Unidad 25: Día 1
La Iglesia se traslada al norte de Misuri
Introducción
En 1837 y 1838, el profeta José Smith y otros líderes de la Iglesia dirigieron la Iglesia con nobleza en un tiempo de dificultades. Como consecuencia de las dificultades económicas, la codicia, la actitud de crítica y la persecución, se estima que entre un 10 y 15 por ciento de los santos de Kirtland, Ohio, apostataron, entre ellos varios líderes prominentes de la Iglesia. Los santos fieles de Ohio comenzaron a desplazarse para juntarse con los santos que estaban en el norte de Misuri. Far West, Misuri, se convirtió en la sede de la cabecera de la Iglesia hasta que los santos fueron forzados a marcharse a comienzos de 1839. Esta lección te ayudará a conocer los acontecimientos históricos y a aprender de ellos; también te dará conocimiento adicional en cuanto a las revelaciones que se recibieron durante ese período.
Problemas y apostasía en Kirtland, Ohio
Medita acerca de la siguiente pregunta: En los tiempos de pruebas y dificultades, ¿tu fe se fortalece o se debilita?
Los años 1837 y 1838 fueron un período de pruebas que llevó a muchos santos a hacerse esa pregunta. Aunque varias de sus pruebas se debían a la persecución preveniente de fuera de la Iglesia, muchas fueron el resultado de las contenciones dentro de la Iglesia. A medida que estudies esta lección, medita en cómo nuestra reacción ante las pruebas puede fortalecer o debilitar nuestra fe en Jesucristo.
Al leer la siguiente reseña histórica, ve qué principios puedes aprender de los acontecimientos que se describen:
En 1837, los santos de Kirtland, Ohio, experimentaron algunos problemas económicos. Para ayudar a los santos a ser más autosuficientes económicamente, el profeta José Smith y otros líderes de la Iglesia establecieron la Sociedad de Seguridad Financiera de Kirtland, una institución semejante a un banco. Debido a la extensa depresión económica durante esa época, muchos bancos quebraron por toda la nación. La Sociedad de Seguridad Financiera de Kirtland también llegó a la quiebra en el otoño de 1837. Doscientas personas que habían invertido en el banco perdieron casi toda su inversión, siendo José Smith el que perdió más que cualquier otro. Aun cuando la Sociedad de Seguridad Financiera de Kirtland no fue financiada por la Iglesia, algunos miembros la consideraban como un banco de la Iglesia o el banco del Profeta, y culparon a José por sus problemas económicos. Hasta hubo algunos que comenzaron a llamarlo un profeta caído. Pero, a pesar del fracaso del banco, muchos otros que perdieron dinero siguieron fieles y permanecieron leales al Profeta (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos: Manual del alumno, segunda edición, Sistema Educativo de la Iglesia, 2003, págs. 186–188).
Un espíritu de apostasía y de críticas se esparció entre muchos de los santos. Brigham Young relató sobre una ocasión en que se reunieron varios miembros, entre ellos varios líderes de la Iglesia, para deponer a José Smith y nombrar a un nuevo profeta: “Varios integrantes de los Doce, los Testigos del Libro de Mormón y otras autoridades de la Iglesia celebraron un concilio en el aposento alto del Templo de Kirtland. La cuestión que planteaban era la forma de deponer al profeta José Smith y nombrar a David Whitmer como Presidente de la Iglesia… Me puse de pie y en forma simple y firme les dije que José era un Profeta, que yo lo sabía muy bien, y que ellos podrían oponerse a él y calumniarlo tanto como quisieran, pero que no lograrían destruir el llamamiento del Profeta de Dios, sino la propia autoridad de ellos, cortar el lazo que los unía con el Profeta y con Dios, y hundirse a sí mismos en el infierno” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Brigham Young, 1997, pág. 85).
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Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Qué verdades podemos aprender de estos acontecimientos históricos?
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¿Qué hubieras hecho para mantenerte fiel al Profeta en esa época en que prevalecía un espíritu de crítica? ¿Cuándo has soportado una prueba con fe y como resultado se fortaleció tu fe en Jesucristo?
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¿De qué manera el seguir al Profeta ha sido una protección espiritual para ti?
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Para junio de 1838, entre 200 y 300 apóstatas se habían apartado de la Iglesia, entre ellos cuatro Apóstoles, los Tres Testigos del Libro de Mormón y un miembro de la Primera Presidencia (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, pág. 195). Sin embargo, la mayoría de los santos respondió con fe durante ese período de pruebas, tal como lo hizo Brigham Young. Recibieron fortaleza del Señor y permanecieron fieles a su testimonio. Varios de los que se apartaron de la Iglesia durante ese período de apostasía regresaron posteriormente y solicitaron ser admitidos nuevamente en la Iglesia del Señor; entre ellos se encontraban Oliver Cowdery, Martin Harris, Luke Johnson y Frederick G. Williams.
En medio de esas dificultades en Kirtland, varios apóstatas conspiraron para matar a José Smith. Luke Johnson, aun cuando había apostatado de la Iglesia, tuvo la integridad suficiente como para advertir al Profeta del complot. José Smith y Sidney Rigdon partieron de Kirtland en enero de 1838. Fueron perseguidos durante varios días, mas el Señor los protegió. Junto con sus familias, llegaron a Far West, Misuri, en marzo de 1838.
El Norte de Misuri
Observa el mapa del estado de Misuri que aparece al comienzo de la lección. Cuando los santos fueron expulsados del condado de Jackson, Misuri, en 1833, los habitantes de un condado cercano los recibieron y les brindaron auxilio temporal, pensando que los santos solo estarían una corta temporada. Sin embargo, luego de haber permanecido allí por casi tres años, esas personas comenzaron a presionarlos para que salieran del condado.
Al leer la siguiente reseña histórica, ve qué principios puedes aprender de los acontecimientos que se describen:
En 1837, John Whitmer y William W. Phelps, los dos consejeros de la presidencia de estaca de Misuri, emplearon fondos de la Iglesia para comprar tierras en un lugar conocido como Far West, en el norte de Misuri. Sin embargo, cuando ofrecían las parcelas de tierra a los santos que llegaban, las vendían con una pequeña ganancia que ellos se apropiaban. El sumo consejo de Misuri les perdonó esa acción, pero nombró a otros hermanos para distribuir los terrenos. Sin embargo, John y William continuaron tratando de obtener beneficios de la venta de terrenos. En 1838, el sumo consejo los excomulgó (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, págs. 197–200).
José Smith ratificó la decisión del consejo, y William se ofendió. En noviembre de 1838, firmó una declaración jurada en contra del Profeta. Ese documento contribuyó a que José y otros más fuesen arrestados y echados en la cárcel de Liberty durante todo el invierno [boreal].
El profeta José Smith y sus compañeros sufrieron intensamente durante su reclusión, no solo por las condiciones inhumanas de su encarcelamiento, sino también por las noticias de la expulsión de los santos de sus casas y los muchos maltratos que sufrieron. Los populachos de Misuri, sin que el gobernador lo impidiera, destruyeron propiedades y asesinaron a 17 personas en un molino propiedad de un hombre llamado Jacob Haun.
William W. Phelps sufrió espiritualmente por sus acciones, por lo que escribió a José una carta pidiéndole perdón. El Profeta le respondió:
“Es cierto que hemos sufrido mucho por motivo de su conducta. El vaso de hiel, que ya era más de lo que podía beber un ser mortal, ciertamente rebosó cuando usted se volvió contra nosotros…
“No obstante, la copa se ha bebido, se ha hecho la voluntad de nuestro Padre y todos estamos con vida, por lo que damos gracias al Señor…
“Convencido de que su confesión es sincera y su arrepentimiento genuino, me dará gusto estrecharle una vez más la mano derecha en señal de fraternidad, y me regocijaré por el regreso del pródigo…
“‘Venga, querido hermano; la contención quedó atrás, pues los que fueron amigos, de nuevo amigos serán’” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, págs. 422–424).
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Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Por qué resulta difícil perdonar a un amigo que te ha traicionado y te ha causado sufrimiento?
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¿Qué principios podemos aprender del ejemplo de José Smith? (Este principio tal vez te haga recordar el pasaje del Dominio de las Escrituras en Doctrina y Convenios 64:9–11. Podrías repasar ese pasaje para ver cómo se relaciona con la experiencia de José Smith y W. W. Phelps).
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¿Qué lecciones adicionales aprendemos de este relato?
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Escoge uno de los principios que descubriste en estas dos reseñas históricas. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras sobre cuándo has visto un ejemplo de ese principio en tu vida o en la vida de alguien que conozcas.
Acontecimientos que llevaron a la expulsión de los santos del norte de Misuri
¿Has visto alguna vez que un miembro de la Iglesia tomara una decisión que hizo que otra persona tuviera una impresión negativa de la Iglesia? También podrías evaluar qué impresión sobre la Iglesia han dejado en otras personas tus propias acciones.
¿Por qué es importante que reflexionemos acerca de cómo nuestras acciones y palabras crean cierta imagen de la Iglesia?
En 1838, las acciones y las palabras de algunos miembros de la Iglesia contribuyeron a los sentimientos antagónicos que tenían algunos ciudadanos de Misuri contra los Santos de los Últimos Días. Al leer la siguiente reseña histórica, busca lo que dijeron o hicieron algunos santos que perjudicó a la Iglesia y a sus miembros. Si lo deseas, marca lo que encuentres.
En 1837 y 1838 algunos miembros descontentos, que habían sido excomulgados y que vivían entre los santos en Far West, Misuri, iniciaron acciones legales en contra de la Iglesia y comenzaron a acosar a la Iglesia. Algunos miembros comenzaron a impacientarse con esos disidentes. En junio de 1838, Sidney Rigdon dio un discurso muy acalorado, que se ha llegado a conocer como el “Sermón de la sal”. Citó Mateo 5:13 y dijo que si la sal pierde su sabor, no sirve para nada y debe ser echada fuera, dando a entender que los que se habían apartado de la Iglesia debían ser echados de entre los santos. Además, 84 miembros firmaron un documento ordenando a los apóstatas salir del condado. Dos semanas más tarde, el 4 de julio, Sidney dio un discurso en el que prometió que los santos se defenderían aunque llegara a una “guerra de exterminación”. Aunque ambos discursos parecían contradecir la instrucción del Señor de “propone[r] la paz” (D. y C. 105:38), se publicaron, y estos causaron gran alarma entre los que no eran miembros (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, págs. 208–209).
El 6 de agosto de 1838, un grupo de santos quisieron votar en Gallatin, Misuri, pero fueron atacados por un grupo de residentes de Misuri. Los santos se defendieron, y hubo hombres heridos en ambos bandos. Ese incidente dio pie a otros conflictos y amenazas y aumentó los malentendidos entre los Santos de los Últimos Días y sus vecinos en Misuri (véase Journals, tomo I, 1832–1839, tomo I de la serie Journasl de The Joseph Smith Papers, 2008, págs. 298–301).
Por esos días, un converso llamado Sampson Avard formó una banda dedicada al saqueo, llamada los danitas, y les hizo hacer juramentos secretos. Avard les dio instrucciones de robar y saquear a los habitantes de Misuri, diciéndoles que eso ayudaría a edificar el Reino de Dios.
Avard convenció a sus seguidores de que recibía órdenes de la Primera Presidencia. Posteriormente se descubrió la verdad y Avard fue excomulgado. Las malas acciones de Avard ocasionaron un daño significativo a la imagen de la Iglesia y contribuyeron al encarcelamiento del Profeta en la cárcel de Liberty.
En octubre de 1838, hubo una batalla entre algunos miembros de la Iglesia y las milicias de Misuri. Informes exagerados de esa batalla llegaron al gobernador Boggs, quien decretó una orden de exterminación: “Debemos tratar a los mormones como enemigos y, si es necesario para el bien del público, es preciso exterminarlos o expulsarlos del estado” (La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, pág. 220). Pronto, la ciudad de Far West fue sitiada por una milicia que quintuplicaba el número de las fuerzas de los santos. El profeta José Smith y otros líderes de la Iglesia fueron recluidos en la cárcel de Liberty, donde permanecieron todo el invierno. El resto de los santos fue obligado a salir del estado (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, pág. 220).
Un principio que podemos aprender de ese período histórico es que nuestras acciones y nuestras palabras pueden influir en la manera en que las demás personas ven la Iglesia de Jesucristo.
¿Por qué piensas que es importante que reconozcamos que las acciones de algunos de los primeros miembros de la Iglesia contribuyeron a las opiniones negativas que algunos de los residentes de Misuri tenían sobre la Iglesia?
Si bien nuestras malas decisiones pueden influir en otras personas para que vean negativamente a la Iglesia, nuestras buenas acciones y palabras pueden ayudar a las personas a formarse una imagen positiva de la Iglesia.
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En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe sobre alguna ocasión que hayas visto que las palabras o acciones de alguien hayan influido en que otras personas tengan una buena opinión de la Iglesia.
En la próxima semana, busca maneras de representar positivamente a la Iglesia de Jesucristo. Conforme lo hagas, el Señor te bendecirá.
Uno de los principios más importantes que podemos aprender de ese período de la Iglesia es que cuando elegimos responder a las pruebas con fe en lugar de con dudas, nuestro testimonio puede fortalecerse.
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Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Qué voy a hacer de manera diferente por causa de las doctrinas y los principios que aprendí hoy?
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado la lección “La Iglesia se traslada al norte de Misuri” y completado la lección el (fecha).
Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: