Unidad 22: Día 3
Doctrina y Convenios 104
Introducción
Ya para la primavera de 1834, la Iglesia tenía problemas económicos, y los empeños por recaudar fondos para aliviar esos problemas habían fracasado. En 1832, el Señor dio instrucciones a los líderes de la Iglesia de organizar las operaciones mercantiles y editoriales de la Iglesia mediante la creación de una “firma” que supervisaría tales esfuerzos y que generaría los fondos para el establecimiento de Sion y para el beneficio de los pobres. Esa firma, llamada la Firma Unida, se organizó en abril de 1832 y se disolvió en 1834 (véase la introducción de la sección 82 y de la sección 104). El 23 de abril de 1834, el profeta José Smith recibió la revelación registrada en Doctrina y Convenios 104. En esta revelación, el Señor dio a conocer que se debía reorganizar la Firma Unida y que se debían repartir sus propiedades entre sus miembros en calidad de mayordomías. Bajo la dirección de José Smith, el término “Firma Unida” se reemplazó posteriormente por el de “Orden Unida” que aparece en esta revelación. En esta lección se usará el término Orden Unida para concordar con el lenguaje de Doctrina y Convenios 104. El Señor también dio mandamientos a los miembros de la Iglesia con relación a cómo debían cuidar de los pobres y dio consejos a los líderes de la Iglesia tocante a sus deudas. Los miembros de la Firma Unida eran: José Smith, Sidney Rigdon, Oliver Cowdery, William W. Phelps, Edward Partridge, John Whitmer, Sidney Gilbert, Martin Harris, Newell K. Whitney, John Johnson y Frederick G. Williams.
Doctrina y Convenios 104:1–18
El Señor da instrucciones concerniente a la Orden Unida
Imagínate que tus padres te han dado una llave de su vehículo (o piensa en otra cosa que requiera de llaves, tal como la casa o el apartamento de tu familia). ¿Te convierte eso en propietario del vehículo? ¿Puedes utilizar el vehículo para cualquier cosa que desees? ¿Sí o no?, y ¿por qué? ¿Cómo afecta la manera en que usarás el vehículo el saber que se te hará responsable por lo que hagas con él?
En los meses de marzo y abril de 1832, el Señor mandó a los líderes de la Iglesia a organizar la Firma Unida (u Orden Unida), cuyos miembros serían responsables de supervisar las operaciones mercantiles y editoriales de la Iglesia, a fin de poder cuidar de los pobres e impulsar Su obra. Para la primavera de 1834, los líderes de la Iglesia consideraron la disolución de la Firma por diversas razones. Sin embargo, el Señor deseaba que los líderes la reorganizaran y repartieran las propiedades entre sus miembros en calidad de mayordomías.
Lee Doctrina y Convenios 104:1–4 y busca una de las causas de los problemas de la Orden Unida.
Doctrina y Convenios 104:5–10 contiene un decreto del Señor sobre las consecuencias de quebrantar el convenio ligado a la Orden Unida, el cual contempla el ser maldito y el ser separado de la Iglesia.
Lee Doctrina y Convenios 104:11–13 y encuentra lo que el Señor dijo que debía recibir cada miembro de la Orden Unida. (Puede serte útil saber que un mayordomo es una persona a quien se ha dado la responsabilidad de algo que pertenece a otra persona).
Lee Doctrina y Convenios 104:14 y observa quién era el dueño de las propiedades asociadas con la Orden Unida. Marca las frases que enseñan la doctrina de que el Señor creó la tierra y todas las cosas que hay en ella son de Él.
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Completa las siguientes asignaciones en tu diario de estudio de las Escrituras:
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Haz una lista de diez posesiones terrenales que tengas (por ejemplo, vivienda, ropa, alimentos).
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Escribe cómo la doctrina que se enseña en Doctrina y Convenios 104:14 podría ejercer una influencia en la forma en que ves y utilizas tus posesiones.
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El recordatorio que hace el Señor a los santos de que todas las cosas sobre la tierra son de Él debe haberles dado la confianza de que Él podía proveer para suplir sus necesidades temporales. Él prosiguió, explicando la manera en que utilizaría esos recursos para cuidar de Sus santos. Lee Doctrina y Convenios 104:15–16 y encuentra la manera en que el Señor dijo que proveería para Sus santos.
El élder Joseph B. Wirthlin, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó la manera en que el Señor provee para Sus santos: “La manera del Señor consiste en ayudar a las personas a ayudarse a sí mismas. Los pobres son exaltados porque trabajan a cambio de la ayuda provisional que reciben, se les enseñan principios correctos y pueden elevarse a sí mismos de la pobreza a la autosuficiencia. Los ricos son hechos humildes porque se humillan a sí mismos para dar generosamente de sus recursos a los necesitados” (“El programa inspirado de Bienestar de la Iglesia”, Liahona, julio de 1999, pág. 90). Actualmente, “la manera del Señor” de “ayudar a las personas a ayudarse a sí mismas” incluye el programa de bienestar de la Iglesia y la recolección de ofrendas de ayuno.
Lee Doctrina y Convenios 104:17–18 y busca lo que el Señor nos mandó hacer con la abundancia que Él ha proporcionado.
En estos versículos aprendemos que tenemos la responsabilidad de usar lo que el Señor nos ha dado para ayudar a los demás.
Acuérdate del ejemplo de la llave del vehículo que se mencionó antes en la lección, y cómo el ser responsable por el vehículo influirá en tu forma de usarlo. ¿Cómo se relaciona esto con la verdad que aprendiste en Doctrina y Convenios 104:14–18?
Podemos pensar en los “pobres y necesitados” no solo como aquellos que necesitan ayuda económica, sino los que tienen necesidad de ayuda espiritual, emocional, mental y social. En forma análoga, podemos considerar que nuestra abundancia consiste de más aspectos que solo los recursos económicos y las posesiones materiales que tenemos. Nuestra abundancia consta también de nuestro tiempo, talentos, conocimiento y habilidades.
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¿Por qué piensas que es importante que compartamos la abundancia que recibimos del Señor?
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¿Qué ejemplos conoces de personas en las Escrituras que hayan ayudado a los que estaban necesitados? ¿Cómo ayudaron a los demás a la manera del Señor?
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¿Cómo puedes ayudar a los demás a la manera del Señor? (Escribe una meta específica para hacerlo).
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Doctrina y Convenios 104:19–77
El Señor da instrucciones concerniente a la Orden Unida, las mayordomías y la tesorería
En Doctrina y Convenios 104:19–53, el Señor dio instrucciones específicas acerca de las mayordomías asignadas a los diversos miembros de la Orden Unida. Lee Doctrina y Convenios 104:23, 25, 31, 33, 35, 38, 42, 46, y busca un patrón o modelo recurrente en las promesas del Señor a cada miembro de la orden. Puede serte útil saber que el condicional “si” significa “en tanto” o “al grado que”.
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¿Qué te enseña este principio sobre cómo la obediencia influye en las bendiciones que recibimos?
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¿Cuándo has visto a alguien ser fiel en sus responsabilidades con el Señor y ser bendecido en consecuencia?
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En Doctrina y Convenios 104:54–77, el Señor dio mandamientos de establecer tesorerías en las que se pudieran colocar los fondos obtenidos de las mayordomías a fin de usarlos en beneficio de la Iglesia, tales como la impresión de las Escrituras,.
Doctrina y Convenios 104:78–86
El Señor instruye a los líderes de la Iglesia con respecto a las deudas de la Orden Unida
Piensa en alguna ocasión en que se te pidió hacer algo que pensabas que era imposible o extremadamente difícil de lograr.
La Orden Unida había incurrido una gran deuda en el proceso de obedecer los mandamientos del Señor. Una serie de acontecimientos impidieron que la orden pagara los préstamos. Por ejemplo, la destrucción de la imprenta en el condado de Jackson, Misuri, a manos del populacho, impidió que los santos obtuvieran dinero de la impresión de las Escrituras y otras publicaciones. El populacho también impidió que los santos hicieran uso de la tienda en Independence.
Lee Doctrina y Convenios 104:78 y marca la instrucción del Señor concerniente a las deudas de la Iglesia.
Pagar esas deudas debe haber parecido como algo imposible para los santos, pero el Señor les dio instrucciones para ayudarlos.
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Escribe acerca de alguien en las Escrituras, o alguien que conozcas, que sea un ejemplo del principio que escribiste en la asignación 4. Explica cómo reconoces ese principio en la vida de esa persona. O escribe sobre cómo has visto ese principio en tu propia vida.
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Responde las siguientes preguntas: ¿Qué cosas les ha pedido el Señor a los miembros de la Iglesia que podrían considerarse difíciles de hacer? ¿Qué función desempeñan la humildad, la fidelidad y las oraciones en el logro de las cosas que el Señor nos ha pedido hacer?
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Escribe acerca de cómo puedes llegar a ser más humilde, fiel y dado a la oración, para que el Señor te pueda ayudar a cumplir las cosas que Él te ha pedido hacer. Escribe una meta para lograrlo.
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He estudiado Doctrina y Convenios 104 y completado la lección el (fecha).
Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: