Unidad 15: Día 3
Doctrina y Convenios 68
Introducción
El 1º de noviembre de 1831, el profeta José Smith se reunió con un grupo de élderes en Hiram, Ohio, para una conferencia especial. Analizaron la publicación del Libro de Mandamientos, una recopilación de las revelaciones que había recibido el Profeta. Cuatro de los élderes en la conferencia pidieron a José Smith que preguntara al Señor cuál era Su voluntad con respecto a ellos. En respuesta a esa pregunta, el Profeta recibió una revelación que está registrada actualmente en Doctrina y Convenios 68. La revelación contiene consejos a los que son llamados a predicar el Evangelio, instrucciones acerca del llamamiento de obispos y un mandamiento a los padres de enseñar a sus hijos los principios y las ordenanzas del Evangelio.
Doctrina y Convenios 68:1–12
El Salvador da consejos a los que son llamados a predicar el Evangelio
Considera las siguientes preguntas:
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¿Qué preocupaciones o dudas podría tener alguien en cuanto a servir en una misión de tiempo completo?
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¿Por qué motivo las personas a veces se sienten nerviosas en cuanto a compartir el Evangelio con los miembros de su familia y con sus amistades?
Durante una conferencia el 1º de noviembre de 1831, cuatro élderes que deseaban prestar servicio como misioneros se acercaron al profeta José Smith y le preguntaron cuál era la voluntad del Señor concerniente a ellos. En respuesta a esto, el Señor reveló una norma para la predicación del Evangelio.
Lee Doctrina y Convenios 68:1–5 y busca una norma para la predicación del Evangelio. Si lo deseas, marca lo que encuentres. (Encontrarás la palabra norma en los versículos 2 y 3. Una norma es un modelo o patrón).
De las siguientes opciones, ¿cuál no forma parte de la norma para la predicación del Evangelio, según se describe en el versículo 1?
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Cantar canciones de amor eterno.
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Proclamar el Evangelio por medio del Espíritu.
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Razonar con las personas a las que enseñemos.
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Declarar las Escrituras.
Lee Doctrina y Convenios 68:6 y busca las palabras adicionales de aliento que dio el Señor a Sus siervos.
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Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Qué principios ves en Doctrina y Convenios 68:6 que puedan brindar consuelo a un misionero?
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¿Por qué es importante que sepas que el Señor apoya a Sus misioneros fieles?
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¿De qué manera puede ayudarte esta promesa en tu empeño por compartir el Evangelio ahora?
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Si lo deseas, escribe el siguiente principio en tu ejemplar de las Escrituras, junto a Doctrina y Convenios 68:4: Cuando los siervos del Señor son inspirados por el Espíritu Santo, sus palabras llevarán a las personas a la salvación.
Aunque los que predican el Evangelio pueden ayudarnos a conocer la voluntad del Señor, solo el Presidente de la Iglesia tiene el derecho de recibir y declarar la voluntad del Señor para toda la Iglesia. Bajo la dirección de él, los miembros de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles también tienen la autoridad para declarar la voluntad de Dios para nosotros. De ese modo, el principio que se enseña en el versículo 4 puede aplicarse cada vez que un miembro de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles habla en una conferencia general.
Lee nuevamente Doctrina y Convenios 68:3–5 y busca una promesa que el Señor extiende a Sus siervos ordenados. Después completa la siguiente declaración: Cuando los siervos del Señor hablan siendo inspirados por el Espíritu Santo, sus palabras son .
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Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿De qué maneras podemos invitar la influencia del Espíritu Santo cuando estamos compartiendo el Evangelio?
En Doctrina y Convenios 68:7–12 leemos que el Señor llamó a estos cuatro élderes a predicar el Evangelio y a bautizar a quienes creyeran. También leemos acerca de las bendiciones que reciben ellos y los que crean en sus palabras.
Doctrina y Convenios 68:13–24
El Señor revela los requisitos para el oficio de obispo
Imagínate que un amigo de otra iglesia te preguntara: “¿Cómo fue elegido tu obispo?”. ¿Qué contestarías?
Lee Doctrina y Convenios 68:14–15, 20 para saber cómo son seleccionados los obispos.
La frase “descendiente literal de Aarón” hace referencia a los descendientes de Aarón, el hermano de Moisés, en el Antiguo Testamento. Ese descendiente tendría derecho al oficio de Obispo Presidente, si es llamado y aprobado por la Primera Presidencia. En la época de Moisés, solo los descendientes de la tribu de Leví poseían el sacerdocio Levítico o Aarónico. Para que una persona recibiera el sacerdocio tenía que ser descendiente consanguíneo de esa línea. El derecho al sacerdocio descendía de padre a hijo. En aquellos tiempos, si un padre no poseía el sacerdocio, el hijo no tendría esa oportunidad.
Escribe el siguiente principio en tu ejemplar de las Escrituras: Los obispos deben ser aprobados por la Primera Presidencia y ordenados por la debida autoridad.
En los comienzos de la Iglesia, los miembros de la Primera Presidencia ordenaban y apartaban a todos los obispos. En la Iglesia actualmente, esto sigue siendo lo que se hace con el Obispo Presidente; mientras que los presidentes de estaca son quienes, bajo la dirección de la Primera Presidencia, llaman, ordenan y apartan a los obispos. El presidente de estaca, con el apoyo de sus consejeros de la presidencia de estaca, procura recibir revelación para saber cuándo llamar a un nuevo obispo y a quién llamar, y envía su recomendación a la Primera Presidencia para su aprobación. Cuando la Primera Presidencia aprueba el llamamiento, autoriza al presidente de estaca a ordenar y apartar al nuevo obispo.
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Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Por qué es importante para ti que sepas que la Primera Presidencia aprobó el llamamiento de tu obispo?
Antes de que el profeta José Smith recibiera la revelación registrada en Doctrina y Convenios 68, Edward Partridge era el único obispo en la Iglesia. Cuando se llamaron a otros obispos, Edward Partridge sirvió como Obispo Presidente. Actualmente el Obispo Presidente es una Autoridad General y tiene la responsabilidad del bienestar temporal de toda la Iglesia (véase D. y C. 107:68).
Doctrina y Convenios 68:25–35
El Señor manda a los padres que enseñen a sus hijos
¿Piensas alguna vez en la posibilidad de que en unos años te cases y tengas hijos?
Anota tres cosas que querrás enseñarles a tus hijos:
Lee Doctrina y Convenios 68:25–27 y marca las doctrinas que el Señor mandó que los padres enseñen a sus hijos. Si estas cosas no están en tu lista, considera agregarlas.
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Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras por qué piensas que se manda a los padres que enseñen a sus hijos a entender la doctrina del arrepentimiento, la fe en Cristo, el bautismo y el don del Espíritu Santo. ¿De qué forma te han ayudado tus padres a aprender el Evangelio? Considera escribirles una nota de gratitud.
En Doctrina y Convenios 68:28–31, el Señor brindó consejos adicionales a los padres, así como a los santos en Sion.
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Para ayudarte en tu preparación para ser padre o madre, completa dos o más de las actividades siguientes. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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Lee Doctrina y Convenios 68:28 y averigua qué mandó el Señor que los padres enseñen a sus hijos.
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¿Por qué piensas que sería importante enseñar a tus hijos a orar?
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¿Cómo te enseñaron a orar?
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¿De qué manera la oración ha sido una bendición para ti y para tu familia?
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En tu opinión, ¿de qué modo nos ayuda la oración a “andar rectamente delante del Señor”?
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Lee Doctrina y Convenios 68:29 y encuentra lo que el Señor manda hacer a los habitantes de Sion (los miembros de la Iglesia).
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¿Qué aprendiste de tus padres u otras personas acerca de santificar el día de reposo?
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¿De qué forma puedes contribuir a que tu familia santifique el día de reposo?
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Lee Doctrina y Convenios 68:30 y fíjate en lo que manda el Señor que hagan los padres y los hijos. (Fíjate que la palabra ocioso hace referencia a alguien que es perezoso o que no participa en actividades productivas).
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¿Has visto alguna vez las bendiciones que provienen del trabajo arduo?
Lee la siguiente información acerca de la ociosidad: “El Señor nos ha mandado no ser ociosos. La ociosidad conduce a un comportamiento inapropiado, puede dañar relaciones y conducir al pecado. Una forma de ociosidad es pasar una cantidad excesiva de tiempo en actividades que te alejen del trabajo productivo, tales como el uso del internet, jugar videojuegos y mirar televisión” (Para la Fortaleza de la Juventud, librito, 2011, pág. 40).
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¿De qué modo la ociosidad puede conducirte a la iniquidad?
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¿Cuáles son algunas cosas que ayudan a una persona a vencer la tendencia a ser ociosa?
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Lee Doctrina y Convenios 68:31–32 para saber qué manda el Señor que hagan los padres y los hijos.
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¿Cómo crees que la avaricia afecte a una familia?
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¿Qué puedes hacer en tu vida para superar el egoísmo y la avaricia?
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Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Por qué es importante prepararse ahora para llegar a ser un buen padre o madre?
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¿Qué meta podrías ponerte que te ayude a prepararte para ser un buen padre o madre?
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Doctrina y Convenios 68 y completado la lección el (fecha).
Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: