Unidad 18: Día 2
Doctrina y Convenios 84:43–120
Introducción
Entre el 22 y el 23 de septiembre de 1832, el profeta José Smith recibió la revelación registrada en Doctrina y Convenios 84. En esa revelación, el Señor enseñó a los santos la importancia de estar diligentemente atentos a la palabra de Dios y los reprendió por tratar ligeramente el Libro de Mormón y los mandamientos anteriores. Además, hizo hincapié en la comisión de los Apóstoles y otros poseedores del sacerdocio de predicar el Evangelio por todo el mundo, y explicó cómo se debe llevar a cabo esa obra.
Doctrina y Convenios 84:43–61
El Señor enseña acerca de la importancia de dar oído a la palabra de Dios
Evalúa tus esfuerzos por estudiar las Escrituras diariamente. ¿Cuán bien estás cumpliendo con esa meta?
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A veces es difícil mantener el hábito de estudiar las Escrituras diariamente. Haz una lista en tu diario de estudio de las Escrituras de los desafíos que enfrentas al tratar de estudiar cada día las Escrituras. Escribe sobre alguna ocasión en que decidiste estudiar las Escrituras aun cuando era difícil hacerlo. ¿Cómo fuiste bendecido por hacerlo?
Conforme sigas estudiando Doctrina y Convenios 84, aprenderás verdades que te inspirarán a continuar estudiando las Escrituras diariamente. Lee Doctrina y Convenios 84:43–44 y encuentra palabras y frases que enseñen la importancia de estudiar y poner en práctica la palabra del Señor. Si lo deseas, marca lo que encuentres.
Estudia Doctrina y Convenios 84:45–46. Estos versículos nos ayudan a entender que si estamos diligentemente atentos a la palabra de Dios, el Espíritu de Cristo nos iluminará.
Observa la frase “el Espíritu de Jesucristo” en el versículo 45. Otra expresión que significa lo mismo es “la Luz de Cristo”. La luz de Cristo es “una influencia para bien en la vida de todas las personas… En las Escrituras, la luz de Cristo a veces se conoce como el Espíritu del Señor, el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo o la luz de la Vida.
“La Luz de Cristo no debe confundirse con el Espíritu Santo. No es un personaje, como lo es el Espíritu Santo. Su influencia guía a las personas hacia el verdadero Evangelio, el bautismo y la recepción del don del Espíritu Santo” (Leales a la Fe: Una referencia del Evangelio, 2004, pág. 112).
El presidente Boyd K. Packer, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó que la luz de Cristo está dentro de cada persona, y “ya sea que a esta luz interior, a este conocimiento de lo bueno y de lo malo, se le llame Luz de Cristo, sentido moral o consciencia, puede dirigirnos para moderar nuestras acciones, esto es, a menos que la pasemos por alto o la acallemos” (“La Luz de Cristo”, Liahona, abril de 2005, pág. 9).
Lee Doctrina y Convenios 84:47 y completa el siguiente principio basándote en lo que aprendas: Si escuchamos al Espíritu, .
Al leer Doctrina y Convenios 84:48, fíjate en lo que hará el Padre cuando vengamos a Él.
Además de contar con la luz de Cristo, las personas pueden tener la compañía del Espíritu Santo una vez que han entrado en el convenio bautismal. Mediante el don del Espíritu Santo, pueden recibir luz adicional y ser guiados de vuelta a la presencia del Padre para recibir la vida eterna.
Piensa en alguna ocasión en que trataste de caminar en medio de una oscuridad absoluta. ¿Hay alguna diferencia en tu manera de andar en la oscuridad comparada con andar en la luz? Con frecuencia, las Escrituras se refieren a la oscuridad para simbolizar una condición espiritual. Lee Doctrina y Convenios 84:49–53 y determina quiénes dice el Señor que se hallan en la oscuridad, y por qué están en esa condición.
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Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿En qué sentido el vivir bajo la servidumbre del pecado es como estar en la oscuridad?
Medita en lo que sientes que debes mejorar para recibir Su voz y evitar la servidumbre del pecado.
Además de decir que el mundo se hallaba en oscuridad, el Señor dijo que la mente de los miembros de la Iglesia se había ofuscado. Lee Doctrina y Convenios 84:54–56 y encuentra dos razones por las que sus mentes se habían ofuscado.
Tratar algo ligeramente significa hacer caso omiso de ello o tratarlo sin respeto o sin cuidado. ¿De qué forma se puede ofuscar la mente de una persona por tratar ligeramente lo sagrado? En Doctrina y Convenios 84:54, la frase “por haber tratado ligeramente las cosas que habéis recibido” se refiere específicamente a que los santos no estaban haciendo lo que estaba escrito en el Libro de Mormón y en los mandamientos anteriores.
Lee Doctrina y Convenios 84:57–58 para descubrir lo que los santos habían tratado ligeramente y lo que necesitaban hacer para evitar un azote y un juicio. (La palabra azote en estos versículos se refiere al castigo de Dios o a una tribulación).
Observa que los santos habían sido negligentes con el Libro de Mormón, así como con “los mandamientos anteriores” que el Señor les había dado. El élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Esos mandamientos anteriores deben haber sido las revelaciones del Señor precedentes, que se encuentran en la Biblia (el Antiguo y el Nuevo Testamento) y en las revelaciones modernas que los santos ya habían recibido (véase History of the Church, tomo I, págs. 318, 320)” (“Another Testament of Jesus Christ”, Ensign, marzo de 1994, pág. 63).
En Doctrina y Convenios 84:57–58, aprendemos el principio siguiente: Si tratamos ligeramente la palabra de Dios, nuestras mentes se ofuscarán y caeremos en condenación.
Lee las siguientes palabras del presidente Ezra Taft Benson:
“¿Hay consecuencias eternas que dependen de cómo respondamos a este libro [el Libro de Mormón]? Sí, ya sea para nuestra bendición o para nuestra condenación.
“Todo Santo de los Últimos Días debe hacer del estudio de este libro una ocupación de toda su vida. De lo contrario, pondrá su alma en peligro y dejará a un lado lo que unificaría espiritual e intelectualmente su vida entera. Hay una diferencia entre el converso que se edifica sobre la roca de Cristo por medio del estudio del Libro de Mormón y que permanece firmemente aferrado a esa barra de hierro y el que no lo hace así” (“El Libro de Mormón es la palabra de Dios”, Liahona, mayo de 1988, pág. 7).
“Si a los primeros santos se les reprendió por tratar el Libro de Mormón a la ligera, ¿acaso estamos nosotros bajo menor condenación si hacemos lo mismo?…
“No permanezcamos bajo condenación con sus castigos y juicios, por el hecho de tratar ligeramente este gran y maravilloso don que el Señor nos ha concedido. Más bien, obtengamos las promesas relacionadas con el atesorarlo en nuestro corazón” (“El Libro de Mormón: La [piedra] clave de nuestra religión”, Liahona, octubre de 2011, págs. 54, 57–58).
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Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Cómo describirías la manera en que tratas el Libro de Mormón?
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¿Qué puedes hacer para hacer del estudio de ese libro una ocupación de toda tu vida?
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¿Qué vas a hacer para estudiar más diligentemente las Escrituras y vivir conforme a las verdades que aprendas en ellas?
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Doctrina y Convenios 84:62–120
El Señor da instrucciones a los que son llamados a predicar Su evangelio
Piensa en los miles de millones de personas que habitan la tierra. Cada persona debe tener la oportunidad de conocer el Evangelio. Sin embargo, no es posible que la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles, que tienen el encargo de declarar el Evangelio a las naciones, puedan enseñarlo a cada persona.
Lee Doctrina y Convenios 84:62 y encuentra la instrucción que dio el Señor a los que son responsables de predicar el Evangelio.
Observa que debido a que los líderes de la Iglesia no pueden ir a todas partes a predicar el Evangelio, deben enviar a otros que les ayuden. Doctrina y Convenios 84:62 nos permite entender que todos los Santos de los Últimos Días tienen la responsabilidad de llevar el Evangelio a todo el mundo.
El presidente Spencer W. Kimball dijo lo siguiente:
“Las Escrituras indican claramente que todos los miembros de la Iglesia son responsables de realizar la obra misional: ‘Conviene que todo hombre que ha sido amonestado, amoneste a su prójimo’ (D. y C. 88:81).
“Los profetas de esta dispensación también han enseñado claramente el concepto de que el servicio misional es responsabilidad de todos los miembros. El presidente David O. McKay enseñó ese principio con estas palabras de exhortación: ‘¡Cada miembro un misionero!’ (véase Conference Report, abril de 1959, pág. 122)” (“Me seréis testigos”, Liahona, noviembre de 1977, pág. 1).
Lee Doctrina y Convenios 84:64–75, y medita en la importancia de que se predique el Evangelio a todo el mundo.
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Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: Basándote en tu lectura de Doctrina y Convenios 84:64–75, ¿cómo expresarías en un resumen la importancia de enseñar el Evangelio de Jesucristo a las demás personas? Luego completa la siguiente declaración: Yo cumpliré con mi responsabilidad de compartir el Evangelio, haciendo lo siguiente:…
En la lista a continuación, subraya cualquier temor que te haga vacilar en tu decisión de servir al Señor como misionero de tiempo completo: temor de dejar tu casa, familia y amigos; temor a perder oportunidades de estudio o trabajo; temor a no poder costear la misión; temor a hablar con otras personas acerca del Evangelio y temor a aprender un nuevo idioma.
El Señor dio ánimo a quienes pudieran tener reservas o temores en cuanto a servirle como misionero. Lee Doctrina y Convenios 84:80, 85, 87–88 y busca las responsabilidades y bendiciones del servicio misional. Llena el cuadro con la información que encuentres:
Las responsabilidades del servicio misional |
Las bendiciones del servicio misional |
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Los versículos que has estudiado afirman que al compartir el Evangelio, el Señor estará con nosotros, nos protegerá y nos fortalecerá.
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En tu diario de estudio de las Escrituras, explica cómo esas promesas expresadas en Doctrina y Convenios 84:80, 85, 88 influyen en tu deseo y capacidad de compartir el Evangelio.
En Doctrina y Convenios 84:89–97, el Señor afirmó que quienes acepten a Sus misioneros, lo aceptan a Él también, y serán bendecidos. Asimismo, enseñó que quienes rechacen a Sus siervos y Su palabra perderán bendiciones y serán maldecidos.
Lee Doctrina y Convenios 84:98–102. Estos versículos contienen las palabras de un cántico de gozo y alabanza relacionado con la redención de Sion. La redención de Sion se refiere a la condición que disfrutará el pueblo del convenio de Dios cuando decida venir a Él y recibir todas las ordenanzas y bendiciones del Evangelio.
¿Por qué crees que el Señor llama a los misioneros a trabajar con compañeros?
Piensa en otros llamamientos en la Iglesia en los que los miembros sirven con una o más personas. Lee Doctrina y Convenios 84:106, 109–110 y descubre lo que el Señor mandó hacer a los miembros de la Iglesia para fortalecerse unos a otros.
En Doctrina y Convenios 84:106 se enseña que los que son fuertes en el Espíritu han de edificar a los que sean débiles.
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Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Cuándo te has sentido edificado por estar trabajando junto a alguien que es fuerte en el Espíritu?
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¿Qué puedes hacer para buscar maneras de alentar y fortalecer a los demás?
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Doctrina y Convenios 84:43–120 y he terminado esta lección el (fecha).
Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: