estandarte o una señal).
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Completa las siguientes asignaciones en tu diario de estudio de las Escrituras:
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Tomando como base las enseñanzas del Señor en Doctrina y Convenios 105:38–41, escribe un principio sobre la bendición que podemos recibir si procuramos establecer la paz con los demás.
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Escribe cuatro o cinco cosas que los miembros de la Iglesia hoy en día pueden hacer para procurar establecer la paz con los demás, en especial, con los que les persiguen.
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Escoge una de las cosas que escribiste y fíjate una meta para implementarla en tu vida.
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras, al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Doctrina y Convenios 105 y completado la lección el (fecha).
Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: