Unidad 8: Día 1
Doctrina y Convenios 29:31–50
Introducción
Poco antes de una conferencia de la Iglesia que se realizó el 26 de septiembre de 1830, el Señor dio la revelación que está en Doctrina y Convenios 29 “en presencia de seis élderes” (D. y C. 29, encabezamiento de la sección). Al estudiar Doctrina y Convenios 29:1–30 durante la lección anterior, aprendiste en cuanto al recogimiento de los escogidos del Señor y la edificación de Sion. Esta lección se centra en la naturaleza de la caída de Adán tal como se ha revelado en Doctrina y Convenios 29:31–50.
Doctrina y Convenios 29:31–35
El Salvador explica que todas las cosas son espirituales para Él
Medita en el modo en que reaccionarías en las siguientes situaciones:
Situación 1: Imagínate que alguno de tus amigos tiene un comportamiento inapropiado que sabes que es perjudicial para él. En cierta ocasión, intentas alentarlo a abandonar dicho comportamiento, pero él te dice que lo que elige hacer no es gran cosa, ya que no le ha sucedido nada malo. ¿Qué principios del Evangelio podrían ayudar a tu amigo a comprender la importancia de sus decisiones?
Situación 2: Imagínate que una amiga acude a ti y te dice que está triste y un poco desanimada. Además, te dice que no sabe si vale la pena guardar los mandamientos. Te explica que, aunque ha intentado hacer lo que Dios ha mandado, ella no nota que sus circunstancias sean mejores que las de sus compañeros que prefieren pecar. ¿Qué principios del Evangelio podrían ayudar a tu amiga a seguir siendo obediente?
Al estudiar la última parte de Doctrina y Convenios 29, busca doctrinas y principios que podrían utilizarse para ayudar a las personas que estén en esas situaciones.
En 1830, se restauró y organizó la Iglesia de Jesucristo de nuevo sobre la tierra, y se estaba revelando la plenitud del Evangelio a los miembros de la Iglesia por medio del profeta José Smith. En la revelación que está en Doctrina y Convenios 29, el Señor ayudó a los santos de aquella época a comprender más sobre la caída de Adán y reveló algunos de los propósitos de Sus mandamientos.
En Doctrina y Convenios 29:31–33 se enseña que Dios creó todas las cosas espiritualmente. Un significado de ello es que estas podían existir en Su presencia y no estaban sujetas a la muerte. Él preparó una manera para que Sus creaciones llegaran a ser temporales, es decir, que serían separadas de Su presencia y estarían sujetas a la muerte. Dios también preparó una forma para que Sus creaciones superaran el obstáculo de la muerte y regresaran a Su presencia. Todo ello es parte de Su plan para brindar a Sus hijos la oportunidad de llegar a ser semejantes a Él.
Lee Doctrina y Convenios 29:34–35 para determinar la forma en que el Señor ve los mandamientos que nos da. Marca esta verdad en tu ejemplar de las Escrituras: Todos los mandamientos de Dios son espirituales. Cada mandamiento que Dios da tiene un propósito espiritual y su intención es ayudarnos a regresar a Su presencia.
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Como ejemplo de la doctrina de que todos los mandamientos de Dios son espirituales, considera la Palabra de Sabiduría. Responde las siguientes preguntas en el diario de estudio de las Escrituras:
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¿De qué modo nos afecta físicamente la obediencia a la Palabra de Sabiduría?
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¿De qué modo nos afecta espiritualmente la obediencia a la Palabra de Sabiduría?
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Puede haber consecuencias físicas al no obedecer la Palabra de Sabiduría, pero las peores consecuencias son de naturaleza espiritual, en especial para los miembros de la Iglesia que han hecho convenio de obedecer ese mandamiento. Puesto que todo mandamiento de Dios es espiritual, incluso la Palabra de Sabiduría, su obediencia trae bendiciones espirituales a nuestra vida. Por otra parte, la desobediencia a los mandamientos de Dios impide que recibamos las bendiciones espirituales o hace que las perdamos.
Medita acerca del modo en que el conocimiento de que todos los mandamientos de Dios son espirituales podría ayudar a las personas en las situaciones que leíste al comienzo de la lección.
Doctrina y Convenios 29:36–41
La caída de Adán trajo como consecuencia la muerte espiritual
Aunque Dios nos da mandamientos para bendecirnos espiritualmente, observa en Doctrina y Convenios 29:35 que Él permite que nosotros seamos nuestros propios agentes. Eso significa que Dios da el albedrío a todos Sus hijos y les concede escoger si obedecerán Sus mandamientos o no.
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Copia el siguiente cuadro en tu diario de estudio de las Escrituras. Luego lee Doctrina y Convenios 29:36–41 y llena en el cuadro las decisiones de las personas o grupos de personas y las consecuencias de ellas:
Decisiones
Consecuencias
El diablo
“La tercera parte de las huestes del cielo”
Adán
Considera escribir el siguiente principio en tus Escrituras: Dios nos ha dado el don del albedrío para tomar decisiones y aceptar las consecuencias de ellas.
Antes que Adán comiera del fruto prohibido vivía en la tierra, en el Jardín de Edén, y podía morar en la presencia de Dios. Después de comer del fruto permaneció en la tierra, pero ya no pudo permanecer en la presencia de Dios. Puesto que Adán cedió a la tentación y comió del fruto prohibido, todos nosotros estamos en una condición temporal (sujetos a la muerte) y separados de la presencia de Dios. Según Doctrina y Convenios 29:41, ¿cómo se llama esa separación?
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Copia el siguiente diagrama en tu diario de estudio de las Escrituras:
En el diagrama, debajo de la frase “Tierra caída (temporal)”, escribe: La muerte espiritual es ser desterrado de la presencia de Dios. Luego responde lo siguiente: ¿Por qué crees que es necesario que estemos separados de la presencia de Dios durante un tiempo?
Lee las siguientes palabras sobre la Caída y sobre la razón por la que debemos estar separados de la presencia de Dios durante un tiempo: “La Caída es una parte integral del plan de salvación de nuestro Padre Celestial (véase 2 Nefi 2:15–16; 9:6). La Caída lleva en dos direcciones: hacia abajo y, sin embargo, hacia delante. Además de introducir la muerte física y espiritual, nos dio la oportunidad de nacer en la tierra, y de aprender y progresar” (Leales a la fe: Una referencia del Evangelio, 2004, pág. 37; véase también 2 Nefi 2:25).
El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente en cuanto a la Caída:
“Los acontecimientos más importantes que jamás hayan ocurrido o que vayan a ocurrir en toda la eternidad… son la Creación, la Caída y la Expiación.
“Antes de siquiera poder empezar a comprender la creación física de todas las cosas, debemos saber cómo estas tres verdades eternas —la Creación, la Caída y la Expiación— están inseparablemente unidas para formar un solo Plan de Salvación. Ninguna de ellas existe sola; cada una está vinculada a las otras dos, y sin el conocimiento de todas juntas, no es posible comprender la verdad respecto a ninguna de ellas…
“Debemos recordar que la Expiación vino por causa de la Caída. Cristo pagó el rescate por la transgresión de Adán. Si no hubiese habido Caída, no habría Expiación con sus consiguientes inmortalidad y vida eterna. De manera que, tan seguramente como la salvación llega a causa de la Expiación, así también llega a causa de la Caída.
“La vida terrenal, la procreación y la muerte tuvieron su origen con la Caída” (véase “Cristo y la Creación”, Liahona, septiembre de 1983, pág. 24).
Doctrina y Convenios 29:42–50
La expiación de Jesucristo nos redime de la muerte espiritual
Medita en la siguiente pregunta: ¿Quién regresará a la presencia de Dios?
Para comprender las enseñanzas del Señor que están en Doctrina y Convenios 29, es importante saber que todas las personas regresarán a la presencia de Dios después de resucitar. Eso es posible dado que la expiación de Jesucristo redime a todo el género humano de los efectos físicos y espirituales de la Caída (véase Helamán 14:15–18).
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En tu diario de estudio de las Escrituras, del lado derecho del diagrama, debajo de la frase “Presencia de Dios”, escribe: Mediante la Expiación, se redimirá a todo el género humano de las muertes física y espiritual que causó la caída de Adán. Luego contesta lo siguiente: Si en definitiva todos seremos llevados de regreso a la presencia de Dios, ¿por qué crees que importa si tomamos o no buenas decisiones aquí en la tierra?
Por medio de Su expiación, Jesucristo ofrece el perdón y la vida eterna a todos aquellos que ejerzan la fe en Él y se arrepientan de sus pecados. Lee Doctrina y Convenios 29:42–43 y determina lo que debemos hacer para ser dignos de permanecer en la presencia de Dios. Medita en aquello de lo que debes arrepentirte a fin de merecer permanecer en la presencia de Dios algún día.
Aunque todo el género humano resucitará y será redimido de la muerte espiritual y llevado de regreso a la presencia de Dios para que se le juzgue, no todas las personas permanecerán allí.
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En tu diario de estudio de las Escrituras, del lado derecho del diagrama, traza una línea punteada con una flecha que apunte hacia abajo, fuera de la presencia de Dios. Luego lee Doctrina y Convenios 29:44–45 y contesta las siguientes preguntas:
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¿Qué decisiones hacen que las personas sean indignas de permanecer en la presencia de Dios?
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¿Cuáles son las consecuencias de dichas decisiones?
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En tu diario de estudio de las Escrituras, junto a la línea punteada del diagrama, escribe: Quienes no ejerzan la fe ni se arrepientan no podrán permanecer eternamente en la presencia de Dios.
A continuación se muestra cómo debería verse tu diagrama en tu diario de estudio de las Escrituras:
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Recuerda las dos situaciones que se describieron al comenzar la lección. luego contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Qué aprendiste hoy que podría ayudar a tu amigo en la situación 1?
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¿Qué aprendiste hoy que podría ayudar a tu amiga en la situación 2?
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Lee Doctrina y Convenios 29:49 y piensa en cuanto a las expectativas que el Señor tiene en cuanto a ti. Establece la meta de seguir aplicando la expiación de Jesucristo a tu vida arrepintiéndote de tus pecados y preparándote para vivir en la presencia de Dios de nuevo.
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Doctrina y Convenios 29:31–50 y he terminado esta lección el (fecha).
Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: